Paseo a orillas del mar, de Joaquín Sorolla
Hoy es uno de esos días, donde las mujeres –la mitad de la humanidad– resultan homenajeadas, las más de las veces por sí mismas. Se dedica el día a la mujer trabajadora, aunque la costumbre ha sido sabia y ha extendido el festejo a todas las mujeres en general, porque si algo es patente es que una mujer nunca para, lo haga o no de puertas para afuera. No conozco a ninguna que goce de un día de asueto íntegro, pues siempre existen quehaceres que atender, tareas cotidianas insoslayables, de esas que no lucen, pero precisas para que la vida de una casa se desenvuelva de manera cómoda para todos sus habitantes. Las mujeres saben mucho de faenas rutinarias y deslucidas. Como Sísifos resignados a elevar la pesada piedra con esfuerzo, para que caiga nada más ser subida a la alta cumbre, repiten jornada tras jornada las labores ineludibles que se le han asignado para la subsistencia de todos: mujeres y hombres, pequeños, mayores y de mediana edad.
En general, no me gustan los días con apellidos, esos que se dedican a cualquier causa solidaria, a potenciar intereses comerciales o los consagrados a un género (¿por qué no existe un día del hombre?). Parece como si sólo durante esas jornadas debiéramos reflexionar sobre la investigación sobre el cáncer, dedicarnos a la celebración jubilosa del amor o reconocer la inmensa labor que ha jugado la mujer a lo largo de la historia, por poner sólo tres ejemplos de los muchos que existen. Con respecto al día de hoy, entiendo que celebrarlo nos recuerda los avances conseguidos y nos afianza en la lucha para adquirir una igualdad que aún no existe.
No obstante mi falta de simpatía hacia este tipo de jornadas, he quedado a comer con una amiga, con una amiga que es casi una hermana, pues andamos juntas enredando por la vida desde nuestros respectivos ocho años. No hay gesto de ella que pueda engañarme ni mirada mía que no sepa interpretar. Nos conocemos hasta en el dobladillo de los sentimientos y no hacen falta demasiadas palabras para que lo dicho sea entendido sin deformaciones prejuiciosas. A su lado, es imposible fingir alegrías inexistentes o tristezas sin solera.
Hemos quedado porque hoy es el día que es, ambas somos mujeres y tenemos mucho que celebrar, aunque sería largo hacer una enumeración de los motivos que nos han llevado a escaparnos de nuestras respectivas circunstancias vitales y refugiarnos en el cobijo sin tiempo de nuestra amistad, allí donde miramos a la otra y ésta nos ve con el poso de toda una vida y con el aval impagable del cariño verdadero, no falso, ilusorio ni surgido de confluencias, caprichos ni intereses del instante.
Vamos a celebrar el día de la mujer y, posiblemente, brindemos para que las mujeres del futuro no tengan que festejarlo porque hayan adquirido la igualdad efectiva con el hombre.
Tienes razón. Opino como tú, los días con nombres y apellidos me suelen fastidiar, pero es que el ser humano es frágil de memoria y si no fuera por estos días hitos se nos olvidaría lo fundamental.
ResponderEliminarLo peor es que siendo el mundo en su mitad (o más) femenino, andemos con estas historias después de tantos miles de años...
En alguna parte del camino nos equivocamos. En fin a ver si conseguimos enderezarlo pronto.
Me quedé prendida de "Nos conocemos hasta en el dobladillo de los sentimientos". ¡Qué expresión tan maravillosa! Hay cosas que una sólo le permite a una gran amiga y es eso, justamente: que se meta en cualquier rincón, cualquier "dobladillo" del alma.
ResponderEliminarFeliz Día, Isa, y que pasen hermoso.
A veces parece que nos remontemos a le edad media cuando nos referimos a la discriminación de la mujer y sabemos que no. Mis hermanas mayores alcanzaron el grado de "mayores de edad" después que sus hermanos más jóvenes.
ResponderEliminarPor desgracia estos días con apellido siguen siendo necesarios y, mira, si con ese pretexto se escriben entradas como la tuya ya me alegro de que existan.
Besicos y un saludo a tu amiga.
