domingo, 20 de junio de 2010

MIGUEL ESPINOSA



Llevo meses en el intento de rendir homenaje a quien he considerado siempre mi maestro, el ser que me enseñó el estar en el mundo de la literatura, la persona humilde que se alzó como un gigante, el hombre sencillo que caminó en silencio una existencia luminosa, traspasada por el fulgor de la palabra. Todos mis intentos de abrazar a Miguel son escasos. Toda mi gratitud es corta. Toda mi rabia por su muerte tan temprana es estéril. Toda mi alegría por el brillo de su nombre es indudable y acaricia mi espíritu como el mejor de los regalos.

Tuve la suerte de conocer a Miguel, de que él se me acercara en su sencillez primigenia, de que él me alcanzara con su gracia, de que él me hablara y me confirmara en la palabra. Fue poco el tiempo que gocé de su presencia nutricia, sus dos últimos años de vida, porque la muerte lo cortejaba desde hacía tiempo, quizá enamorada de su luz, quizá celosa de tanto brillo.

No consigo dar con los vocablos justos que definan su persona y su obra, ambos de una magnitud inabarcable. Sólo sé que lo amé y lo amo, que vive en mi interior, que es el maestro que aún me susurra y apacigua, que es el ser que me sostiene en mi pasión por la literatura. Toda mi actitud vital en este campo la aprendí de sus sabios consejos. Todas las líneas que escriba en su memoria son pocas para abarcar mi gratitud.

Miguel, padre y amigo, sabes que te llevo siempre, que te escucho siempre, que la emoción me impide tratarte desde un punto de vista crítico. Es demasiado el amor que te profeso, ahora y siempre.

Miguel, gracias, gracias por tanto, gracias por todo.

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En breve, sacaré una nueva entrada que recogerá parte de su pensamiento; frases al azar de su libro Escuela de mandarines.

95 comentarios:

  1. Querida Isabel, estará contento de su alumna. Hasta aquí, sobre el ancho y profundo mar, me llega tu emoción.
    Que descanse, tus palabras irán adornando, flores bellísimas, el camino que ahora recorre.
    Un fuerte abrazo. Hoy más grande.

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  2. No conozco la obra de este importante escritor murciano Miquel Espinosa, es uno de mis autores en cola (necesitaría al menos cinco vidas para alcanzar a conocer toda la literatura que me espera), pero sí sé que fue un escritor de una inteligencia y sensibilidad inusitada y, después de leer esta sentida entrada, mi curiosidad por conocerlo se ha multiplicado. En algún lugar de mis paredes duerme "Escuela de mandarines", de la que sólo sé, corrígeme si me equivoco, que es una denuncia a opresión de la inteligencia en las universidades de los años de estudiante del autor; si levantara la cabeza y viera que todavía podía ser peor...
    Espero esa entrada donde nos darás a conocer parte de su pensamiento.
    Siempre interesantes tus textos.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Querida Isabel, emotivo homenaje el que escribes y más el que se deja sentir en tus palabras y en tu interior. Por seres de luz uno daría hasta la vida. Fue suerte la tuya haberlo encontrado. Se percibe tu sentimiento y tu agradecimiento. Ya leeremos lo que nos has prometido. Gracias. Un abrazo.

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  4. Emocionadas y sentidas palabras, Isabel, que resaltan la imagen de la persona que nombras y engrandecen su obra.

    Un beso

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  5. Todo buen maestro merece tantas cosas de su discípulo, que nunca se puede uno sentir satisfecho de haberle rendido homenaje. Yo tengo un maestro a quien estimo muchísimo y espero no despedirme de él en muchos años. Muy hermoso tu homenaje, Isabel. Espero con ilusión sus frases de Escuela de Mandarines.

    Un abrazo.

    Jorge Andreu

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  6. Tus palabras de homenaje a ese tu maestro son hermosas, están escritas con la pluma del alma. Hay personas que han dejado huella en nuestras vidas. Uno de mis maestros de la infancia me hace sentir a mí esos mismos sentimientos que tú tan bien expresas. Ese maestro que tengo en mi recuerdo se llama Antonio Luis Baena, D. Antonio, un magnífico maestro y muy buen poeta. Tengo la suerte de que aún vive y cada cierto tiempo le hago una visita, junto con otros amigos, y almorzamos juntos y hacemos un ejercicio de nostalgia. Algún día le dedicaré una entrada.

    Tu entrada en recuerdo a esa persona habla de la bondad de un corazón que se siente agradecido.

