Concluyo en esta entrada con el libro Escuela de mandarines, de Miguel Espinosa. Sé que su lectura no es fácil ni su voz un bálsamo para oídos que sólo esperan complacencia. Pero me ha conmovido la grata acogida de este autor por muchos de vosotros. Haberle dedicado estas entradas es una fruslería en comparación con todo lo que he aprendido de su literatura, de sus palabras y de su actitud vital y humana. Todas las hipérboles (a las que él era tan aficionado) resultarían escasas para definir su obra. Me conformo con que gane un solo lector y hago una fiesta si consigue más de uno, ya que considero que la mejor ofrenda hacia los escritores muertos que admiramos es leerlos.
De nuevo, un repertorio de párrafos y frases al azar de su genial Escuela de mandarines:
«Por venir de la luz, poco vimos y sentimos, sino desolación y frío; mas al momento advertimos un pequeño púlpito ocupado por una figura enmucetada de rojo, embirretada de negro, empuñetada de encaje, enguantada de blanco y togada de verde, que no se movía ni hacía ademán, por lo cual parecía imaginada para estética y misterio de la estancia.»
«–¿Por qué nos recibes así? –preguntó Mitsukuri.
–Porque soy estatal –respondió una voz ahuecada.»
«La muceta es ortodoxa, y la vulva, heterodoxa.»
«–Mira, Mitsukuri, que la locura se contagia, y más si es provinciana. Esta ciudad no es el mundo, aunque se empeñe el enmucetado, ni la vulva de Menzi, todas las vulvas. Y aunque vine a la Feliz Gobernación para irritarme y protestar, no quiero sufrir una irritación provinciana. Zanjemos, pues, el asunto y marchemos.
–Tus palabras me han convencido, Eremita neutral –contestó parsimoniosamente Mitsukuri–. Dejemos que los enmucetados engrandezcan lo pequeño, se sacralicen, revienten de satisfacciones, exhiban sus esposas, muestren sus títulos y figuren en las crónicas locales. Nosotros seguiremos recorriendo el Imperio y tentando al mundo, donde nos espera la emoción, el pensamiento, el arte y la afección de todos los seres y cosas. ¡Vayámonos!
–¡Cómo se evidencia tu talante insubordinado y enemigo de lo estatuido!»
«El talento es bondadoso y modesto, amén de paciente.»
«Indaguemos la Historia, maestra de la vida. Establecida la miseria en el mundo, como resulta probado, algunos espíritus reservaron para los gozantes el reino de la Tierra, y ofrecieron a los sufrientes el Reino de los Cielos, componenda estética, aunque ortodoxa. Otros, por el contrario, como aquel Ciriaco, quisieron entregar a los sufrientes el reino de la Tierra, solución a todas luces heterodoxa, combatida por la tradición y la espada de los Procónsules. Pero nadie pensó la estupidez de prometer los dos reinos, pues, por dialéctica de la razón, el segundo fue ideado como antítesis y consuelo del otro, de forma que los dos no pueden coexistir lógicamente.»
«Pese a los hechos, no os desencantéis ni entreguéis a la superficialidad de rehusar la existencia y el mundo, pues la voluntad ha de ser más pura que la razón y su experiencia. Junto a la altivez, habita la modestia, y junto al ansia y locura de Poder, lo que no desea actualidad. (Del recado de Mitsukuri)»
«Los mandarines y sus lacayos han sucumbido a dos tentaciones: adorarse a sí mismos e inventar discriminaciones. A tales mímicas corresponden dos inmundos: el que se preocupa de sí y el que obra arrogante. Cuando se parte de estas pasiones, la maldad y la crueldad vienen por añadidura. (Del recado de Mitsukuri)»
«Entre las muchas cosas que me enseñó Mitsukuri, tengo por patético saber que algunas apariencias existen, y, sin embargo, no son.»
«A mi entender, ningún mal es tan grave para una Gobernación como la aparición del pensamiento en las castas menesterosas, cosa que los mandarines tampoco ignoran. La hartazón busca la mentira, y el hambre, la verdad, porque ésta es naturalmente gratuita, y aquélla se compra.»
«La Ira del Justo es el mayor azote que puede caer sobre los humanos.»
«Yo no soy de los cobardes que se preguntan qué vendrá después, ya que considero deber del hombre esperar un Cielo en esta vida.»
«O la Inteligencia pertenece a los insumisos, o ella es insumisa por naturaleza y destino.»
«Luego mandó confeccionar una relación de escritores contemporáneos, para humillar la opinión del Oráculo, y vio que pasaban de ochocientos mil, todos incensadores, excepto un mudo, que jamás escribió ni pronunció voz, y de quien no sabían por qué fue inscrito en el Censo de Solicitadores del Vocablo.»
