lunes, 24 de febrero de 2014

CARTA DE MERCEDES ORTEGA ABELLÁN A JULIA ABELLÁN


Querida madre:
Hace poco concluí la historia de nuestra familia en una novela que titulé Aroma de vainilla. Tu presencia en ella ha sido estelar, no obstante el poco tiempo que duró tu estancia en el mundo de los vivos. He intentado aproximarme a ti, explicarme tu manera de ser, tu carácter y tu discurrir interior. Con los datos recopilados sobre tu persona a lo largo de mi vida, te he plasmado como supongo que tú eras en la realidad: paradójica y atrayente, hermosa y esquiva, testaruda y apasionada. 
Desde que acabé la novela, he deseado escribirte, reflejar en unas líneas los contradictorios sentimientos que en mí has generado desde siempre. Hoy materializo mi aspiración de ponerme en contacto contigo y redacto esta carta, a sabiendas de que sus letras no tendrán más destino que el papel, sin unos ojos atentos que sigan su curso, sin unas manos delicadas que pasen las hojas. No encuentro explicaciones a este deseo absurdo que no encontrará su destinatario, pero los humanos somos así de poco prácticos en determinados momentos: no necesitamos coartadas para lanzarnos a lo que el corazón nos pide ni concebimos censuras para lo que el espíritu ansía como su máxima apetencia. Son muchos los actos que realizamos de manera gratuita, sin un aparente interés que los dote de sentido para una mente pragmática; pero los soñadores, madre, somos seres que nos alimentamos de ilusiones y en nuestra imaginación ampliamos el escaso eco que el mundo otorga a las anécdotas más minúsculas, esas que nos definen de forma fidedigna y nos amparan con mimo en el paisaje de los afectos.
No guardo ningún recuerdo personal de ti, madre, pues tuviste a bien morirte de cabezonería cuando aún mi memoria no se hallaba formada. Si hurgo en las raíces de nuestra relación, supongo que te quise con el amor instintivo y avasallador con el que aman los niños que comienzan a abrir los ojos al mundo, con ese amor primario que se adhiere a la persona que constituye su campo visual continuo y que le solventa sus necesidades vitales, con ese amor indefenso que busca la aquiescencia y el afecto como si fueran víveres tan necesarios como los que entran por la boca.
Como te comentaba al principio de esta carta, he recordado la historia de nuestra familia hace muy poco. Nunca he sido una persona abocada hacia el pasado, pero los años y los graves acontecimientos sucedidos me han llevado a la evocación de quienes fuimos y a ahondar en las causas de nuestras conductas. En un primer momento, surgió en mí esta tendencia evocadora de manera casual, pero después reconozco que yo misma he espoleado los recuerdos con sumo gusto, azuzada por un placer desconocido que me ha guiado por las dulces sendas de la comprensión y, lo que es más gozoso para mí, del descubrimiento entusiasta, del hallazgo genuino de las personalidades que han nutrido nuestra familia con una vocación de eternidad, no obstante estar abocados todos nosotros a la desaparición del mundo físico. No he encontrado explicaciones a las injusticias, tampoco lo pretendía, que son muchos los años vividos y mi alma ya no se asombra de la manera de actuar caprichosa, e incluso cruel, de los humanos. Tampoco le he hallado sentido a muchos comportamientos, sobre todo al tuyo con respecto a mi padre una vez que os casasteis, aunque he querido partir de la hipótesis de tu amor inequívoco hacia él, un amor oculto en tu interior, casi imperceptible para ti misma, un amor que debiera haberte salvado de las garras voraces de la muerte.