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  7. Homenaje sentido a tu Maestro. La suerte que él tiene, es que tu le recuerdas y es como si no se hubiera ido. Yo no le conocía y gracias a ti, a partir de ahora buscare información para saber mas de su obra y más gente como yo hará lo mismo y así Miguel sera cada día mas conocido, gracias a ti. Un abrazo

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  8. Isabel, sé de tu veneración por Espinosa, y también de tu amistad con él. Conozco la novela de Espinosa, la conozco poco, pero algo es algo. Es muy necesario que personas como él sean reivindicados, lo he dicho siempre, porque si no parece que sólo existieron los novelistas madrileños y catalanes (en castellano), que es donde estaban los centros del poder editorial. Y en cambio, a veces, las grandes letras, que no conocen ni de centros ni de poder, se han hecho en las periferias. Espinosa acabará quedando como un gran narrador de la generación de los novísimos aproximadamente y conocerte ha sido una forma de desear ahondar en su obra.

    Chica, mira el blog de Dilaida, que te copio telepáticamente los adjetivos. Me he quedado de una pieza, palabra. Muaks

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  9. Virgi, si hablo de Miguel siempre me emociono. Me marcó para siempre con su bondad y con su sabiduría. Han pasado muchos años desde su muerte (murió en abril de 1982, en un día que me confirmaba aquel verso de T.S. Elliot y que decía: “Abril es el mes más cruel…”), pero sigo escuchándolo en mi alma. Me enseñó tantísimo…

    Gracias por venir y te invito a las dos próximas entradas. Estoy segura que te alcanzarán sus sabias palabras.

    Un beso.

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  10. Mercedes, para mí es uno de los grandes narradores del siglo XX. “Escuela de mandarines” es una novela-universo, un mundo dentro del mundo, un lugar al que me voy a vivir en muchas ocasiones. Para mí, imprescindible.

    Como le he dicho a Virgi, traeré algo de esta obra en las dos próximas entradas.

    Gracias por tu interés por este querido maestro y entiendo tu falta de tiempo para leerlo todo. Es imposible, querida amiga. Ni con mil vidas podríamos.

    Un abrazo enorme.

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  11. Tanci, si hablo de Miguel me emociono. Siempre ha sido así. Mi capacidad crítica está anulada con él. Era apenas una estudiante cuando tuve la suerte de que me dirigiera la palabra, con esa sencillez tan suya, tan cercana, tan despojada de boatos.

    Un abrazo y gracias por sumarte a este himno agradecido al amado Miguel Espinosa Gironés.

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  12. Carlos, Miguel es un grandísimo escritor y fue una bellísima persona. Una pena que muriera tan joven, con cincuenta y dos años.

    Un abrazo.

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  13. Jorge, te aconsejo con fervor la lectura de este autor. Sé que no te defraudará. Es uno de los grandes. Ya me contarás.

    Un beso.

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  14. Arobos, mis palabras son pobres y no alcanzan a expresar la magnitud de este maestro (no maestro de enseñanza, pues hizo Derecho, sino de vida y literatura). Conocerlo marcó mi interior para siempre, fue un regalo.

    Te animo a tu entrada en homenaje a ese maestro tuyo. Les debemos tantísimo a esos seres generosos.

    Un abrazo.

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  15. Lembranza, Miguel está vivo en sus libros, en sus frases, en sus letras. Ya verás como disfrutas de esas líneas al azar que traeré en breve.

    Ojalá mis palabras sirvan para difundir su obra, una de las mejores de la literatura del siglo XX en mi opinión, todo un universo propio y una visión fascinante de la literatura.

    Gracias por tu interés en este autor, que me emociona profundamente. Pero sé, por lo que te conozco, que no te defraudará.

    Mil besos.

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  16. Ramon, a ti sí que te había contado mi devoción por Miguel, el grandísimo impacto en mi vida de este autor, y no sólo a nivel literario, sino personal.

    Cuando lo conocí, yo sólo escribía poesía y él me descubrió mi faceta de prosista. Me ayudó a verla, me enseñó a estar al margen de farándulas que despistan de lo esencial: la escritura, me desveló cosas tan sencillas, y al mismo tiempo tan impracticadas, como: “No digas ; redacta y que quien te lea, exprese: ”. Me enseñó, amigo, me enseñó lo esencial, la naturaleza de la cosa, el amor por el oficio, el escudo frente a las tentaciones de los farolillos externos. Me enseñó la paciencia y la benevolencia, el amor a la cultura y el odio a la pedantería que muestra sus galones o a la vanidad mezquina.
    Me consoló de la mediocridad de muchos ambientes que sacan las navajas por un destello de inmortalidad. Me consoló de suspicacias. Me preparó frente al futuro.
    Bien sabes que lo amo con todo mi ser. Si pudiera prestarte mis recuerdos para que lo valoraras en toda su grandeza…

    Una de las grandes voces narrativas, aún no suficientemente difundidas. La calidad de su obra merece el reconocimiento, que lo tiene, pero sólo en círculos de entendidos.