«La misión del Arte es crear la utopía y contagiarnos de ella; por eso resulta eminentemente paidético o didáctico. “Hemos de admitir que todo Arte es lírico, o que el verdadero Arte es lirismo”. (De la “Estética Didascálica”, de Lamuro)»
«Y ¿cómo podría organizar aquelarres, intimar con los misterios y descubrir cuanto el hombre guarda en su corazón, sin dominar la poesía –respondió Cebrino.»
«Pues no existe dictador individual, sino todos con séquito de moralistas, consultantes de la Divinidad e intérpretes del vocablo.»
«Si nos oponemos a la inagotable multiplicidad, rehusamos de antemano lo profundo, trivializamos la existencia, mecanizamos el ánimo y nos esposamos con lo aburrido; en suma, nos entregamos a lo inmundo. Soy el hombre que más odia la Feliz Gobernación, como ya dije, pero cuando camino al sol y al aire, lo olvido y canto complejos himnos.»
«Ni los sabios ni los honestos desean el Mando, sustancia mundana.»
«–Nunca me gustaron los que hablan de la Divinidad como de cosa propia. Mi abuela, nada lerda, me repetía de niño: “Petulario, granico de oro, ven que te peine y haga la raya bien clara”. Después me ofrecía algún consejo o bendición como ésta: “Dios te libre de quienes pretendan representarlo”. La mujer acertaba.»
«Lo más insufrible de los verdugos son las parsimonias.»
«"El bufón y el retórico son formas del séquito que rodea todo Poder…” “Cuando el bufón despotrica, se llama chistoso, y cuando alaba, minoría selecta y gobernante…” “Puesto que la afición bufonesca es irremediable, estatúyase menester reseñado”. (De la Escritura)»
«Nos hallamos ante una expresión aparentemente mágica, en realidad carente de arcano. Afirma sencillamente que la Feliz Gobernación suple al talento, la diligencia, la cualidad, el discurso, la alegría, los pies y cuanto es Primera Cosa o Naturaleza. Por eso proclama filósofos necios, retóricos tartajosos, legisladores panochos, velocísimos paralíticos y demás etcéteras.»
«Tan contentos que pronto contagiaban tristeza.»
«Cada importante vióse rodeado de hasta veinte pimpollos, implacables dictadores de aprobaciones, topones de la lisonja y trotones de la incensada.»
«“Al indigente no fue dado decir: me cruzaré de brazos y renunciaré a pedir; tiene forzosamente que implorar y solicitar, por cuya causa la pobreza se convierte en la necesidad de realizar lo imposible: un instante de riqueza cada día”. (De las Obras de los Mendigos Filósofos)»
«“Este cascajo que contempláis, fue niño y conoció el amor de sus padres”. (De las Obras de los Mendigos Filósofos)»
«De la Arenga de Candelio a los becarios:
«De la Arenga de Candelio a los becarios:
“Yo divido a los hombres en rebeldes y guiñosos; los primeros confían en sus obras, y los segundos, en muecas, ademanes, visajes, salutaciones y respetuosidades. Procurad no esperar de vuestras obras.
Yo divido a los hombres en rebeldes y convencionales; los primeros sienten la tentación de la verdad, y los segundos, de la colaboración. Procurad ser bien tentados.
Yo divido a los hombres en rebeldes y actualísimos; los primeros se inclinan ante los valores, y los segundos, ante la realidad. Procurad no separar ningún bien de la actualidad.
Yo divido a los hombres en rebeldes y comprometidos; los primeros, también denominados absortos, miran la tarde; y los segundos cooperan y participan; aquéllos son intemporales, y éstos, contemporáneos; los unos poseen destino, y los otros, porvenir. Procurad no resultar predestinados.
Yo divido a los hombres en rebeldes y premeditados; los primeros actúan por instintos, simpatías, intuiciones, inducciones o deducciones; los segundos por fines y conveniencias; los unos habitan el mundo, y los otros, lo detentan; para aquéllos se inventó la risa, y para éstos, la sonrisilla de boca fruncida. Procurad rechazar todo impulso originario”.»
«Los mandarines saben sacar del Pueblo el verdugo del Pueblo.»
«El aborrecimiento no puede ser razonado a ninguna hora, sino comunicado por contagio ético o estético. El juicio histórico, connotador de sucesos, es emocional, no científico; al narrar acontecimientos, los calificamos según nuestros sentimientos, no los mostramos puros, porque ellos, considerados en sí mismos, carecen de significación.»
«De “Sobre la Gobernación”:
“Un Mando reflexivo contradice su definición y se opone a lo real; la reflexión busca la verdad, la belleza y el bien; por el contrario, el Mando sólo quiere gozar y perdurar". (De “Sobre la Gobernación”)»
«"Los mandarines no inventaron el Poder, porque se les adelantó la Naturaleza, pero sí la decisión de poseerlo”. (De la Escritura)»
«–¡Qué bien! –replicó–. ¿A qué huele un hombre de mi posición y rango?
