Nací en el seno de una familia de clase
media, donde no faltaba el pan pero tampoco sobraba para caprichos. Fui la
segunda de tres hermanos y me crié como tantos otros chiquillos de aquella
época, de los que apenas me distinguía más allá de una cierta inclinación a
inventar historias, sobre todo cuando me castigaban mi abuela o mi madre en el
cuarto oscuro por cualquier travesura propia de la edad. La fantasía se
convirtió pronto en mi amiga más frecuentada, pues a su lado me sentía segura y
me aislaba de un mundo que no alcanzaba a comprender.
Crecí con esa propensión a evadirme y con
el auxilio innegable de los libros, el mejor lugar para escaparse de las
rutinas que tanto me fastidiaban. Pronto, muy pronto, mi recuerdo fija a una
chiquilla pegada a papeles y lápices, así como a una máquina de escribir de mi
padre, una Olivetti roja, que aporreaba con mis dos pequeños índices. El objeto
de tanta aplicación no era otro que el contarme historias a mí misma cuando se
me terminaba la lectura, lo cual ocurría pronto, pues un libro que no fuera de
texto no estaba entre las prioridades de las familias, que los adquirían por
santos, cumpleaños y Reyes.
Entre poemas malísimos, cuentos peores y
dramas insufribles, todos escritos por auténtica necesidad, pasé mi infancia y
adolescencia. Jamás supuse que aquella exigencia insoslayable de escribir
cualquier cosa que se me pasara por la cabeza iba a ser el horizonte de mi vida
y el tirano de mi existencia. Eran muchas las reprensiones que sufría de los
allegados acerca de la inutilidad de la escritura y la conveniencia de encauzar
mis sueños por las materias que permiten ganarse el pan cotidiano de forma
convencional.
Por motivos familiares que no vienen al
caso, no estudié la carrera que hubiera deseado, sino Derecho, sin duda un
comodín para el futuro, ya que me permitiría conseguir un buen trabajo. Mientras
la cursaba, entré en contacto con otros jóvenes amantes de las letras, porque
la escritura jamás desapareció de mi existencia y a ella dedicaba horas que le
sisaba al sueño. Publiqué poemas en revistas locales e, incluso, en una
nacional de mucho nombre en aquellos tiempos. Por esta última publicación,
sufrí acusaciones injustas de quienes hasta entonces consideraba mis amigos,
pues suponían que me había ido a Madrid a vender mis encantos de jovencita a
cambio de la gloria. Semejante agravio me llevó a un desencanto total, sólo
roto por la frecuentación de un hombre bueno que me enseñó cómo se debe estar
en el mundo literario: lo más al margen posible, pues se lidia con las
vanidades y estas son espadas mortíferas. Dicho mentor fue Miguel Espinosa
Gironés, de quien siempre me acuerdo y por el que regaño a la muerte por llevárselo
tan joven.
Huérfana, dolida y escarmentada, me dediqué
al mundo del Derecho, la ocupación externa y visible que me ha mantenido hasta
principios de 2010 y me ha llevado a residir en diversas ciudades españolas.
Pero los ríos invisibles de mi existencia se han desarrollado siempre en la escritura:
afición, vocación, pasión, delirio, querencia que no me ha abandonado nunca. Le
quitaba al sueño horas por escribir, aunque no tuvieran destinatario mis
letras. No he podido nunca estar separada de la escritura y, cuando lo he
intentado, casi enfermo.
Asumí mi destino de escritora oculta. No me
importaba con tal de escribir, pues amo la escritura en sí misma considerada,
no el boato externo con que algunos la acompañan. En ocasiones, fantaseaba con
la trascendencia pública, pero sus vasallajes y la maledicencia de los
espíritus envidiosos me mantenían encerrada en mi concha. No deseaba repetir la
historia de mi juventud. No iba a consentir suposiciones indignas sobre mi
persona.
Aunque en el campo jurídico trabajaba durante
largas y agotadoras jornadas, conseguí escribir miles de poemas, decenas de
relatos y dos novelas. El armario de carpetas crecía y crecía, lo que también
multiplicaba mi actividad correctora continua con respecto a lo ya escrito. En
ocasiones, me preguntaba sobre lo que hubiera sido de mi vida si hubiera
luchado por mi escritura, porque era evidente que no podía dejar de escribir
para mantener mi equilibrio como persona. Muchas veces me sentía un ser
extraño, desalmado en el trajín de los días, pues no se hallaba mi alma en la pulcritud
profesional con la que desarrollaba mis tareas, sino en la faceta que escondía en mi despacho de casa.
El malestar crecía en mi interior conforme
pasaban los años, pero me sentía incapaz de atajarlo. Me parecía una completa
irresponsabilidad abandonar el trabajo que me había mantenido con decoro
durante toda mi vida. Esas cosas no las hacía nadie prudente. Estaba cansada de
dedicarme al Derecho, que me gustaba, sí, pero no me apasionaba como la
escritura. Sólo deseaba escribir a todas horas, abrir la puerta al torrente que me ha dominado durante toda mi vida. Por pura casualidad, comencé con este blog y en
él encontré personas que me animaron en mis deseos incontenibles y me dieron la
fe de la que carecía por tanto silencio. Empecé a pensar que, tal vez, podía
intentar la aventura: la de no ser escritora en silencio, sino, también, de
cara al exterior.
