Aquel día me vistieron como un repollo, me colocaron unos zapatos que me hacían daño y me acicalaron el pelo con unos rizos cursis, un flequillo esculpido y, a modo de corona, me encasquetaron una diadema que se me clavaba detrás de las orejas con una saña sádica. Algo gordo debía ocurrir para que me hubieran disfrazado de esa guisa, para que me hubieran hecho prescindir de mi cómodo vestidito de algodón que no importaba si se manchaba.
Salí de casa cogida de las manos de mis padres, uno a cada lado y yo en el centro, como una princesa en miniatura que precisara corte y protección. Pero el destino de nuestros pasos no fue una boda o un bautizo, sino un estudio de fotografía donde mis padres habían decidido que posara, para que la niña que no era con ese disfraz pasara a los anales de sus álbumes de fotos.
Mi sesión de modelo fue un auténtico suplicio. La ayudante del fotógrafo se empeñó en repeinarme aún más de lo que ya estaba y me obligó a subir a una tarima con dos muñecos horribles; ni el más feo de los míos les hacía competencia a aquellos dos monstruos.
–Cógelos –me indicó el fotógrafo.
–No me gustan –respondí sin ningún tipo de empacho cortés.
–Da una mano a la muñeca y al otro lo coges con la otra.
Ante mi negativa muda y espantada, la ayudante del fotógrafo me colocó ambas birrias en las manos con una determinación iracunda frente a la que no cabía réplica.
–Estás muy bien así –me animó mi padre desde el fondo del estudio.
–Sonríe –me ordenó el fotógrafo.
Pero no tenía ganas de echar la más mínima sonrisa. Deseaba escaparme, desasirme de aquellos muñecos espantosos y rancios.
–Sonríe –repitió el fotógrafo y, ante mi falta de obediencia, mi padre se colocó detrás de él y se puso a hacer el mono con gestos exagerados.
No sé cómo ocurrió, pero el fotógrafo se salió con la suya sin que yo me diera cuenta, quizá aprovechando que estaba concentrada en las monerías de mi padre. El recuerdo gráfico que miro así lo atestigua.
jajaa, sí que da miedo la muñeca, sí, parece la novia de Chucky
ResponderEliminary no te hagas mala sangre con el vestido, que los he visto peores
me voy a llevar solamente la sonrisa de niña
Jo, la muñeca...da más miedo que una coral de bandurrias, pero tú, con flequillo esculpido y todo, estás monísima...como en la foto nueva del perfil :), guapa, guapa
ResponderEliminarIgnorando la muñeca, que tampoco me parece tan malvada... creo que esa foto debe hacerte muy feliz, porque esa mirada sobrevive el peso de una vida y sobre todo recuerdas el motivo que la originó. Me ha gustado mucho la entrada.
ResponderEliminarBesos Isabel
Vaya sufrimiento para la foto, Isabel...pero al final la sonrisa se hizo presente...y eso demuestra que no te lo pasaste tan mal....eso es lo más importante y lo bonito de recordar. Hace poco también repasaba algunas fotos mías con algunas amigas y me decían que mi cara no ha cambiado nada y que los mofletes se mantienen...jeje....besoooss
ResponderEliminarHola, te acabo de conocer por el tema del concurso de Maria Jesús,me gusta tu blog y seguiré leyéndote. La foto preciosa.
ResponderEliminarbesitos
Una foto preciosa. Me quedo con la sonrisa y con el brillo de la mirada (comparar con la mirada zombie de la muñeca). ¿Te das cuenta de que tienes pinta de niña romana? Podrías llamarte perfectamente Flavia o Julia.
ResponderEliminarY me quedo también con una reflexión que me ha gustado mucho: "Mis padres habían decidido que posara, para que la niña que no era con ese disfraz pasara a los anales de sus álbumes de fotos." De adultos reconstruimos la imagen de nuestra infancia a partir de fotos fragmentarias que no reflejan ni de lejos al niño que fuimos. Antes nos hacían muy pocas fotos, y casi siempre en momentos especiales (comuniones, bodas o reuniones familiares). Nos vestían raros y nos dolían los pies. El niño del día a día sólo está en nuestro recuerdo. Es ese niño que sí fuimos el que tenemos que buscar (o inventar). Está bien que sea así. Gracias por tu entrada. Un beso, Isabel.
