viernes, 31 de mayo de 2013

HASTA PRONTO

De vez en cuando, supongo que para bien, conviene pararse y meditar sobre nuestra propia conducta, nuestra trayectoria, nuestro contento, nuestro grado de satisfacción con lo que hacemos a diario y un sinfín más de cuestiones que nos arrojan el termómetro de nuestro estado anímico y la escala insoslayable de nuestro propio aprecio. 
También es muy conveniente quebrar la rutina de los días cada poco, hacer otras cosas, torcer el rumbo, liberar las alas y descubrir otras realidades que nos esperan a la vuelta de cualquier esquina.
No me andaré por las ramas en esta entrada que pretende ser un punto y aparte en este Cobijo. Estoy cansada y me voy a dar un buen descanso. Necesito viajar, necesito silencio, necesito leer a fondo, necesito escribir largo y tendido, como he escrito toda mi vida sin existir un blog al que hubiera que echarle de comer cada poco como si se tratara de uno de aquellos muñecos japoneses llamados tamagotchis (si no me falla la memoria). Este particular tamagotchi es demasiado absorbente y ahora mis ansias me piden que me aleje de su lado para tantear otros aires. No me gustaría que se muriera como aquellos muñecos espantosos que potenciaban una responsabilidad cuyo esqueleto era la culpa, cuando no la angustia. Pero ocurrirá lo que haya de ocurrir y no me imbuiré de las culpabilidades que odio y que no consiguen más que asfixiar todo movimiento espontáneo y libre. Los blogs están en decadencia, y lo están precisamente porque se parecen a los tamagotchis, porque absorben demasiado y lo que en un principio es sólo un juego, pronto se convierte en una agonía culpable por no llegar a tanto.
Ni qué decir tiene que no dejaré de escribir. Yo no escribo porque tenga un blog, sino que tengo un blog porque escribo. No soy una bloggera (una palabra que siempre me ha parecido horrible), no me siento tal más allá de haber administrado este blog durante tres años y medio. He concebido, y concibo, el blog como un instrumento a mi servicio, pues es muy útil como escaparate para quienes escribimos. En él, se deja una muestra de escritura y se ruega a los duendes de la suerte para que llegue hasta los ojos adecuados. 
He vivido todo tipo de experiencias a lo largo de este tiempo, un buen número agradables, de esas que deparan grandes satisfacciones y el conocimiento de personas magníficas. También he sufrido con situaciones muy feas, donde me he visto plagiada con descaro, mal interpretada o confundida con la persona que no soy. 
No niego que mi tendencia al silencio mediático se hace cada vez más fuerte y ya me resulta casi imperativa. De momento, salgo de viaje. Después, supongo que estaré por las redes sociales donde me manejo con una mínima soltura, como Facebook o Twitter, y estaré en ellas como hasta ahora lo he estado: de vez en cuando y por poco tiempo, que ya son muchos los reclamos y mi tiempo no estira como el chicle. 
No digo adiós, sólo hasta pronto, quizá hasta dentro de un mes, quizá hasta después del verano. Si por casualidad alguno de vosotros echa en falta leerme, siempre tiene la opción de repasar lo que en este Cobijo queda, así como acudir a una nueva página abierta en estos días: el «Sillón de lectura», donde he metido el inicio de las obras que tengo publicadas. Ni que decir tiene que si el interés es mayúsculo, también podéis leer las obras completas, lo que supondría el colmo de las satisfacciones para mí. No olvidemos que lo que pretende cualquier persona que escribe es ser leído; si encima gusta, miel sobre hojuelas.
Muchas gracias a todos los que me leéis y, en especial, a todas esas personas que ya se me han hecho insustituibles en el paisaje del corazón.
Hasta pronto, amigos.
Las dos fotografías de esta entrada han sido realizadas por Isabel Martínez Barquero

domingo, 26 de mayo de 2013

DOS POEMAS CON IMAGEN DE LUJO


Es mi hora, de Andrés Rueda

En el blog del amigo y pintor Andrés Rueda, ayer salían estos dos poemas de "antes de ayer", pues si no calculo mal son del año 1979. Acompañan a la hermosura de cuadro que encabeza esta entrada. A ratos, sigo con el proceso de rescatar antigüedades y ya podréis comprobar en el segundo que, en aquellos tiempos donde lucía apenas veinte años, me escoraba a veces por la rima. Pero no seré yo quien me juzgue; ya decidí que esto no debía ocurrir nunca más, pues la condena solía ser el resultado. Os dejo los poemas sin más comentarios:

VOCACIÓN DESENMASCARADA

Es mi hora.
La vida me llama.