Como en ocasiones todo conspira para que
alcancemos el destino que se nos ha reservado, mi falta de valentía la atajó la
crisis económica. La misma me llevó al paro en febrero de 2010. Con la edad que
ya tenía y la penosa situación del país, pocas expectativas de trabajo se me desplegaban.
Volver a colegiarme para el ejercicio de la abogacía tras tantos años sin
ejercer y tantos gastos previsibles que implica dicha dedicación, no era el
horizonte que deseaba. Extraña pero contenta, me volqué de lleno en la
escritura.
Acostumbrada como estoy a trabajar
muchísimo desde siempre, he corregido escritos antiguos y he concluido nuevos
poemas, relatos y una tercera novela. Y he atendido este blog como mejor sé,
este blog que es para mí un instrumento más de lucha, como tantas veces he
señalado en él. No me meto con nadie cuando reflexiono o expongo mis motivos,
aprensiones, manías y demás; sólo reafirmo mi querencia literaria, que no me
impide encariñarme con cualquiera, se dedique o no a la literatura.
En estos momentos, la cuestión es salir al
exterior, pues ya se han reconciliado las dos facetas de mi existencia –la
interna y la externa– y no estoy segmentada, sino que soy unívoca. He empezado
tarde a luchar por mi escritura, que no a escribir, pues lo hago desde siempre
en el silencio. Me preocupan muy poco las lenguas afiladas y los ojos
envidiosos que se dan en este retorcido mundo de las letras donde se capea con
la inmortalidad y, modernamente, con las cifras comerciales. Ya no soy la
jovencita a la que se le hace daño fácilmente y se la manda de una patada al
cuarto oscuro. No, ya no me resigno, y he encontrado el equilibrio en mi
persona y en la vida, aunque sea más pobre que las ratas. Ahora sé lo que
quiero y voy a luchar por conseguirlo, no por ambición, sino por amor, el amor
que me debo a mí misma, a los que me rodean y a la materia que me ha alegrado
siempre: la literatura.
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Hoy, día 21 de septiembre, el pintor Andrés Rueda saca dos poemas míos acompañando a dos magníficos cuadros de su autoría. Aquí os dejo el enlace por si os apetece visitar su blog.
Mi (nuestra) olivetti era azul. Con catorce años aprendí mecanografía para poder escribir más...
ResponderEliminarY podría trazar tantos paralelismos con tu existencia.
Te entiendo hasta el fondo. Y comparto contigo ese afán. Más allá de otras cuestiones, hay un hecho que nos une a no pocos blogeros: la pasión total y absoluta por esta tarea, probablemente la única que nos satisfaga plenamente. Aunque, como bien apuntas (respecto del Derecho en tu caso) también nos guste otra actividad.
Todo mi apoyo y mi ánimo para esta nueva época que vives. Ojalá alcances lo que buscas y sin duda te mereces: poder vivir con y de la literatura.
Me ha gustado conocer tu historia, Isabel. Conocerte más. Te mando todo mi apoyo y mi afecto para que logres emplazar tus letras en las librerías, para que tengan el sitio que se merecen.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tu presencia en este blog y la aparición en otros,ha sido ejemplar. Personalmente felicito tu decisión de escribir y agradezco el paso por mis rincones y el cariño que siempre has depositado entorno a mis opiniones.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya me gustaría que un día por pura curiosidad mostrases esos supuestos dramas insufribles y penosos poemas de tu adolescencia. Seguro que a más de uno nos parece maravillosos.
ResponderEliminarNos pasamos media vida buscando ese equilibrio. Tu perseverancia pese a los consejos ajenos se ve recompensada. No me extraña, escribes muy bien, doy fe. Mejor dicho, somos muchos los que firmamos ´donde haga falta que es así. Se palpa esa pasión en el lector.
Por cierto, San Raimundo de Peñafort te sonríe y te manda un abrazo. Y yo otro.
Hoy "Tomara que tu viera..." se siente pequeño, que de escritores y poetas se esconden en la blogosfera, de todos intento aprender, pero está claro que solo aprender, que más quisiera que se me "pegara" algo, la palabra literatura se me hace gigantesca... un saludo.
ResponderEliminarJoder (perdón) me has dejado
ResponderEliminarsin palabras, pareces una
fotocopia mía solo que yo no
pude sacar carrera alguna,
me quedé en FP ,cosas de la
vida, y al cabo de los años
es cuando me he "liberado"
ha sido mi blog el culpable
o los años . . .
!Que grande eres, amiga!
Gracias por relatar aqui una parte de tu biografía, en la que a veces me he visto reflejada, aunque las circunstancias tuyas y las mias de niñas,estuvieron a "kilómetros" de distancia y te digo que ...ADELANTE que sigas queriéndote a ti misma y consiguiendo tu deseos...tú puedes.
ResponderEliminarUn abrazo
Alicia
Me satisface tu tenacidad, o la tenacidad en sí misma, es así que entonces por supuesto me alegra saberte constante, pertinaz.
ResponderEliminarComplacido que este camino sea el lugar que querés y espero que puedas quedarte en él a completar tus propósitos.
