Miguel Hernández retratado por Buero Vallejo
Gozar, y no morirse de contento,
sufrir, y no vencerse en el sollozo:
¡Oh, qué ejemplar severidad del gozo
y qué serenidad del sufrimiento!
Dar a la sombra el estremecimiento,
si a la luz el brocal del alborozo,
y llorar tierra adentro como el pozo
siendo al aire un sencillo monumento.
Anda que te andarás, ir por la pena,
pena adelante, a penas y alegrías
sin demostrar fragilidad ni un tanto.
¡Oh la luz de mis ojos qué serena!:
¡qué agraciado en su centro encontrarías
el desgraciado alrededor del llanto!
(De El silbo vulnerado)
Porque hoy se cumplen cien años de su nacimiento, sólo por eso, porque nació, que no es poco, y nace cada día en los ojos que lo leen y crece en el corazón de quien lo escucha.
Muy buen homenaje para un poeta cuyo final fue tan triste. La historia está para recordarla y aprender de ella.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Efectivamente, crece cada día en el corazón.
ResponderEliminarHoy no hacen falta acuerdos. Toda la red es un canto a su nacimiento.
Merece hoy este recuerdo el poeta que levantó temprano el vuelo hacia la muerte; mejor dicho, le levantaron manos asesinas el vuelo hacia la muerte y, con ello, nos robaron a todos, los versos que no ha podido escribir.
ResponderEliminarLos poeta como Miguel Hernández vivirán eternamente gracias a personas como tú, que recogieron su testigo para entregarlo de nuevo, y así el mundo pueda identificarse con sus versos por siempre.
ResponderEliminarBesicos.
Aunque los homenajes a Hernández ya empiezan a cargar, creo que hoy sí, hoy hay que recordarlo.
ResponderEliminarBs
Mira, hoy merece la pena acordarse de Miguel Hernández, por eso todos los homenajes que se la hagan, me valen.
ResponderEliminarEste soneto demuestra que a pesar de las penas y las tristezas hay que ser fuerte, integro, capaz, y seguir adelante, o seguir de pie.
Un gran abrazo.
Qué buena manera de empezar el día de hoy me dejas, Isabel. Creo que este sábado será distinto a los demás.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Jorge Andreu
A veces la vida tiene paradojas curiosas. Hoy hace cien años que nació Miguel Hernández, un poeta y un hombre bueno.
ResponderEliminarHoy enterrramos a Marcelino Camacho, esencialmente un hobre bueno e, indirectamente, otro poeta.
Ambos unidos por el mismo tipo de lucha, por cierta forma de entender la dignidad, no ya del obrero o del comunista, sino del ser humano. Por eso su obra trascenderá más allá del tiempo, más allá de nuestros homenajes.
un beso.
Isabel. A mi modo de ver, uno de los mejores títulos, y que resulta ser un verso infinito, de la poética en castellano, y mira que los hay preciosos, es esta sencillez profunda:
ResponderEliminarEL RAYO QUE NO CESA
Cinco palabras que lo expresan todo. Me adscribo a todos los significados que suscitan en mi.
Un beso.
Hace cien años una estrella bajó del firmamento, aquí su camino fue muy corto,corrían malos vientos, pero allí, donde la maldad del ser humano no puede alcanzarle, allí, brillará para siempre.
ResponderEliminarMe uno a tu homenaje querida Isabel.
Bicos
Isabel, prezada.
ResponderEliminarBela maneira de iniciar-me no sábado!
Gracias!
Gracias por recordarlo Isabel..... a pesar del bombardeo leerle reconforta muchísimo
ResponderEliminary en efecto dos hombres buenos se fueron
Besicos guapa
:)
ResponderEliminar"Oh, la luz de mis ojos, que serena"
Creo que él representa todo lo bueno y lo limpio que pueda haber en el hombre. Un beso, Isabel
No sólo por su dimensión de poeta y de hombre comprometido, sino tambiém por su enorme dimensión de poeta auténtico y vivo -por encima del tiempo y de su desaparición física que fué un asesinato- que refleja entre otros este poema que presentas, se merece el homenaje que hoy muchos le estamos haciendo.