Memoria fotográfica para un momento de infancia que se conserva intacto como el día que se produjo, en la foto no te veo mal, je je je
ResponderEliminarUn saludo.
La foto es linda y tú no pareces fastidiada.
ResponderEliminarEn mi pueblo había uno que aburría a la gente con las poses para al final sacarle la peor.
El prgreso conseguido con las digitales es fabuloso
Besos.
Isabel, tu padre deberia haberte dado unos cuantos azotes, porque en vez de eso se pone a hacer monerias, eso es un padre y lo demas son cuentos. Menos mal que lo consiguió y ahora puedes ver esa foto, que seguro que la contemplas muchas veces. Un abrazo
ResponderEliminarQué gracioso el flequillo (el tuyo, no el de la muñeca). Realmente sales muy guapa, Isabelita. Te sonríe también la mirada.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada, Isabel. La he vivido desde la primera palabra. Me has hecho reír como no lo hacía desde mucho tiempo.
ResponderEliminar¡Qué grande eres!. ¡Qué descripción!...
La imagen de tu risa, gracias a tu padre, es un bello recuerdo que no olvidarás nunca.
Mil besos y abrazos, paisana.
Una historia para enmarcar, como la foto, en la que la muñeca parece la niña. Saludos.
ResponderEliminarPues yo te guapísima!!! igual que ahora.
ResponderEliminarCreo que el resultado merecía la pena. La historia está cargada de ternura, e interpreto que tras el empeño de los padres estaba lo logrado, una foto cargada de memoria, por otra parte a pesar de las muñecas, estupenda. Estampa de otros tiempos, de nuestros padres y nuestro pasado reciente.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha encantado el modo en que lo has contado...!
ResponderEliminar:)
Y la muñeca esa... me da un poco de miedo.
;)
Besos...!
Muy bonito el relato, t enviaré un correo. Un abrazo
ResponderEliminarPrecioso relato y entrañable fotografía querida Isabel... pero si me lo permite.. la veo mas mucho mas guapa en su nueva foto del perfil...
ResponderEliminarBesin
Pues sí que estás guapa y contenta,
ResponderEliminarseguro que tus padres estaban tan orgullosos de tí, por eso la historia de la foto.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
¡Qué niña tan bonita y tan dulce!
ResponderEliminarAunque también le veo una mirada algo pícara, no sé si estaba pensando en hacerle alguna jugarreta al fotógrafo o a las muñecas.
Si en vez de traje tuvieras una túnica, veo a Rea Silvia en persona.
Muchos besos, da gusto verte también en la nueva foto que has puesto en el perfil, estás requeteguapa.
(si supieras que hoy mismo pensaba poner unas fotos de mi infancia como las que puse hace tiempo...¡ay, estas conexiones!)
Tengo la cara como más roja que un tomate maduro con vuestros comentarios, jajaja. Me han subido los colores.
ResponderEliminarSois adorables Gracias a todos y me voy a plantear muy seriamente dedicarme a ser una estrella, jajaja, y no una petarda que escribe.
Yo sé por qué reíste al fin: en lo más profundo sabías que te estabas fotografiando para que un día como hoy tus amigos de la red pudiéramos disfrutar un pedacito de tu niñez.
ResponderEliminarDespués de tanto sufrimiento, ¿a que valió la pena? Eso sí, los dos muñecos diabólicos sobraban, ahí te doy la razón.
Me gustó conocer, físicamente, la niña que hay en ti.
Besos.
La pose de la foto forma parte de la estética de otros tiempos...
ResponderEliminarveo todo muy bien, tu sonrisa de ayer y de hoy en este cambio de imagen, y el cambio de cara del blog...
Pasado y presente para seguir el camino, que eso es la vida.
Muchos hablan de lo difícil que resulta ser padres, y muy pocos de lo dificilísimo que puede resultar en ocasiones ser hijos.
ResponderEliminarTú lo has hecho con enorme ternura. Seguro que se lo pusiste muy fácil a tus padres.