Siento que al desvestir nuestra historia troca nuestro lugar en determinado universo, con ambigüedad te cuento que disfrute sabiendo de ti, y que presiento una Isabel distinta a partir de ahora, sea como fuere te deseo lo mejor, un fuerte abrazo
Te has confesado en esta entrada. Enhorabuena por haber encontrado ese equilibrio, tan difícil de conseguir, y espero que tus objetivos se cumplan; seguro que sí, porque eres buena escritora, tienes amor a las letras y voluntad suficiente para trabajar. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Isabel por hacerme participe de tus ilusiones, sueños y miedos, estos últimos veo que ya no existen y me alegro muchísimo.
ResponderEliminarA mi me gusta lo que haces y no lo digo para engañar tu ego (sabes que en este medio existen muchos palmeros), a mi me gusta y me encuentro muy a gusto leyendo lo que escribes y si no fuese así, también te lo diría o dejaría de visitar tu blog.
No soy una persona a la que le guste regalar los oídos de los demás con palabras que les gusten oír. Si me gusta una cosa, lo digo y si me aburre o no me gusta, depende de la confianza, o lo digo o me voy.
¿Por qué te cuento todo esto? Porque te aprecio y me parece que lo que estás haciendo lo haces, para mi gusto, MUY BIEN.
Pero... tú misma acabas de abrir tu corazón en este medio y yo que soy desconfiada por naturaleza, sé que no todos los que nos paseamos por la red, tenemos buenas intenciones.
No dejes que te desanimen o te hagan daño, estate preparada para las falsas lisonjas y las críticas destructivas.
Adelante Isabel y mucha suerte.
Bicos
No sé por qué siempre pienso que la literatura siempre encuentra terreno fértil en el derecho. Quizá sea por mi afición a Kafka?
ResponderEliminarPero como texto me parece hermoso. No se si es ficción o confesión, pero en todo caso, lo tomo como texto que siembra y produce placer. Esa eterna lucha entre el nosotros interno y lo externo que nos exige.
Un abrazo.
Te deseo toda la suerte del mundo porque el talento ya lo tienes.
ResponderEliminarUn beso.
Mi olivetti, como la de Armando, era azul, Isabel, pero mi problema fue que en ella sólo hice ejercicios y apuntes. Leer a los muy grandes -Faulkner, GGM, Mario Vargas Llosa, Borges, Quiroga, Onetti, etc- demasiado pronto me llevó a convencerme que si no era para escribir como ellos, para qué escribir.
ResponderEliminarAsí estuve mas de veinte años, sólo leyéndo y pensando como hubiese contado alguno de ellos alguna historia que me asaltaba. Hasta que -larga historia mediante- perdí la vergüenza y me lancé.
Ánimo con tu apuesta. Será duro, pero no menos placentero. Ha de ser hermoso hacer sólo aquello que nos pide el alma.
Un abrazo.
Es casi una obligación luchar por aquello que amamos.
ResponderEliminarIsabel, has hecho que me quedara casi sin respiración...esa vocación que te sale de las entrañas te mantiene con esa fuerza y esa energia, y yo te animo a que sigas asi, luchando por ello y pasando de envidias , dimes y diretes.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay un libro cortito de la escritora mexicana Ángeles Mastretta, que es una tía que me gusta muchísimo, que se titula "mujeres de ojos grandes". Son historias cortas de de mujeres estupendas. Siempre que feo fotos tuyas ,Isabelica, me acuerdo de ese libro y después de leer este post me va a pasar mucho más. Me alegro de que, como dice Paradela, hayas decidido, por fin, cumplir con tu casi obligación ;)
ResponderEliminarMuchos besicos admirados.
Hay un libro cortito de la escritora mexicana Ángeles Mastretta, que es una tía que me gusta muchísimo, que se titula "mujeres de ojos grandes". Son historias cortas de de mujeres estupendas. Siempre que feo fotos tuyas ,Isabelica, me acuerdo de ese libro y después de leer este post me va a pasar mucho más. Me alegro de que, como dice Paradela, hayas decidido, por fin, cumplir con tu casi obligación ;)
ResponderEliminarMuchos besicos admirados.
Grrr.... a esto se debe referir mi gremlin cuando dice que me repito más que el ajo (siete años tiene y ya es más chulo que un ocho) Vengo a decir que a mi me regalaron una olimpia blanca cuando cumplí los 14 porque mi padre era un antiguo, que lo que yo quería era un pc, que ya los había...bueeno y porque éramos probes, jaja.
ResponderEliminarMás besicos
es un intenso recorrido por la memoria, por el sentimiento y la realidad
ResponderEliminara veces la vida y sus avatares se encarga de darle giros y carruseles bruscos a uno
hasta que por fin el eje se equilibra y entonces el giro lo provocamos nosotros mismos
escribir es para mucho de nosotros la mejor ventana a la libertad de eso que por dentro nos remece y nos aleona, somos la idea hablada en un puñado de letras
somos mundos siempre girando en su propio universo paralelo a otros universos
preciosas confesiones Isabel, son vitales ingredientes con los que sazonamos el vuelo de la pluma y nos enlaza con quien se vea reflejado , pues el historial humano tiene filigranas comunes en tiempo y espacio
besitos y feliz jueves
Querida Isabel, el alma "siempre sabe" hacer lo que deseamos y ser felices, es una meta a la que todos los seres humanos deberìamos llegar.