No te llegarán mis palabras, pero no puedo dejar de exponerlas, quizá por mi propio sosiego, para desembarazarme del asombro que me genera tu proceder obstinado, quizá por la esperanza oculta de que te halles, etérea, en algún lugar ignoto al que mis luces no alcanzan. Porque, madre querida y odiada con la misma intensidad, no tuve ocasión de formarme juicios sobre ti desde mi propia conciencia, sino que hube de hacerlo desde el recuerdo de mi padre, el ser que te idolatró no obstante haberlo sumido tú en el más insufrible de los rechazos. Gracias a aquel hombre que jamás dejó de amarte, que jamás permitió en su espíritu los turbios licores del rencor ni las mareas desatadas de la ira con respecto a tu persona, he podido hacerme una idea de tu carácter testarudo y apasionado.
Como yo, fuiste criada con cariño, pero sin el cobijo de un seno materno en la frágil infancia. Tras las indagaciones y suposiciones que ha trenzado la memoria, sé que heredé lo mejor y lo peor de ti. Tuya es la fuerza de voluntad que me ha impedido decaer en los momentos difíciles, tuya es la bravura para hacer frente a las circunstancias más adversas, tuya es la furia apasionada que me guió en mi juventud y me perjudicó en mis decisiones llenas de arrebato. No voy a criticarte, madre, ningún humano merece la crítica, pues cada uno pasa por la vida con la carga de su temperamento, carácter y circunstancias. Quizá no somos libres y es nuestra manera de ser la que nos determina el destino para bien o para mal, al margen de nuestra inteligencia.
      Antes he dicho que te odio y creo que es una imprecisión enorme, aparte de una falsedad notoria. No te odio, no, solo me ha llenado de coraje tu comportamiento terco, esa manera de ser obstinada que te condenó a la infelicidad y a una muerte prematura, esa conducta intransigente que desterró a mi padre del paraíso pretendido y que a mí me dejó huérfana de tu presencia. Él halló consuelo en las especias y buscó relaciones sucedáneas que callaran su infortunio, pero tú estuviste muy sola en los últimos años de tu corta vida, porque la muerte se enamoró de ti muy pronto, madre, y no te dejo tiempo para la enmienda, para la rectificación ineludible que tu propia conciencia te dictaba. Muchos te han juzgado y condenado; pero yo, como mi padre, te adoro y no puedo olvidarte, te llevo en mí aunque no te conociera, aunque me cueste comprenderte, aunque no me explique tus decisiones ni tus actos. El amor no exige aquiescencia absoluta y se exterioriza más sublime si no se dan motivos de afinidad. El amor es generoso y pasa por alto los desacuerdos y las distintas visiones de las cosas. El amor del que te hablo, el amor ineludible que se da entre los miembros de una familia, es eterno, fuerte y cristalino como lo es una cascada nutrida por un manantial inagotable; solo en algunas ocasiones se disfraza de rechazo por el propio ímpetu de un sentimiento que no aprueba el comportamiento del otro, pero ese rechazo es otro prisma del amor indiscutible, absoluto, al que nos sabemos sometidos desde lo más hondo de nuestras conciencias.
Hoy, madre, desearía tenerte junto a mí, mirarte con ternura, quererte con mimo. Los años me han enseñado demasiado, sobre todo de la desabrida materia del sufrimiento, pero mi corazón ansía el equilibrio, la dulce sombra de los cariños primeros, esos que son tan necesarios en la infancia. Es posible que sea cierto lo que dice la tradición y los viejos nos parezcamos a los niños. Tú no conociste la afrenta suprema de la vida, la que nos hace asistir a nuestro máximo esplendor para, luego, hacernos conscientes de nuestro declive vertiginoso hacia la nada. En la travesía del ocaso, nos sentimos disminuidos, con un poso de amargura que yo intento desterrar por mi bien y el de mi hija y tu nieta, con una incertidumbre que reclama el apoyo de los cariños incondicionados. Por eso, como una niña hoy me encantaría abrazarte por encima de todas mis disensiones contigo y decirte muy bajito: «Madre, madre mía, aunque terca, qué hermosa eres y cuánto te quiero».