    Un besazo, amigo.

    P.D.- Miré el blog de Dilaida… Jajaja…. Tenemos pensamientos casi gemelos. Ay, las casualidades maravillosas, los adjetivos inspiradores, los escritores magníficos en todas sus facetas, como José Saramago o Miguel Espinosa.

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  17. ¿Y dices que no encuentras las palabras apropiadas? Tu modestia me asombra y me enriquece porque sirve de contrapunto a tanto majadero pretencioso.

    No conozco la obra de Espinosa, pero te prometo que me pongo a ello. Ya ves que si has encontrado las palabras; las adecuadas, las justas y, sobre todo, las necesarias.

    Besicos

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  18. Pero cómo? Si fuiste capaz de urdir este texto tan emocional, no vas a encontrar las palabras que querés decir? Y de todas maneras, Miguel ha de estar saltando en una pata ante semejante demostración de cariño...Un abrazo.

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  19. Yo tampoco conozco a este autor, pero sí recuerdo que lo habéis citado en varias ocasiones aquí o el en el blog de Thornton y vuestros comentarios no han pasado desapercibidos. Que una persona como tú le dedique esas palabras a un escritor, te aseguro que va a conseguir que los que te seguimos lo leamos. Creo que él también tuvo suerte de encontrarse con una alumna como tú.
    Has despertado una gran curiosidad en mí, trataré de buscar el libro por aquí ya que por fin tengo tiempo, aunque sea breve, de cultivar el alma.
    Un abrazo

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  20. dices tan maravillosamente lo que sientes, expresas con tanta sinceridad tu sentimiento, que debe el maestro sentir orgullo por haber sembrado en tierra fèrtil, que duda cabe...Estarè pendiente de lo que escribas o traigas de el, personas como esa trascienden fronteras y alimentan almas aun despues de haber partido fìsicamente.

    abrazos

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  21. Me ha llegado tu emoción, querida amiga; posts como este tuyo de hoy son los que hacen que merezca la pena seguir en la blogosfera.

    Un enorme y cariñoso abrazo.

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  22. Ramon, Mr. Blogger me hizo algo extraño en la respuesta a tu comentario, ya que se comió unas expresiones.

    Concretamente, esas que tanto me enseñaron: “No digas: estoy triste, estoy alegre. Escribe sin diagnosticar, redacta y que sean quienes te lean quienes expresen: está triste, está alegre”. Parece sencillo, pero es todo un reto si lo piensas con detenimiento, pues siempre se tiende, en un principio, a los lugares comunes y a las clasificaciones, a lo fácil en suma, cuando lo que debemos hacer es transmitir sensaciones o pensamientos, como los buenos músicos lo hacen con las notas.

    Petons, querido amigo.

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  23. Txema, no soy forofa de los majaderos pretenciosos. Miguel tampoco lo era. La gente se nimba de importancia y se corona de laureles por nada. Quienes escribimos somos como los zapateros: ellos todo el día con zapatos y nosotros con palabras. Hasta si me apuras, ellos son más precisos.

    Ay, los importantes, los vanos, los saca-barrigas, los que respingan altaneros… Este tipo de personas usan las palabras como espejo de sí mismos y se maquillan en vocablos altisonantes y hueros. La palabra esencial, sustantiva, es modesta como un vestido de andar por casa, y hermana con los otros, sin olvidar nunca su función de instrumento de comunicación social y de cauce de los propios pensamientos (el "logos" griego).

    Sé que vas a disfrutar con los retazos que preparo, lo sé. Estoy en ello.

    Besicos (me encantó el uso en ti de este diminutivo, tan murciano).

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  24. Pulgarcito, con Miguel me falta el distanciamiento. Él corre por mis venas y no consigo distanciarme. Por eso, sé que todas las palabras son escasas e inadecuadas. Tampoco he pretendido nunca convertirme en crítica literaria o hacer una tesis doctoral. Sólo que se demoraba lo que deseaba y, hoy, en un momento, esas palabras, muy cortas para su grandísimo legado. Me basta con que os hayan calado y os haya transmitido mi amor a este autor.

    Ojalá me mirara y me amparara desde algún cielo ignoto. Ojalá.

    Besos.

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  25. Ms. Frutos, qué alegría verte por aquí. Y estás en España, según deduzco de tu comentario. ¡Menuda fiesta en Barcelona! ¡Ay, qué envidia sana, con nuestro Tusitala y nuestro Ángel de la Guarda!

    Si lo lees, no te defraudará. Te conozco lo suficiente para saberlo. Vas a sacar ratos muy jugosos, risas continuas, pensamientos de altura y apreciaciones de vértigo.

