domingo, 14 de octubre de 2012

UN TRANVÍA DE LETRAS

 Donde vivo, hace poco más de un año que comenzó a funcionar el tranvía. Dejando al margen enfervorizadas discusiones sobre a quien benefició la decisión política de su existencia, se trata de un delicioso tren en color verde pistacho en el que me monto con la menor excusa. Funciona bien, es rápido, apenas si te hace esperar más de cinco minutos, en su interior no se pasa ni frío ni calor... Todo son ventajas para mí, y de manera muy específica recalco la posibilidad de dedicar una isla de mi tiempo a la observación de mis semejantes o a la lectura. 
Me gusta leer en el tranvía. En ocasiones, ocurren cosas muy curiosas, como ayer, que leía a Enrique Vila-Matas mientras observaba a unas chicas jóvenes y anotaba sus frases. Exploradora del abismo, leía que el personaje del escritor de Barcelona confeccionaba un archivo sobre las frases que recogía en una línea de autobús de aquella ciudad. Leía y anotaba en los escuetos márgenes del libro las frases que hasta mí llegaban. Llegué a mi destino cuando concluía el relato y las anotaciones, y tuve miedo de perder el ímpetu de anotar al margen, de perder la curiosidad. Bajé dando vueltas a las frases de Vila-Matas mecidas en el tranvía: «para cambiar de estilo basta con cambiar de tema», sin saber que había conocido «ese tipo de desconcierto que sentimos al extraviarnos en un camino donde parecía difícil perderse, puesto que es un camino habitual, el más familiar de todos». Decidí no calentarme la cabeza al compás de una conclusión pletórica: «Es el humor la verdadera resistencia de fondo», no obstante ser cierta esa otra afirmación: «toda la infelicidad de los hombres venía de la esperanza». ¡Mira que somos raritos y simples al tiempo, siempre con una de cal y otra de arena!

67 comentarios:

  1. No sé, parece que pega leer a Vila-Matas en un tranvía :)
    Besos y feliz semana.

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  2. He imaginado mientras leía que las estaciones eran las frases que anotabas, así también he viajado en el tranvía... ¿a dónde?
    Dos besos.

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  3. excelente recorrido y ejercicio ISA!!!

    aunque no lo creas , habitualmente transito por el sistema público de locomoción, y uno recoge mucha pasta para que decante y cante
    el metro, es genial para experimentar sucesos verbales y paraverbales

    abrazooo y fleiz comienzo de semana

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  4. tal vez de te llevo del inconsciente es clásico ya lejano, "un tranvía llamado deseo", y por supuesto las anotaciones y los márgenes, besos

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  5. Siempre es interesante anotar. Quienes no tenemos costumbre de hacerlo, posiblemente perdemos más ideas de las que pensamos.

    Un fuerte abrazo, querida Isabel.

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  6. No utilizo el tranvía no me lleva adónde quiero ir...

    Sí utlicé muchos años el Bus y algunas veces el Metro, leer, ver leer y "pegar la oreja" a las palabras de otros, da para muchas historias...¡Pena no haberlas anotado! Jajajaja... Lo mismo ahora tenía para una novela...

    Besicos,amiga

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  7. A partir de ese montar, he cabalgado contigo.

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  8. qué seria de los poetas si no se
    bebiesen del saber popular. y que
    mejor sitio para hacerlo que los
    transportes públicos. Una idea muy
    sugerente.
    Buena semana y que todo vaya bonito
    hasta la próxima. Chao

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  9. En mi ciudad: también nos colocaron una "oruga" verde que camina rápida y sin obstáculos. Cuando me monto en ella, el recorrido me parece demasiado corto y casi no me da tiempo ni a sentarme. ;)

    No es como ....el viaje de unos treinta y cinco minutos en coche que hoy hemos realizado ... Yo leía absorta en mi nuevo soporte electrónico - regalo de aniversario de boda - a una mujer que se expresa de maravilla y que le da por escribir una historia sobre Víctor, Enrique, Teresa...¿te suena? ....¡¡La historia de los mil nombres!! ... ;)

    Ya te contaré cuando lo termine, porque ahora con la emoción ¡he empezado cinco libros en paralelo con sus correspondientes marcadores, notas y sus cosillas!... ¡qué chulada Isabel!, (me he acordado lo primero de tí : porque lo prometido es deuda) Ah! y también he comprado el de tu poesía aunque ese no lo he ojeado todavía.