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Nota 1.- Esta es una supuesta carta escrita por Mercedes Ortega Abellán, la narradora de Aroma de vainilla, a su madre Julia Abellán. He de reconocer que la escribí a instancias de un buen amigo.
      Quienes hayáis leído la novela, sé que le hallaréis sentido. Pero al margen de dicha lectura, he creído que la carta merecía la pena traerla a este Cobijo. Al fin y al cabo, su armazón es pura literatura, hasta el extremo de que un personaje de ficción le escribe a otro personaje de ficción. En el fértil mundo de la narrativa, todo cabe, como en la vida misma. 

Nota 2.- Linaje oscuro, ese libro de relatos que tantas satisfacciones me está dando, cabalga de nuevo. Se va a presentar, junto con Aroma de vainilla, en Onteniente (Valencia), el día 7 de marzo próximo, a las 18,30 horas de la tarde. Será en el Centro Cultural Caixa Ontinyent, C/ Josep Melcior Gomis, 3.
      Tendré la suerte de estar acompañada en la mesa por las amigas Laura del Pozo Alonso y Ana Mesa, a las cuales les estoy agradecidísima por toda su actividad a efectos de que este acto se celebre. Una mínima prueba de esta dedicación es el cartel que han montado sobre la viñeta del gran Ximo Segarra, Acapu.
      Os espero a todos los que viváis cerca.


38 comentarios:

  1. Una carta llena de profundidad, en la que recogen las añoranzas y los sentimientos incluso dispares de una hija condicionada por el pasado, el presente y un futuro que tiene que ver con lo vivido y o que pudo haber vivido. Todavía no he leído tu novela; pues tan solo tengo tu maravilloso libro de relatos "Linaje Oscuro" que he leído un par de veces, de bueno que me parece cada una de esas pequeñas historias. Prometo hacerme con "Aromas de Vainilla" en breve. Me alegra mucho querida amiga que tu éxito literario progrese. Besos Isabel.

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  2. las madres cuando nos faltan desde antes de nuestra plena conciencia, nosotros nos asemejamos a esas mesas tambaleantes, siempre cojeamos
    no así cuando el padre falta

    entrañable misiva ISA,felicitaciones

    besitos

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  3. La carta, como dices, es literatura pura. Parece real y llena de todos los sentimientos que tiene un hijo encerrado cuando se ha hecho miles de preguntas.
    Isabel, es una pena que ande por acá tan lejos, si no estuviera sentado en primera fila en tus presentaciones
    abrazos
    carlos

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  4. Preciosa la portada del libro, más actual.
    La carta, para los que hemos leído el libro, realmente es la carta que Mercedes escribiría a su madre. Cuando por 1ª vez dice te amo y te odio por igual un resorte se ha soltado en mi interior, luego queda aclarado lo del odio.

    Leyéndola me has refrescado la memoria sobre la novela.

    Besos

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  5. Isabel, tu novela promete; esta carta remueve sentimientos y provoca emociones.El tema es real y lo abordas con claridad, sentido crítico y añoranza de lo que pudo haber sido de otra forma y haber permitido a esa niña disfrutar de la necesaria presencia de su padre.

    Me han gustado mucho estas líneas que son válidas para otros contextos:

    "no necesitamos coartadas para lanzarnos a lo que el corazón nos pide ni concebimos censuras para lo que el espíritu ansía como su máxima apetencia".

    Excelente declaración del sentir humano.

    Mi enhorabuena. Te deseo mucho éxito.
    Un abrazo.

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  6. Ahora que estoy a punto de acabarla (mi primera incursión en libros digitales tiene un apetecible y aromático comienzo), esta carta me reconforta, querida Isabel, porque en los momentos en que leo tu novela, me viene a la mente esa inaudita cabezonería de la madre, durante años y años por una nimiedad. Que la hija escriba unas líneas plenas de comprensión y amor significan cuan generoso puede ser el corazón, sin razones suficientes pero con todas ellas. Contradicciones, sí, las que cargamos de principio a fin, las mismas que nos hacen apasionarnos o rendirnos, querer o hartarnos.
    La carta está imbricada estupendamente en la historia y escribes tan bien que me dan ganas de empezarla otra vez. la novela, digo.
    Un fortísimo abrazo

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  7. a ver por donde comienzo?
    por aqui...
    "Al fin y al cabo, su armazón es pura literatura, hasta el extremo de que un personaje de ficción le escribe a otro personaje de ficción. En el fértil mundo de la narrativa, todo cabe, como en la vida misma."