ResponderEliminar"Nunca es tarde cuando la dicha es buena" un refràn que siempre estaba en boca de mi abuela.
Adelante escritora!
Abrazos sùper chillaos.
Isabel, la mejor ventura en esa salida... y, sobre todo, preserva lo interior porque lo exterior no es nada fiable.
ResponderEliminarAbrazos!
¡Bravo, paisana Isabel! Ese amor que te debes a ti misma merece esta confesión y mucho más.
ResponderEliminarHas dejado claro lo que piensas y lo importante que es la escritura para ti. Así que adelante, adelante siempre y saca la mejor de tus sonrisas a estos nuevos horizontes que se te presentan.
(Yo entré por casualidad a este blog y me fuiste ganando por tu saber hacer y la forma de contarnos muchas de tus reflexiones. Hay madera y de la buena).
Ahora entiendo eso de "el cobijo de una desalmada".
Adelante, Isabel.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Has hecho unas confesiones rotundas, ¿qué amanece hoy en tu “almario” (sic)?
ResponderEliminarIsabel, muchos besos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminary, Isabel, no me mentes la hipocresía del mundo de las letras porque me pongo enfermo. Yo huí de ahí porque lo que vi apestaba. Llanamente. Tú ahora vas a publicar en breve un libro de relatos. Si se diera la ventura que te deseo y fuera un súperventas (aunque ya aclaro antes de empezar, que si no lo es no significará en ningún caso que valga menos, eso has de tenerlo claro), si se convirtiera en súperventas te iban a quitar la piel a tiras. Si resulta que te murieses al día siguiente, iban a decir, era malo el libro, las ventas fueron cuestión de suerte, pero me caía bien, no puedo criticarla porque por lo menos era honesta (los muertos literarios siempre son honestos, probablemente porque no pueden publicar más). En cambio, si el libro se vende normal, dirán de ti otras perlas, como que era previsible, que no aportaba nada, en fin... Isabel, has de saber eso y estar preparada. Preparada tanto para si va bien como si no va. Es un mundo que apesta. Yo estoy tan cansado, Isabel...
ResponderEliminarYo creo que tú has mantenido el amor a la literatura en buena medida porque no estudiaste filología. Por un lado te da una formación académica aceptable. Por el otro te muestra las miserias más de cerca. Y son tantas... Ayer por la noche, antes de acostarme, comencé a escribir una entrada que titulé Podrido de literatura, que es lo que dijo Borges una vez, que estaba podrido de literatura. Si acabo esa entrada y me apetece ya la pondré un día en mi blog. En ella me defino (y me defiendo) como un gran lector, y es cierto que lo soy. Pero a la vez, qué cansado estoy de todo lo que rodea la literatura... Es difícil explicarlo.
Da igual, el caso es que te entiendo perfectamente. Y mi consejo es que no lo cifres todo en la narrativa. Sigue escribiendo si te gusta, lucha por lo que quieres, pero no pierdas de vista nada de lo que tienes al lado. No me refiero a la gente que quieres, que eso sé que no lo olvidas, sino otras cosas que están ahí y que a veces no vemos. Tenemos que llenar nuestras vidas con cosas que produzcan, que germinen, que nos den vida en la vida. Y eso podemos encontrarlo en la literatura y en mil sitios más.
Yo estoy convencido de que el secreto de la felicidad radica en mirar y entrar. Petons, que ahora miraré eso...
Ya convocó a los espíritus y ya se le aparecieron, ahora vea que hace con ellos ja ja ja.
ResponderEliminar"A confesión de parte, relevo de pruebas"
Grandioso querida Isabel este manifiesto literario que en parte bautiza una etapa de tu producción artística.
Manejo de técnica y estilo tienes de sobra en el oficio, más que suficiente para aventurarse en los bravos horizontes donde se debate el alma de esta humanidad pasada, presente y futura, así que suerte y el mejor de los viajes ja ja ja. Partes de buen puerto!!!
En el mundo artístico son mas las enemistades gratuitas que las de mérito que se suceden entre los mismos artistas, pero quienes se quedan pegados en estos sin sentidos tienen una media que les carateriza: la mediocridad o la bajeza.
Estás hecha para eventos mucho más trascendentales y he de verte toda una campeona en este universo maravilloso de las letras.
Ese contraste de la niña de la foto escrutando todos los horizontes con suma atención y la de la dama riendo en el auto es una primera frase donde pueden nacer grandes novelas, grandísimas obras!!!
No hay mayor dicha que abrazar para despedirse a una mujer con tanto espíritu de guerrera ja ja ja!!!
Comencé leyendo el texto con la idea de que era una ficción, pero a medida que iba adentrándome en él, me fui conmoviendo con tu historia, me emocionó.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo, el dinero sirve, por supuesto, pero generalmente, está lejos de nuestros propios deseos.
Hay que dejarlo todo por lo que amamos, la literatura te merece.
Un beso enorme.