La foto es entrañable, pero es evidente que has mejorado con el tiempo. La nueva imagen así lo demuestra.
Un abrazo.
Relato crítico, pero que hace justicia a tantos niños torturados. Tal vez un poco ácido, tratándose de los padres. Los padres siempre creemos hacer lo mejor, pero sin duda nos equivocamos. En todo caso, muy bien escrito, como siempre. Tu nuevo "look", todo un éxito. Estás más guapa así, Isabel. Un beso. Luis Madrigal.-
ResponderEliminarPodría pasarme un mundo entero viendo fotografías de cuando mi madre era pequeña, de cuando incluso mi abuela. Me despiertan una nostalgia que no es la misma que me despiertan las fotografías de mi niñez, más reciente. Es una nostalgia con una textura distinta, como ésta que siento ahora al verte a ti con la muñeca, la nostalgia de un tiempo que no he vivido, tal vez.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Mi querida Isabel, magníficas fotos. La nueva en la que apareces con tu nuevo look y la antigua; la que nos traes con algo de nostalgia. Y si miramos las dos, podemos desentrañar los mismos ojos y tal vez un poco de timidez. En la antigua la niña dobla un poco su rodilla (y no creo que lo hiciera porque posara), más bien porque estaba nerviosa y no sabía dónde meterse. Si no fuera por esas fotos (obligadas), no estaríamos ahora reconstruyendo tu preciosa historia. O si, pero tal vez con otras palabras u otra imaginación. El caso es que cada tiempo ha dado lo suyo. Y aquel, nos dio los recuerdos en los quevamos proyectando nuestro futuro pasito a pasito.Eres tú y tus circunstancias, como también ahora lo eres en la nueva que nos muestras. Otra cosa eran las muñecas "encartonadas" con las que nos obligaban a jugar. Nunca fueron santo de mi devoción.Me ha gustado visualizarte y leerte. Un fuerte abrazo amiga.
ResponderEliminarEres tú? A mi me parece que estás muy guapa y contenta: la muñeca es como eran. Los metodos autoritarios y antidemocáticos son la única objeción por mí parte. Un abrazo.
ResponderEliminarSales muy mona y de no haber pasado ese mal rato, no tendrías este bello recuerdo, de verdad...eras una niña muy guapa..
ResponderEliminarBesitos en el alma
Scarlet2807
Isabel....estás guapísima y pese a lo que cuentas, supernatural y simpática. Ay madre, aquellos vestiditos tan simpáticos que entonces eran la repera. Y mira que piernas más bonitas y que sonrisa. Y yo a la muñeca no la veo tan fea, más de una niña la habría deseado....Pero sí te comprendo, porque a mí mi madre me hacía perrerías. ¿ Quiero una niña rubia? Camomila todos los sábados. Ahora con el pelo rizado !Permanente!...y así, así....yo sí que acabé cartita. Me ha encantado este post
ResponderEliminarMil estrellas de juguetes lindos, lindos como tú
She....
Nacemos con el don de descifra lo importante y desechar símbolos de lo caduco.
ResponderEliminarUn abrazo
Todos tenemos recuerdos plasmados en fotos que quisieramos no haber vivido o al menos haberlo hecho de forma distinta.
ResponderEliminarA pesar de ello, querida Isabel, se te ve muy bien
Un beso
¡Pero si estabas monísima!.
ResponderEliminarA todas nos ha tocado disfrazarnos para el album familiar, a mi me tocó de faralaes encima de un caballito en la feria de Jerez, pero tu lo cuentas muy bien.
Un beso guapa
si te acuerdas de hasta los dialogos¡¡¡¡si que te dejó marcada la dichosa sesion de fotos.
ResponderEliminarun beso
Púes aun forzada yo te veo muy guapa, sobre todo se te ve feliz, la alegría te sale por los ojos, seguro que eran las gracias que te hacia tu padre.
ResponderEliminarA mis dos hermanas y a mi nos hicieron una fotografía, cuando eramos pequeñas, solo que mi flequillo dejaba mucho que desear, una vecina muy amable me lo había trasquilado.