    Sin embargo ésta carta tiene un profundo contenido sanador, desde mi óptica por supuesto, ha viajado por el éter y ha llegado a ése punto donde (ficción y realidad) se unen y donde estoy segura, ha cumplido ampliamente su cometido.

    Me pareció fantástica ésta carta querida Isabel y además me remontó a las "Constelaciones Familiares" una terapia de la que he formado parte alguna vez, cuyo pionero fue el Dr. Bert Hellinger.

    ...La evolución de las constelaciones familiares ha ido acompañada de un nuevo entendimiento de nuestra alma y nuestro espíritu. Pero sobre todo de una nueva comprensión de los límites de nuestra conciencia. Por ejemplo cuando nuestra conciencia pone límites a nuestro amor y a nuestras relaciones.

    BH

    Espero no haberme ido por las ramas, te dejo un súperchillao y mi admiración y felicitación por tu escritura.

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  8. Después de considerarme privilegiada por leer la historia, no puedo más que sentirme complacida en estos momentos tan difíciles para mi país, de tener un breve espacio de tiempo para sumergirme en la ficción a través de tus palabras.
    He disfrutado muchísimo esa carta ...mira que he sido muy crítica con la posición de Julia y su tosudez, Mercedes no pude explicarlo mejor.
    Un fuerte abrazo.

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  9. Ya voy siendo de los pocos que todavía no han leído "Aroma de vainilla", pero con la lectura de esta carta sé que tarde o temprano acabaré leyendo por fin tu libro.

    Todavía no había visto el cartel que han hecho para la presentación de "Linaje oscuro" en Ontinyent, me gusta pensar que de algún modo he colaborado contigo en tus giras por el mundo, porque esto es solo el principio, ya verás, ya, lo que te va a tocar patear... :)

    Bueno, ya lo sabes, es una delicia leerte, gracias por seguir compartiendo tu arte, Isabel :-)

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  10. No leí tu novela, pero lo que escribís en esta carta, aparte de ser de una prosa magistral, es la exteriorización de los sentimientos contradictorios de una hija hacia una madre que prácticamente no conoció.
    Y todo lo vertido en este texto, forma una historia propia, aunque no sepamos mucho de la que narraste en la novela.
    Me emocionó, Isabel, te felicito por la idea y por el texto.
    Un abrazo.

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  11. Querida Isabel:
    No se que decir, o mejor no se que escribir, porque cuando hablo es como si me dieran marcha..., pero escribir y escribirte me da vergüenza. Si, lo reconozco, ante tu escritura me empequeñezco.
    Siempre que he escrito cartas de despedidas como la de Mercedes a su madre Julia, es porque "algo" en el tintero de mis emociones se quedó atrapado, sin haber podido ser expresado en su momento, como dice Adriana, representa una forma terapéutica de sacar aquello que no pude o no supe hacer en su momento.
    Igual que el aroma de vainilla, que es dulce en algunos momentos y amargo como la hiel en otros.
    El misterio está servido.
    Nos veremos pronto, para mi es un honor presentarte en Ontinyent, sabes que desde el año 2009 sigo tus pasos y ahora llega el momento esperado.

    ¡Hasta pronto!, muchos besos extensivos para Andrés.

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  12. Esta carta, paisana, es la guinda que faltaba a ese "pastel" literario que es "Aroma de vainilla".
    Literatura y sentimientos es lo que destila esta carta que perfectamente podría ser una carta real de Mercedes a su madre.
    No hago más que recomendar la lectura de esta novela tuya porque sé que sorprenderá a quien la lea.
    Un abrazo de Mos.