¿Será porque es ese "día" por lo que el actual ministro español de Justicia se dejó caer ayer con lo de "violencia de género estructural"? ¡Qué ofensa para las mujeres! Nada cambia en las mentes opresoras. Besos, Isabel.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Tampoco me gusta poner apellido a los días. Me parece de lo más absurdo, sobre todo porque giran en los rompientes de los inmensos vientos sociales de la manipulación.
ResponderEliminarQue tengas un buen día Isabel
beso
Me ha gustado mucho eso de conocernos hasta el dobladillo de los sentimentos :D Y a mí tampoco me emocionan los días con apellido, ni los lazos rosas o violetas o rojos o azules...
ResponderEliminarMi deseo es el tuyo, Isabel, que algún día no necesitemos muletas. Un abrazo grande
Preciosa entrada , que ya hace mejor un día como el de hoy .Respecto
ResponderEliminarlos días con apellido me resultan extraños y este,en concreto ,espero que deje de hacer falta "celebrarlo" (aun que para mi el 8 de marzo seguirá siendo fiesta ya es el cumpleaños de mi único sobrino).
Unbesazo
"Nos conocemos hasta en el dobladillo de los sentimientos". Creo que en esto has plasmado lo intrínseco, la calidad de la palabra amiga. Y que cada una de nosotras nos vemos reflejadas en algo o en todo de lo que dices. Todas somos esos obreros que puede que esten en paro, pero jamás paradas. Y maliciosamente, a veces, en esos momentos en los que me gustaría tener una jornada de asueto, que sé que no tendré, me gusta imaginar el caos que se produciría si por un solo día las mujeres del mundo nos declaráramos en huelga. Un día sin nuestra callada presencia. Y recuerdo con gran admiración y enorme cariño cuando mi mejor amiga, ama de casa, agobiada, sobrepasada, se plantó. Hizo su cartel que decía "yo también estoy en huelga" y se lo prendió en la solapa, haciendo su huelga doméstica el día de una huelga general de nuestro país. Tuvo sus resultados. Así que más que a celebrar, me uno a reclamar la igualdad y justicia que, tanto hombres como mujeres, merecemos.
ResponderEliminarAbrazotes
¿El día internacional de la mujer? ¿pero ese día no debería celebrarse 365 días al año y 366 días en los años bisiestos? Lamentablemente, todavía se hace necesario seguir luchando por la igualdad. Felicidades y que dsifrutes de tu comida.
ResponderEliminarEn mi blog http://alpiedemisilencio.blogspot.com a modo de pequeó homenaje he dejado un poema por si fuera de tu agrado leerlo.
Un saludo.
Brindo contigo Isabel, y me uno a la cadena solidariamente por la igualdad de la mujer, que tengas un feliz dia.
ResponderEliminardisculpa la ausencia por asuntos personales.
un abrazo.
Nunca me ha gustado poner etiquetas para conmemorar un día determinado, deberíamos ser coherentes y no celebrar estos días, sería un signo de que todos somos iguales y no tenemos porque caer en tentaciones sociales que luego no nos llevan a ninguna parte…
ResponderEliminarSi algo hay que celebrar, que sea nuestro reconocimiento como persona a todos los niveles.
Un cálido abrazo
llevas mucha razón Isabel querida, yo tampoco "celebro", pero al menos es un recordatorio de todos los pendientes que aún quedan por alcanzar, y que la palabra Igualdad deje de ser idea y sea Hecho
ResponderEliminarque este día 8 que nos hermana sea un día de luz y acercamiento entre muchos que nos asisten, que este rosario de voces femeninas sea escuchado y que el pensamiento se construya desde los afectos y la razón genuina
Un abrazo grande para ti desde esta latitud planetaria
Es cierto .Parecemos Sísifo.Elevando la pesada piedra durante las tareas cotidianas y al mismo tiempo cumpliendo con las obligaciones del afuera.
ResponderEliminarOjalá las mujeres del mañana no tengan ya que celebrarlo.Buena reflexión.
Un abrazo.
Feliz día de la mujer y de la amistad con solera.
ResponderEliminarMuy atinada toda la reflexión. Es que pareceque se trata con "estos días de" como a seres en peligro de extinción o tribus en trance de desaparecer. Su existencia es la prueba irrefutable de que algo no va bien. Por eso existe.
ResponderEliminarNo existe el día del hombre por que seguramente lo estropeariamos de mala manera. Mejor ni pensarlo.
