Tengo a la jefa totalmente despistada. Por más que le
chillo que ya es hora de que se acuerde de mí, ni caso. Me mira con ojos
benevolentes y me responde lo mismo minuto tras minuto:
–Aguanta un poco, Cobijo,
que estoy muy concentrada en mis cosas.
Es cierto que no para un segundo. Entre meditar los medios
para salir adelante en el difícil mundo de las letras, estudiar estrategias
para emerger indemne del sadismo financiero que se ha puesto de moda, leer todo
lo que lleva atrasado y escribir largo y tendido, he llegado a la conclusión de
que o tomo yo cartas en este asunto o me deja tirado como a un mal novio. Así
que le he propuesto que me dejara hacer a mí, que tengo mis ideas y no la voy a
dejar en mal lugar. Además, ya estamos a uno de septiembre y debe ser fiel a su
palabra de retorno.
–¡Qué impaciencia! Haz lo que te venga en gana, que libre
eres, pero quiero que sepas que estoy estudiando tu viabilidad con mi vida.
–¿Acaso piensas matarme y enviarme al limbo? –le pregunto
con el terror impreso en todos y cada uno de mis pliegues virtuales.
–No digas tonterías, hombre. Te he cogido afecto, que son
muchas las horas que he pasado a tu lado. Lo que ocurre es que el tiempo no se
multiplica y has de pasar a un segundo plano, tener menos ansias de
protagonismo.
–¡Vaya, y eso que soy tu cobijo!
–No te amohínes. Es normal lo que te digo. Lo anormal es tu
tendencia expansiva, que me has salido muy sociable y debes comprender que no
siempre dispongo de tiempo para llevarte de paseo a todos esos sitios que tanto
nos gustan a ambos. Podremos acudir de vez en cuando, comentar si nos lo pide
el cuerpo o pulsar el botón nuevo de Google que indica que nos ha gustado la
lectura. Porque lo fundamental es eso: leer, pero leer con los cinco sentidos,
no para dejar la impronta de nuestra huella, como el trámite de un paseo
alocado para dar cumplimiento a una cortesía mal entendida, que en este mundo
virtual hay mucha reverencia engañosa. Incluso, es probable que seamos más
egoístas y edifiquemos más la propia casa que la ajena.
Agacho la cabeza y medito. Ha sido sincera, pero sé que no
me ha dicho toda la verdad, que se reserva pensamientos y que me prepara
sorpresas futuras. Últimamente, está algo mareada con tanta técnica: cualquier
aplicación o artefacto exige estudio y hasta lo que, más o menos, domina,
cambia de un segundo a otro. Sabe que alguien que escribe en nuestros días debe
estar pendiente de muchos ámbitos técnicos distintos. Entre redes sociales,
blogs, correos electrónicos y demás avances que tanto conectan y desconectan a
los humanos, seguro que a ella le ha dado por pensar que no puede invertir todo
su tiempo en ser una experta informática, una exhibicionista permanente o una
frívola que se pasa el día de una pantalla para otra, que es tozuda y persevera
en escribir, algo que siempre ha hecho en un alejamiento del mundo casi monacal.
Recuerdo sus palabras cuando le expuse mis protestas por
abandonarme durante el mes de agosto:
–Hay épocas, amigo. Ahora estamos en verano y el calor
distiende las costumbres, así que no te pongas serio. Relájate y disfruta.
Quien más, quien menos, se sale de sus rutinas.
La miré sin ser capaz de espetarle una buena contestación.
La conozco de sobra y sé que siempre maquina sobre mí. Ya la había pillado unos
días antes en una conversación donde señalaba que cada vez tenía más claro que
yo debía ser muy escueto, que el medio donde habito es la ley que impone, que
la auténtica lectura se produce al margen de mis luminosos carriles amarillos,
que la literatura discurre en las extensiones desérticas donde siempre se han
movido los espíritus valientes.
–Además, eres un presumido que no consientes salir sin foto
o pintura. Y estoy pensando en edificarte sólo con palabras.
–Yo te busco la foto si me das permiso.
–Allá tú, pero que sea fresquita y liviana.
–¿Me dejarás hacer la entrada?
–Ni lo sueñes.