–A Feliz Gobernación en su estructura urbana, administrativa y económica: cohecho, malversación, arreglo, componenda, reparto, añagaza, contubernio, rapacidad, escamoteo, unto, quebranto y fraude.
–¡Vaya! ¿Gozo de otras excelencias? –preguntó.
–Pues claro, eminencia: eres la palabra sucia, la voz chillona, el tonto engolado, la antítesis de la modestia, la afrenta de la inocencia, la garganta metálica y el tercerón de los gustos gubernamentales.»
«“El destino de los puros consiste en el desengaño y la vuelta a comenzar”. (De “Sobre la corrupción”)»
Después lo leo tranqui, vine a ver si habían cambios. Es que yo soy muy curiosa, por ahora no sabría decirte. No me dejes con la duda!
ResponderEliminarBesos muchos,
Ay, Miguel Espinosa.......tantas veces en boca de algunos de nuestros amigos...Sobre todo lo recuerdo unido al nombre de Elisa Séiquer. Son recuerdos que llegan solos a la memoria, o acaso los trae un viento suave como el tuyo de ahora para refrescarla...
ResponderEliminarAl final se me alargó el letargo...espero estar de vuelta en septiembre u octubre. Gracias por estar ahí, entrañable Isabel.
Un fortísimo abrazo y besos.
Isa querida,
ResponderEliminarmucho difícil el anterior y mucho difícil éste, pero no quería dejar de pasar a darte un beso.
...y un abrazo cariñoso...
Como dice NINA: mucho difícil. Agudezas, sarcasmos, humor, sabiduría...Así citados en ráfaga: mucho difícil. Se leerá, si es posible. Un abrazo.
ResponderEliminar"un mudo, que jamás escribió ni pronunció voz, y de quien no sabían por qué fue inscrito en el Censo de Solicitadores del Vocablo"
ResponderEliminarAmiga Isabel, comprendo que estés orgullosa del libro y su autor.
Un abrazo
Me parece una escritura impresionante. Ya dije que tiene matices Kafkianos? LOs temas que aborda, creo, no pueden contradecirme, pero su pluma es brillante.
ResponderEliminarIsabel, pensás que conseguiré algún libro por acá?
Un abrazo total.
Desde luego, no se calla ante el poder.
ResponderEliminarY eso le hace actual e imprescindible.
No se cortaba, ¿eh? Y con un repertorio espectacular. Esas "em-" son de antología.
ResponderEliminarPero no es para leelo de un tirón. Volveré, querida Isabel.
(yo creo que ahora son pocos los que se atreven a escribir así)
Mis besos, chica admirable
Sabía utilizar los diferentes elementos con inteligencia, básicamente dos. La ironía y la experimentación narrativa. Luego vinieron otros que por el camino de la experimentación trataban de ocultar una oquedad en todo lo demás, Juan Cruz, por ejemplo, que aunque se he admirado como periodista como novelista no le llegó a la suela de los zapatos.
ResponderEliminary yo lo he leido muy gustoso(jodios los verdugos,eh?)
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Maia, la página ha cambiado. De vez en cuando, me gusta mover muebles.
ResponderEliminarBesos a ti también.
Begoña, qué alegría verte por aquí.
Sí, el nombre de Miguel va asociado a muchos recuerdos; también en mi memoria.
Vuelve cuando puedas y bien sabes que aquí o en tu casa estaré.
Besos y cuídate mucho.
Nina, es que Miguel era un escritor ontológico. No es tan difícil. Estoy segura de que si tuvieras el libro y te enfrascaras en él, reirías a carcajadas. Incita a ello o, como poco, a la sonrisa; todo ello dentro de una gran sátira.
Baci, mi dulce Nina, y gracias por pasarte y por ese beso que me ha llegado entrañable.
Mateo, ¿será verdad que “mucho difícil”? Creo que la lectura de cada párrafo o frase de forma independiente y desligada de los otros es como leer una colección de citas.
Gracias por tu presencia.
Un abrazo.
Kety, cómo me alegra que te haya llegado la inspiración clásica, quijotesca, de Miguel.
Gracias por tu estimulante comentario y un abrazo.
Necesita dos lecturas y en muchas ocasiones un diccionario de la lengua al lado (rico vocabulario y acepciones).
ResponderEliminarYo me identifico, lamentablemente, con la última frase:
"El destino de los puros consiste en el desengaño y la vuelta a comenzar" y confirmo "Ni los sabios ni los honestos desean el Mando, sustancia mundana"
Yo me pregunto ¿Por qué los imbéciles, necios y bobalicones heredan la tierra? ¿Por ser necios o acaso los hicieron necios e imbéciles sus padres al darles en herencia algo sin haber hecho nada para conseguirlo?.
La degradación mental de los Mandarines y sus acólitos viene de la selección genética y de la frigidez neuronal.