Sin embargo tu has sabido rodearte de buena compañía y sacar lamejor sustancia a la jornada. Pues que disfrutes de la conversación y de la buena mesa.Que disfrutes de tu amiga. En definitiva, que disfrutes de ser mujer. Un abrazo.
¡Brindo por ello, Isabel, porque en el futuro no tengamos que celebrarlo!
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo contigo Isabel, los días con apellido a mi también me dan miedo, porque si se necesita un día para celebrarlo es porque las cosas no funcionan como debieran. Pero por desgracia somos las propias mujeres las que nos ponemos la zancadilla a nosotras mismas.
ResponderEliminarTodavía no he vista a ninguna compañera del ministro de justicia salir a condenar las declaraciones que hizo él ayer.
Yo estoy harta de que me protejan, que me cuiden o que alguien quiera proteger o cuidar a mis hijas. El paternalismo me revienta.
Bicos
Iba a empezar hablando del "dobladillo de los sentimientos" pero se me han adelantado unos cuantos y no es cuestión de repetirse.
ResponderEliminar¡Genial! Me encantan estos textos porque me veo reflejada, porque no sobra una palabra y me identifico totalmente.
¡Y escrito con estilo y buen gusto!
Un placer cada entrada tuya, querida Isabel.
Cariños varios.
Mi querida Iabel felicidades por ser una gran mujer.
ResponderEliminarun beso
andres
Isabel, profundo texto, totalmente de acuerdo contigo...
ResponderEliminarUn abrazo inmenso
Tienes toda la razón en lo que expones aquí. Al menos yo opino muy parecido.
ResponderEliminarEn cuanto a celebrar este día con tu amiga me parece lo mejor. "Nos conocemos hasta en el dobladillo de los sentimientos" Esta frase resume todo, amiga Isabel, paisana.
Y sí, ojalá que algún día cercano se consiga la completa igualdad.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Que sea un día donde se integren más seres humanos a la lucha por un mundo donde las igualdades y el respeto en todos los ámbitos sea la norma y la regla.
ResponderEliminarEstá comprobado que nada se logra y nada se alcanza sino es por la lucha decidida y constante de todos los días.
Lo que no hagamos por nosotros mismos no esperemos que nos caiga de los cielos.
Enfatizar en la educación permanente en un espíritu humanista aportará grandes avances en estos anhelos.
Un abrazo amiga Isabel!!!
Buena entrada para este día Isabel, un día que no debería ni existir, ya que se tendría que expandir al resto del año. Me ha gustado mucho amiga. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Opino igual que tú. Lo bueno sería que la normalidad de las situaciones no condujera a tener que celebrar estos días.
ResponderEliminarLo que si es importante es celebrar la amistad como tú has hecho.
Besos.
Esos ratos con las verdaderas amigas son impagables. Disfrútalo.
ResponderEliminarSea este día u otro cualquiera. A mí es que estas celebraciones tampoco me dicen nada.
Un abrazo grande, querida Isabel.
No es complicado definirse como feminista, ni que seas un tío, porque históricamente el feminismo busca la igualdad.
ResponderEliminarTu apunte biográfico es pertinente: qué mejor para celebrar el día de la mujer que quedar para comer con otra mujer que desde la amistad lleva tiempo en tu vida, para reivindicaros. Yo también deseo reivindicar eso: es el único camino que se me ocurre para construir un mundo más justo.
Tampoco tengo simpatía por estos días que intentan ser un resarcimiento por el despojo de siglos. Un día por el resto de la vida. Pero, de todas formas, brindo por las bellas féminas del mundo, todas.
ResponderEliminar¡¡ Pero qué bonito escribes!!.
ResponderEliminarFelicidades y que todas/os disfrutemos de nuestra parte femenina.
Para las personas que todavía no lo hacen, que se valoren en su totalidad y que se hagan respetar los 365 días del año y cada año de su vida.
Buen provecho y disfrutad del dobladillo.
Besos mil.