Contento con su autorización parcial, rastreé en sus
archivos de imágenes y saqué un mar azul de esos que la serenan tanto. Aunque tuve
mis dudas sobre la bondad de mi elección, pues lo mismo le daba por escaparse a
cualquier playa cercana ante su vista. Pero no se fue de playas, ni se escabulló
más de lo prudente, pues sólo anduvo unos pocos días perdida por tierras de
pinares con ecos literarios; el resto del tiempo lo pasó, como aún lo pasa,
entre lecturas, escrituras y el intento de aclararse para publicar un ebook,
que se le ha metido en la sesera publicar su primera novela, una que escribió
cuando era aún muy joven. No sé si lo conseguirá, pues se le resiste algún
aspecto formal, pero seguro que sí, que ella es vergonzosa para decirlo, pero
yo no: necesita un impulso y, también, sentir que genera algún ingreso, aunque
sean unos eurillos, que la crisis no la ha perdonado, como a tantos.
Sea lo que sea lo que haga de mí, aquí queda constancia de
mis buenas intenciones y de su mala cabeza. Quizá me llene de micros, quizá me
zambulla en la lírica, quizá me haga un cronista de esta sociedad que ya sólo
se expresa en términos económicos y está regida por el miedo, quizá me llene de
citas, quizá me use a modo de diario, quizá se atreva a expresar sus opiniones
de una vez por todas... La desalmada es imprevisible, como me ha hecho ser a mí
mismo. Ya se sabe que los humanos son unos seres peculiares en el mundo. El
hecho de que sean muchos no nimba de normalidad su exotismo, ese que les
impulsa a reflexionar sobre sus propios actos y sus más íntimos pensamientos.
Deseo que todos mis colegas estén pasando un magnífico
verano, dentro de lo que nos dejan las sádicas noticias que sufrimos rutinariamente.
Hemos de recuperar la sonrisa frente a la pretensión de establecer el miedo
como moneda de cambio y paisaje habitual de nuestros días. No sé cómo, pero hay
que apostar por la esperanza. No queda más remedio.
Abrazos virtuales para todos.
Fotografías de Isabel Martínez Barquero (Pinares de Soria)
Hola, Isabel:
ResponderEliminarBienvenida a la nueva cosecha de letras de este septiembre que comienza aún perezosillo ;)
Muy sagaces estas reflexiones, ya sabes, el escritor siempre ha tenido problemas para compaginar el aspecto social y su rincón solitario de creación; en el mundo virtual (micromundo de la otra gran 'matrix') no es muy distinto ;)
Un abrazo desde mar adentro...
Bienvenida de nuevo a la blogosfera y a este mundo virtual, pero a la vez tan humano, todos estamos preparándonos para un otoño muy "calentito", un saludo.
ResponderEliminarYo diría que un blog es como un hijo demasiado listo. Tiene por costumbre acaparar de todas nuestras reflexiones las de más alta enjundia -o así se pretenden- y no veas que ínfulas se pilla por culpa de eso.
ResponderEliminarY no puede pretender -como lo hace tu "cobijo" (jeje)- tener siempre para sí lo mejor de la cosecha que dejan las musas. Porque sino, nuestra vida "real" también protesta. Feliz vuelta, Isabel.
Hola Isabel,
ResponderEliminartodos andamos con el mismo problema: cada día tenemos más frentes que atender y las horas no se multiplican.
Yo creo que voy a dejar de dormir para aprovechar mejor el tiempo, jeje.
Besos
Querida Isabel, ¡BIENVENIDA!
ResponderEliminarTu "Cobijo" te echaba de menos y nosotros también. Ahora, de vuelta, creo que lo decidido por ti será lo que mejor escribas.
Que este inmenso espacio no determine tu potente prosa y verso tan agradables y sabios como siempre lo han sido.
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
O séase, Cobijo o Desalmada o como más te guste. Que estás hecha un lío tremendo, que nuestra mente abarca mucho y nuestro tiempo poco y miramos a nuestro alrededor y no consentimos en perdernos nada.
ResponderEliminarY en lo que a mi se refiere no sé no cómo arrancar.
Así que me estoy leyendo a todo el mundo para ver si consigo entrar en faena. Porque yo al menos es que no me aclaro.
Te abrazo inmensamente Isabel.
Empiezan nuevos días e independientemente de la mediocridad que nos azota inmisericorde, seguro que nuestras propias luces nos harán alumbrar momentos nuevos y extraordinarios.
Septiembre comienza, y el mundo se llena de luz igual que todos los septiembres que en el mundo han sido.
Yo te sigo queriendo mucho.
Adquirir conocimientos técnicos es factible a cualquiera; escribir es privilegio de pocos.
ResponderEliminarBreve espacio en blanco para muchos besos.