    MIL BESOS querida, y que sigas escribiendo estas "tus querencias" que tanto juego me dan para contarte cosas. Por cierto ¿que leías de Vila-Matas?. UN BESO de los gordos.

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  10. Gracias, Laura. :))))) ¡Me has emocionado con esas descargas! Espero que te guste la novela y el libro de poesía (aunque sé que la poesía te va menos).

    Leía en el tranvía "Exploradores del abismo", un libro de relatos de Vila-Matas.

    Un abrazote.

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  11. me gusta viajar en tranvia, pero en mi ciudad no hay...y también leer en el tren...

    La infelicidad viene de la esperanza,,,seguramente si, la mayoria de veces...eso decia también Nietche...

    El humor es el gran salvador, lástima que lo estemos perdidendo...

    Besos

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  12. Sea bus o tren me gusta ir con los ojos y orejas bien abiertos, atenta a todo,pero si me pusiera a leer seguro que no pasaría de una página.
    Besos, Isabel.

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  13. Te imagino allí apuntando, observando, leyendo...y me gusta lo que veo; me gusta mucho.
    Besos, Isa.

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  14. Ostras... Tranvía, lectura, observación y Vila-Matas. No sólo me gusta todo eso, sino que además casa muy bien.

    También con Isabel Martínez Barquero.

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  15. Después que leí de él, Bartleby y cía., me dejó muy enganchada. Lo que no hago es leer en el tranvía, porque aunque aquí también tenemos uno muy práctico y con mucha aceptación, nunca lo cojo, no me cuadra para nada de mis actividades.
    Lo que sí me cuadra je je, son las consideraciones que sueles hacer de tus escuchas.
    Besos besos

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  16. Querida Isabel: Cuando voy en tranvía o en tren, que son muy pocas veces, me gusta también observar a las personas, imaginar sus vidas, por tal y como visten o en los mil detalles que se puedan ver simple vista. Es un ejercicio, que practico siempre con mucho disimulo y respeto, pero lo de apuntar las conversaciones, debe ser muy rico. Esto no se me había ocurrido nunca.
    Por cierto, bonito tranvía, verde pistacho. Me ha gustado, si señor!
    Recibe un fuerte abrazo.

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  17. A mí me gustaba mucho leer en el autobús al trabajo. Pasaba media hora de ida y media de vuelta. Me leí La Regenta allí y El corazón helado y La soledad de los números primos...esos que me acuerde. El tranvía es mucho más chic, desde luego, pero a mí me encantaba leer en el autobús, o igual lo que me encantaba era tener una hora entera al día para hacer lo que me daba la gana, o tener treinta años...

    Un beso, Isabelica

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  18. Aquí, en madrid, el tren de cercanías y el metro sobre todo, dan para tomar muchas frases interesantes. Me gusta observar a la gente casi más que saber lo que hablan.
    ME encanta Murcia con ese tranvía nuevo.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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  19. Es una genial idea eso de ir con el bloc de notas en el tranvía o en el metro o autobús. Lo de hacerlo en los márgenes del libro me parece curioso y sobre todo porque ese libro definitivamente pasa a tener un valor especial. Sin duda.

    Un abrazo

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  20. Que lindo un tranvía... me parece romántico y si se viaja tan cómodamente mucho mejor.
    Estoy segura que tus viajes nos depararán muchas sorpresas literarias.
    Ésta entrega ya marca un excelente itinerario.
    Abrazos dulce Isabel, (de los chillaos).

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  21. que entretenido ejercicio!!! escuchar y anotar las conversaciones de otros!!!

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  22. Yo sólo leo en tren, en tranvía el trayecto es corto, pero me encanta observar y escuchar y comparto lo que dices, además, Vila-Matas es un buen acompañante.