¡Manda huevos! que diría nuestro paisano departamental.
Me consuelo con un abrazo
Pulgarcito es una escritura arrasadora, avasalladora, plena, vigente y alzada.
ResponderEliminarPues algo de Kafka sí tenía Miguel. Quizás, los laberintos interiores, las cárceles de la realidad, la visión jurídica tamizada por la más fuerte de la literatura. Sabía de engorros, follones, pleitos, propiedades, expedientes y demás lindezas. Como Kafka (¿sabes que éste último se ganaba la vida con impolutos informes jurídicos en una compañía de seguros?)
No sé si conseguirás el libro en Argentina. Inténtalo. Actualmente, está publicado en la editorial Alfaguara. Si no es posible, me lo dices y veré qué puedo hacer, porque agoté existencias hace poco.
Un abrazo enorme a ti por tus palabras.
María Jesús, en la boca de Miguel no mandaba nadie. En tono de sátira, con uso de hipérboles abundantes, no dejaba títere con cabeza.
El poder lo soliviantaba, porque, de alguna forma, soportó los zarpazos injustos de un determinado poder.
Su mirada crítica la considero, también, muy adecuada para los momentos que estamos viviendo.
Bicos, queridiña.
Virgi, puedes leer lo que le he dicho a María Jesús.
Él era libre y su pluma también, fiel reflejo de su pensamiento.
Ahora, la gente que escribe está muy mediatizada con chorradas de mercado y de marketing editorial, como, por ejemplo, meter sexo aquí y allá, venga o no al caso.
Sólo quien es libre y se preocupa del verdadero sustento de un escritor -lectura, escritura y soledad-, hace una obra de altura, de eso estoy convencida.
Besos enormes, querida Virgo.
Ramon, esta obra es un compendio de todos los géneros narrativos. De forma novelada, como un viaje del Eremita por la Feliz Gobernación, incluye textos teatrales, textos filosóficos, textos líricos, textos amorosos, poemas, cuentos, relatos, y cuanto imaginarse pueda. Como Cervantes en el Quijote, recogió no sólo la realidad de un tiempo, sino, también, la urdimbre literaria del mismo.
Y coincido contigo en que la experimentación por la experimentación (“mira qué moderno soy”) no cubre la falta de sustancia. Un buen literato ha de tener sustancia y palabra firme, ética y estética. Si falla una, la otra resulta grotesca sola. De ahí que no me gusten las novelas catedrales (sólo fuegos de artificio formales) o las novelas pastelonas (sólo buenos sentimientos en un andamiaje pobre de palabras). La simbiosis es lo que consigue buena literatura.
Luego de leerlo y releerlo tengo dos frases que me llevo conmigo, no porque no sean todas hermosas sino porque simplemente algunas me quedan grandes y otras no las recordaré por mucho tiempo, problemas de memoria que le dicen. Me quedo con una porque me toca el alma de manera particular:"El talento es bondadoso y modesto, amén de paciente." y "Lo más insufrible de los verdugos son las parsimonias" porque es realmente insufrible cuando alguien lo hiere a uno con calma, friamente,casi como si diera lo mismo...
ResponderEliminarLo de "frigidez neuronal" de Man también me lo llevo (con su permiso claro).
Besos muchos,
Alfonso, me alegra muchísimo ese gusto tuyo en la lectura. No lo tienes malo.
ResponderEliminarY sí que son “jodíos” los verdugos, y más si van parsimoniosos, como apunta el maestro.
Un abrazo enorme.
Man, Miguel Espinosa era un escritor como la copa de un pino. Respetaba las palabras y respetaba al ser humano, ingredientes imprescindibles para dar obras de altura.
Me pasa lo que a ti, que el mando no lo quiero, que corrompe y ennegrece el alma. Y esa última frase la he puesto adrede, pues no le tocaba ir la última, pero quería que cerrara: es la historia de mi vida, siempre partiendo de cero.
Por lo demás, creo que la necedad, como la inteligencia, se ganan a pulso a lo largo de nuestra vida, no por genética. Se trata de optar por uno u otro camino. Los ojos se pueden abrir o se pueden cerrar. Los mandarines tienen “frigidez neuronal” (qué bueno, Man, qué regalo) y de otras partes, según nuestro paisano, pues lo único que no logró encauzar en la Premeditación la Feliz Gobernación fueron las ganas de sus esposas insatisfechas.
Besazos para ti también, querido Man.
Maia, me agrada muchísimo que hayas vuelto a leer y te lleves dos citas. Como has observado, es un gran escritor, con una hondura apabullante.
La calificación de Man: “frigidez neuronal” es magnífica también, todo un regalo vertido en este blog, ya se lo he señalado a él.
Besos por millones, querida Maia.