Pues a mí si me gusta esta bitácora, y este trapito de septiembre que se ha puesto, y la jefa despistada.
ResponderEliminarPero es que yo no tengo arreglo, me gustan estas cosas llamadas Literatura.
Iacob
Bienvenida nuevamente querida amiga.
ResponderEliminarabrazos
Aún no he leido tu entrada, solo decirte que estoy contenta con tu vuelta a la cotidianidad, y agradecerte lo puntual que has sido. Espero que este verano haya sido placentero, y que se hayan cumplido todos tus proyectos.
ResponderEliminarhasta luego!
¡Hola Isabel!, después de este respiro de verano, me alegro de tu vuelta. ¿realidad -ficción?, ¿ficción-realidad?, ambas cosas se reflejan en tus textos.
ResponderEliminarVoto ante todo por esa esperanza que abogas en tu final de entrada.Deseo que el Cobijo se llene de micros, de crónicas, y de versos sin miedos.
Recibe un beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarIsabel, que el cobijo nos hable no nos extraña, porque nos habla desde hace mucho... Bueno, claro, eres tú quien ordena y da vida a este lugar, cierto. Pero también lo es que los lugares nos condicionan, y yo sé que distingues perfectamente entre algo que escribiste autónomamente de algo que escribiste para el cobijo.
ResponderEliminarNo, no nos extraña que el cobijo nos hable (aunque se ponga respondón, que yo particularmente no esperaba menos). Sencillamente nos alegra. Y mucho.
Sea como fuere, aquí estaremos. Un beso y willkommen, bienvenue, welcome (Im Cabaret, au Cabaret, to Cabaret, es decir, al cabaret de la vida compartida y literaria). O cómo quieras decirlo. Petons ;)
¡Vaya, el Cobijo nos salió respondón!Pero no se le puede negar que tiene toda la razón.
ResponderEliminarEspero que lo hayas pasado bien y me alegro de estar leyendo algo nuevo en "tu cobijo".
Bicos
Aqui estamos Cobijo, dispuestos a impulsar a tu Jefa a que sortee todos los laberintos cybernèticos y te deje expresar tus sentimientos.
ResponderEliminarMi Descubriendo te estaba extrañando, somos todos hermanos en èste etèrico espacio y como dirìan los consejos de Martìn Fierro...
"Los hermanos sean unidos,
Porque ésa es la ley primera.
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea
Porque si entre ellos pelean
Los devoran los de ajuera..."
Bienvenida querida Isabel, estoy feliz de verte de nuevo por aqui, te dejo un abrazo chillao, y espero que Cobijo nos vuelva a hablar prontito.
hola, me gusto mucho tu relato, muy original, muy entretenido. fantastito.. ya tienes un nuevo seguidor.
ResponderEliminar__________________________
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Qué bueno que volviste, siempre nueva, creo...Un abrazo.
ResponderEliminarMe encantó. Me lo leí de un tirón, maravillada de la construcción de las frases y con una sonrisa en los labios.
ResponderEliminarDe lo demás, ya sabes lo que opino :)
Besos y abrazos.
Me alegra mucho leerte de nuevo Isabel, a ti y a tu cobijo, que tan sabiamente piensa.
ResponderEliminarOjalá, como bien dices, podamos esbozar todos una sonrisa de esperanza y no decaigamos con los acontecimientos que nos rodean y cada vez mas fuerte nos aprietan. Ojalá salgan adelante todas esas ideas y proyectos.
Un abrazo
A veces, Isabel, los hijos nos salen respondones como "Cobijo" sea como sea, no dejes de escribir y llenarlo de tu buen hacer.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande,
María Eva.
Menudo dialogo nos ofreces par empezar el curso. Te veo muy fuerte, chica, y esto es muy bueno, para ti y para la desalmada, que verás como pronto te hace caso.
ResponderEliminarTu sabes el porque lo espero. Has sabido ligar de manera brillante y original, tus espectativas y proyectos. Como siempre. Genial.
Muchos besos.
Me alegra ver que te tenemos de vuelta, Isabel; que has disfrutado del descanso y que vienes con las pilas cargadas.
ResponderEliminarNos leemos.
Un abrazo,
Magnífico diálogo entre el medio y su autora, lleno de sabiduría por ambas partes. Saludos.
ResponderEliminarHola Isabel, me ha encantado ver tanta sinceridad en este relato en el que también me veo reflejada, en algunos párrafos.