HD
¡Ay, la máquina de escribir donde mi padre nos puso a aprender a mi hermano y a mí (ya había hecho lo propio con mis dos hermanas mayores)! Y nosotros remoloneábamos para no hacer los ejercicios. Ejercicios que ahora me permiten escribir con todos los dedos...
ResponderEliminarEn ese teclado pulse mis primeros poemas, alguno incluso tuvo un premiecillo.
Luego la vida me llevó por otros derroteros, pero el poder de la Palabra siempre ha sido determinante en mi vida.
Querida Isabel, he sonreído conmovida mientras te leía, saboreando también ese sendero que has recorrido hasta llegar donde ahora estás.
El verdadero amor es irrenunciable y te admiro profundamente.
Que lo sepas, un abrazo enorme y muy muy cálido.
Los atajos nunca fueron buenos, dicen... cuando tenemos un objetivo claro y definido, tarde o temprano lo alcanzamos. Ahora es tu momento Isabel; las etapas anteriores han servido para fortalecer la musculatura cerebral :)
ResponderEliminarToda la suerte del mundo, porque el talento ya lo llevas puesto :)
dos abrazos
Hola Isabel, buenas noches. Tu soliloquio me ha emocionado. Me ha recordado a cuando leía y escribía a la luz de una linterna para que nadie chillara por estar aún despierta. Una vez...cuando era muy, muy chica ...escribí un poema que versaba sobre el dinero y la opulencia, y lo leí a unos familiares que se sintieron molestos y que me dijeron que algo tan vulgar como el dinero nunca debiera estar impreso en los versos, que como versos, sólo debían hablar de amor. Pasó muchísimo tiempo hasta que volví a leer en voz alta.
ResponderEliminar¿Qué quiero decirte? ...pues que cada uno, llevamos una historia detrás, y para quienes compartimos el gusto por la literatura y por la escritura, entendemos perfectamente estas pequeñas confesiones de una escritora.
Yo lo que me alegro es que por fin ¡seas una sola! ¡unívoca!. Y con esta pasión con la que narras, nos sigas contando tus relatos, o tus poemas o incluso tus obras de teatro si las hubiera.
No olvido lo de tu libro. Sólo estoy a falta de una kindle para leerlo. ;)
Un abrazo Isabel,
encantada de conversar contigo.
Me ha gustado muchísimo conocerte más Isabel, el abrirnos tus puertas significa mucho, para quienes te leemos. Gracias por ser así de transparente. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Lo desconocido puede surgir en cualquier esquina de la bloguería.
ResponderEliminarTu verdad es de agradecer, Isabel. Desde siempre los escritores de prosa o lírica han sido personas que no han podido dejar de realizar su amante dictado de conciencia y, también, siempre han sido pobres y tratados despectivamente.
Cuando alguien habla con la sinceridad que lo haces tú, querida Isabel, siempre recuerdo el final de "La colmena" cuando el policía pregunta a su compañero quiénes eran los que salían del calabozo y le contesta "¡Bah! dos maricones y un poeta".
Un inmenso abrazo, querida Isabel.
Hola Isabel...me ha fascinado conocer tu historia, dicho sea de paso, muy bien contada. Me alegra que tengas ese espíritu de luchadora incansable, porque sé que se fraguarán tus más caros sueños. Recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarBien dicho Isabel. No seré yo quién te desanime. Ánimo, escribe, escribe, escribe. Yo fui alumno de la escuela de letras hace 20 años, aquello fue muy duro, aun así, algunos de los que tuvieron valor, salieron adelante, de aquellos, alguna vive de esto de escribir.
ResponderEliminarAbrazos
Una historia como cualquier otra aunque has tenido el arrojo de contarla. Los que te seguimos te lo agradecemos ya que si antes eras cercana, ahora todavía más al descubrirnos un poco más tu mundo, tu historia.Amplio el mundo de las letras, amplias las historias. No se acabarán nunca.Eso es lo bueno. Un abrazo Isabel.
ResponderEliminarEres, como... no podía ser de otra forma...Artista¡¡¡¡ A menudo me recuerdas a alguien.
ResponderEliminarBeso y sigue enseñándome y haciendo que ame la literatura.
besoo mi querida amiga.
Isabel:
ResponderEliminarComentar esta entrada sin tener como referencia tu post previo, sería no reconocer a una mujer estupenda. Cuando hablas de madurez, lo ratificas a través de todo tu escrito.
El aprecio que manifesté en mi último comentario se ve acrecentado por lo que hoy nos cuentas sobre tu vida.
Cada vez que volcamos un pensamiento, o una idea sobre el papel (o la pantalla) desnudamos nuestra personalidad, nuestro modo de sentir y de pensar. La respuesta a esta acción siempre será diversa; estará en nosotros saber determinar el beneficio de tal información.
Te deseo el mayor de los éxitos en tu carrera, pues te lo mereces sobradamente.
Un gran abrazo.
Cuando pasaste a engrosar la lista de parados probablemente pensaste que el mundo se te venía encima. Sin embargo, como decía mi abuela, Dios escribe torcido para enderezar nuestro camino. Ese que deseamos y tememos y, por tanto, esquivamos. Y eso es lo que ha sucedido. Por fin ,la escritora, s ha dado un ligero codazo a la sesuda abogada y ha tomado las riendas. Chapeau!