ResponderEliminarUn abrazo. Me alegra poder volver a entrar a tu Cobijo. No te sientas comprometida: se va de visita cuando apetece y si se puede.
Veo que hoy, hemos coincidido querida Isabel...
ResponderEliminarYo soy de Miguel Hernández con o sin homenajes..
Besicos.
Me sumo, nos sumamos, y alzamos las voces del homenaje y de la presencia.
ResponderEliminarLos poetas como él nunca mueren.
ResponderEliminarHermoso homenaje amiga, yo tampoco pude pasarlo por alto...
ResponderEliminarabrazos
Su dura vida, y larga muerte ,hizo crecer aun mas sus poemas y trasladarlos al universo para la eternidad.
ResponderEliminarGracias Isabel , por este homenaje al POETA.
No hay peor arma que la plabra , para los intransigentes...y....
Un gran beso
Andres
Casi no me quedan palabras por decir Isabel.
ResponderEliminarQue me encanta tu entrada.
Un beso
¡Qué grande Miguel Hernández!
ResponderEliminarBesos.
Y ahora que me fijo, Isabel, qué coincidencia la nuestra también con el adverbio... Siempre, Miguel Hernández.
ResponderEliminarSiempre presumo diciendo que Miguel era mi primo, llevamos el mismo vulgar apellido, y con eso quiero decir que sus poemas forman parte de mí y también de todos los que amamamos la poesía,la buena poesia que brota libre y de lo más hondo, sea cual sea el apellido de quien así lo sienta.
ResponderEliminarGracias por tu homenaje, Gracias Miguel por seguir vivo entre nosotros.
Un abrazo Á
Gracias por tan bella entrada, y por iluminarme más con ella.
ResponderEliminarMuchos besos y abrazos con toda el alma, Isabel, con toda el alma.
Ese retrato tiene una fuerza espléndida. La mirada nos trae sus ganas de vivir, su sensibilidad. La muerte injusta cortó a la Poesía de un escritor inmenso.
ResponderEliminarBesos, querida Isabel
Espléndido homenaje a alguien que no morirá nunca gracias a sus maravillosos versos... Besin amiga
ResponderEliminarSaber vivir en el ojo del huracán, jardinero de sus rosas, agraciado en el alrededor del llanto.
ResponderEliminarA pesar del dolor, Miguel Hernández supo agradecer la ocasión de dar a otros la luz de la palabra y la poesía.
El valor de la palabra nunca se aprecia tanto como cuando las armas hablan y se fusila la razón.
fantastico soneto.
ResponderEliminarfantastica la pluma de Miguel(poco reconocido en nuestra España, como todos los grandes de la literatura)
Dame los cuatro primeros versos y te regalo todo el paisaje del noroeste murciano.
ResponderEliminar"la belleza como moneda de cambio" Poemario de Perich
Jajaja
Salud
Todo el mundo homenajea al poeta, haciendose eco de sus poemas,bellismos!!
ResponderEliminarMil gracias por traerlos a tu cálido rincón.
Hoy le recordamos hasta las cabras.
ResponderEliminarEspléndido homenaje en el recuerdo.
ResponderEliminarMaravillosa poesía.
Alma buena y generosa que perdurará generación tras generación, por su nobleza y lealtad.
Grácias.
La permanencia en la memoria, sea el día que sea.
ResponderEliminarUn beso
Merecido homenaje a este gran poeta, para que nunca quede en el olvido, Un saludo.
ResponderEliminarUn bello soneto para un homenaje de un gran poeta.
ResponderEliminarExacto: era un genio. Menos tu vientre... ^_^
ResponderEliminarQue buena manera de recordar el pasado para hacerlo presente!°
ResponderEliminarSaludos!°
Es triste la forma en que le dejaron morir. Me uno a su homenaje. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Isabel:
ResponderEliminarHas hecho un bonito homenaje a este gran poeta, (mi poeta preferido), yo creo que no se ha muerto, porque sigue entre nosotros vivo con sus poemas.
Un beso.
"y llorar tierra adentro como el pozo"
ResponderEliminarun verso que inscribir en la honda perplejidad que somos, para ayudarnos a comprender y llegar a la otra orilla.