El plato que hoy compartes con nosotros en tu mesa es para degustarlo con calma, son muchos bocados exquisitos para una sola comida. No hay problema por mi parte, suelo comer muy despacito y si me lleno guardo el resto para cuando vuelva el hambre. Suscribiría cada frase de Miguel Espinosa, es de esos autores que mientras los lees piensas todo el tiempo: eso lo habría dicho yo; pero claro, no tengo la inteligencia, cultura y aguda ironía.
ResponderEliminarMe gusta su valiente escritura, no le duelen prendas a la hora de poner a cada cual en su lugar. Seguro que vivió rodeado de enemigos, como todos los valientes.
Me quedo con una frase tan acertada como bella: La misión del Arte es crear la utopía y contagiarnos de ella; por eso resulta eminentemente paidético o didáctico. “Hemos de admitir que todo Arte es lírico, o que el verdadero Arte es lirismo”. (De la “Estética Didascálica”, de Lamuro).
Como de costumbre en esta casa, ha sido un placer venir a aprender.
Un abrazo.
Pues mis disculpas que no me di cuenta que moviste los muebles uuups. Sabés que pasa Isa? que cuando uno entra en la casa de alguien a quien quiere mucho los muebles son lo de menos !!! de todas maneras, enhorabuena. Bueno, y no embromo más. Beso,
ResponderEliminarLos dictadores siempre van acompañados...
ResponderEliminarExcelente post.
Gracias
Consigues mucho, no solo lectores, sino también seguidores, y es que, querida Isabel, te has convertido en una referencia para muchos.
ResponderEliminarBesos de una admiradora madrileña
Isabel,no sabes como te agradezco que me hayas dado a conocer un autor con esa riqueza tan impresionante. Solo las frases sueltas dan para mucho. Has logrado captar mi curiosidad y me tienes enganchada.
ResponderEliminarUn beso
Isa, como bien permites en tu texto en el casillero de comentarios, déjame dejar mi rastro y pedirte disculpas por no adentrarme en este autor.
ResponderEliminarPor cuestiones laborales no puedo atender mi blog pero no quiero dejar de visitar a los amigos, aunque sea para decirte: aquí me tienes.
Un beso.
Mercedes, llevas razón. La literatura de Miguel Espinosa es para recrearse en ella, para leerla y releerla; así es como se le saca toda su sustancia.
ResponderEliminarEn esta obra, su ironía lució en todo su esplendor. Como tú, ya quisiera yo también gozar de su maestría.
Miguel, más que enemigos, tuvo muchos despreciadores, muchos “sonrisillas falsas” que se mofaban de su ser y de sus proyectos, muchos atildados y estirados que lo rebajaban con la calificación de pobre hombre. Sólo al final de su vida, tras su reconocimiento literario fuera de Murcia, las crónicas locales le hicieron eco a su magnífica pluma, y aún más después de muerto, pues bien sabes que la muerte suma puntos en esto de la literatura.
Pero él estaba por encima de tanta tontería, de boatos protocolarios, de ansiedades por salir en la foto y se enfrascaba en lo suyo. Era sencillo y puro. Para mí, fulguraba como un diamante con su actitud llana, a ras de suelo, al margen de Olimpos y demás bagatelas en que se entretienen tantos escritores, hurtando su gramo de tiempo de lo esencial: la palabra.
Gracias por tu magnífico comentario, querida amiga, y recibe un fuerte abrazo.
Maia, llevas razón: los muebles son lo de menos en una casa querida. Lo esencial, el ambiente de cariño y cordialidad.
Otro beso para ti.
Alicia, bien sabes que un dictador solo, sin comparsas, cortes, séquitos, cortejos y escoltas variadas, es sólo un hombre y los dictadores-mandarines desean estar por encima de la simple humanidad. Si algunos no se han divinizado, es porque no se les ha ocurrido a sus altivas seseras.
Gracias por tu presencia y por tus palabras.
Un abrazo.
Carmen, tu comentario me ha puesto contentísima. Te admiro profundamente, te considero lúcida, irónica, culta y alegre. Que una persona como tú me digas esas palabras es para mí toda una fiesta.
ResponderEliminarUf, hasta me sonrojo.
Besazos, y que sepas que una murciana que aquí se esconde admira esa pluma libre tuya. Voy a tu casa con más fervor que a cualquier periódico. Te veo comprometida con lo esencial y me basta y sobra.
Maripaz, con tu sensibilidad maravillosa, sé que has gozado de estas frases de Miguel Espinosa.
A tu mente ágil y a tu profundo sentir humano no le queda más remedio que gozar con este escritor.
Un beso.
Emey, qué alegría verte de nuevo. Por supuesto que puedes dejar el rastro de tu alma, de esa alma tuya que tanto estimo.
A veces, las responsabilidades laborales nos mantienen alejadas de los blogs, pero te aseguro, amiga, que no te olvido. Sé que estás ahí, como deseo que tú sepas que aquí me tienes y estoy para ti siempre.
Un beso.
