A veces, sostienes el mundo, como si tu fuerza fuera ilimitada y no se agotara nunca. Caminas erguida y el día y la noche son para ti lo que quieres. Reparas en la bondad del tiempo, ese que te regala momentos sublimes donde reina la armonía, como la brisa tibia que acaricia tu rostro o el atardecer junto a la persona amada. Todo es perfecto y no deseas nombrar la palabra felicidad por si se escapa.
A veces, te pesa el mundo, como si toda su fuerza hubiera decidido aplastarte. No encuentras escondite en los días grises y en las noches largas. Te angustia el paso del tiempo, ese que te roba bocados de vida con dentelladas fieras. Todo se vuelve amenazante y no quieres nombrar la palabra hastío por si decide quedarse por siempre a tu lado.
Nota.— La imagen de esa preciosidad egipcia es una foto tomada por mí en el Museo del Louvre hace ya algunos años. Se trata de la tapa del sarcófago del faraón Teos y podría representar a la diosa Hathor (esta última información ha sido obtenida gracias a la generosidad de Anna Jorba).
Gracias a todos por vuestras visitas y por vuestros comentarios. Antes os las daba en la entrada anterior, pero ahora prefiero hacerlo en la actual, para que mi agradecimiento quede bien patente.
ResponderEliminarBesos.
Precioso texto Isabel. Me apetece después de leerlo pronunciar "felicidad" que es lo que siento con estas tus palabras y "hastío" que es de lo que me liberan tus letras, al leerlas.
ResponderEliminarLa foto es la tapa del sarcófago de Teos, faraón de Egipto, y la imagen podría ser la diosa Hathor, a la que se representa sosteniendo una esfera solar. Eso he averiguado en Google.
Besos
Muchísimas gracias, Anna, pues no sabía de quien se trataba.
ResponderEliminar¡Eres un crack!
gracias,abrazo
ResponderEliminarFelicidad y hastío... la clave está en encontrar el equilibrio.
ResponderEliminarHermosa imagen.
Un abrazo.
Hacer una hermosura poniendo cada sentimiento en su lugar , mi querida Isabel , eso lo sabes hacer perfectamente, tanto como para sentir la fuerza de levantar.
ResponderEliminarBesos muy cariñosos
tRamos
La imagen es rara, pero de tan rara que es; es bonita. En cuanto al texto fenomenal. Mucha felicidad, aunque parezca increíble hasta puede llegar a empalagar, y caer en la monotonía y aburrimiento; todo creo que se debe medir y tratar de mantenerlo en un punto medio, porque volviendo a la felicidad si es sublime y eufórica, cuando decae, porque puede tarda más o menos pero decae el porrazo es más grande, y si de ahí pasamos al hastío, podemos estar a dos pasos de la depresión.
ResponderEliminarBesos Isabel.
Un texto precioso,lleno de sentimientos compartidos, evocador de muchos pensamientos.
ResponderEliminarBesicos, amiga.
Precioso texto que conjuga la cara y la cruz de la moneda, juntos forman la vida con sus luces y sus sombras, separados dos microrrelatos con indempendencia entre sí.
ResponderEliminarBesos Isabel :)
Amiga, qué bonito lo haces. Me gusta. Hacía tiempo que no entraba en tu blog, y hoy me lo riño porque siempre que entro en tu blog, salgo con aire renovado. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe encanta esa composición de luces y sombras que tan bien has sabido plasmar en la delicadeza de tus palabras, las mismas que envuelven, definen y acompañan esa preciosa imagen que has elegido.
ResponderEliminarAsí es la vida, felicidad y hastío hasta el extremo, sentirse vivo.
Un abrazo preciosa.
Iconográficamente aparenta Atlas cargando el mundo en sus espaldas. Pero a Athor se la asimila con Afrodita y sus brazos levantados que enmarcan al sol parecen los cuernos de otra deidad lunar y femenina, los toros y las vacas sagradas que eran, sus cuernos, un símbolo y una representación de los también cuernos de la Luna creciente y de ella misma, la Luna. Apis, también lleva al sol entre sus cuernos y aunque el sol no es la luna el gesto es el mismo en los tres, en Atlas, en Athor y en Apis.
ResponderEliminarTodo parece una cuestión de cuernos, un símbolo muy extendido en la antigüedad, casi universal, pero no, la Luna aunque es cambiante de forma y de color, de creciente pasa a menguante y de llena a nueva, como de blanca pasa a negra y de negra a roja, sostiene al sol y para sostenerlo ha de ser fiable y resistente aunque mude porque no puede evitar que su ánimo flojee con tanto peso que ha de soportar igual que le sucede a usted:
“A veces, sostienes el mundo, como si tu fuerza fuera ilimitada y no se agotara nunca.”
