jueves, 26 de noviembre de 2009

ÁGUILAS Y BORREGOS

A media mañana, suelo hacer una pausa en el trabajo y voy a tomar algo a un café pequeñito y estrecho de una de las calles más populosas de esta ciudad. Es una minúscula cafetería italiana que me gusta, que la he visto nacer y crecer, donde hacen unas tostadas sublimes. Al principio, éramos pocos los asiduos y teníamos espacio suficiente para extender nuestra presencia. Pero como los lugares buenos no pueden permanecer en el anonimato durante mucho tiempo, el sitio ha experimentado un notable aumento de transeúntes, vayas a la hora que vayas. Dadas sus reducidas dimensiones y el aumento de la clientela, es imposible no escuchar las conversaciones de los vecinos de barra. Hoy, a mi lado, dos mujeres platicaban sobre otra. Algo así:

—No aguanto a la tonta de Reme. No la aguanto, Mari, te juro que no la aguanto más. Vale que me imite en mi forma de vestir, que intente sumar méritos con los informes que yo he elaborado y que ella se apropia, que se autopresente ante mis conocidos como amiga mía, que me siga en las actividades a las que dedico mi tiempo de ocio y luzca poses de enterada. Vale que me espíe la agenda, que me plagie los razonamientos, que me fusile las ideas. Vale que sea un vampiro con todas las de la ley. Pero lo de hoy, lo que ha hecho hoy es ya el colmo. Eso sí que no lo soporto.
—¿Qué ha ocurrido hoy?
—Lo previsible. Como ya no consigue captar mi interés con sus argucias de mono de imitación, ha soltado una perorata lacrimógena delante de todos sobre lo enferma que está, lo mucho que sufre, sus duras circunstancias familiares y demás lindezas por el estilo. O sea, una súplica desesperada para que estemos todos pendientes de ella, que para eso sus males son los peores.
—Chantaje emocional, vamos.
—Y tanto. Falta de estilo y necesidad imperiosa de ser la protagonista de todo. A costa de lo que sea. Como si cada uno no arrastrara sus miserias.
—Joder.
—Y Carlos, callado. Recién incorporado tras la quimio y la radio, hecho unos zorros, pero callado. Porque lo de esta mujer es una tontería al lado del cáncer de Carlos. Pero él, chitón. No tiene tan poca vergüenza como para mendigar afecto a costa de que lo compadezcan. Eso es jugar sucio para la gente elegante, y Carlos lo es. Esta tía no tiene ninguna elegancia. Es una impúdica, chica, una perfecta desvergonzada.
—Cortadla.
—Si que me dan ganas, pero me freno. Siempre he creído que no se debe machacar a nadie, herirle por ser como es, reventarle sus creencias. En definitiva, no respetarle. Si hiciera algo así, no dormiría tranquila. Sigo la máxima kantiana y no hago a los demás lo que no quiero que me hagan a mí misma.
—Pues aléjate de ella.
—Eso intento, pero no es fácil. La llevo pegada como una lapa. Hay días que pienso que me va a perjudicar seriamente en mi trabajo. Estas trepas de baja estofa...
—Anda, tranquilízate, que yo creo que todo el mundo sabe que tú eres un águila y ella es un borrego.»

Desde mi atalaya mañanera de diálogos pillados al azar, así ha sido. Más o menos.

6 comentarios:

  1. Una oreja bien puesta vale más que toda la prensa del día en la mesa. Nos informa de la realidad con todo detalle. Lo digo porque conversaciones como la que detallas reflejan las preocupaciones, los develos, las miserias, las alegrías... de todos, y en estos día que por Catalunya se dice que lo que nos interesa es l'Estatut, la sentencia del TC o los 12 editoriales de los 12 periódicos, tu texto es buen desmentidor, porque, estoy seguro, ese diálogo que reproduces se ha repetido hoy, con diferentes personajes, en todas las cafeterías del país.

    ¡salud Isabel!

