El deseo es luz que guía y motor que impulsa. Nos mantiene ágiles y vivos.
Dicen que hay que tener mucho cuidado con lo que se desea, no vaya a ser que se convierta en realidad.
Pero existe otra maldición del deseo, paradójica y cierta: desearlo todo o no desear nada.
Catedral de Estrasburgo
(Fotografía de Isabel Martínez Barquero)
Deseo, curiosidad, inquietud, ansia, amor. Todo contribuye a mantenernos vivos.
ResponderEliminarHola Isabel,es verdad que la maldición se cumple,somos tan imperfectos,creo,que el deseo ferviente y desmedido es posible que nos engulla hasta dejarnos exhaustos.Abrazo.
ResponderEliminarQue bonito texto Isabel, el deseo es el mismo, el que nos hace tanto bien para luchar por algo, y a la vez, el mismo que nos hace tanto mal cuando se convierte el obsesión o en confundirlo con algo q en verdad no se necesita.
ResponderEliminarun beso muy fuerte
Supongo que la diferencia entre los que mejoran su mundo y los que lo empeoran está en lo que desean. Hitler, por ejemplo, estaba muy vivo gracias a su gran deseo de dominar el mundo... ¡qué peligro! En cambio La Madre Teresa de Calcuta mantenía su vivacidad gracia al deseo más noble que pueda tener el ser humano. Preferiría que muchos no desearan y se mantuvieran menos ágiles y vivos.
ResponderEliminarPor cierto, he visitado esa catedral en varias ocasiones. Extraordinario el deseo de sus arquitectos.
Sugerente texto.
Besicos.
Si el deseo es maligno es mejor que no se cumpla..
ResponderEliminarPues yo deseo muchas cosas
ResponderEliminardeseo que se cumplan
deseo que sean buenas
que la realidad sea un deseo
No deseo ninguna maldición
Deseo todo
...Y no deseo nada.
Ahora mismo acabo de desear SIETE deseos....
Bonito texto reflexivo que hace DESEAR reflexionar...
Besicos amiga.
Entre un extremo y otro, prefiero desearlo todo. Lo contrario se parece demasiado a la muerte. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarELEGIR LO QUE SE DESEA CON EL MISMO CUIDADO QUE ELIGES LAS PALABRAS CON LAS QUE NOS COMUNICAS ESTO: elegir todo no es elegir muchas cosas. Un abrazo.
ResponderEliminarHay palabras tan rotundas, magnéticas e inquietantes que sin embargo no se bastan a sí mismas y requieren... concreción. Abominable pero necesaria en este caso, acotar o nombrar y definir el deseo.
ResponderEliminar¿Fue un deseo lo del loco de Oslo? ¿Fue una Idea?
Besos!
Exelente reflexión,abrazo amiga.
ResponderEliminarQue de cosas encierran los deseos, tantas buenas como malas, espero que solo se cumplan los buenos, un saludo.
ResponderEliminarYo me paso la vida deseando cosas, (malas, malas nunca)pero creo que el día que no tenga ganas de desar ya no tendré deseos de nada. Cuando me cabreo con alguien, a veces deseo que se coma su propia lengua, o alguna maldad parecida, pero me arrepiento pronto y deseo que le vaya bien, siempre lejos de mi, claro.
ResponderEliminarBicos
Existe toda una ética del deseo.
ResponderEliminarTú dices mucho en estas cuatro frases.
Hay que desear siempre lo mejor, sea lo que sea.
Un abrazo.
Isabel amiga:
ResponderEliminarDices bien: sin deseo, sin ilusión la vida del individuo o de las mismas colectividades se torna estática: tenebrosa, fea, amarga, estresada....
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
P.D. Te dejo a Nica, el antipoeta con un magnífico poema:
http://www.youtube.com/watch?v=w60mrkFzIYg
Y me parece que falta algo: el deseo que cuando se realiza ya no es tan deseable como era al soñarlo...
ResponderEliminarMi querida Isabel, me gustan tus reflexiones, además son muy variadas y oportunas, me haces pensar después de leerte.
¡Ay, mi valiente Rea silvia!
Muchos besos, muchos y veraniegos.
Lo peor de los deseos es que no se cumplan, y eso ocurre con demasiada frecuencia.
ResponderEliminarMe parece a mi que todo empieza por el pensamiento y luego el deseo. El pensamiento es el que empieza a crear y el deseo lo impulsa para intentar conseguirlo. Pero ¿sería algo el ser humano sin desear?. La capacidad de no desear pasa primero por desear´. Por ejemplo deseo no desear algo y al fin sigue siendo un deseo... Reflexionando a través de tus palabras,querida Isabel. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNo recuerdo haber tenido malos deseos hacia otra persona.
ResponderEliminarDel resto mejor no hablo...
Saludos
Siempre es mejor desear, lo contrario es la muerte.
ResponderEliminarBesos.
'No desees nada y lo tendrás todo' (Meher Baba)
ResponderEliminarEl no desear, es como dice Mamé, es pasar primero por el deseo de no desear. Ambas cosas son però frutos del pesamiento, nacido en el interior del cerebro, que todo lo controla.
ResponderEliminarSaludos, y buenos deseso de sallud
Es así la maldición. Pero si es cierto que en el término medio se halla la virtud, deseemos algo pero nunca todo.
ResponderEliminarMe gustan tus reflexiones. Son poéticas.
Un beso
Creo que nos pasamos la vida deseando cosas. Nuestro mundo es amplio en ofertas. Pero busquemos lo asequible, aquello que por su entraña normal, nos puede hacer felices.
ResponderEliminarEl mejor deseo es la felicidad, el amor, encontrarnos a nosotros mismos y seguir el camino de la luz, sin desviarnos hacia aquello que es inalcanzable. La naturaleza es un ejemplo.
Saludos,
Luis.
Es encantadora, me suena casi como una sentencia divina. Un abrazo.
ResponderEliminarTenemos poco control sobre lo que deseamos.
ResponderEliminarPero nuestros deseos son como promesas de felicidad que pocas veces nos contentan mas allá de un tiempo corto, el suficiente para incubar un nuevo deseo.
Muy buena reflexion. Mis deseos son casi siempre buenos, a veces pienso en un deseo, no tan bueno, pero enseguida cambio mi deseo. Creo que los deseos son los que nos hacen ir hacia adelante, y creciendo en los deseos cumplidos.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta como escribes Isabel, un gusto visitarte.
ResponderEliminarabrazos.
A veces somos así de extremos, yo me considero al menos como tal, y supongo que no siempre es sano: el todo o nada que, sin desearo, muchas veces, nos arranca del sencillo anhelo de dar un paso después de otro, sin correr, sin quedarse quieto.
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel.
El subconsciente, el Alter ego, el otro yo, el alma, la psiquis o como quiera llamárselo a ese otro yo que nos impulsa a hacer cosas que "íntimamente" no sabes por qué. Enteramente de acuerdo contigo con el texto sobre el deseo, pero ¡la ilustración de la Catedral! Es portentoso su significado, me refiero a texto e imagen. (No estoy diciendo que no sepas lo que haces, sólo que es portentoso).
ResponderEliminarSorprendente.