    Abrazos

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  23. Verde pistacho. Pues a mi la verdad es que, cuando disponía de más tiempo me encantaba coger algo así sin un destino especial.
    Si fuese por tu tierra lo cogería por el puro placer de descubrir, indagar y merodear al ritmo del tranvía. Y buscaría entre los pasajeros la portada de la novela de Vila- Matas.
    Sería tan tonto que para no estropear tu viaje íntimo particular observaría y no te diría nada. Más tarde me tiraría de los pelos...Y es que somos así de contradictorios. Excelente Isabel.

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  24. ¡¡UUFF!! Qué frases más acertadas.
    No perdamos el humor. Sigamos el refrán: a mal tiempo, buena cara.
    Ese tranvía debería pasar por más sitios. Ya lo creo.

    Isabel, Enhorabuena por todos tus proyectos. Van viento en popa.

    Besos

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  25. Muy bueno esto de tranvía. Y seguro que los escritores en estos medios encontráis un filón para plasmar vuestras ideas, ya que te encuentras con gente de lo más variopinta que dice cosas que pueden resultar muy interesantes. Vuelven los tranvías, bueno en algunos sitios ya llevan tiempo, un medio muy eficaz que con los años quedó en el olvido.

    Besos Isabel.

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  26. El blog de notas es al escritor cómo una pequeñita cámara es al fotógrafo. Siempre hay instantes irrepetibles que se captan donde menos lo esperamos...o ideas que pasan en fracción de segundos ¡Que gustazo no perderlas!!
    Feliz semana, Isabel
    Un abrazo grande

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  27. Mientras te leía viajé a un pasado que mis padres me enseñaron en fotos. En mi ciudad, cuando todo debió ser en blanco y negro, hubo un tranvía llamado "La Pepa", del que, en una zona, se conservan sus raíles. Siempre imaginaba a las señoras, con aquellos vestidos por el tobillo, intentando subirse en él.
    El transporte público es una fuente de ideas, por lo raritos y simples que somos...
    Isabel, un beso lleno de cariño.

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  28. La inconsistencia está hecha de frases lapidarias. Hay algunas cuya densidad nos hace pasar buenos ratos desgranándolas. Otras veces no hay forma de que parezcan otra cosa que inteligencia sobreactuada.
    Un saludo

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  29. Me gustan las dos cosas, Vila-Matas y el tranvía. No sé en que orden.

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  30. Mas tarde llego a dejarte mi comentario. En el alma colectiva por la actual situación deben bullir toda clase de notas muy cercanas a la diafanidad de la vida, esto ocurre con intensidad en tiempos de crisis, así que hay que aprovechar, no hay mal que por bien no venga dice el refrán...
    Hasta más tarde querida Escritora!!!

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  31. El tren tiene algo especial para mí. Por acá no hay...pero cuando hubo me encantó. Un beso

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  32. Ja, ja, raritos... Y más aún si nos menea la cabeza un tranvía.
    He leído tu novela "La historia de los mil nombres" y me ha gustado mucho, te felicito. Ahí también están la contradicción, la confusión, ese desconcierto del que hablas en tu post. Recomiendo vivamente el libro. Te he dejado un comentario en Amazon. Besazos, querida amiga y felicidades.

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  33. Tanto el tren como el tranvía dan para mucho, he viajado en él y se puede escribir muchas frases. Me gustó viajar contigo.
    Un abrazo amiga.
    PD. Gracias por tu comentario en mi blogs, no tengo idea de lo que pasa, pero creo que será un problema de bloger, ya que me pasa lo mismo con una amiga.

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  34. Aun no he logrado montar en él Isabel, y estoy deseando hacerlo porque lo veo genial. Cuando estoy por nuestra ciudad y lo miro, sonrío. En ocasiones suelo leer poesía en tren, es algo que me gusta mucho.

    Muchas gracias Isabel, por todo... Espero y deseo verte muy pronto.
    Un abrazo

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  35. Isabel, no sabes la alegría inmensa que acabas de darme.
    ¡Gracias miles y un abrazo enorme!