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  13. ¡Felicidades, Isabel!
    No es fácil ser novedoso en el mundo de las letras, pero esta carta lo es cabalmente: la narradora de una novela le escribe a su madre y lo publica en el blog de su autora. Yo, Isabel, no cuento dos, sino tres personas; mejor dicho una persona y dos personajes.
    Me ha encantando ese giro odio-amor que toma la carta, pues aunque sea desconocida para ella, la maternidad es un foco atrayente que no puede dejar a nadie indiferente. Felicidades de nuevo.
    Un beso.

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  14. Una carta que no deja indiferente a nadie que la lea.
    Enhorabuena por las perspectivas de tus obras. Sé que irán en aumento, no puede ser de otra manera.
    Besos.

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  15. La metaliteratura es una de mis debilidades. ¡Bravo!

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  16. Querida Isabel: Esta carta podría haber constituido un nuevo epílogo en tu novela. Es emocionante tu texto, como lo es la saga entera. Aroma de vainilla nos toca a los lectores muy de cerca, con cualquiera de los personajes. Enhorabuena por tus éxitos.
    Besos, siempre.

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  17. Conmovedora sinceridad la de esta carta deliciosa, Isabel, magnífico preludio para la lectura de Aroma de Vainilla.

    Enhorabuena y Felicidades por esos merecidos éxitos.

    Un abrazo.

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  18. La carta está en línea con la belleza narrativa de la novela. Son personajes tan entrañables y creíbles los que creas, Isabel, que, en principio, como lectora ingenua que suelo ser, estaba convencida de que se trataba de una novela autobiográfica. Es que, indudablemente, como bien dices:
    "En el fértil mundo de la narrativa, todo cabe, como en la vida misma."
    Mis mejores deseos para estas próximas presentaciones.

    Un beso grande.

    Fer

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  19. Querida Isabel:

    La carta de Mercedes Ortega Abellán a Julia Abellán es todo un derroche de buen manejo del idioma y de ubicar muy bien los personajes de tu libro "Aroma de Vainilla" dentro de un muy bien definido perfil sicológico que los hace únicos. Es extraordinaria la manera como tú como escritora y a través de un personaje (Mercedes) y con artificio de una carta nos sitúas ante un drama humano que se repite todos los días en el mundo: las relaciones entre padres e hijos, las relaciones de amor, de odios, de miedos y, además, de las angustias que se nos quedaron dentro y que, como en el caso de tu personaje, después de muchos años, necesita vaciar su alma, desahogarse con su progenitora, decirle a través de una carta todo lo que tenía represado durante toda su vida, expresarle a su madre sus sentimientos encontrados (amor, odio); Mercedes necesitaba liberarse de un fardo del pasado que la agobiaba y lo hizo de una manera en la que no deja duda de su necesidad de perodonar y, porque no, de perdonarse.
    Mi admirada amiga, cada vez me gusta más tu manera de escribir, de ser poeta, de perfilar situaciones y personajes y, sobre todo, de manejar el idioma...¡Qué gozada!
    Te dejo un beso y un abrazo.

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  20. A mi también me ha parecido esta carta de gran valor literario y has hecho bien en publicarlo.
    Estoy deseando de hacerme del Aroma de Vainilla. Ya veremos si lo consigo.
    Un abrazo, Isabel.

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  21. Me encantó leer esta carta. Fue como remontar en el tiempo en la lectura de la novela. Un placer leerte Isabel. Fue muy entrañable leer las sensaciones y sentimientos de Mercedes hacia su madre.
    Además estoy feliz que pueda tener la posibilidad al fin de conocerte! Haré lo imposible para asistir a tu presentación. No es muy cerca pero tampoco tan lejos de donde estoy. Qué alegría me dará conocerte!!!!!
    Un beso grandotee!!

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  22. Felicidades, Isabel. Sin haber leído el libro(no por falta de ganas)la carta me ha dado muchos datos y alimentado mi curiosidad esperando hacerme pronto con el.
    ¡Ya me gustaría acompañarte!