Quiero exprimir de la noche
lo que tiene de hermoso,
sacar de esta travesura
lo que tiene de ímpetu
e, incluso, encontrar
un gato con cien orejas.

Porque ahora sé de qué color es un sueño.



LIGEREZA



Me quito estas gruesas vestiduras

que me encierran
y me hacen forzoso el movimiento.

Mañana, mi piel desnuda
y mis brazos bailando al son del viento.


Nota 1.- También ayer, en el blog Observando la vida, Pilar Moreno hace una deliciosa reseña de mi novela Aroma de vainilla. Me encantaría que le echarais un vistazo. 
   Aunque de momento los pasos públicos de esta novela son tímidos, sí me alegra que conquista a quien la lee y ese es el mejor de los premios. Puse mucho corazón en esas páginas y sé que gustarán a quien decida acercarse a ellas. Es un libro que merece buena suerte, os lo aseguro, y quien ya lo ha leído sabe la causa.

Nota 2.- Linaje oscuro ya está disponible en Amazon. Aunque la editorial hace tiempo que lo ofrecía también en formato ebook en variados lugares, ahora lo ha subido a la plataforma del gran gigante americano. 
   Así que si tienes un kindle y aún no tienes esta colección de relatos que tan buenas críticas está cosechando, es el momento de hacerte con ella. Aquí dejo el enlace.



Nota 3.- El próximo martes 28 estaré a las 20,30 horas en los "Martes de luna llena" del Guanábana Jam, en Molina de Segura, Plaza de la Cerámica, 6.
  Junto con otros dos cuentistas, Mariano Sanz Navarro y Pedro Pujante, hablaremos de nuestros respectivos libros, centrándome yo en el de Linaje oscuro. Además, estaremos acompañados por Mariam Guerreiro y Andrés García, que harán un recorrido por diversas músicas del mundo, con especial atención al fado portugués. El acto será presentado por Irelfaustina Bermejo y Francisco Javier Illán Vivas y está organizado por la revista Acantilados de Papel, Vegamediapress.com y el citado café concierto Guanábana Jam.  

   Espero veros a todos los que vivís próximos.

Nota 4.- Con fecha 30 de mayo (día de San Fernando), el blog ENTC publica mi microrrelato "Princesa". Os dejo el enlace por si alguno está interesado en leerlo.

jueves, 23 de mayo de 2013

HASTA SIEMPRE


Te has ido, pero siempre vivirás dentro de mí. Con tus canciones me hice adulta y perfeccioné mi francés. Nunca he dejado de escucharte y hoy, cuando oí lo que decían de ti, una lágrima corrió por mis mejillas. 
   La última vez que te vi fue hace unos diez años; ya estabas mayor, pero no viejo. Las personas como tú nunca envejecen; sólo pasa el tiempo por ellas y la muerte no consigue sino devolverlas a su máximo esplendor. 
   Hasta siempre, amigo.

domingo, 12 de mayo de 2013

GESTOS CONGELADOS

Los gestos nos delatan y dicen mucho de nosotros mismos. No descubro nada nuevo con esta afirmación; tampoco lo pretendo. 

Gozo con el cara a cara por la posibilidad de ver la expresión del otro, la cantidad de matices que me comunican sus gestos, los gustos, los ascos, las modulaciones de la voz tan sumamente reveladoras, la forma particularísima de moverse cada uno, el modo que tiene el cuerpo de estar con los demás, su aproximación o lejanía, la tendencia a la sonrisa, a la carcajada o a la compostura, la presencia avasalladora de los más gallos o la pisada de puntillas de los más tímidos, el verbo florido de los incontinentes verbales o la parquedad de los inseguros...