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  36. Siempre una de cal y otra de arena, lo bueno es lo positivo de ir recogiendo las florcitas del sendero como una caperucita roja. Me gusta su manera

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  37. Mi querida Isabel:

    Los seres humanos somos tan extraños y, a la vez, tan apasionantes que resultamos ser una de las mejores piezas ambulantes de teatro; a veces somos los personajes que soltamos frases para que nos oigan o, sin saberlo, pensamos en voz alta, por ejemplo en un tranvía, y un escritora que lee un libro anota las frases que oye en "los escuetos márgenes del libro". Y es que, a ratos somos el telón de ese gran teatro de la vida y el pretexto es para hacernos impermeables, impenetrables o desconcertantes y, a veces nos mostramos medio "cantinflescos" o bien tan circunspectos que terminamos oscilando entre lo trivial y lo trascendental. Así somos los humanos mi estimada Isabel.
    Estupenda entrada!!!
    Te dejo un beso desde las tablas del teatro de la vida.

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  38. Más allá de su incuestionable calidad literaria, del Sr Vila-Matas me gustan, especialmente, dos cosas.

    Una de ellas, menor, es cómo dedica sus obras. La otra es la intensidad de su mirada. Un hombre que mira así no puede ser algo distinto que escritor.

    Hace tiempo que no viajo en bus, ni tranvía, ni metro, ni tren. Sólo puedo robar las conversaciones de los bares.

    Un abrazo.

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  39. A veces leo pensamientos de autores consagrados y otros no tanto,que "me los llevo puestos" por un rato, tratando de hacerlos más vivos aún o de encontrarles el sentido en mi propia vida, viendo si calzan allí o no,a veces puede ser así y otras no,pero lo que sí me queda claro que si se anidaron por un momento en mi alma es porque alguna huella dejaron,por muy pequeña que sea ésta. Como así también mi atención se centra en las voces populares, las de la calle, las que "habitan" la movilización pública o las que se oyen en algún almacén o grandes tiendas.
    Algo siempre nos queda de quienes las pronunciaron, de sus gestos, de sus intenciones. Y a veces somos espejo de esa realidad o simplemente nos sentimos absolutamente extranjeros tratando de entender un idioma demasiado lejano y extraño para nuestro interior...


    ABRAZO GRANDE,ISABEL QUERIDA.

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  40. Hola Isabel, es una bonita forma de desplazarse, casi sin ruido, y viendo la ciudad tranquilamente. Aquí en un pueblo de Madrid también hay un tranvía así de bonito, también de color verde, pero yo no he viajado en el, cualquier día me animo, y de la mano de mi marido nos damos un paseo, seguro que me gustara. Un beso amiga.

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  41. ¡Qué bueno!
    Galdós tiene un relato (largo) muy divertido titulado, precisamente, "La novela del tranvía".
    Saludos fraternos!

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  42. Ese libro de Vila-Matas me partió la cabeza, tiene cuentos increíbles, los leas en tranvía o en avión.
    Voy a tomar unas notas...
    Un beso.
    HD

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  43. Me encantó esta entrada Isabel, el tranvía se ve magnífico y las frases que nos compartes bastante reflexivas, me quedo con: "para cambiar de estilo basta con cambiar de tema».
    Buena semana

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  44. Todo buen escritor es un buen lector, y lector no sólo de libros impresos de grandes escritores, donde se aprende que el libro abierto de la vida en su diario transcurrir narra todas las obras literarias habidas y por haber.
    Basta estar atento y en cualquier tranvía, cualquier esquina, parque, centro comercial, está el inicio de la obra decisiva: La obra humana y la de su alma.
    Mi gran abrazo Escritora!!!

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  45. Ha sido una delicia conocer este bello blog, salgo encantado de él. Seguro que volveré. un saludo

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  46. Todos los sentidos bien abiertos para poder captar la cotidianeidad de la vida. Un mundo que, sin quererlo explorar apenas, nos llega a las manos en cualquier lugar, en cualquier situación, con cualquier persona. Solamente hay que dejarse llevar, sentir, observar y tener un sitio en dónde anotar.Con tus reflexiones me dejas pensando siempre, pero me mareo si leo o escribo yendo en algún medio de locomocíon. No es buena idea para mi.Un fuerte abrazo mi querida Isabel.