ResponderEliminarContarnos esta historia es desnudar tus anhelos, dejar al aire tus heridas, esas tan hondas, esas que, pareciendo cerradas, no han cicatrizado del todo y que, como las físicas, aún pinchan y pican cuando se remueve el tiempo. Esas que las malas lenguas te infligieron.
El mundo editorial es un infierno. Por desgracia no prima la calidad. Con frecuencia, el márketing parece capaz sustituir y engañar al criterio y a la inteligencia del pñublico. Y las zancadillas estarán a la orden del día. Y qué, me digo yo, viéndote a ti después de leer esta historia "como otra cualquiera" que tanto me ha emocionado.
Cuando viajo en metro no puedo evitar sonreir íntimamente: una sonrisa cálida y satisfecha al ver cómo todo tipo de personas cargan con sus libros de lectura -con frecuencia grandes, gordos y pesados-, y totalmente ausentes a la situación y al lugar, sumergidos en esa otra realidad imaginaria, los devoran con fruición mientras se alejan del hostil mundo real y viven esas otras vidas apasionantes que saben que no sucederán en el mundo real.
Somos muchas almas desalmadas, más de las que te puedas imaginar, las que buscando un cobijo, te estamos esperando.
Un fuerte y cálido abrazo, mujer de mirada transparente.
Hola,vengo a conocerte desde el blog de Andrés Rueda,donde he leído un hermosísimo poema tuyo.
ResponderEliminarMe he cruzado a veces en los caminos de este enredado y maravilloso mundo de los blogs con tus comentarios,había visto ya por tanto,tu rostro,pero no me había inmiscuido en tus letras,tal vez por culpa de este endiablado tiempo que nos acosa sin descanso, sin darnos tregua para llegar a donde quisiéramos.
Quizá sepa de lo pesadísima que puedo llegar a ser con mis comentarios,ja,ja,ja
El caso es que me ha encantado leerte,saber de los avatares de tu vida teniendo siempre la certeza de ese amor intrínseco hacia la escritura,del que no me cabe duda tras leerte,es recíproco...
Un gusto conocerte.
Volveré con tu permiso y espero no extenderme tanto,jooooo
¿Me disculpas?
Besos.
Todo tiene su momento y este sin duda es tuyo, el tuyo. Un beso.
ResponderEliminarMe emociona tu valentía, Isabel, tu transcurrir por la palabra silenciosa hasta alcanzar el arrojo suficiente para ofrecerle una sonoridad. Te aplaudo y te leo con el mismo amor que tú vuelcas sobre todas las palabras, ese amor que nos acerca, que a tantos nos construye.
ResponderEliminarUn abrazo y que "el camino sea largo"...
La historia de tu historia. Has sido muy generosa compartiéndola.
ResponderEliminarIsabel, yo pienso que nunca es tarde para encontrar el equiliibrio No todos llegan. Demostrar la madurez necesaria de ser uno mismo pese a quien pese ¡no tiene precio!
Un abrazo y feliz fin de semana
Has desnudado tu alma frente a todos nosotros y has abierto la puerta de tus deseos. Te has mirado al espejo y has decidido ser tú sin importar lo que piensen los demás de ti misma.
ResponderEliminarNo le pongas compuertas a ese torrente que te inunda, y escribe, escribe tanto como te sea posible y llénanos de maravillosas historias.
Un abrazo muy grande Isabel,
María Eva.
Isabel, nunca es tarde. Me alegro de que estés en el buen camino (jeje). Se feliz y disfruta. Yo nunca pensé en escribir, soy muy de ciencias, y fue el desempleo precisamente en el me abrió y descubrió esta cantinela. Disfruta lo que tienes ahora y sigue escribiendo.
ResponderEliminarDeclaración de amor pleno sincera, se nota que rasga algo al salir en algunas frases, pero libera.
ResponderEliminarTe imagino muy alta, el horizonte es muy hermoso desde ahí, disfrútalo en todo su contorno.
Un abrazo. Manolo
Pues serà como cualquier otra, pero la guerrera aparece desde temprana edad aunque a veces se quedara callada...cuando se tiene el instinto, nada detiene el tren de lo que realmente queremos ser aunque ande por allì disimulado entre la cotidianidad.
ResponderEliminarMis saludos afectuosos...
Amiga, no se que decirte... Solo tu corazon te puede aconsejar... Solo él y tu sabeis como avanzar en este camino que es la vida
ResponderEliminarUn abrazo
Reunes todas la cualidades necesarias para dedicarte en cuerpo y alma a lo que de verdad te gusta. Sería una traición a tí misma si no lo haces.
ResponderEliminarAdelante y buena suerte con todo Isabel. Todo tiene su momento y la vida nos lleva por donde ella quiere.
Besos
No creo que sea un historia cualquiera.
ResponderEliminarHablas de lucha y esfuerzo y, por encima de todo, en un lugar privilegiado, de sueños, los tuyos y tu amor por la escritura.
Sé que cuando tenemos una meta clara y definida, todo el Universo se confabula para llevarnos hasta ella.
Ya estás en camino y con la riqueza de la madurez en tu mochila.