Y me pregunto, porque no me acuerdo, qué pudo provocar en una criatura que no llegaba a los tres años semejante gesto. Todo el rostro se halla fruncido en una expresión que puede ser reprobadora, de asco o, simplemente, de fijación del horizonte impreciso o de atención exagerada hacia algo que no desea que escape en todo su significado.
Ay, si pudiéramos congelar todos los gestos y hallarles un sentido así, aislados del entorno, al margen del momento...
Sólo recuerdo que era verano y estaba en la playa, aunque más que un recuerdo es pura deducción por la indumentaria y por la gorra que apenas esconde un cabello despeinado. Pudo ser en este día o en cualquier otro, de ese año o del siguiente, pero tras ese muro junté mis primeras letras en un deseo febril de enterarme de los garabatos mínimos que encerraban las historias de los tebeos. Ahora, como entonces, miro los dibujos de la vida, la información que me suministran los demás con sus conductas, las palabras que se extienden en monosílabos, en párrafos o en discursos. Como entonces, intento traducir significados y, quizá, compongo un gesto parecido al de esta vieja fotografía.

lunes, 6 de mayo de 2013

MENTIRAS

Hombre con sombrero y paloma, de Magritte  

Que la vida está colmada de mentiras lo sabemos todos. Circulamos por las mentiras como hábiles navegantes de un universo de falacias. Nos hemos acostumbrado a ellas y, quizá, sostenemos la civilización viciada que nos ha tocado en suerte gracias a esas falsedades. Se engaña en la calle, se tergiversan los hechos en los hogares de bien, se adultera la realidad desde las más altas instancias, se disimula lo más genuino y, como no podía ser de otra manera, se miente en internet, se miente muchísimo en estas ondas donde el ego juega a ser lo que le dicta el súper yo, en estas latitudes evanescentes donde se alardea de lecturas no efectuadas, de amistades ficticias, de filias y fobias de pura apariencia de cara a la galería, de cultura abrumadora y de intelecto colosal. Somos los más listos, los más simpáticos, los más sensibles, los que lo hemos leído todo, los que lo hemos escuchado todo, los amigos perfectos... ¡Pobre circo de vanidades! ¡Pobre caja tonta llena de sueños que duran lo que dura un suspiro!
Entonces, ¿qué hacer cuando se es sincero y no cabe en el espíritu el disimulo? ¿Qué hacer cuando la denominada «marca personal» es el propio yo que no conoce los disfraces y que elude los artificios? Me cuesta responder, pues asisto perpleja a las toneladas de cariños falsos, de cortesías inútiles, de silencios hirientes, de besos fingidos que no se dan en la realidad e ilusorias confianzas que no existen más que en el ámbito íntimo de cualquier mente floja. Como en toda manifestación humana, internet también está plagado de hipocresía. Menos mal que algunos se libran de este trastorno y son tal cual se muestran, sin intereses mezquinos, sin egos mayúsculos, sin caretas deformantes. Son los menos, pero existen para hacer brillar la alegría y para insuflar regocijo y bríos renovados.
Y toda esta perorata para poner de manifiesto lo evidente: lo que cansa el mundo, lo que cansa internet —o ese otro mundo salpicado de los mismos defectos y virtudes que el mundo real—, lo que cansan las personas falsas, y, también, lo que alegran los seres auténticos, aquellos que aparecen en nuestra vida y ya se queden, ya pasen de largo, dejan su impronta para siempre, nos marcan con su personalidad luminosa. Porque —no nos engañemos— no todo el que llega a nuestra orilla tiene vocación de permanencia a nuestro lado.

Thomas Mann 

Pero más vale no dar muchas vueltas a las pequeñas decepciones que sufrimos con quienes consideramos que eran dignos de nuestra estima. La existencia está llena de seres maravillosos y es normal que, en ocasiones, nos invada el desánimo cuando sufrimos una desilusión. Y de todo puede sacarse partido, pues, como indica Thomas Mann en un escrito que atribuye a Kretzschmar en Doktor Faustus: «El cansancio, el tedio intelectual, el asco por los procedimientos conocidos, el maldito impulso de ver las cosas iluminadas por su propia parodia, el sentido de lo cómico, son el recurso de que el arte se sirve para manifestarse objetivamente y realizar su esencia».



Nota.- Aquí dejo un enlace de una entrevista, Las doce lunas, que he tenido la suerte de responderle al escritor y amigo Antonio Parra Sanz en su blog Gomesycompañía. Espero que os guste. Lo que es bien cierto es que me he desnudado bastante en ella, porque —mal que me pese en los tiempos que corren— me cuesta mentir.