ResponderEliminarYa estamos en septiembre, ha refrescado y es un alivio después de tanto calor, por aquí seguimos amiga, un abrazo enorme.
Parece que este alter ego aprovecha bien tus escapadas. He sonreído todo el rato, sabes? Tocas los puntos neurálgicos de los blogueros y claro...la identificación es total.
ResponderEliminarMe ha gustado, Isabel, mucho.
Un abrazo grande grande.
Saludos en esta vuelta al mundo blog querida escritora, escritora es algo así como quien relata historias de aventuras, es decir sucesos de un destino incierto donde los actores y protagonistas se las ingenian para ir...ya sea por escenarios reales, de ficción o por los mismos vericuetos del alma, de la razón o de la existencia. Ese es el elemento principal de atracción y seducción de todo artista de las letras.
ResponderEliminarAsí que tu promesa es una aventura y por ello vengo aquí.
La aventura de tu novela tal vez demande mucho de ti y de tu todo así que es fácil de entender que en este rediseño de actividades por necesidad se hagan modificaciones unas sustanciales otras menos.
Y tal vez muchos de los males de este mundo radica en que no hemos afrontado nuestra propia aventura y novela y hemos dejado el argumento, el estilo, el drama, la corrección, el arte de diseño, edición y publicación a un otro u otros que apenas saben escribir y he aquí que sin darnos cuenta estemos diluídos en un marasmo de decisiones que nada tienen que ver con las nuestras.
Personalmente el ejercicio del blog a mi me depara muchas satisfacciones, sea que tenga comentarios o no, sea que los haga o no. Pero en esencia para mi es una herramienta, donde se boceta, se corrige, se consulta, se discute cada cual a su estilo. Es como el juego del cachorro donde entrena y afila sus capacidades para salir a ganarse la vida en su gran aventura a lo agreste del destino ja ja ja, a su gran aventura. El blog es un borrador más de algunos proyectos, claro y no la obra en sí mismo que hemos soñado o que está en nuestros sueños de ahí que cada cosa en su lugar y haciendo y funcionando solo en su justa medida.
Con este alegato espero bogar por la vida misma de Cobijo y que nos siga invitando a sus alegres reuniones y fiestas a las cuales me he acostumbrado ja ja ja.
Un gran abrazo Artista!!!
Corrección en: "Con este alegato espero bogar" leer abogar y no bogar, aunque también sería válido.
ResponderEliminarNo te quejes tanto, Cobijo. Sabes que Isabel es una mujer muy ocupada y perfeccionista. También sabes que eres importante para ella porque, nunca mejor dicho, eres su cobijo. Así que alegrémonos todos de su vuelta y verás como no te falla, impaciente.
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Ay que simpático el Cobijo!! y lleno de sabiduria. Es un placer volver a tenerle entre mis lecturas, es mucho tiempo leyendolo y le tengo un cariño inmenso, igual que a su dueña.
ResponderEliminar¡Bienvenida!
Bienvenida y tranquila, que todo se andará.
ResponderEliminarBesos.
Me gusta esta vuelta, Isabel. Con este regustillo humorístico con el que se dice tanto... En cuanto a Cobijo, nada, no te preocupes: él sabe muy bien que no podéis vivir el uno sin la otra, jeee...
ResponderEliminarMe alegro un montón de que ya estés aquí, aunque, comprendo que a ti igual se te haga un poco cuesta arriba este regreso a la cotidianeidad, je,je...-Sonrío un tanto maliciosillamente, puesto que como no me fui de vacaciones, me ahorro este trance... Aunque para que negarlo, te he echado de menos-. Ainss
Abrazón
Original entrada.
ResponderEliminarMe encantan las reflexiones del Cobijo. No podía ser menos, tiene que estar a la altura.
Un placer volver a tu casa y a tus letras.
El otoño se presenta crudo, Isabel. Si unimos las fuerzas, brotará la esperanza entre todos.
Un abrazo cariñoso.
He leído con los cinco sentidos. Como debe ser. Conciezudamente, sin dejar escapar nada de lo que tu Cobijo dice y de lo que tú tienes entre manos. Me alegro de verte de nuevo por aquí Isabel. es bueno saber que un poco de rutina no viene nada mal. Y si esta vez recogiste el oxígeno de montes, laderas y árboles, seguro que vendrás con ganas y a por todas. Ese e-book tiene que salir... así que manos a la obra y a seguir. Bueno es sentirte por los alrededores. Recibe mi abrazo.
ResponderEliminarHola Isabel.
