lunes, 9 de enero de 2017

LECTURAS DE 2016

Ha transcurrido otro año y, como en los dos anteriores, hago balance sobre las lecturas del mismo mientras me aplico ya con gozo en las nuevas lecturas de 2017.
En 2016 han caído 65 libros. No incluyo en el cómputo tres libros que dejé sin concluir por resultarme insustanciales, repletos de frases hechas, lugares comunes, tópicos y situaciones predecibles; alguno, incluso, mal escrito, con faltas de ortografía evidentes. ¿Para qué perder el bien más valioso que poseo, el tiempo, en lecturas que me aburren, que no me aportan nada? Como creo que he dicho alguna vez en este Cobijo, no me tiembla el corazón si he de condenar a la hoguera de los no leídos un libro que no me seduce. No soy masoquista ni leo para cumplir deberes escolares, sino para disfrutar y, en ocasiones, aprender y conmoverme. 
Para no perder la costumbre, me cuesta decidirme entre varios para traer aquí los cinco libros más reseñables de los que he leído, o releído, en 2016. Pero toca decirse, así que ahí van los cinco que tengo mejor valorados:


1.— La metamorfosis, de Franz Kafka, publicada por EDAF.
En 2016 he iniciado la relectura de la obra completa de Kafka. Aún me quedan algunos títulos pendientes para este 2017. 
Lo cierto es que he disfrutado con distinta intensidad de las obras releídas del checo. Unas me han llegado más que otras. La que se lleva la máxima puntuación hasta el momento y todo mi reconocimiento admirado es La metamorfosis, una soberbia novela corta colmada de maestría. Una historia donde la repulsión y la ternura se mezclan de forma magistral (a mí me ha producido una gran ternura en esta relectura). Me gustó cuando la leí por primera vez a los 21 años y ahora me ha gustado aún más. Engancha de principio a fin. Sin nada que le sobre ni le falte. Una auténtica gozada.
Otros relatos de Kafka que me han impresionado en la relectura de su obra es el magnífico Un virtuoso del hambre, donde queda patente lo poco que le gustaban a Kafka los placeres de este mundo, y La condena, donde brillan las obsesiones del checo y su complicada relación familiar, sobre todo con el padre.


2.— El castillo de arena, de Iris Murdoch, publicada por Alianza Editorial en su antiguo sello Alianza Tres.
Otra relectura apasionante donde Iris Murdoch demuestra su pulso para narrar historias donde las relaciones humanas son las protagonistas.
Esta magnífica novela la leí por primera vez en 1983 y ha sido un acierto volver a ella tras tantos años. Eso sí, confieso que se me avivaron las ganas de la irlandesa Murdoch tras leer en 2014 otra novela fenomenal del estadounidense John Williams: Stoner.


3.— La noche de los niños eternos, de Francisco Javier García Hernández, publicada por Raspabook.
Una maravillosa novela de fantasía juvenil que leí recién comenzado el 2016 y que me encantó. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un libro de esta índole. Las aventuras no cesan y la magia está presente en cada una de sus páginas.
No diré mucho más, pues le hice una reseña al poco de leerla. Aquí dejo el enlace para el que esté interesado.
Otra novela juvenil que me ha gustado mucho en 2016 es Nunca dejes de mirarme, de Carol Munt, publicada por la autora en Amazon. Se trata de una novela profunda, llena de sensibilidad y con una atmósfera envolvente muy lograda, que versa sobre el tema de los malos tratos dentro del seno de la familia.


4.—Farándula, de Marta Sanz, publicada por Anagrama.
Fue Premio Herralde de Novela 2015. 
La leí en enero de 2016 y me impactó. Es una novela donde se retrata con gran maestría la vida de los actores y demás allegados al mundo del teatro. La autora aprovecha para hacer una lúcida reflexión sobre el talento, la fama y las luces de la popularidad; reflexión que puede extenderse a todos los sectores. Honda, incisiva y, a veces, demoledora.
En otra línea, aunque mi mente la enlaza con la lectura anterior de Marta Sanz, otra novela apasionante cayó en 2016: Contigo en la distancia, de Carla Guelbenfein, publicada por Alfaguara. Una novela muy bien estructurada y amena, con suspense literario, con reflexiones sobre la genialidad, la literatura, la poesía, la vida… La sombra de Clarice Lispector y la de la propia narradora planean en algunos pasajes. Profunda y con un lenguaje cuidado, lírico en ocasiones. Un descubrimiento esta escritora.


5.—La estación, de Manuel Navarro Seva, un libro de relatos publicado por el autor en Amazon.
Estos relatos tienen una gran fuerza narrativa. Se refleja tanto en lo que dice el autor como en lo que elide de forma atinada.
Es un libro de relatos maduro, lleno de evocaciones y con un tono unitario. El estilo de Manuel Navarro Seva me es ya inconfundible y creo que en este libro ha alcanzado un gran virtuosismo. Las historias que cuenta atrapan, nos las muestra desde la perspectiva más idónea al efecto pretendido, y lo hace con unas letras que saben dosificarse (tan importante en los cuentos). Su prosa cuidada, limpia y contenida despliega una multitud de sensaciones en el lector. La atención no decae en ningún momento.
En cuanto a los microrrelatos que contiene, son pequeñas joyas de orfebrería que consiguen que demos un respingo al leerlos o que nos acuda la sonrisa, cuando no la carcajada.
Otro libro de este mismo autor, Manuel Navarro Seva, leído durante 2016 y que me ha gustado es su novela Desaparecida. De ella hice una reseña en su día, a la que me remito por si a alguien le interesa.

En fin, me temo que he hecho trampa. Al final, he metido más de cinco libros. Qué le vamos a hacer. Me ha salido así y no tengo ganas de cambiarlo. Las normas, incluso las que nos imponemos a nosotros mismos, están para cumplirlas las más de las veces y para incumplirlas en otras ocasiones con carácter excepcional. Y acabo de decretar la excepcionalidad de esta entrada de resumen de lecturas anual.
Precisamente porque rompe la norma de mis primeras entradas anuales con los libros leídos durante el año anterior, observo que no he mencionado ningún libro de poesía. Y es que he leído poca poesía en 2016, cuatro libros solo. No obstante, uno de ellos destaco: Dónde o sobre grutas y arena, de Isabel Mercadé, publicado por Parnass Ediciones. Un poemario intimista de sintaxis desnuda donde el asombro de la existencia se palpa en cada uno de sus versos. Entre las páginas de este poemario se halla sensibilidad, soledad y un permanente diálogo con otras poetas ya fallecidas, como Emily Dickinson, Blanca Varela o Sylvia Plath, así como con las escritoras Clarice Lispector, Isabel Núñez y otras. Hice una breve reseña en esta entrada.

Por último, y aunque no tenga que ver con mis lecturas de 2016, dejo aquí un enlace a una reseña de un lector que ha releído mi novela Aroma de vainilla. Es una relectura de otro que a mí me ha llenado de alegría.

¡Feliz y venturoso 2017! Que tengáis magníficas lecturas en su transcurso. Tenemos casi todas las páginas de este año en blanco para llenarlas de buenos libros. Por muy grises que sean los días, un buen libro siempre los iluminará.

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