No ha sido premeditado, pero desde luego tu maravilloso texto es el mejor colofón a un día -tedioso por el tema- en el que me he dedicado a ejercer de tía-abuela :)
ResponderEliminarTe felicito por la amistad que nos comentas y por la delicadeza de tus palabras "ese dobladillo" nos ha enamorado a todas :)
abrazos, sinceros, para ti
Celebrando o no el "Día de..." sigo siendo la misma. O sea que no me es preciso recordarme lo que me ha costado ser, estar y construirme. Pero recuerdo la segunda vez que tuve que renovar mi DNI, tuvo que dar el visto bueno mi padre como cabeza de familia con su firma y yo ya era mayor de edad ¿? Una cierta incongruencia. De eso hacen unos cuántos años. Y sin embargo pareciéndome que fue ayer, han cambiado muchas cosas. Por todo ello, pienso que hay seguir hacia adelante sin perder la vista a lo de atrás.Es necesaria la autenticidad y realización del ser humano como único, sin diferencias de géneros. Y en este sentido, ha costado mucho lo que hemos trabajado, recogido y amorosamente guardado en nuestros dobladillos. Pero me vale esa amistad justamente celebrada con ese gran encuentro. Es la mejor manera de celebrar la vida y la amistad. Felicidades por tu escrito, que siempre me deja reflexionando. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarYo me uno a tu brindis para que no haya un día de la mujer, aunque eso, no creo que yo lo vea. Un abrazo
ResponderEliminarEstá claro que mientras exista esta injusticia debe haber días para recordarla, Ojalá algún día no sea necesario...
ResponderEliminarBesos
Hola Isabel, te entiendo, pero esos días se han puesto de moda, unas lo celebran y otras lo ignoran. Sí cada día es nuestro y cada día es de ellos, poco a mi me preocupa la igualdad, por igualdad, pero me ocupa más el respeto. Cuando empecé a escribir el las revistas de teología, los teólogos me miraban con recelo por ser monja y no por ser mujer jajaj!!ahí empecé a ganar terreno como persona sin tener en cuenta mi sexo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, voy a descansar, lo necesito como el agua de mayo.
Con ternura te dejo un beso
Sor. Cecilia
Isabel,no soy partidaria de ningún tipo de celebración en los días "D".Estoy totalmente de acuerdo con tu texto y con la sinceridad de tus palabras.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Morgana.
Espero y deseo que ayer pasaras una agradable tarde con tu amiga, y que juntas celebráseis el día de la mujer como debe de ser, sin estruendo, un día más. Amigas o amigos de esos que "te conocen hasta el dobladillo de los sentimientos" no hay muchos, cuídala.
ResponderEliminarPues estoy de acuerdo en lo de los apellidos, por eso no reivindico un dia del hombre. Mal vamos cuando son necesarias estas cosas, pero es que vamos mal de verdad. No perdamos la esperanza, sin embargo, amanecerá dios y medraremos. Un abrazo, mujer.
ResponderEliminarDe acuerdo amiga,cariños
ResponderEliminarHola Isabel:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, en que seria mucho mejor pasar este dia,sin ruido, sin celebrar nada. Esto seria lo deseable y lo único que significaria la normalización de todos los derechos de la mujer. que fuera una cosa completamente normal y que no haubiera dia de la mujer, igual que tampoco existe el dia del hombre. Recibe un saludo cordial i un abrazo cariñoso.
Estimada Isabel:
ResponderEliminarConcuerdo contigo en todo lo que en esta entrada nos dices; en estas sociedades compuestas de hombres y mujeres que viven en un mundo en donde existen millones de hombres al nivel de la esclavitud, la lucha es del hombre y la mujer, juntos, todos los días, para alcanzar nuestro justo puesto en una sociedad nueva en donde no haya más necesidad de estos días internacionales, ni haya que marchar contra el fascismo, ni contra los invasores...pero, mientras tanto, yo creo que vosotras las mujeres os mereceis mis respetos, mi solidaridad y todo mi amor y, por eso mismo, escribí este poema que publiqué en mi blog, y que aquí lo dejo, con tu permiso, para ti y tus amigas lectoras.
Compañera de todos los días
Compañera de todos los días,
mujer maravillosa,
madre de todos los hijos,
luchadora de todas las batallas.
Amante camarada,
tu beso me sabe a verso,
tu abrazo que es siempre tierno
tiene el color de la libertad.