Lo que piensen los demás es lo de menos. Lo importante y fundamental es lo que pienses, creas y desees tú.
Cariños varios, querida Isabel.
¡Te deseo lo mejor!
BRAVO!!!!
ResponderEliminar¡Qué valiente!
ResponderEliminarEs lo primero que me viene a la mente.
Y luego una gran alegría, por ti, ¡enhorabuena!
Tiene que haber un punto fuerte de arranque, aunque no siempre sea necesario, y yo lo veo en ese 'cuarto oscuro', la de historias de terror que una mente infantil puede imaginarse.
Pues a partir de ahora: mucha suerte.
Un abrazo grande.
Con un derroche de un estilo depurado y buen escribir nos has develado mucho de tu vida desde tus años mozos hasta el presente de tus días; quienes te hemos venido siguiendo ya hace muchos meses hemos venido apreciando tanto tu calidad humana como tu enorme capacidad como escritora y poeta que, a propósito, lo he confirmado leyendo tus poemas publicados por el pintor Andrés Rueda...qué poemas!!!.
ResponderEliminarDecía el lamentablemente asesinado artísta argentino Facundo Cabral que "el que trabaja en lo que no le gusta, aunque trabaje, es un desocupado..." y, claro, entiendo eso que aunque te guste el derecho no es tu fuerte y si la escritura...pues bien, adelante sin importar lo que otros opinen (me refiero a esos que sólo saben de la crítica dañina)pues, en resumen de cuentas, uno tiene que ser como el Quijote lanza en ristre contra los molinos de viento.
Ahora te conozco más y eso me acerca más a ti mi estimada Isabel.
Recibe un fuerte abrazo y gracias por "desnudarte" ante tus seguidores.
Isabel, muchas gracias por compartir con nosotros ese amor tuyo por la literatura. Yo te deseo toda suerte de éxitos, me gusta mucho como escribes, soy lectora tuya desde el principio del blog. Muchas veces me he cobijado en tus preciosas letras y estoy encantada de haberte conocido. Me han encantado las dos fotos. Te envio un beso.
ResponderEliminarNo es una vida cualquiera porque todas las vidas son únicas e irrepetibles. Una obra de arte, nos guste o no.
ResponderEliminarNo conocía de tu vida (tan sólo lo que se deja entrever por esta ventana) pero te comprendo perfectamente. Yo, que soy un vil neófito, recién llegado a este viejo oficio de la palabra, me sorprendo de la tremenda carga de subjetividad, mezclada con bajas pasiones, que deambula por este mundo de las artes en la que se da o se quita en función de quién dé o de quién quite. Aunque también es cierto que al final, cuando el autor ya no puede ser envidiado (en el cementerio no hay envidias), se suele imponer la objetividad.
Sigue escribiendo. Sigamos leyendo.
Un abrazo
Amiga, Isabel
ResponderEliminarAhora que tengo un ratico largo paso por tu ventana de escritora y te leo.
Este texto podría ser unívocamente un capítulo de vida, esa vida que narra y relatas tan bien.
¡Ánimo y a seguir por las letras! Tus letras tan bien escritas que ya empiezan a ver la luz por los caminos de la Literatura...
Tengo que descargarme tu novela, pero necesito ayuda, he estado por allí, pero todavía sigo siendo un poco analfabeta en esto de lo digital y mira que he avanzado, pero hay cosas que se me resisten.
Aunque llego un poco tarde, no me olvido de ti amiga.¡ A ver si un día quedamos y charlamos!
Besicos
En muchas cosas de las que has escrito me has recordado a mí misma, la facilidad para evadirnos, la pasión por las lecturas, el hecho de haber estudiado una carrera distinta a la que querías. La máquina de escribir, la mía era gris. Y otras tantas cosas.
ResponderEliminarEspero y deseo que la fortuna en las letras te sonría tanto como a mí.
Lo primero que voy a hacer es acercarme a Amazon. Todavía no tengo lector digital pero espero tenerlo para Reyes.
Y si en algo puedo ayudar, no dudes en decírmelo.
Un abrazo y adelante.
que bueno leerte
ResponderEliminarnecesito mucho mas tiempo para adentrarme en tu maravillosa historia
Por lo tanto por aqui me quedo
Pues a por todas: si el destino te ha puesto en una situación que no te atreviste a elegir será por algo. Hay que aprovecharlo. Yo a mis 58 años me debato todavía en la querencia por mandar toda esta sociedad de consumo a donde se la debe mandar y dedicarme solamente a pintar, aunque sea en mi pueblo, y el miedo burgués a el mañana. Agonizo en la duda. Adelante, amiga. Un abrazo.
ResponderEliminarEstimada Isabel.
ResponderEliminarLeo esta biografía y si no es porque está en femenino podría decir que es la mía.
Me gusta la sinceridad que emite este texto.
Un abrazo.
Iacob
Enhorabuena. Se han notado tus esfuerzos durante este tiempo.
ResponderEliminarMuy buen consejo te dieron, extensivo a cualquier sector donde se rinda culto o admiración a la personalidad. Bs.
