Río Segura, Puente Viejo y torre de la catedral desde la Pasarela Manterola. Murcia.
(Fotografía de Isabel Martínez)
Durante diecisiete días, Murcia es una fiesta.
Detalle del ángel de Salzillo. De La oración del huerto
Desde el Viernes de Dolores hasta el domingo siguiente al de Resurrección, los murcianos vivimos en la calle.
La Semana Santa es colorida y espectacular. Dos procesiones me gustan sobre las muchas que salen de las iglesias de esta ciudad barroca, mediterránea y alegre: la del Miércoles Santo, la de los coloraos -donde el regocijo se esparce por la ciudad al ritmo del desfile de más de una veintena de pasos-, y la del Viernes Santo por la mañana, la de los salzillos, -donde desfilan, una tras otra, las insignes esculturas del imaginero más grande que ha dado nuestra tierra-.
Escena en un jardín del día del Bando de la Huerta
(Imagen tomada de internet)
La semana siguiente a la de Semana Santa se celebra la de las Fiestas de Primavera. Cuando yo era una niña, hace millones de años, eran sólo los tres días siguientes al domingo de Resurrección, con tres sendos desfiles: el del Bando de la Huerta, el de la Batalla de Flores y el del Entierro de la Sardina. Desde hace ya mucho tiempo, esos tres días se ampliaron y se extendieron a una semana completa; además de hacer fiesta local el martes del Bando de la Huerta y conseguir que la ciudad entera fuera una fiesta. En esta semana lúdica, la alegría de los murcianos se esparce por las calles en un continuo jolgorio. Se suprimió el desfile de la Batalla de Flores -por clasista, según comentan-, pero las flores se abren a cada paso y alegran el paisaje ciudadano.
De la semana de la Fiestas de Primavera, para mí el día más colorista es el del Bando de la Huerta, donde la ciudad es tomada desde primeras horas de la mañana por miles de personas vestidas de huertanos. Para una persona que no sea de aquí, vivir ese día le supondrá una experiencia que no olvidará jamás.
De la semana de la Fiestas de Primavera, para mí el día más colorista es el del Bando de la Huerta, donde la ciudad es tomada desde primeras horas de la mañana por miles de personas vestidas de huertanos. Para una persona que no sea de aquí, vivir ese día le supondrá una experiencia que no olvidará jamás.
Plaza de Santa Catalina, Murcia
(Fotografía de Isabel Martínez)
La plaza de Santa Catalina, adyacente a la plaza de las Flores mostraba ayer este aspecto. ¿Me quieren decir cómo me quedo en casa?
Plaza de Santa Catalina y, al fondo, Plaza de Las Flores. Murcia
(Fotografía de Isabel Martínez)
(Fotografía de Isabel Martínez)
Perdonen si estos días ando negligente con mi blog y sus blogs, pero no lo puedo resistir: la fiesta está en la calle.