    Un besazo.

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  26. Mariano José, cuando nos vamos, vivimos la eternidad en la memoria de quienes han recogido nuestra siembra.

    Tú eres inmortal (y peligrosamente, ahora también tu criado) y sabes de eso.

    ¡Salud, querido Mariano!

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  27. Adelfa, eso quisiera yo: estar, aunque fuera un poquito y en algún que otro momento, a la altura de mi maestro.

    Me encantará dejaros sus palabras sabias. Son tantas…, pero he de resumir, que transcribo y me vicio. Sé que las vas a disfrutar. Su sentido crítico lo vas a saborear con gusto.

    Un beso.

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  28. “Escuela de mandarines”; recuerdo, a mediados de los años setenta, me hice con un pequeño bloc de alambre espiral vertical, lejos de la afamada libreta Moleskine, donde anotaba todos los premios Ciudad de Barcelona junto a los premios Nadal.
    Ahora pasan unos segundos; minutos, largos minutos desde ese punto y aparte con la palabra “Nadal” hasta el reinicio de este comentario con la palabra “Ahora.
    Ya está, ya lo tengo. En mis manos esta pequeña libreta que me orienta en el año 1975.

    “Y todo lo demás no cuenta
    porque son pequeñas cosas
    no trascendentales"

    Mi beso barroco entre la palabra y la idea, conceptuoso.

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  29. Cornelivs querido, se me han subido los colores con tu comentario. Uf…

    Dice la gente que se miente en los blogs. No sé, aunque, a veces, sí que observo algo de pedantería o ganas de sentar cátedra (no me gustaría a mí pontificar nunca).
    No entiendo la causa de la mentira. A mí jamás se me podrá acusar de mentirosa, te lo aseguro. Como mucho, de que todo lo literaturizo, pero la literatura es la pasión de mi vida y, cómo no, la materia fundamental de este blog. Con la literatura se fabula, no se engaña. Y la vida siempre supera a la ficción, en ocasiones por desgracia.

    Un beso emocionado.

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  30. Manel, eres genial. ¡Menudo comentario! Conceptista y evocador de aquellos tiempos donde Miguel publicó su maravillosa "Escuela de mandarines". No te deshagas de ese bloc nunca. Esas pertencias nos definen más que la casa o el coche u otros artefactos precisos para el vivir.

    Para la próxima entrada, ya he escaneado la carátula de la primera edición de "Escuela de mandarines" y sus datos de impresión y publicación. Primera edición, de 1974, en Los Libros de la Frontera, José Batlló editor.

    Gracias por no tomarme a mal mi tarde no gongoriana. A veces, las tengo de todos los colores y tendencias, no te creas.

    Un beso.

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  31. Isabel, genial por emotivo tu comentario, creo que la vida al final, no es más que eso, el recuerdo y los sentimientos que se dejan y perduran formando parte de otras vidas otras ilusiones otros gestos, que sin darnos cuenta, pueden quedar en el sentir de otros.
    Un fuerte abrazo

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  32. No conocia la obra de Miguel Espinosa,
    bonito homenaje gracias por compartir.
    un placer pasar por tu casa.
    feliz semana.

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  33. Isabel, un placer leer un texto tan entrañable como homenaje a tu Maestro y amigo. Espero con ansiedad tus próximas entradas para conocer su obra.
    Un beso

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  34. En esa lectura ando. Un poco a trompicones, por falta de tiempo.

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  35. Isabel, como tú y yo sabemos, Espinosa -Miguel para ti- no era un escritor solamente y menos un escritor murciano. Espinosa era otra cosa.

    El primer homenaje que se le hace a un autor es leerlo y el segundo darlo a conocer. Creo que conseguirás que muchos de tus lectores descubran aquel estado que existía hace milenios de milenios y que se llamaba Feliz Gobernación y Espinosa -Miguel para ti-, esté donde esté, con su mirada de demiurgo te lo agradecerá.
    Besos.

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  36. Conozco a Miguel Espinosa entre otras cosas porque el Instituto cercano a mi casa lleva su nombre. Pero el caso es que hace unos años que compre un lote de libros de 2000 entre otros hay uno de él que se titula la Fea Burguesia, y que en cua nto pueda me lo merendare, pues la recomendacion que haces no puede ser mejor. Un beso y a ver si organizas alguna velada. Que tu puedes.