Miguel Hernández siempre afirmó la vida y ése también es su legado.
abrazo
Esta es la memoria que yo más aprecio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como le dije a Alma, ese retrato me mira desde mi libro de literatura del instituto (aunque este cerrado) y de fondo las voces de Jarcha.
ResponderEliminarIsabel, besos.
El blog y una fiesta con muchos amigos invitados...
Merecidísimo homenaje a este Miguel que dijo llamarse barro. Su poesía llega al alma porque está llena de alma, honda como ese pozo al que hace mención, y dolorida. Besos.
ResponderEliminarLo amo, lo amo.
ResponderEliminarGracias.
"Manantial casi fuente: casi río
ResponderEliminarfuente, ya casi mar casi río apenas;
mar casi – casi océano de frío.
Principio y Fin del agua y las arenas.
Casi azul, casi cano, casi umbrío,
casi cielo salino con antenas,
casi diafanidad, casi vacio
casi lleno de arpones y ballenas.
Participo del ave por el trino;
por la proximidad, polvo, del lodo
participas, desierto, del oasis,
distancia de la vena del camino:
por la gracia de Dios -¡ved!-, casi todo.
Gran-Todo- de- la-nada de los oasis."
Querida Isabel, me ha encantado este recuerdo a nuestro gran poeta. Me añado y escribo este poema suyo que canto con mi coro y que cada vez que lo hago vibro de emoción. Gracias. Un fuerte abrazo.
Ya ves, Isabel, cuanta piel.
ResponderEliminarBesos.
Vengo de ver el dibujo en otro blog. Esos ojos viven.
ResponderEliminarY el poema es una`preciosura, y un empujoncito para salir del dolor.
Siempre Miguel, en sus versos y su historia.
ResponderEliminarGracias, Isabel.
Besitos
Merecido homenaje a un poeta del pueblo.
ResponderEliminarhttp://www.poesiainter.net/mh36020.htm"/
Un fuerte abrazo
Amiga Isabel, tarde, pero espero que oportunamente, vengo a visitarte, procedente del blog de Fernando Manero, que también rinde homenaje a este poeta del pueblo, de todo el pueblo, que es lo bueno del asunto.
ResponderEliminarTengo la suerte de tener que explicar una antología de su poesía a mis alumnos y alumnas de segundo de Bachiller, y eso me dará la oportunidad de emplearme en su análisis y en avanzar un punto más en su aprecio. Quizás más adelante le dedique algo, por no coincidir con tantos estupendos homenajes que se le rinden ahora mismo. Abrazos y besos. (Tenemos que quedar un día de estos, ¿no?)
Muchísimas gracias a todos por comentar, porque es cierto eso que leo en tantos blogs sobre lo que alimentan los comentarios. Yo añadiría, además, que dan calor, confianza y fuerzas para seguir adelante. También, y esta es una de las facetas que más me gusta y admira, los comentarios nos dan nuevas visiones de lo expuesto, lecturas diferentes, miradas originales que amplían y perfeccionan las palabras inicialmente vertidas.
ResponderEliminarEs la primera vez en todo el tiempo que lleva abierto este blog que no contesto de forma individual a cada uno. Y en unos días, este cobijo cumplirá un año, por lo cual me siento extraña, como si fuera una maleducada; pero mi falta de respuesta no es debida a que me haya vuelto arisca o salvaje. Como a todos os habrá ocurrido en alguna ocasión, últimamente me falta tiempo hasta para lo más esencial. No existe otro misterio, así que me gustaría que esta entrada fuera la excepción que confirma toda regla.
Eso sí, cómo he devorado vuestras líneas, cómo me han acompañado, que una cosa es no responder a cada uno y otra bien distinta no leer con auténtica fruición y devoción.
En el caso de esta entrada sobre Miguel Hernández, poco podemos añadir a sus sublimes palabras. Ha sido muy emocionante comprobar como decenas de blogs, de forma espontánea, rendían homenaje al poeta de Orihuela. Como emocionantes han sido los comentarios aquí vertidos y los leídos en otras casas. El poeta vive en sus palabras y en los corazones que lo recuerdan. Es auténticamente reconfortante.
Abrazos y voy a por otra entrada. Ruego a los dioses de las ondas para que me sean propicios y pueda responderos y visitaros tal y como merecéis.