“A veces, te pesa el mundo, como si toda su fuerza hubiera decidido aplastarte.”
Agarre el mundo y mándelo a paseo, tómese una cervecita y dese un descanso que el mundo, la luna y el sol se las apañan perfectamente sin nosotros.
Un abrazo
Es que estamos hechos de luces y oscuridades, llevamos el día y la noche adentro y, a veces, pareciera que nos instalamos en un crepúsculo gris: el hastío.
ResponderEliminarPrecioso texto, Isabel, con una ilustración acorde.
Un abrazo.
Pues sí, mi querida Isabel, sí, es cierto que muchas veces se debe disimular cuando se es feliz porque puede ser una pequeña maldición y otras, cuando aquello que deseas es sentir y alcanzar un punto álgido en el entramado complejo de la felicidad, es tan difícil que la desesperación se adueña de uno como la potencia de la destructora energía de un inmenso artefacto nuclear.
ResponderEliminarSí, soy yo otra vez, Isabel. Parece ser que las "pastas danesas", las cookies, me están dejando en paz, a base de darle palos y triturarlas, claro, por lo que puedo seguir martirizando a amigos con las largas diatribas de estas, siempre deseadas palabras que escribo para comunicarme con todos vosotros, mis queridas amigas y amigos.
Un gran y cariñoso abrazo, querida Isabel.
No existe la sombra sin luz, la sombra es la necesaria y deseable consecuencia de encarnar nuestra esencia de luz, pero me he amigado con las sombras, con las mías, claro está, y me hallo en un período sombrío hasta el hastío, anhelando la luz, así es que la segunda parte de tu texto, tan mía y tan de todos cuando la asumimos desde la madurez y la "despatologizamos", por así decirlo,, me hace sentir plenamente identificada.
ResponderEliminarUn beso, querida Isabel.
Fer
Lo has descrito muy bien, querida tocaya, sobre todo cuando después de elegir algo no depende de nosotros el final.
ResponderEliminarYo no me permito las sombras ni el desánimo, pienso que si deseamos de verdad que algo cambie esa energía fluirá.
Abrazos
Debemos encontrar la Fuerza de sobrevivir en las llamas del Fuego Solar.
ResponderEliminarPre
Preciosa imagen.
In Abrazo.
Gracias.
Hola Isabel, un buen texto. Creo que muchas personas están en ese contexto.
ResponderEliminarNo hay que tener miedos, ni por perder la felicidad-cosa muy relativa- ni por el hastío. Los miedos nos paralizan sin que muchas veces no suceda nada, y hemos perdido el tiempo de hacer que esta vida sea más equilibrada.
Un abrazo.
Sor. Cecilia
Que texto tan bello describiendo el claroscuro de la vida. Pura prosa poética.
ResponderEliminarUn abrazo bien fuerte querida Isabel.
Hermosas, como siempre, tus palabras y una gran verdad la que describes tan bien, las dos caras de la balanza y en el centro, nosotros.
ResponderEliminarUn beso grande.
Una hermosa forma de expresar sentimientos que todos hemos tenido en alguna ocasión.
ResponderEliminarPrecioso. Felicidades, Isabel.
Es un placer leer reflexiones que nos identifican tanto. Lo importante para mi es poder saltar de uno a otro estado.
ResponderEliminarBufff...Me ha encantado Isabel...
ResponderEliminarUn abrazo enorme!...Y gracias por la reflexión.
Mejor qeudarse con la felidad y ahuyentar el hastío.
ResponderEliminarPrecioso!!
Un abrazo
A los humanos nos suele reconfortar saber que los dioses también soportan cargas. Pero nos reconforta sólo a medias. Sólo si los dioses las soportan de manera aséptica. Porque, en el fondo, nos gusta creer en la liviandad con la que esas cargas parecen descansar sobre sus hombros. Nos asusta pensar que un dios, como solemos decir los terrenales, "no pueda con la vida". Ah, no... ¡Sólo faltaría que los dioses vinieran a darnos la brasa contándonos sus esforzadas cuitas...!
ResponderEliminarAbrazotes gordotes
(seguro que he visto esta hermosura en el Louvre, pero entre que fue una visita maratoniana -y eso que fue parcial- y que tengo la memoria de los peces...)
Ufff, me requeteencanta!!
ResponderEliminarLa foto, porque de siempre me ha llamado mucho la atención la cultura egipcia, y el texto, porque no imaginas lo identificada que me siento estos días con lo que escribes.
Enhorabuena!
Un besote!