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  37. Querida amiga Isabel. Llego de la playa, repaso los blog y me encuentro contigo en esta entrada de nuestro entrañable Miguel Espinosa. Suerte la tuya de que fuese tu maestro de palabras. Conocí a Espinosa después de su muerte, en un ciclo de conferencias que en su homenaje hicieron en la Universidad y aún me queda más por conocer. Después de tu encendido comentario, mi próximo libro, en Diego Marín, será "Escuela de Mandarines".
    Entre tú y yo vamos a dar un repaso de nuestra gente para que el mundo lo sepa.
    Muy bien murcianica. Un abrazo chillao.

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  38. Tan sinceras y hermosas palabras hacia una persona como Miguel Espinosa hacen que los que no lo conozcamos prestemos mucha atención a lo que nos dices. Reconozco abiertamente mi ignorancia, pero digo que si tus palabras tienen tanto que ver con ese maestro y amigo es que fue grande y por tanto merece ser conocido.

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  39. Es un año intenso de despedidas...y donde poner todas las vivencias, todos sus gestos, sus miradas?. Se van y nos desubican, una parte de nosotros se va también con ellos.

    Pero encontrarás a tu maestro, a tu amigo Miguel en el silencio de un libro, en un pensamiento o en el leve roce de tus dedos al escribir, estoy segura!.

    Buscaré el libro para encontraros a los dos.

    Un beso muy grande

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  40. Sí, coincidimos en adjetivaciones... será porque leemos a los mismos autores últimamente ;) Un abrazo

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  41. Pinto, cuando alguien se marcha al territorio sin retorno de la muerte, quienes lo han amado de veras continúan con su recuerdo, con su impronta, con su lección de vida.
    Hace dieciocho años que Miguel murió, pero está vivo, muy vivo en sus escritos.

    Un abrazo fuerte.

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  42. Ricardo, gracias por visitarme y dejar ese amable comentario. Ahora vengo de tus blogs, donde la poesía es tu guía y tu bandera.

    Este escritor, Miguel Espinosa, es de gran talla. Su lectura no te defraudará nunca.

    Un saludo.

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  43. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  44. Maripaz, ya verás como disfrutarás con el verbo espinosiano.

    Gracias, amiga, por tu calor y por tus siempre amables palabras.

    Un beso.

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  45. María Jesús, queridiña, cuando las faenas de la tierra te lo permitan, sé que gozarás de “Escuela de mandarines”. Conociéndote, sé que te reirás con gusto.

    Bicos siempre.

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  46. Thornton, así es. Miguel Espinosa tenía millones de matices. Era un escritor heterodoxo en la Feliz Gobernación, un teólogo de la palabra, un mentor del Hecho, un filósofo del poder, un alma alzada que protestaba contra la tontería imperante…, y mucho más, como bien sabes.

    Leerlo y divulgarlo es todo un placer para mí. Es poco en comparación con lo que recibí de sus sabias palabras.

    Besos, Presi.

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  47. Curro, intenta conocer a Miguel por alguna de sus obras. “La fea burguesía” es un gran libro, como todos los suyos; lo tengo editado por Alfaguara. Incide, como en las Tríbadas, en sus particulares obsesiones.

    Su más completa visión del mundo la contiene, según mi criterio, “Escuela de mandarines”. Es todo un universo donde perderse con gozo. El disfrute y la sonrisa están asegurados.

    Estudiaré la encomienda social que formulas.

    Besos.

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  48. Man, sabía que te gustaría mi alusión a Miguel Espinosa.

    Reconozco que fue una suerte conocerlo y quedar con él en varias ocasiones. Me enseñó muchísimo, y mis oídos de veinteañera recién cumplida se abrían, asombrados, a la cadencia de su voz sabia.
    Todavía recuerdo cómo se me acercó en la Casa de la Cultura (hoy Museo Arqueológico). Fue durante un Congreso de Escritores, por la mañana. El ponente estaba algo petardo y salí fuera a echar mi particular petardillo fumado. Un hombre de apariencia sencilla, con una carpeta, se me acercó. También fumaba. “¿Te aburres dentro?”, me preguntó educadamente. “Un poco”, respondí. Y de ahí, se lío la conversación, me dijo que él impartía la siguiente ponencia y nos enredamos en filosofías de charla. Me preguntó si estudiaba Filosofía. Le respondí que Derecho y comenzó a reír. Él también había recalado en esa orilla leguleya que le servía, como después me sirvió a mí, para ganarse el sustento. Escuché su posterior ponencia, sobre escritores videntes y visionarios, con gran interés. Por la tarde, me buscó entre tanta gente y nos invitó a cervezas a mí y a mi novio de entonces. Intercambiamos teléfonos y, fiel a su sencillez, pronto me llamó (yo no me atrevía a dar el primer paso, claro). Así comenzó un magisterio sobre mí que aún perdura. Encontré consuelo y respuestas en su compañía.