Entrada con la que en ciertas partes me he sentido identificado -la olivetti que había en casa era verde- pero sobre todo me gustaría reflejar que en esta lucha que nos acarrea la vida diaria con todos los tropezones que nos va colocando siempre hay un ganador, pero se gana no es el más fuerza tenga, sino el que más tesón tenga en triunfar en lo que quiere, en lo que le gusta y sobre todo valiendose por sus propios medios.
ResponderEliminarEntrada nostalgíca que deja muy buen sabor.
Un besote
Miguel
Entrada con la que en ciertas partes me he sentido identificado -la olivetti que había en casa era verde- pero sobre todo me gustaría reflejar que en esta lucha que nos acarrea la vida diaria con todos los tropezones que nos va colocando siempre hay un ganador, pero se gana no es el más fuerza tenga, sino el que más tesón tenga en triunfar en lo que quiere, en lo que le gusta y sobre todo valiendose por sus propios medios.
ResponderEliminarEntrada nostalgíca que deja muy buen sabor.
Un besote
Miguel
Gracias por tu exquisita sinceridad.
ResponderEliminarUna hermosa história.
Que la escritura sea siempre tu sensibilidad.
Un abrazo.
ResponderEliminarEl inicio lo veo bastante flojo
literariamente hablando claro
a veces hasta en una crónica hay que atrapar al lector.
Claro, dicho esto desde mi punto de vista bastante pobre.
Luego, poco a poco va alcanzando
la historia una rutina visual
que agrada en algunos aspectos
porque muchos se ven reflejados en ella.
El final me ha encantado
esa fuerza al: No tener temor,
y luchar aunque, entre comillas
nuestro tiempo pasó.
Hay un autor Sam Savage, escribió su primera novela o la publicó con 66 años, en España fue Seix Barral y se titula Fermin.
Sencillamente brillante, una prosa ingeniosa que atrapa al instante y una frescura más propia de un joven de este siglo.
Lo dejo aquí
Enhorabuena por el blog.
Hola, Isabel:
ResponderEliminarGracias por dejar tu huella en mi blog y traerme de tu mano a conocer el tuyo en el que descubro las confesiones sinceras de maravillosa mujer que estoy segura eres según lo transmiten tus palabras.
Me quedo descubriendo más entradas, Isabel.
Un beso.
Es un placer leerte escritora!!!!!!
ResponderEliminarGracias por tu bello comentario
Hola Isabel: que hermosa historia.Una confesión en toda regla. Sincera, real, y muy literaria.
ResponderEliminarUn gran placer beberla a sorbitos, degustarla suavemente, y con delicadeza. Es muy de agradecer que hayas que abierto tu corazón en el blog. Ya sabes que aquí se te quiere un montón,y que es además, donde se hallan tus mejores admiradores, tus mejores fans
Los que te siguen, te jalean y los que te compran. Un beso.
Ole, ole, ole.
ResponderEliminarTe veo más joven en la segunda foto y escritora a dos manos.
Por eso el fruto de esta etapa será estupendo.
He estado de viaje, por eso no he venido de las primeras.
Abrazos
Muchísimas gracias a todos.
ResponderEliminarOs diré que me he emocionado con casi todos los comentarios.
Bueno, pues ya estáis avisados de mi salida del armario, jajaja. Veremos a donde llegamos ("donde nunca pasa nada").
Os abrazo con cariño.
Cuando con tanta pasión se lucha por conseguir lo que se ama, todo es posible.
ResponderEliminarQuiero que lo consigas y lo vas a conseguir. En serio.
Querida Isabel, no se como se me había pasado esta entrada tan tuya, tan personal y tan fantástica. En algunos aspectos me siento identificado, no en todos, mi entusiasmo por la escritura nació bastante más tarde, no así mi necesidad de expresarme, yo siempre lo he dicho, lo mio ha sido el cine, pero la vida es la que es y te lleva por su camino.
ResponderEliminarMe ha encantado como te has retratado, hay ahí mucho amor a las palabras y a la literatura, te mereces que tu trabajo tenga éxito, porque además de mucha calidad, hay mucha emoción en todo lo que reflejas en cada uno de tus escritos. Hay alma y eso es lo único importante, al menos para mi.
Me alegro y mucho de poder leerte y seguirte.
¡Ah por cierto!, se de uno que te gana en eso del top de menos vendidos, jajaja.
Un abrazo grande
Hola Isabel. Aparezco por aquí atraída por un comentario tuyo en otro blog, y me alegro de haberlo hecho. Tu historia, tan bien narrada, me ha atrapado hasta el final. Seguramente una de las mejores ideas de tu vida ha sido abrirlo; de esta manera disfrutaremos de tus entradas.
ResponderEliminarUn abrazo
Si fuese una "pepita grillo" diría eso de: nadie dijo que fuese fácil la vida; pero como no lo soy -afortunadamente- sí te digo que todo lleva su tiempo y lo sabes. Has tenido tu particular travesía del desierto hasta llegar al oasis, donde tus creación tiene posibilidades de ver la luz.
ResponderEliminarTe felicito por ello.
Un abrazo
pd.
Estoy "enredada" en los mil nombres :) ya te contaré
Isabel, sincero manifiesto el tuyo y asi me gusta, ese final, por el amor que te debes a ti misma , a los que te rodean y a la literatura. ¡adelante! Es el momento.
ResponderEliminarBesitos