Por primera vez en mi vida, decidí a comienzos del año pasado llevar un listado de los libros que iba leyendo mes a mes. Abrí un archivo en el ordenador y, conforme acababa un libro, lo reflejaba, al tiempo que, de forma muy resumida, apuntaba mis impresiones sobre él. Ha sido una experiencia que me ha gustado y que pienso repetir este año.
No sé si he leído mucho o poco, pues es la primera vez que he controlado esta afición tan esencial para mí, como supongo que lo es para cualquier escritor. No puedo pasarme sin leer demasiados días. Lo hago normalmente después de cenar, en vez de ver la tele, pues pocas son las veces que me interesa algún programa o película (pero si me acapara la atención, cierro el libro y me entrego a esa otra forma de contar a través de las imágenes mezcladas con las palabras). También me gusta dedicar algunas tardes íntegras a la lectura y, cuando puedo, algún ratillo por la mañana.
Pues bien, a lo que iba: en el año que acabamos de cerrar me he leído 65 libros, de los cuales 7 son relectura de títulos leídos hace años y que me dejaron con buen sabor de boca, y abandoné 2 libros por ser tostones insufribles (estos abandonados no están incluidos en el cómputo total, claro). Un buen número de los leídos han sido largos y algunos, sutiles y delgados; pero ya sabemos todos que el tamaño no importa, sino lo que se provoca en el lector con las palabras escritas. Por ejemplo, los libros de poesía se miden por versos y suelen ser estilizados, aunque su lectura es muy reposada, además de ser objeto de varias relecturas para exprimir la magia que puedan albergar (me doy cuenta de que la demora y el disfrute lo aplico con todo libro que me agrada).
Ya he dicho que no juzgaré si son muchos o pocos libros, porque tampoco se trata de ir batiendo récords, sino de pasarlo bien. Como indicaba en la entrada anterior, mi mentalidad es poco matemática: no me gusta moverme entre cifras, sino entre letras.
Lo más interesante de este sistema es que ahora puedo hacer un balance literario con lo que he ido apuntando tras cada lectura. Como son demasiados libros para meterlos aquí y no está bien indicar los que me han gustado menos (los que me parecen malos de remate los abandono pronto sin ningún remordimiento, que el tiempo es finito y es mucho lo que queda por leer), haré una lista breve de los cinco títulos que más me han llegado, con unas mínimas pinceladas sobre los aspectos que me han parecido de mayor interés:
1.— El imperio de Yegorov, de Manuel Moyano, publicado por Anagrama, finalista del premio Herralde de novela 2014.— Novela, más bien corta, que desde el punto de vista de un narrador múltiple, se articula desde muy diversas técnicas: correos electrónicos, diarios, conversaciones telefónicas, cartas, testamentos, etcétera. Su ámbito temporal es amplio, casi un siglo entre sus tres partes. Trama soberbia, espectacular. Muy entretenida. Me hace reflexionar muchísimo sobre la importancia de un argumento muy bien trabado. Lenguaje sencillo, casi periodístico, siempre al servicio de la trama. La leí antes que la novela que mereció el premio y he de decir que, según mi criterio, esta, la finalista, es mucho mejor que la ganadora, y con diferencia.
2.— Las pequeñas espinas son pequeñas, de Raquel Lanseros, publicado por Hiperión.— Poemario de tono fundamentalmente hímnico, de belleza prístina y envolvente. Una voz muy limpia y pura la de Raquel Lanseros. Lo único que no me ha gustado es el título.
3.— Cáncer de piel, de Roberto Vivero, publicado por Ediciones Oblicuas.— Novela corta, densa, profunda, metaliteraria a ratos. Muy buena prosa. Ha sido una gozada leerla y su autor, al que no conocía, un auténtico descubrimiento.
4.— Stoner, de John Williams, publicado por Baile del Sol.— Novela magníficamente escrita que narra la vida de un profesor universitario de los Estados Unidos. Pasajes memorables y su personaje principal, Stoner, cala hondo; está muy bien definido, lo mismo que su peculiar y odiosa mujer. Un auténtico descubrimiento.
5.— Las memorias de Mosby y otros relatos, de Saul Bellow, publicado por Destino. Relectura.— Libro con seis relatos de largo aliento, de una gran calidad. Me ha encantado volver a este escritor, que me supuso un auténtico descubrimiento en su día.
¡Felices lecturas a todos para el 2015!
felicitaciones ISA!!!
