miércoles, 27 de febrero de 2013

EL RETRATO INQUIETANTE

En la última década del siglo XIX, Óscar Wilde publica su magnífica novela El retrato de Dorian Gray, uno de los clásicos de la literatura occidental. Quien la haya leído bien sabe que su huella permanece a través de los años. Ya expuse en otra entrada mi fascinación por esta novela y, ahora, en este mes de febrero que está a punto de concluir, los amigos del blog Esta noche te cuento lo dedican al retrato partiendo de la excelente obra de Wilde. Allí se dan cita un buen número de microrrelatos y allí he acudido con uno para rendir homenaje al autor irlandés. Son varios los relatos que he escrito a lo largo de mi vida donde la imagen reflejada –el retrato, la fotografía, la pintura...– es la protagonista esencial, quizá por la influencia de la inmejorable novela de Wilde y la atracción del tema «faústico», lo que me lleva a recordar otra excepcional novela: Doktor Faustus, de Thomas Mann; quizá porque es fácil que mi imaginación se enrede con estas tramas. Pero no me extenderé más y, tras recordar para quien no la haya leído la magnífica reseña que de Linaje oscuro hace Amando Carabias María en la prestigiosa revista ALENARTE, paso a dejar el enlace del relato publicado en Esta noche te cuento.



jueves, 21 de febrero de 2013

VUELTA A LA NORMALIDAD

En el verano, de Leopold Karl Walter Graf von Kalcreuth

Pasó el martes, el miércoles y el jueves, el jueves de hace una semana, un día esplendoroso donde el sol acompañó durante el viaje y donde la calidez de los amigos de Valencia arropó el espíritu. Hace ya una semana, sí, y parece que fue ayer, quizá porque el tiempo no lo medimos internamente igual según las circunstancias en las que nos desenvolvemos. Y es que llevo un buen número de días luchando con unos vídeos que se me resisten. Al final, no he ganado la batalla, por mucho que he guerreado, y es que la técnica y yo debemos andar reñidas. Es más: he decidido no volver a intentar nunca sacar vídeos propios. Cada uno tiene sus gracias y virtudes y entre las mías no se halla la de defenderme con el formato de la imagen en movimiento, por mucha dedicación que ponga y mucho estudio que le dedique. Conviene darse por vencido cuando no se consiguen resultados aceptables en un área determinada. El mundo está lleno de materias atrayentes y no debemos desgastar la voluntad en aquellas que nos pegan bocados salvajes en la ilusión cotidiana. Con lo dicho, queda claro que jamás me tentará moverme con una cámara y sus resultados. Esto es algo que sospechaba con bastante fundamento, pero que ahora elevo a la categoría de principio propio y me aplico el refrán que dice: «Zapatero a tus zapatos». Entenderéis lo que cuento si miráis el vídeo que cuelgo en esta entrada, el primero de cinco –todos están metidos en el apartado «Vídeos» de la parte superior de este blog–. Al menos, se escucha bien, que ya es algo.
He concluido con la gira, con la ronda de presentaciones de Linaje oscuro y, ahora, tras esta fase extrovertida y externa, me apetece volver a retomar mis costumbres de ermitaña, esas que me llevan a encerrarme en el despacho. Necesito volver a sembrar, a sentirme pletórica dándole al teclado. Poco a poco, que la literatura no es materia emparentada con el arrebato, he de internarme de nuevo en sus amados cauces amparadores.
No me olvido de este blog ni de tantos amigos que hasta su orilla se acercan. Seguiremos juntos, cada uno a nuestro aire y a nuestro ritmo, pero juntos. Aunque observo que en los últimos tiempos los blogs están en decadencia, quizá por esos competidores tan vivos e instantáneos que son las redes sociales, el blog es un reducto de escritura, de pausa lectora, de acercamiento cómplice. Por esas virtudes merece la pena mantenerlo, adaptarlo a nuestro hacer y siempre a nuestra propia disponibilidad, que no es la misma cada día, bien lo sabemos todos. Jamás paso lista y espero que jamás me la paséis a mí, que ya somos todos muy mayores y cada cual sabe las posibilidades e imposibilidades de su día a día. Seamos felices y que una diversión nunca se convierta en una carga.

Ahora mismo, ya bien entrada la noche de este jueves de febrero, acabo de llevarme una gran alegría: la reseña que realiza Amando Carabias de Linaje oscuro en la prestigiosa revista ALENARTE. Estoy contentísima. Gracias, Amando.

martes, 12 de febrero de 2013

HOY ES MARTES

Hoy es martes, un martes donde el viento continúa con su azote inmisericorde. Pero como casi nunca existe una negrura completa en el Sur en materia meteorológica, resulta un agasajo para el ánimo el dulce y tibio sol de febrero, un sol que expande azules candorosos moteados de un blanco deslucido. Contemplo la nitidez del día a través de las ventanas, a salvo de la intemperie que despeina los buenos propósitos que me formulo para los días venideros. Como siempre, me pierdo en las palabras y los minutos se evaporan sin sentir. Pienso en el próximo jueves, día 14 de febrero, un día hermoso sin duda para concluir la gira de presentaciones de mi libro de relatos Linaje oscuro. Tendré la inmensa satisfacción de acudir a Valencia y allí, acompañada de la escritora y amiga Isabel Barceló Chico, juntarme con los amigos que puedan y quieran acercarse al BiblioCafé. 

Invitación a la presentación de Valencia que ha efectuado Isabel Barceló sobre la portada del libro

    Como es habitual cuando estoy en vísperas de una presentación, doy vueltas a lo qué diré, a los relatos que leeré, a... Intento anticiparme, pero es inútil, lo tengo comprobado, pues al final en cada sitio surgen las palabras adecuadas a la atmósfera que entre todos los asistentes construimos. En todos los lugares que he estado con este linaje viajero, lo he pasado muy bien, he aprendido y se me ha hecho corto el tiempo. Lo malo son los días previos, cuando los nervios consiguen que me asemeje a un rabo de lagartija y todas las aprensiones me cercan como sombras llenas de amenazas. Ya con la experiencia que he atesorado en estos tres últimos meses en Murcia, en Barcelona, en Albacete y en Madrid, aspiro a que no me embargue la zozobra previa, la que ahora mismo siento ahí, en el fondo de mi ser como un hueco que quisiera engullirme. Son inútiles los consuelos que me doy en un desdoblamiento teatral y sólo me alivia la sospecha de que saldrá todo de maravilla, como en las otras ocasiones. A esta sensación ambivalente es a la que deben referirse los actores cuando hablan de miedo escénico.

Hoy es martes, quizá un martes de invierno, me repito –cómplice– tras concluir la lectura del magnífico libro de poemas Quizá un martes de otoño, de Amando Carabias María. Aunque quizá –como indica el amigo poeta– «hoy voy a llegar tarde a mi cita con la vida», no me retrasaré el jueves

«para entrar en el mundo sin lamentos,

para subir a escena convencido

de no ser adjetivo prescindible.»

    Hoy es martes 

«Y el paso de la muerte
conoce su derrota»
...
«pues todavía es tiempo de la siembra,
y aún nos resta afán para las manos
y que le broten pétalos al labio»
Hoy es martes y de aquí al jueves me alterarán las aprensiones interiores
«porque después de siglos o milenios,
no existen palabras contra el desasosiego»
Hoy es martes, un martes de invierno donde me he perdido y hallado en los versos de Amando, un martes que también anticipa el gozo de lo que ocurrirá el jueves en Valencia.