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  47. Y Ortega y Gasset tiene un texto buenísimo titulado 'La estética en el tranvía'.

    Besos desde el tranvía más próximo

    Vila-Matas, Enrique

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  48. Desde que decidí deshacerme de mi coche me traslado encantada en transporte público y es en ese espacio en el que también me gusta leer.
    El "trambaix", que es el tranvia de Barcelona, lo cojo poco pero hace unos trayectos agradables, sobre todo porque no te mueves como en una "coctelera" como cuando vas en autobús con un conductor inepto(que hay varios).
    Lo de las rarezas ¿y quién no?

    Muchos besos Isabel.

    Anna J R

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  49. Cómo me gustó Exploradores del abismo, Isabel. En uno de los relatos, una niña le pregunta a su padre por qué hay algo en el universo, en el firmamento, en lugar de no haber nada. Ésta podría ser otra de esas frases de puntillas para los seres puntillosos que somos.
    Un abrazo, querida.

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  50. Cuando viajo en metro me gusta observar a quienes leen, qué leen y cómo leen. Me sorprende, como un hecho poco práctico para ellos que casi todos portan libros impresos gruesos y pesados. Suben y abren el libro con la precisión de un cirujano. Y lo cierran con el tiempo justo, como medido, para levantarse y bajar. Unos leen absortos y entregados. Otros leen por encima, como si pasaran de puntillas por sus hojas. Algunos miran pero no ven. Hay miradas que se evitan. Más bien no hay miradas. Como si mirar de frente a los ojos al otro pudiera ser ofensivo. Y mientras yo observo y me siento un poco como ladrona furtiva de ese su momento, no puedo evitar preguntarme si disfrutan de esa lectura o, simplemente ese libro es como una isla en la que se sienten seguros, protegidos, en su territorio, una excusa para distraer esa mirada que no debe cruzarse con las demás, o si acaso disfrutan de la felicidad de un momento real de felicidad que la irrealidad les ofrece...

    Abrazotes

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  51. Yo los tranvías sólo los conozco por los raíles que todavía hay en la Calle Mayor de Triana de mi ciudad y por las anécdotas que me contaban mis padres. Cuando viajo siempre me ha gustado subirme en trenes y tranvías. Quizás porque siempre me he sentido Ulises, buscando a la Penélope de Serrat "en un banco del andén y esperando a que llegue el primer tren meneando el abanico". Sin embargo el tranvía que mejor recuerdo es el de Tennessee Williams (Un tranvía llamado Deseo) que más tarde dirigiera Elia Kazan para el cine con Vivien Leigh y Marlon Brando.

    Un abrazo.

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  52. A consecuencia de un impresentable anónimo, que se dedica a mostrar sus dotes para hacer frases soeces que sólo le interesan a su intimidad, me veo compelida a establecer la moderación de comentarios hasta que cese el vendaval de tonterías de este energúmeno/a.

    Lo siento, porque es la primera que esto ocurre en el Cobijo, pero no estoy por la labor de albergar a los graciosos que no tienen nada mejor que hacer que ensuciar con sus palabras las de los demás.

    Como siempre, os agradezco vuestra compañía y amistad.
    Miles de abrazos.

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  53. Isabel, un lugar sin duda el tranvia, lleno de magia para rescatar personajes, para leer, para tomar notas,mientras observamos y creamos. Todo depende de nuestra propia mirada.

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  54. Hola Isabel, muy interesante tu artículo, es un mundo donde la imaginación y la receptividad se juntan para dar paso a nuevas ideas que, siempre, son una manera efectiva de renovarse y ver la vida más bonita. Me encantó leerte y cada frase me dejó una lección que meditaré a solas. Recibe mi cariño en un fuerte abrazo.