    No sé si encontrarás “Escuela de mandarines”, ahora editado por Alfaguara. Hace quince días, me llevé los dos últimos ejemplares que les quedaban (para regalarlos, claro). Encárgalo, que es posible que no se haya agotado en el fondo de la editorial y, si es así, a hacer peticiones y que reimpriman.
    Aquí, en este libro, vas a sumergirte en todo un universo que bebe de las fuentes más clásicas: Cervantes y Rabelais, por ejemplo. Su lectura es de un goce indescriptible.

    Otro abrazo “chillao” para ti, querido Man.

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  49. Carlos, merece ser conocido y loado por todos los millones de los siglos venideros y por todos los seres de las diversas castas.

    Cuando lo leas, lo ratificarás. Ya sabes que te tengo hecha la reserva para recalar en la Feliz Gobernación, ya que un buscador de historias, un tusitala como tú, merece conocer a mandarines, legos, becados, dictadores, demiurgos y al simpático Eremita.

    Besos, amigo.

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  50. Tati querida, Miguel se fue de la vida que conocemos hace mucho; en abril, se cumplieron dieciocho años de su muerte.

    Pero, como bien dices, vive en sus páginas, resplandece en sus magníficas letras y en su enorme pensamiento. Si lo lees, no te defraudará.

    En las próximas entradas, y como una incitación a su lectura, traeré frases de su cosecha.

    Un abrazo grandísimo, artista.

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  51. Ramon, consigues que me ría a carcajadas y que me esponje de dicha. Pero qué majo eres.

    Creo que ya te he dicho por algún lado que parecemos gemelos últimamente.

    Besazos siempre para ti, mi buen amigo.

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  52. Isabel, si viviera, el agradecimiento sería mutuo.

    Un abrazo
    Gracias por ampliar mis conocimientos, no sabía de él.

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  53. Precioso homenaje y enorme suerte la tuya de llegar a conocerlo.
    Aunque sólo fueran dos años, a tí te influyen el resto de tu vida con sólo su recuerdo.

    Si me haces un hueco, dejaré que mi alma se refresque en tu rio que baja con mucha fuerza.
    Un beso.

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  54. Querida Isabel nunca he leido nada de tu MAESTRO, tu comentario sobre él es sufuciente para que desee conocer su obra.
    Bicos

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  55. Tampoco yo sabía nada de él, pero voy a intentar enmendarme. Gracias, Isabel, por presentarlo en este hermoso homenaje.
    Un beso.

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  56. su presencia siempre andará contigo.
    un abrazo

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  57. Debido a mi ignorancia he tenido que recurrir al Google para conocer al tan insigne escritor Don Miguel Espinosa, todos los días aprendo algo, gracias, un saludo.

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  58. Kety querida, gracias a ti siempre por tu presencia y por tus animosas palabras.

    Me siento satisfecha de que con esta entrada su nombre se os haya hecho familiar a muchos.

    Un beso.

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  59. Rakel, sí que tuve una suerte inmensa por poder conocer a Miguel.
    Como dices, su presencia física no duró demasiado tiempo, pero la espiritual me ha acompañado siempre.

    Este cobijo está encantado con tu presencia, no lo dudes.

    Un beso y bienvenida.

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  60. Dilaida, tú disfrutarás mucho con su lectura, estoy convencida, sobre todo con “Escuela de mandarines”, una parábola de tiempos feos, narrada con humor, buen lenguaje y maestría absoluta.

    Bicos, queridiña.

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  61. Bel, inténtalo. No te defraudará lo más mínimo. Su amor a la palabra se nota en cada línea. Es literatura en estado puro.

    Un beso.

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  62. Alfonso, así será, mientras viva.

    Un abrazo, majísimo, que tu acertijo era con Rakel (me maravilló tu modestia, que dice mucho de ti).

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  63. Mamé, no es que seas ignorante, es que un autor muy poco conocido. Sólo a niveles de universidad y de un pequeño círculo de fieles devotos. Y es una pena, pues a pesar de que una editorial tan conocida como Alfaguara haya sacado obras suyas, aún es un gran desconocido para el gran público.

    Transmite mucha sabiduría y su lectura es amena, estallando la carcajada cada poco. Si lo lees, te gustará.

    Un abrazo.

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  64. El tiempo que nos de la vida es siempre para seguir creciendo. Gracias, Isabel, por mostrarme más caminos. Te abrazo fuerte, fuerte.

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  65. Tienes el arte máximo de expresar en pocas frases, con plabras justas, sinceras, emotivas... sentimientos profundos. Este homenaje así lo demuestra. Qué suerte Isabel tener un maestro, como referencia, como línea a seguir. Has sido una privilegiada, sin duda...
    Tu pluma avala que has sido seguro su mejor alumna.
    Un beso fuerte, querida Isabel

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  66. Hola Isabel, ando un poco liada,apenas tengo tiempo...Te leo y te dejo un olorcico a jazmines recien cortados...Pero, no me olvido de ti.
    Besicos.