Querida Isabel: cada vez que vengo a tu casa aprendo. Pero debo retomar esta obra que nos indicas pasito a pasito. Me parece que cada frase te hace pararte en su reflexión a fin de sacarle todo el jugo que se merece amén del aprendizaje que nos queda. Necesito tiempo y el verano será buena época para tener este libro entre las manos. Es un libro para debate, reflexión y puesta en común en un grupo no demasiado amplio de colegas y amigos. Por aquello de que siempre en comunidad se amplía en abanico de las ideas. Pero hace falta interiorización para sacarle todo su jugo. La última frase que has puesto me parece excelente, es más, creo que me identifico con ella. Gracias de nuevo por este post cargado de enseñanza-aprendizaje.
ResponderEliminarUn abrazo
Tanci, llevas razón. Es una obra para leerla con tranquilidad, para releerla entera o a trozos, para meditar, para reír, para aprender, para tomarla con tiempo.
ResponderEliminarSólo he pretendido con estas entradas poner un cebo que incitara a su lectura, como muy bien habrás adivinado. Lo he hecho porque la considero enorme, grandiosa, y no suficientemente conocida.
Gracias por tu interés y, si la lees, comentamos lo que quieras.
Un besazo, chica linda.
pucha...
ResponderEliminarqué cultos todos!
Besos
Mi querida Isabel, es tan brillante que deslumbra, su mira es tan profunda y tan crítica que perdura y perdurará por encima del tiempo, su agilidad mental y la exquisitez de su lenguaje rinden y atrapan... en fin, por mi parte puedes ir haciendo esa fiesta de la que hablabas, ya está encargado.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias infinitas por este maestro que me cautiva.
Pero es un descubrimiento tu maestro. Hay algunas frases que se quedan, reverberando. Y esto me hace preguntarme cuántos olvidados sin que nadie como tú los recupere, terrible país el nuestro... Gracias, Isabel. Un gran abrazo.
ResponderEliminarQueda meridianamente claro, estimada Isabel, que tras la lectura de estas bellas entradas, no nos queda otra alternativa que introducirnos en la prosa de tan expresivo autor.
ResponderEliminarGracias por compartir sus experiencias literarias.
Un besote.
Nina, y vos también lo sos. Cada uno en lo suyo. La cultura abarca muchas ramas y tú sabes de arte.
ResponderEliminarBesazos.
Paloma, sí que es brillante, tanto en su palabra como en su pensamiento. Su manera de ver el mundo es única, como la de todos los grandes escritores. Lo mejor de él: su constante inspiración clásica. Bebió del Quijote de Cervantes, del Tristam Shandy de Lawrence Sterne, de Gargantúa y Pantagruel de Rabelais. Así le salió esta Escuela…, llena de humor de principio a fin.
Lo vas a disfrutar, lo sé.
Y por supuesto que hago ya la fiesta para celebrarlo. Así que apuntada quedas, que Alicante queda bien cerca.
Besos enormes, querida Paloma.
Bel, es una gozada leerlo. Fabula al hombre en esta obra de una manera magistral.
Cuánta razón llevas, porque seguro que mucha buena literatura no nos llega por falta de difusión. Priman criterios de mercado y cultura de telenovela. Parece como si la hondura diera sarpullido y dolor de cabeza. Y yo ando cansada de novelitas clónicas e insustanciales, meros artificios de palabras ligadas sin ton ni son. Sí, terrible país este nuestro.
Un beso.
Tordon, conociéndote, con tu gusto por la lengua y el preciosismo de tus frases, disfrutarás la novela. Vas a pasar ratos inolvidables, te lo aseguro.
Un besazo, mi estimado Coma-Andante.
Hay obras que merecen estar colocadas en la cercanía, próximas de las manos y de los sentidos, para consultar, para dialogar en silencio sobre sus propuestas, para sentir la firmeza de la razón, para vivir con la certeza de que los pies tienen que pisar el suelo y nunca las rodillas como propuesta de sumisión.
ResponderEliminarGrande tu propuesta.
Un fuerte abrazo
Vaya, si andaba obnubilada leyendo a Alejo Carpentier en El Siglo de las Luces más lo estoy ahora con este Miguel Espinosa que me has descubierto porque me llega de cerca. Admiro a los autores que usan el lenguaje de forma desinhibida, que no se ciñen a él sino que lo doman para sí mismos.
ResponderEliminarMe impresiona la manera que tiene de repartir guantazos a diestro y siniestro a quien se lo merece. Y me impresiona que sea tan intemporal. Quizás porque evolucionamos como seres a lo largo de nuestra vida pero no conseguimos hacer evolucionar la humanidad con la misma celeridad. Y quien lo dude que lea a Marvin Harris y saque sus propias conclusiones.
Llama la atención su valentía y su falta de compromiso hacia las modas, detalles que sólo pueden ser apreciados tiempo después cuando la envidia de sus contemporáneos se extinga, como ha pasado con mucho de los grandes.