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  23. Isabel, esta carta corrobora el caracter noble de Mercedes.
    Tengo que felicitarte una vez más por la facilidad que tienes para transmitir, en narrativa y poesía.

    Besos

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  24. Es una carta catártica, una hermosa carta donde se hurga en el nido profundo de nuestros fantasmas. Una carta preciosa, pura literatura. Un abrazo.

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  25. Pues has hecho muy bien al incluirla en tu cobijo para placer de muchos/as.
    Dices que es literatura, pero ¿qué es la literatura sino la vida misma?

    Un fuerte abrazo, querida tocaya, y suerte en tu firme andadura.

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  26. Una carta llena de sensibilidad femenina con todas las implicaciones de una madre.

    Un abrazo Isabel y felicidades por tus logros

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  27. Esto tiene el valor intrínseco de lo literariamente vivo. Detodo aquello que le permite al lector asomarse como a hurtadillas y sumergirse en la lectura de una confesión en principio ajena al lector. Y que por ello, nuestra natural curiosidad y tu buen hacer lo convierten en algo aún más apetecible.
    Es el contacto de un tercero con dos íntimos. Sobre todo teniendo en cuenta que la destinataria de la carta por omisión termin siendo el propio lector. Extraordinario ejercicio. Un abrazo.
    Ah y mucho éxito en esas presentaciones.

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  28. Felicitaciones por todos esos avances en tu labor literaria.
    El hecho de leer esa carta hace todavía más atractiva la idea de leer la obra que tengo en espera y no por mucho tiempo.
    Una carta muy profunda aún a pesar de que sea ficticia.En ella transmites todo un mundo de sentimientos y lazos entre madre e hija, y el resto de los personajes del libro.

    Me alegra haberla leído. Una preciosa carta con mucho arte dentro.

    Un beso
    Felicitaciones.

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  29. Felicidades, Isabel, una idea magnífica que bien podrías haberla añadido a la novela como un epílogo.
    Besos

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  30. Querida Isabel, me dejas conmovida con tanta belleza. Los sentimientos encontrados de una hija hacia su madre, son tan reales y a la vez tan literarios, que quizás por eso nos llegan tan dentro. Eres una artista de las palabras y derramas belleza, colores, texturas y profundidad!.
    Un beso enorme!

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  31. Aún no he leído la novela, pero creo que esta magnífica carta debería figurar, ya sea como introducción o como epólogo o como lo que la autora tenga a bien, en la segunda edición. Sea quien sea ese amigo que te ha empujado a escrbir la carta, le doy las gracias, porque literatura en estado puro, ha puesto en mí su dulce veneno, ha abierto una puerta embriagadora de intensas sensaciones y no pararé hasta que, hecha papel, me sumerja en ella, placenteramente aislada de todo, en total intimidad.

    Abrazón

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  32. Como dicen ahora los jóvenes, la carta es una pasada. Que talento hay que tener para expresar así las cosas.

    Besos Isabel.

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  33. La carta es Literatura llena de arte, de verdad, me ha parecido impresionante. Enhorabuena Isabel, un abrazo grande.

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  34. Creo que el mérito principal de una novela está en que, cuando se muestra sólo un fragmento de ella, por sí solo tiene sentido. Es una carta profunda, bellísima. Felicidades y gracias por traerla al blog.

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  35. Un Homenaje lleno de Puro Sentimiento.



    Un abrazo y Gracias por compartir.

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  36. Vivir la exitencia de una madre por sentimientos interpuestos, por jirones de otras personas y hacer que sea coherente, una persona completa. Me gusta tu planteamiento.

    Besos Isabel.

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  37. Una carta muy emotiva y magníficamente escrita. Dan ganas de leer la novela, que lo haré en breve.
    Besos y que sigan los éxitos.

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  38. Tan real, que quema y al mismo tiempo sana. Algunas circunstancias tan reales para identificarnos con ellas. Ha sido una catarsis, un regalo, literatura pura, una carta que merece ser leída varias veces y seguir emocionándonos.
    Un abrazo fuertey éxitos con tus libros.

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