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  67. Isabel estoy deseando leer tus próximas entradas y conocer un poco más de esa persona que te provoca palabras tan hermosas y cargadas de sentimiento , estoy segura que va a ser una bella experiencia. me apunto el libro escuela de mandarines para próximas lecturas.
    Un besazo

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  68. Desde que me la recomendaste tengo "Escuela de mandarines" esperando en la mesita de los libros pendientes. Después de leer tu entrada es obligado no demorar más su lectura. Tiene que ser realmente admirable para que tú le dediques estas palabras tan sentidas.

    Espero impaciente esa entrada que anuncias y para entonces confío haber hecho los deberes.

    Un gran abrazo.

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  69. Isabel, con esta emotiva entrada vas a conseguir que Alfaguara reedite el libro; leo en los comentarios que ya somos unos cuántos los interesados en conocer su obra. Bien hecho.

    Estoy segura de que él, aparte de apreciar en ti un talento innato para escribir, aprendió de tu gratitud y bondad, y de tu inmensa capacidad para el afecto.

    (ay, siempre suspiré por un Maestro...como no llegó me nutrí y me sigo nutriendo de la Gran Madre)

    Un beso

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  70. No conozco su obra aunque he curioseado un poquito ahora por ahí y desde luego me lo anoto.
    Las palabras que le dedicas son hermosas y sinceras y despiertan la simpatía hacia él y la curiosidad por su trabajo.
    Gracias por tu visita y si no ampliaste las fotos al máximo te lo recomiendo. Un abrazo.

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  71. Ignorante en su obra espero conocerla por tus anuncios de próximos escritos.

    En ocasiones hay alguien, incluso ajeno a nuestra vida, que pasa por ella dejándonos su marca, su luz. Y eso es para siempre. Suerte tienes y lo sabes de haber conocido a alguien con ese brillo compartido.

    Un abrazo.

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  72. Qué homenaje tan bello a tu padre y maestro. Me ha emocionado, isabel. Y espero con interés esa entrada que nos anuncias con pensamientos suyos. Ahora sé de dónde te viene esta vena literaria que fluye honda. Un abrazo.

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  73. Se nota por la calidad de tus palabras lo mucho que tu maestro te enseñó y además por la calidez de los vocablos se ve la gran persona que se cruzó en tu camino. Un abrazo

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  74. Alenka, también te abrazo muy fuerte y sigamos aprendiendo mientras vivamos. Es el mayor regalo de la vida.

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  75. Carmen, gracias por tus enormes palabras, que valoro muchísimo.

    Sí que tuve suerte. Llamo a Miguel maestro, porque, con el paso de los años, he advertido que él me enseñó lo fundamental en pocas palabras, porque fue generoso, tendiendo un puente de la madurez a la juventud. Fue una persona magnánima conmigo y le estoy muy agradecida. Ojalá, si me observa desde algún lado, piense que he sido una buena alumna.

    Un fortísimo abrazo.

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  76. Cabopá, también ando hasta arriba. No encuentro el momento de entrar en el blog. Tiempos…
    Nos desenredaremos.

    Besicos.

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  77. Anusky, en el momento que pueda meto las citas de “Escuela de Mandarines” (estoy enredada hasta las cejas).

    Ya verás cómo te llega el amigo Miguel. Lo sé que así será.

    Un besazo.

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  78. Jose, sé que tienes el libro y sé que lo vas a gozar. Te perderás en su universo alegórico y en su caudal de ironía sin límites.

    Traeré, para abrir boca, frases sueltas, porque lo mejor es dejar que el autor se muestre en sus propias palabras.

    Un beso.

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  79. Raticulina, ojalá que tenga Alfaguara que reeditarlo. Miguel se lo merece, te lo aseguro.

    Reconocer a un maestro es abrir la mente para aprender y tú has aprendido mucho de la Gran Madre, te lo aseguro.

    Gracias por tus cariñosas palabras y un abrazo enorme, querida amiga.

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  80. Mateo, Miguel asombra y cautiva. Es una voz única e irrepetible, con un universo propio y perfectamente reconocible.

    Difundir su obra es para mí una deuda de gratitud.

    Un abrazo.

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  81. Chesana, espero que las frases que traiga despierten el interés que desemboca en la total lectura. Es uno de los grandes.

    Tuve esa suerte: conocerlo. Me marcó para siempre.

    Un abrazo.