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  2. Tú lo has dicho, hablador. Las cosas que se oyen día a día sí que reflejan el mundo en que vivimos. Podemos comentar la realidad política y demás; pero lo que de verdad nos toca es lo que siempre ha preocupado al hombre, las relaciones del tú a tú, las que están en nuestras manos y podemos influir sobre ellas. Las otras nos atañen, pero bien sabemos que poco podemos hacer nosotros. Si siguiéramos en la polis griega, tal vez, y eso contando con que el destino nos hubiera hecho ciudadanos y no esclavos, ni mujeres, ni otras minorías por el estilo.
    En otro orden de ideas, qué descubrimiento el de Paco Gómez. Me gusta. Es hondo. Es desgarrado. Es sencillo. Es un poeta.
    Gracias por ello y también porque, por los comentarios en tu casa, me he enganchado a otros, como Ana Rodríguez Fischer o Ramón.
    Como siempre, una alegría verte por aquí.
    ¡Salud, Mariano!

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  3. Isabel, te estoy conociendo justo ahora, con el café delante, un verdadero placer (viernes tarde, café relajante, lectura encantadora... ¿qué más queremos? Yo desde luego nada más). Te cuento mis sensaciones: por un lado tu blog es una ventana. Ni te figuras cómo me ha gustado este texto que comento. Ha sido una sorpresa, porque nunca había visto en un blog una cosa de este estilo: abrir la ventana y que me cuenten qué oyen fuera. Acostumbrados a tanta palabra hueca, palabrería de reality, que alguien traiga el diálogo que genera preguntas, simpatías o una sonrisa, es algo tan sosegante.

    Pero por otro lado tu blog es el rincón de poesía (qué sorpresa, ya te iré diciendo...), y recuerdos (me muero de ganas de conocer Atenas), y meditación, y fábula (Cuestión de suerte). También saqué ideas para el mío (glups, tanta sinceridad no puede ser... yo también suelo poner una foto, como tú la victoria alada, pero yo la dejo sin palabra, y en cambio una leyenda breve debajo, unas palabras generadas por la foto, le sientan estupendamente a la entrada).

    Te iré diciendo si me das un poquito de tiempo. Un abrazo.

    ¿De dónde eres? ¿De Murcia? Hermosa ciudad con mucha vida... Yo de BCN, espero que no te moleste que a veces le dé rienda suelta a mi catalán. Un abrazo.

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  4. Ramón, hola y bienvenido. Muchas gracias por tu comentario y por ser tan amable conmigo. Ayer, tuve dudas sobre si metía o no esta última entrada. Por eso de coger el meollo de un diálogo escuchado por puro azar. Cierto es que al escribir se lo modula y pausa e, incluso, se reinterpreta. Después de muchas vueltas, de liarme como la novata que soy en esto de los blogs a causa de una foto que quise ponerle y me montó un auténtico desastre -que apañé suprimiéndola-, decidí sacarla por la noche. ¿Por qué no plasmar algo que te encuentras al paso? ¿No podemos ser testigos de lo que nos rodea? Escribir recoloca la realidad y la eleva.
    Si vuelves, vas a encontrar un poco de todo, porque me meto en poemas, en relatos, en novelas y en todo lo que me permita sentirme cómoda. He escrito mucho a lo largo de toda mi vida y creo que, a estas alturas, no voy a dejar de hacerlo. Si me quiero curar del vicio (cosa que pretendo cada dos por tres), me pongo insoportable.
    Hablas de la sinceridad. Como persona, no sé ir sin ella. Y eso no ayuda mucho para la escritura. Aunque, en prosa, todo es invención.
    Te agradezco tu visita y deseo volverte a ver por aquí. Yo sí que tengo tela con tu blog. Pero te leeré poco a poco. No me gusta seguir a alguien si no me lo empapo bien. Hasta ahora, es lo que hago: leo unas cuantas entradas y si me gusta a seguir y volver.
    Soy de Murcia y para nada me molesta tu catalán.
    Te espero.
    Saludos.

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  5. Que bien te estoy encontrando...y que bien acompañada.

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  6. Me has hecho sonreir...me pregunto donde estará esa cafetería...igual he estado por allí y no lo recuerdo...y digo yo...donde se han dejado estas murcianicas el -"ico" y el -"ica"?..sonrío.

    Un saludo y otra vez un placer leerte.

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