Sin embargo, en mi opinión, interpretar de su lectura, como algunos han hecho, aquello de que el sabio y justo por naturaleza esquiva el poder, me parece más propio de una época en la que creo que la vida podía ser más dura y todo parecía más blanco o negro. Hoy nos consta que las ramificaciones del poder son tan profundas y enrevesadas que resultan imposibles de rastrear.
Esa separación o quizás disociación entre la sabiduría y el poder me suena a consuelo de tontos para quienes no somos lo uno ni disponemos de lo otro. Que el sabio desprecie el poder por mundano me parece un acto de cobardía y falta de compromiso hacia su prójimo.
Es hora de pedirles a los sabios y justos que arrimen el hombro pero, y ahí viene la contradicción, aquellos que si que ya estuvieron, los que están y los que estarán en el poder dejarán de ser sabios y justos a ojos de muchos. Y a su vez, criminales, ladronzuelos, ególatras y necios al poder serán vistos por otros como sabios y justos. ¿Puede un sabio soportar eso? ¿Ser juzgado también por aquellos a los que menosprecia por mundanos? Y es que ya me lo decía mi madre, de lo dicho a lo hecho hay un trecho. Mundo enrevesado. Gracias y besos Isabel...
Pinto, y para mí, ésta es una de esas obras, siempre cercana, siempre a la mano, siempre dispuesta a desplegar su hechizo, su razón.
ResponderEliminarPero qué comentario más precioso has hecho: “Hay obras que merecen estar colocadas en la cercanía, próximas de las manos y de los sentidos, para consultar, para dialogar en silencio sobre sus propuestas, para sentir la firmeza de la razón, para vivir con la certeza de que los pies tienen que pisar el suelo y nunca las rodillas como propuesta de sumisión”.
Maravillosas estas palabras tuyas, toda una declaración de principios y una postura vital alzada y poética.
Gracias por esa belleza y un grandísimo abrazo.
Gata, gracias por dejar tu rastro felino para el fin de semana.
Mariola, ojo también con quien estabas, nada menos que Don Alejo y esa fantástica novela suya. ¡Menudo pedazo de escritor!
Qué hermoso comentario has dejado, de escritora que ama al lenguaje. Se palpa en tus líneas, en ese amor por escribir desinhibido, en esa doma de la palabra para que se ajuste a quien escribe y no quien escribe a ella.
Cómo me alegra que te hayan gustado estos párrafos de Miguel Espinosa. Él era libre internamente y libre es su pluma, que no se priva de distribuir reprimendas y parabienes, según sea el caso a su juicio. Por supuesto, que para nada Miguel se contagió de las modas de su tiempo; bien ocupado que estaba en su propia voz como para andar con zarandajas.
En cuanto a tu argumentación sobre su relación con el poder, te diré que Miguel escribió este libro bajo la dictadura franquista y, en aquellos tiempos, para nada eran estas páginas un acto de cobardía, sino, más bien, una prueba de coraje, de compromiso social y de defensa de la libertad. Execró en ellas cuanto pudo los poderes omnímodos y ensalzó al pueblo y, por tanto, la democracia, con tremenda pasión. No fue el típico intelectual al margen, sino que “se pringó” con lo que mejor dominaba: la palabra.
Creo que si sitúas a Miguel en ese tiempo entenderás mejor cuanto dijo del poder. Él era un espectador combativo con la tinta y, si viviera ahora, también tendría mucho que decir. De acuerdo en que la situación ha cambiado, pero muchos modos políticos son terriblemente ejercidos contra el pueblo, a pesar de legitimarse quienes los ostentan en el pueblo. Porque, no nos engañemos, el poder corrompe. Su detentación durante un tiempo genera autócratas poseídos de sí mismos, ajenos a las voces que los increpan. Y malo cuando un gobernante no escucha, muy malo. Así nos va. La ilusión de los españoles bajo cero. No me lo invento, porque lo veo diariamente en todas partes: en el supermercado, en la cafetería, en las charlas con amigos, en las tiendas…
Ojalá ascendieran a los mecanismos del poder los sabios y los justos, y se los escuchara. Ojalá no dejaran de serlo, no se corrompieran una vez que gozaran del mando. Ojalá el ser político dejara de ser una máscara de quita y pon, una fachada y un juego de intereses individuales. Ojalá recuperáramos la noción de la cosa pública, del bien común y colectivo, que en este país para que unos vivan bien, otros muchos se ven diezmados.
Mundo enrevesado, como dices, muy enrevesado, Mariola.
Muchísimas gracias por tu interesante comentario y un fortísimo abrazo.
Isabel...de nuevo vuelvo por aquí y me encuentro con un alto nivel de erudicción que contrasta con mi ignorancia...ejem,ejem....