Compañera de todos los días,
de caminos polvorientos,
de calles citadinas,
de barrios y montañas;
camarada de cabello al viento,
la del corazón irreductible,
la del amor apasionado,
la de los pies de paso firme.
Compañera de todos los días,
aradora de tierra fértil ,
tu abrazo no es de cadenas,
tus senos son dos montañas
que guardan cantos de vida nueva.
Compañera de todos los días,
la de las manos trabajadoras,
la jardinera en la primavera;
compañera, pasión y fuego,
cerebro, virtud y sangre,
¡eres un grito liberador!
Gustavo Figueroa Velásquez
©
Recibe mi abrazo y un beso.
Necesitamos un día para recordar las injusticias de los 364 días restantes. Como existen pocas soluciones a este respecto, ponemos esos día como estandartes y lucirnos en la memoria cada año. El hacerlo reivindicativo es casi una obligación porque de una año a otro las cosas cambian poco, e incluso pueden ir a peor.
ResponderEliminarMe encanta tu forma de celebrar este día, con amistad. Eso está bien.
Un abrazo.
Los "días d" no están entre mis preferencias; pero reconozco que sirven para poner sobre la mesa algún problema existente, y la situación de la mujer, su discriminación en muchos aspectos de la vida es un problema que aún sigue sin resolver. Ojalá pronto no haya que celebrar este día.
ResponderEliminarLo peor, que ha caído "trabajadora", primando "internacional".
ResponderEliminarPeor aún: el discurso de Gallardón como preámbulo.
Sospechoso: que se nos dedique un día, como a otras tantas causas perdidas o especies en peligro de extinción.
Yo no lo celebro.
Un abrazo!
Buenas noches Isabel, hoy me hablaron muy bien de tu blog, así que me pico la curiosidad.
ResponderEliminarme gusta la esencia de tu narración, ojalá algún día no celebremos nada estas "diadas" que solo hacen que marcar la diferencia...
Tarde, pero presente en este día tan merecido... Algunos creen que también debería haber un día del hombre, sin embargo la mujer tiene muchos más méritos, que sirva como ejemplo el poder ser madre.
ResponderEliminarUn beso.
HD
suertuda!
ResponderEliminarEl día de la Mujer debe ser a diario, lo mismo que el día del Hombre...
ResponderEliminarLuchemos para Vencer los Miedos, la Hipocresía, la Altivés, la Cobardía, y hagamos de Ello un Buen Equilibrio para la Paz.
Un abrazo.
Pues a mi me parecen bien todas las celebraciones, nuestra memoria es muy cómoda y por lo tanto solo nos preocuparíamos de las cosas de nuestro entorno.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo tampoco soy partidaria de los días de..., pero tu entrada me parece estupenda y merece celebrarse!
ResponderEliminarDesde aquí, ahora, brindo con vosotras (dicen que más vale tarde que nunca).
Besines y feliz domingo!
En mi opinión no es un dia para celebrar ni quiero que se me felicite. No hay motivo para celebrar el haber nacido mujer.
ResponderEliminarEl festejo es un caramelo envenenado, un engaño.
Creo que es un dia para llamar la atención y seguir luchando por nuestros derechos. De esa manea es de la que yo participo.
Yo lo celebraré cuando ya no haya necesidad de celebrarlo.
Besos
No es celebrar, más bien es recordar.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también lo veo así, los "Día de..." no me acaban de convencer, aunque si sirven de motivo para reunirse dos buenas amigas, bienvenido sea.
ResponderEliminarY me ha gustado mucho cuando has dicho eso de "¿por qué no existe un día del hombre?", es verdad, no lo hay. Quizás la verdadera igualdad llegue cuando no haya "día de la mujer" ni "día del hombre", o cuando existan ambos, y lo único que haya que celebrar sea eso: el día a día, sencillamente eso, un día a día sin discriminaciones, ni violencia, ni engaños ni mentiras.
Un abrazo. No es un abrazo de un hombre a una mujer el que te doy (que también) sino sobre todo es un abrazo de persona a persona.
Yo en ésto, no comparto tu desdén : el 8 de Marzo ha cumplido un siglo y lo que iniciaron un pequeño grupo de mujeres pioneras ha ido logrando grandes resultados. Ha sido una fecha emblemática que ha dado grandes frutos. Dia del hombre? Son muchos. Un abrazo.
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