Dos frases al azar de Cien años de soledad en tu pérdida física, maestro:
Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón.
...donde no se sufría con los problemas diarios porque estaban resueltos de antemano en la imaginación.
Y una rosa amarilla que te acompañe al reino de lo desconocido, donde todas las historias son posibles.
Gabriel García Márquez, querido Gabo, siempre estarás con nosotros en tus letras.
Me encanta García Marquez, me encantó "Cien años de soledad", me encantan las frases que has extraído, me encanta el nuevo formato de tu blog...
ResponderEliminarUn beso Isabel, que pases unas buenas fiestas!
Gracias, Sofya. Se nos ha ido alguien irrepetible y no puedo evitar sentir tristeza, aunque ya llevara años sin escribir por culpa de la enfermedad.
ResponderEliminarNo he cambiado nada en el blog, por cierto. ¿O es que se ve de otra manera? Con los líos de Blogger no me extraña nada.
Un beso.
pienso en las mariposas amarillas que envolvían a Mauricio Babilonia... esa imagen que tantas veces vuelve a mi cabeza muchos años después de haber leído a García Márquez, ese momento de magia que él me enseñó a aceptar como real... pienso en esas mariposas y en que "el mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre y había que mencionarlas con el dedo", y sí, tienes razón, Isabel, todas las historias son posibles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, para mí es totalmente nuevo, ¿no has hecho nada en serio?, el fondo, todo el diseño, colores...¡Y bueno! de él siempre nos quedarán sus letras, que no es poco....
ResponderEliminarQuerida Isabel:
ResponderEliminarQué dolor más grande, qué dolor!
Y cómo se siente desde el exilio, ese mismo que Gabo tuvo que vivir por culpa de una satrapía que aún, con distintos nombres, se mantiene en el poder; a esos sinvergüenzas, asesinos, torturadores, a esos miserables, les queda todo el peso de la infamia sobre sus conciencias.
Grande Gabo, ya no vivirá sus Cien Años de Soledad, sino el brillo más intenso de la gloria.
Gracias querida Escritora y Poeta por unir tu dolor a todos los que ahora lo vivimos.
Me abrazo a ti hoy más que nunca.
Un merecido homenaje con dos frases que pintan al Grande Gabo de alma, querida Isabel. Ha pasado a la inmortalidad en las letras, y seguramente se encuentra rodeado de todos los grandes que lo esperan del otro lado, no tan la lejos de este, para seguir inspirando otras plumas.
ResponderEliminarDescanse en paz.
Un fuerte abrazo.
Fer
Gran homenaje el que le dedicas Isabel y yo me uno a él. Nos queda su gran obra para volver a ella a esos lugares y con esos personajes que él consiguió que nos parecieran tan cercanos.
ResponderEliminarPero hoy se siente su ausencia.
Un beso
Isabel, lamento su perdida, pero me alivia tener su gran legado literario.
ResponderEliminarUn abrazo
que la tierra le sea leve
ResponderEliminarabrazos ISA
No todos le han leído, pero hoy todos comentan de él. Tu aportación es otra cosa: dos frases sacadas de su texto y tu ánima.
ResponderEliminarBesos, Isabel.
Adiós maestro. Tus letras te harán eterno. De seguro estás en Macondo... ese lugar que dio vida a tu realismo mágico:
ResponderEliminar"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre,..." (Así comienza 100 años de Soledad)
Los grandes como Gabo nunca mueren.
ResponderEliminarForman parte de nuestra vida y de nuestra cultura.
Voló y nos dejó sus escritos maravillosos, para que lo recordemos siempre.
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel y gracias por el homenaje
Me entero por ti, querida Isabel, hoy andaba algo desconectada.
ResponderEliminarY lo siento, me encanta su forma de escribir y guardo muy buen recuerdo de sus libros, por eso creo no morirá nunca, sino que seguirá instruyéndonos como otros tantos escritores.
Una gran abrazo.
Siempre lo recordaremos.
ResponderEliminarMil besos querida Isabel.
Isabel me uno a tu homenaje.La vida puede dejarnos sin el hombre, pero no puede quitarnos su obra, y eso nos hace sentir que aún está vivo.
ResponderEliminarUn abrazo y mi felicitación por este sentido escrito.