Recuerdos que con el paso del tiempo te hacen gracia. Un abrazo
No requiero mucha imaginación para estar en ese estudio fotográfico y ver los preparativos, al fotógrafo, a su ayudante, a las muñecas, a tu madre, a ti en el centro de la acción y a tu padre detrás de cámara revoloteando muecas para que nos dieras un día como hoy esa linda sonrisa.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Un abrazo.
Isabel,tu padre sabía como arrancarte una sonrisa. estas preciosa. Buen recuerdo.
ResponderEliminarBesos
Yo también tenía fotos así. Estaban en la casa de mis padres; en nuestra casa de siempre. Un día salí de aquella casa y no volví jamás. Allí se quedaros tantos y tantos recuerdos -y otros tantos irrecordables-,hasta que desaparecieron con muebles, ropas, enseres... y todo.
ResponderEliminarBorré de mi vida y ahora la echo de menos.
Me alegro de que conserves recuerdos en imágenes de instantes vividos. Yo sí tengo algunos recuerdos, por ahora, pero no tengo las imágenes.
Un abrazo desde Santiago.
Leo tu texto y recuerdo, como nunca, un cuento del ¿denostado? Edmondo de Amicis.
ResponderEliminarNadie quiere recordar su Corazón, pese a que lo hace Mario benedetti (estoy leyendo una recopilación de sus arytículos, pero no me levanto a buscar el tomito)
El cuento de Amicis se titula "El rey de las muñecas".
Es tan inquitente (perturbador) como realista (cierto).
Besos!
Eras monisíma, bueno sigues siendo preciosa, yo te conozco y doy fe.
ResponderEliminarTu fotico me ha recordado aquella que publiqué el año pasado más o menos de la misma edad encima del puente viejo, cuando me iban a operar de amigdalas...je,je,je.
¡Pero que bien lo pasamos el sábado!
Besicos.
El viernes pásate por los amigos de la tana. Sebastian publica los viernesnoche.
Estás preciosa en esta foto (y también en la nueva de perfil como bien dijo India). Me lo imagino a tu padre haciendo morisquetas detrás del fotógrafo y me viene una imagen muy tierna.
ResponderEliminarBesos !!!
La verdad es que hay contraste entre esa fea muñeca y la niña con sonrisa picarona. Y nos has contado que no querías cogerle la mano a la muñeca pero eso también se nota un poco.
ResponderEliminarEn la nueva foto de perfil has salido guapa guapa.
Un abrazo.
Me quedo con la imagen de tu padre haciéndote reír, que no se ve pero que se refleja en tu sonrisa. Sólo alguien que nos quiere es capaz de hacernos reír cuando lo estamos pasando mal. Por eso la malvada ayudante del fotógrafo y el fotógrafo eran incapaces de entender que las muñecas eran feas, que los zapatos te dolían y que la diadema se te clavaba en la cabeza, y menos mal que el vestido no picaba, porque recuerdo que los había que era una tortura ponérselos, jeje.
ResponderEliminarEstás preciosa, y es muy bonito ver esa niña que eras y que llevas en ti, en la nueva foto de perfil que estás muuuy guapa también!!.
Un beso grandisísimo y gracias por tu deliciosa escritura!!
Muy entrañable toda la entrada y bien llevada, Isabel. Me ha transportado. Un beso de una que como comprobarás está más que liada.
ResponderEliminarAy, los retratos, cómo quedamos todos.
ResponderEliminarUna imagen llena de recuerdos.
ResponderEliminarPasaba a dejarte mis saludos
y que tengas un buen fin de semana.
un abrazo.
¡Pero si estás hecha un primor! ¡tan resalááá!. Nada importa como sean los muñecos, tu sonríes feliz.
ResponderEliminarTengo una foto muy parecida con un animalito de juguete en la mano...¡aquellos tiempos!.
Feliz día, ahora vengo!!!
¡pero te veìas grandiosa! ay Dios, como me pueden a mi estas cosas de los recuerdos...
ResponderEliminarabrazos amiga
Gracias a todos por vuestros amables comentarios. Hacía tiempo que no me subían los colores como en estos días, jajaja.
ResponderEliminarBesazos.
Te cogieron por sorpresa en una sonrisa llena de automágia.
ResponderEliminarEstas guapisima, mereció la pena...
Un abrazo.