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  82. Isabel, mi padre espiritual es Miguel, un ser único e irrepetible.
    Mi amor por la literatura propiamente dicha, y no por sus brillos y farándulas, me hizo reconocerlo como padre y maestro al instante.

    Un gran abrazo.

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  83. Alicia, gracias por pasarte por este cobijo y dejar esas hermosas palabras.

    Miguel Espinosa fue una gran persona y es un magnífico escritor.

    Un abrazo.

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  84. Qué palabras sensibles y preciosas!
    Me encantó lo que vi aquí.
    Saludos,
    li

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  85. Gracias amiga por acercar este MAESTRO que yo no conocía...

    A partir de ya voy a investigar par saber más de Miguel Espinosa me has dejado el gusanillo...

    Estando al tanto de las próximas entradas que vas a dedicarle a sus poesía.

    Has despertado dentro de mi esa sensación tan necesaria de seguirlo, es muy triste que personas tan cabales tengan que ausentarse por fuerzas mayores...

    Un abrazo de rosas del color de los sueños.

    Marí

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  86. Querida Isabel,
    no sabía que en Murcia había escritores importantes. Ya que ese tal Espinos dices que es bueno, lo buscaré y si los libros no son muy gordos los leeré con gusto. Por cierto, ¿hace mucho que se murió este hombre?

    Un abrazo y ya te diré algo sobre Miguel.
    Por cierto, qué libro me aconsejas??

    Salud
    Perich

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  87. Eliana, gracias por tus amables palabras y bienvenida a este cobijo.

    Pasé por tu blog y te felicito. Haces unos dibujos admirables. Toda una artista.

    Un abrazo.

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  88. Gata, es un regalo para la inteligencia leer a Miguel, ya lo comprobarás por ti misma.
    Personas como él, nos engrandecen. Su prosa es de una altura de vértigo.

    Un beso.

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  89. Perich, cómo me he reído, y me río, con tu comentario.

    Ya ves, parece ser que Murcia también da hombres de gran talla en esto de las letras, aunque, quizás, por ser de Murcia, resulta aún algo bajito con los aparentemente altos de otros sitios, aunque ya quisieran muchos altos algo de la bajeza provinciana de Miguel.

    Anda y anda, socarrón, que pareces el Barberillo Autodidacto.

    Besazos (qué gusto me ha dado verte por aquí).

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  90. Amiga Isabel, te agradezco un montón que hayan entrado en mi casa y me hayas dejado unas hermosas palabras. Me he acercado a la tuya y ya veo la que has liado a propósito del insigne Miguel Espinosa, sea por su ESCUELA DE MANDARINES o por lo que haya escrito. Se ve que lo conociste bien. Yo no tanto pero suficiente como para saber que se trata de uno de los pocos genios de la palabra y de la narración que ha dado el mundo en estos últimos tiempos. Este ha sido nuestro primer contacto y espero que se repita muchas veces. Un abrazo a través de Miguel Espinosa.

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  91. Hola Isabel, gracias por mostrarnos cómo las palabras llegan a ser vehículos de trascendencia. Hay seres humanos que se disuelven en palabras, que perduran a través de sus enseñanzas o de la huella inabarcable en lo que hoy somos ...Y no sabemos si nos duele que ya no estén, o su presencia en nuestros días, como una maravilla que nos atraviesa, que añoramos contemplar como antaño, pero ya nos es posible porque ahora reside en nuestros ojos.
    Un abrazo

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  92. Hola Isabel, gracias por mostrarnos cómo las palabras llegan a ser vehículos de trascendencia. Hay seres humanos que se disuelven en palabras, que perduran a través de sus enseñanzas o de la huella inabarcable en lo que hoy somos ...Y no sabemos si nos duele que ya no estén, o su presencia en nuestros días, como una maravilla que nos atraviesa, que añoramos contemplar como antaño, pero ya nos es posible porque ahora reside en nuestros ojos.
    Un abrazo

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  93. Antonio, gracias a ti por acercarte hasta aquí y por tus amables palabras hacia Miguel Espinosa. Observo que conoces al autor, lo cual me llena de alegría.

    Bienvenido, un abrazo y nos iremos conociendo.

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  94. Camino, cada uno de los hombres tiene un instrumento en su haber y un tesoro en los dones que le fueron conferidos. Miguel fue maestro en las palabras y en ellas perdura para bien de quienes nos gusta acudir a su universo literario.

    Existen muchas formas de estar en el mundo y una de ellas, la que a mí más me seduce y a la que tiendo por instinto, es la del lenguaje, la de la expresión de la existencia en palabras, la que da fe de una particular individualidad que puede llegar a convertirse en modelo de estética general. Y no olvidemos que no existe estética sin ética.

    Un abrazo, querido amigo.

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