ResponderEliminarMe alegra verte de nuevo y con tantas reflexiones e inquietudes en la mochila.No hagas mucho caso al cobijo
y que salga la "desalmada" que llevas dentro.Creo que debemos hacer mas caso a nuestro interior.
Un abrazo
Que bella manera de expresar esta difícil realidad,Cobijo querido. Me dan ganas de apropiarme de tus palabras para ver si logro desempañar mi Espejo. Felicidades, Isabel. Nunca te olvido. Un beso grandote, grandote! Alicia-Alenka.
ResponderEliminarQue bella manera de expresar esta difícil realidad,Cobijo querido. Me dan ganas de apropiarme de tus palabras para ver si logro desempañar mi Espejo. Felicidades, Isabel. Nunca te olvido. Un beso grandote, grandote! Alicia-Alenka.
ResponderEliminarHola amiga, me alegra ver que ya estas de vuelta de tus vacacione y que seges deleitándono con tus relatos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo más sorprendente (aunque no debiera serlo) es que efectivamente, aquí nos esperan sorpresas y la autora se ha guardado muchos pensammientos que se irán desgranando, pieza a pieza.
ResponderEliminarY ya que estyamos de confidencias a uno le dan ganas de aprovchar y preguntar Oye cobijo, cuenta ¿es tan desalmada como dice? Meparece que no. Un abrazo, Isabel.
Me disculpo por los errores gramaticales. Espero no cometer ninguno en esta mini fe de erratas. Saludos.
ResponderEliminar¡Qué bueno leeros! al cobijo y a la desalmada, de cuya vuelta me alegro. Hasta cuando ambos quieran. Yo siempre les espero. Un abrazo
ResponderEliminarAnimada y realista charla para un nuevo ejercicio, que es el otoño, que se presenta duro, intenso y lleno de incertidumbre. Sin duda elegirás el mejor camino, cuando las letras son ágiles siempre saben buscarse el hueco.
ResponderEliminarTe invito a leer el relato de Anna Jorba con el que ha contribuido en mi blog "Crónicas de la muerte dulce" , creo que te gustará.
Un abrazo y feliz retorno.
Hola Isabel. Hacer que tu blog hable por sí mismo es sacar a relucir esa pequeñita conciencia bloguera que todos tenemos y que a veces nos susurra metáforas que ni soñamos en publicar.
ResponderEliminarjá,já, me he reído un montón con la originalidad de tu "Cobijo" y su forma de expresarse.
¡¡Espero el ebook con mucha ilusión!!. No desistas en tu empeño.
Un abrazo Isabel.
Bueno, yo he estado diez días entre los hayedos de los "Valles Occidentales" de Huesca, y sin ordenador
ResponderEliminarBuenos días Isabel.
ResponderEliminarTe aseguro que lo mío no es "Reverencia engañosa", sino admiración por el buen hacer.
Feliz regreso
Un abrazo
Hay que ponerse de pie y enfrentarse a los miedos...aunque los humanos somos imprevisibles y no paramos de tropezar...
ResponderEliminarLa esperanza creo que se fué de viaje...
besos
Bueno, pues ahora que me incorporo a este Cobijo, vamos a ver con qué nos sale la Jefa. Supongo que cosas buenas.
ResponderEliminarBesitos
Me encanta tu vuelta y ese olor a pinos en verano de la foto.Un beso
ResponderEliminarHay una sinceridad en tu confesión (¿por qué inconveniente?) que me ha gustado mucho. Luego me pierdo en ese bosque de pinos. Respiro, escucho... Cada momento tiene sus prioridades. Hay un silencio a veces necesario.
ResponderEliminarNo te apures por no estar o no estarlo como a ti te gustaría. Los desalmados sabemos entenderlo. Sabemos, pese a nuestra condición, también, creer en la esperanza. De un modo u otro, seguimos cobijando. Se me ocurre que ese bosque, mientras unas cosas y otras, es un buen punto de encuentro.
Bienvenido sea todo para ti, Isabel.
Un abrazo.
Gracias.
ResponderEliminarCon Serendidad sacaremos buena cosecha en ese nuevo andar del otoño entrante.
Un abrazo.
Me vengo de tu mar de la despedida a este bosque y este río de frescura.
ResponderEliminarMe encanta tu estilo tan ligero y tan españolísimo.
No nos deja el invierno y el fenómeno del Niño nos está trayendo lloviznas y lluvias, creo que seguirán por el resto del año.
Gracias por tu visita a mi blog, Isabel.
Un abrazo.