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  55. Isabel, en ocasiones me asombro viendo en que emplea la gente el tiempo libre. Lamento lo que te ha sucedido y te envío un fuerte abrazo.
    Igual hay quien todavía no se ha enterado que este es un cobijo lleno de buena gente y con una anfitriona de lujo.Escritora con mayúsculas y excelente persona. Termino con una nota de humor:Como decía Claude Chabrol, la inteligencia humana se ve superada en ocasiones por la estupidez, que debiera ser objeto de estudio, ya que no conoce límites.Lo dicho,un fuerte y cariñoso abrazo.




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  56. Yo no soy de anotar en los márgenes,al menos en los físicos,más bien en los márgenes internos,dentro de ese libro que me considero y como considero que somos todos.
    Me chifla perseguir palabras que vuelan al azar,perderme en ellas tratando de recomponerlas en otras mías,intentando,no siempre con éxito,hacer una amalgama coherente.
    De ahí,de esa diversión,tal vez ingenua,puedo pasar al ostracismo absoluto,perpleja ante lo insulso de mi intento...
    Sí,la vida está llena de contradicciones,que no sé cuanta gente dijo que eran vitales para el exacto equilibrio.
    Yo creo que siempre ando en la cuerda floja...
    Bonito tranvía por cierto,dan ganas de subirse en él e incluso de darle un buen bocado!
    :)
    Besos.

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  57. Estás con Vila Matas y él está con vos. Ambos son unos narradores excepcionales. Exploradores del abismo...esos personajes, esos padres e hijos...Un abrazo.

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  58. inteligente y muy expresiva. Verás que viajar en metro abre miles de nuevs posibilidades.
    Me fascina tu sentido del humor tan flemático y tus elucubraciones tan acertadas. Buena idea no calentarse la cabeza.
    Un abrazo desde un metro en copenhague,

    Ian.

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  59. Muy buenas las lecturas. Felicidades por tu blog. saludos desde Conil ( Cadiz). visita mi blog

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  60. gracias por tu huella
    besitos y energías

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  61. Es que los espacios donde se congragan muchas personas es un avispero de ideas y frases. Yo tambien me aprovecho de ellos.
    Besos de gofio.

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  62. No he leído nada de Vila-Matas. Esa frase "para cambiar de estilo basta con cambiar de tema" me parece frívola: una ingeniosidad artificiosa de escritor profesional de éxito. Claro que yo no sé mucho de literatura y, mucho menos de escritores actuales de éxito.
    Un abrazo, amiga. Bonito lo del tranvía, lo de leer en él -yo lo hago en el autobús el metro y el "cercanías" y lo de observar a la gente. lo hago sólo a veces. Otro abrazo.
    Me explico: soy de los que sudan la pintura y lee literatura escrita con sangre. Para mi esa frase equivale a: para cambiar de estilo basta cambiar de máscara.

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  63. Siempre me han maravillado los trenes urbanos, metro. Son habitaciones en movimiento donde te reúnes al azar con gente que no conoces. La gente lee, habla, mantiene conversaciones a las que asistes como oyente, piensa, vive en transito. Ahorra tiempo de camino a la esperanza.

    Abrazos

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  64. Tenemos tranvía aquí, pero no me cuadra para mis movimientos, pero si el bus y aprovecho para leer, coas ligeras, eso sí, porque también me gusta escuchar, siempre hay alguna conversación que me hace sonreír.
    Y sí, somos raritos, sí.

    Besitos

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  65. Nos gusta el tranvía pero especialmente el tren y disfrutar de los bellos paisajes.



    Gracias.

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  66. Excelentemente escrito, tien un estilo muy especial y conquistas a tus lectores con el.
    En Copenhague ya no existen los bellos tranvías, sólo hay metro y buses.
    Cuando viví en Barcelona me deleitaba andar en tranvías. Gracias por recordármelos.
    Un saludo desde una Copenhague camuflada de otoño,

    Ian.

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  67. Es lo que tiene el transporte público, que te permite viajar, conocer sitios -aunque vayas siempre en la misma linea, siempre veras algo diferente, gente, situaciones curiosas...

    Tengo ganas de montar en ese tranvía de color pistacho.

    Miguel

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