Una tristeza muy grande, la verdad. Perder a uno de estos hombres es como saber que no habrá quien le sustituya a pesar de la no imprescindibilidad del hombre. Gracias a que nos dejó sus letras podremos recordarle siempre. Me gusta una foto que ví ayer, con Saramago. Ayer también me leí su discurso en los ochenta, cuando recibió el Nobel ¡un discurso valiente hacia una Europa engrandecida!
ResponderEliminarMe gusta tu entrada y me sumo a este mini homenaje. Gracias Isa, hay entradas que ... llegan y nos duelen un poquito....
Besos y que disfrutes de estos días.
Su imaginación portentosa nos ha enriquecido a todos. Y eso es muchísimo, estará feliz de sentirlo. Pocos serán los que, si lo han leído, no estén marcados de alguna manera por su fuerza poderosa y su mundo literario.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Isabel, guapa y muy querida.
Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón.
ResponderEliminarme has hecho estremecer con esta parte del txto
Es lo que nos va pasando a todas al envejecer
Gabriel García Márquez.
ResponderEliminar(...)
Ursula fue la única que se atrevió a perturbar su abstracción.
-Si has de irte otra vez -le dijo en mitad de la cena- por lo menos trata de recordar como éramos esta noche.
Entonces el coronel Aureliano Buendía se dio cuenta, sin asombro, que Úrsula era el único ser humano que había logrado desentrañar su miseria, y por primera vez en muchos años se atrevió a mirarla a la cara. Tenía la piel cuarteada, los dientes carcomidos, el cabello marchito y sin color, y la mirada atónita. La comparó con el recuerdo más antiguo que tenía de ella, la tarde en que él tuvo el presagio de que una olla de caldo hirviendo iba a caerse de la mesa, y la encontró despedazada. En un instante descubrió los arañazos, los verdugones, las mataduras, las úlceras y cicatrices que había dejado en ella más de medio siglo de vida cotidiana, y comprobó que esos estragos no suscitaban en él ni siquiera un sentimiento de piedad. Hizo entonces un último esfuerzo para buscar en su corazón el sitio donde se le habían podrido los afectos, y no pudo encontrarlo. En otra época, al menos, experimentaba un confuso sentimiento de vergüenza cuando sorprendía en su propia piel el olor de Ursula, y en más de una ocasión sintió sus pensamientos interferidos por los pensamientos de ella. Pero todo eso había sido arrasado por la guerra (...)
"Cien años de soledad"
Un abrazo, Isabel.
Y aún otra cita...importante. De su discurso de aceptación del Premio Nobel:
ResponderEliminar¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social?
Gabriel García Márquez.
Otro abrazo, Isabel.
Miles de frases y letras que nos deja en herencia. Me uno al duelo de todos aquellos que amamos las historias, la vida, las letras...
ResponderEliminarHa sido un placer descubrir tu espacio aunque fuera para despedir al maestro pero es su manera de unir a la gente, a través de las letras.
Saludos desde Tenerife.
Aunque no podamos amar a todas las estrellas que existen en el cielo literario, es triste saber que hoy brilla una menos.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Querida. Isabel: Por muchos homenjes que le rindamos, nunca podremos pagarle, todo lo que nos ha enseñado, todas las horas felices que nnos ha bridado. Sa ha ido unos de los mas grandes y el mundo de las letras esta de luto riguroso. E.P.D.
ResponderEliminarMe sumo a tu lado para darle el adiós a este portento de las letras. Nos queda su recuerdo, su arte y su comunicación. Siempre estará. Besos.
ResponderEliminarPequeño, breve, contundente y muy sincero.
ResponderEliminarAy querida Isabel, que bella despedida le has dado a Gabo. Unas palabras sinceras son, según yo, el mejor homenaje a un maestro como él. Un pequeño modo de agradecer todo lo que nos dejo.
Como siempre, me alegro de pasar a leerte.
Un abrazote.
Descanse en PAZ en su merecido descanso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un precioso homenaje al gran maestro, Isabel. Un abrazo, Sotirios.
ResponderEliminarUn día llegué a este cobijo por una entrada que hacías acerca de Gabo y hoy vuelvo a leerte y a recordarlo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte Isabel desde Colombia, pronto en tu país.