ResponderEliminarte imagino como una ratoncita bibliotecóloga , minuciosa y sabia
besitos y buena semana
a decir verdad de libros en papel estuve floja floja
pero de blogs y formato Pdf un montón
claro que no hice reseñas jajaja
es que a veces me quedaba sin palabras entre tanto verso e idea plasmada
Cuanto me hubiese gustado poder decir que había leído cinco al menos, pero no, sólo he leído dos, espero ser mas constante este año que comienza. Un beso
ResponderEliminarMe parece una enormidad ¡65 libros!
ResponderEliminarAhora estoy leyendo mucho menos que antes, por varios motivos. En realidad son dos los principales: falta de tiempo real (trabajo, escritura y mantenimiento del blog); el otro motivo no es menos importante: los precios elevadísimos de los libros de este lado del charco, además nos llegan cada vez menos por problemas con la importación de editoriales extranjeras.
Un abrazo fuerte, buena lectura y feliz 2015, Isabel.
Esto representa una lista generosa de lectura pendiente para este año, Muchas gracias.
ResponderEliminarBesos fuertes
tRamos
Pues mira a mí me gustaría leer más, pero no puedo, porque como ando de las cervicales chungo, si fijo mucho la vista me dan mareos.
ResponderEliminarBesos Isabel.
¡Qué bien, Isabel!
ResponderEliminarAsí, entre todos, vamos completando el panorama... Toda recomendaicón lectora es bienvenida y nada sobra para potenciar la lectura.
Abrazos!
Tan bien lo has descrito y tan resumido que me he quedado con ganas de que pusieras más títulos. Me encanta saber qué leen otras personas a las que quiero.
ResponderEliminarGracias y besos.
Bienvenida al mundo de las listas. Tengo la suerte de tener esa relación de libros leídos y pequeñas valoraciones desde los 15 años. Claro que yo leo mucho menos libros al año.
ResponderEliminarUn saludo desde Tomara que tuviera, blog que tengo casi abandonado, unas veces por falta de tiempo y otras por falta de ganas, espero algún día recuperar la magia de la blogosfera, un gran saludo desde Chipiona.
ResponderEliminarNo he leído ninguno....muchísimas gracias...anotados quedan, que me fio y mucho de tu buen criterio. Ni siquiera había oido hablar de el de Saul Bellow, que tal y como lo presentas apetece y mucho....
ResponderEliminarSeguro que encontramos buenas letras este año....un abrazo
Isabel, no me sorprende lo de que seas un gran lectora, siempre te imaginaba así y es que detrás de los escritores siempre hay grandes lectores.
ResponderEliminarYo tuve una época de poner los líbros leídos en una página que abrí en el blog, ahora los dejo en un archivo en la nube con la reseña que les hago porque pasado el tiempo me ayuda mucho a recordar.
Besos
Una buena cosecha en número y calidad, Isabel. Creo que cada uno preferimos un lugar y momento para dedicar a la lectura por nuestra capacidad de recepción, comprensión y fantasía que podemos añadir a esos personajes invisibles materialmente pero soñados con una potente imaginación. Es muy interesante escribir, tras la lectura, tanto de las sensaciones percibidas como del momento personal en el que se han producido.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, querida Isabel.
Está muy bien lo de crear ese archivo, y me has dado una idea para mi Isabel, porque también leo bastante. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
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ResponderEliminarMuchas gracias, Isabel, por compartir tus reflexiones y recomendaciones literarias. Es una envidiable costumbre realizar notas de los libros que leemos sobre todo cuando quien las comparte es una buena lectora y escritora.
Un abrazo y un feliz año.
Me fascina que leas y tanto Que placer!!!
ResponderEliminarYo no leo. escribo voy a blogs vengo como este el tuyo y me entretengo con los que los aficcionados hacen y hacemos...
Un abrazo un placer estar en tu casa
Gracias a todos por vuestro paso y vuestra huella.
ResponderEliminarY, por favor, no nos olvidemos de leer. Sin lectura, no alimentamos nuestro cerebro. No es excusa la falta de tiempo, pues se saca de donde sea, bien lo sabéis. Son penosas las cifras que informan de los pocos libros que se leen en España. ¡Así nos va! Un pueblo inculto es más fácil de manejar.
En fin... No me pondré como una institutriz insufrible. Allá cada cual con lo que desea que le pueble la cabeza.
Abrazos.