ResponderEliminarTan solo que poco a poco me iré poniendo al dia de tus publicaciones...
Recibe un beso.
Eres la gota que colma el vaso.(La primera gota la dejo caer Sanchez Drago hace mucho, mucho tiempo en el programa Biblioteca Nacional)
ResponderEliminarEste verano leere Escuela de mandarines.
Un beso.
Jesús
Anna, no te preocupes, que no eres la única, ya que Miguel Espinosa no es todo lo conocido que debiera, de ahí mis tres últimas entradas, porque creo que es un autor imprescindible, de los que se quedan posados en el alma para siempre.
ResponderEliminarCómo me alegro de verte otra vez por aquí, aunque sea con el molesto corsé.
Besos llenos de energía positiva y cuídate mucho.
Jesús, ahora vengo de tu blog, que ya te había visto por algunos amigos, así que somos conocidos y, además, vecinos.
No te defraudará la lectura de “Escuela de mandarines”. Es un libro que no deja indiferente y, si gusta, genera auténtica devoción.
Un fuerte abrazo y gracias por llegar hasta este cobijo.
Me he pasado por este cobijo otras veces. Esto de los blogs me causa una sensación parecida a cuando organizas una celebración y tienes muchos invitados y repito tienes esa sensación de no poder atenderlos a todos con el cariño y la atención que se merecen. Bueno así vamos.
ResponderEliminarUn beso desde Murcia
Me declaro ignorante. No conozco a este autor.
ResponderEliminarAunque leyendo tu entrada, apetece encontrarlo.
Abrazos desde el norte
Jesús, gracias por esas visitas.
ResponderEliminarOye, me ha hecho mucha gracia eso que dices, que esto de los blogs es como una fiesta con muchos invitados y no puedes atenderlos a todos con esmero. Cuánta razón llevas, amigo. En fin, que me pasa lo mismo, así que voy cuando puedo a las fiestas de otros. Eso sí, si estoy en una fiesta, estoy íntegramente.
Intentemos capear las fiestas con buena mano y mejor palabra.
Un beso y bienvenido a este cobijo, que es el tuyo.
Sommer, es una gozada leerlo, porque no defrauda y la risa, cuando no la carcajada, es segura.
Abrazos desde el Sur y me ha gustado mucho encontrarte en el camino.
Muy bonito el post un placer leerte
ResponderEliminarpasaba a saludarte y desearte tengas un feliz verano, estare ausente por motivos de trabajo.
que tengas una feliz semana.
un beso.
Ricardo, muchas gracias por tus amables palabras, que me alegran mucho.
ResponderEliminarTambién te deseo una feliz semana y un verano estupendo.
Besos.
Para mi ha sido un verdadero hallazgo porque desconocìa su existencia. Hay que leerlo despacito, en cada pàrrafo nos encontramos con una profunda reflexiòn...de hecho me llevo uno para ponerlo en mi blog, porque como sucede con el pensamiento de los seres superiores, jamas pierde vigencia...
ResponderEliminarabrazos
Adelfa, en su nombre y en el mío, agradezco tus palabras.
ResponderEliminarA Miguel le encantaría ver alguna frase suya en tu blog, estoy segura.
Besos.
Un amigo me ha regalado por sorpresa Asklepios y he estado dos días sumergida en su lectura. Al acabar corro a decírtelo, mira, que tuviste la suerte de conocer y tener como maestro al "último y más verdadero y claro entre los griegos".
ResponderEliminarun abrazo
Rat, era un hombre impresionante, pero impresionante por su sencillez, por su calma, por su humildad. Sí que tuve suerte y a ti también te hubiera encantado conocerlo, porque no tenía poses ni delirios de grandeza, tan frecuentes en este mundo de las letras.
ResponderEliminarAsklepios... Una delicia de principio a fin.
Abrazos grandes.
Me resulta desconcertante encontrar tantos lectores aficionados a Escuela de mandarines; yo creía que estaba solo en mi admiración por este autor y esta obra en concreto. Y lo creía porque hace mucho tiempo que no he oído hablar de él en los ámbitos académico y de medios de comunicación, ni siquiera en los especializados en literatura o cultura.
ResponderEliminarGaspar Jover
Gaspar, creo que más que desconcierto debiera producirte alegría que la obra de Miguel se expandiera.
ResponderEliminarPor otra parte, mi primera lectura de esta obra data de 1979 y, desde entonces, me he encontrado con bastantes personas que le profesan idéntica devoción.
Un saludo y gracias por estimar a Miguel Espinosa.
Isabel, desde el comentario anterior, 29 de abril del 2013, me han publicado dos artículos sobre Escuela de mandarines: Escuela de mandarines, una novela más que recomendable, en la revista culturamas y Los neologismos en Escuela de mandarines, en Escritores org. Te lo cuento porque tal vez te puede interesar leerlos.
ResponderEliminarUn saludo cordial de Gaspar Jover