A pesar del frío, de la crisis nefasta que nos roba las sonrisas y nos quita las ganas de regalos y de compras, quienes aún trabajan y no han ingresado en el limbo del desempleo se imbuyen en estas fechas en la ya clásica comida o cena de Navidad, una costumbre oficializada que le ha quitado la frescura y la espontaneidad a las comidas y cenas ideadas sobre la marcha con los compañeros de trabajo, al amparo de la más pura apetencia y gusto del momento concreto.
Mientras hoy tomaba mi rápido café de media mañana, a mis oídos ha llegado el eco de la conversación vecina. Se desarrollaba entre tres contertulios: una mujer de unos cuarenta y pocos años y dos muchachos jóvenes, chico y chica. Algo así decían:
–Tienes que venir. Por una vez, no pasa nada –le rogaban los chicos jóvenes a la mujer.
–No puedo –se excusaba ella.
–Tienes que hacer por poder. Es una vez al año y no puedes faltar –argumentó la muchacha.
–Entiéndeme. Un viernes por la noche, a las diez, yo ya estoy muy baqueteada. Con toda la semana de trajín, a esas horas sólo quiero tranquilidad.
–Pero si tú eres muy moderna y sales normalmente hasta las tantas –aguijoneó el muchacho.
–Sí, pero es distinto. Salgo con mi marido, con mis hijos, con mis amigos… En otro plan, vamos. Si me meto en casa el viernes a la hora de comer, a mí no me sacáis a las nueve y pico de la noche.
–Anda, haz un pequeño esfuerzo. Sabemos que no todos te caen bien. A nosotros, tampoco. Pero es una noche al año –siguió insistiendo la chica.
–¡Y dale, que no! –se defendió la mujer mientras se encogía de hombros y disminuía visualmente su complexión física.
–Por una vez…
–Que no, que no voy.
–No tienes nada serio que te lo impida.
–No lo tendré, pero…, pero… Que no me apetece y punto. Ya está, dicho queda.
–Pues tienes que intentarlo, como nosotros. Tampoco nos apetece y vamos.
–Que he dicho que no y es no. Por favor, no me atosiguéis.
–Anda, mujer, no seas así…
No quise escuchar más y me fui al otro extremo de la barra, ya que me resultaba muy incómoda esa conversación. No obstante el cambio de lugar, mis ojos aún contemplaron mientras apuraba mi café, cómo los jóvenes la envolvían y la mujer negaba una vez y otra con la cabeza mientras cada vez se empequeñecía más. Pagué y salí de mi rincón a toda prisa. Un cierto grado de angustia se había apoderado de mi persona. No me gustan los asedios, qué le vamos a hacer.
Desde mi atalaya mañanera de diálogos pillados al azar, así ha sido. Más o menos.
Desde mi atalaya mañanera de diálogos pillados al azar, así ha sido. Más o menos.
Me pasa lo mismo, no me gustan las insistencias. Un beso
ResponderEliminarSe ponen muy pesaditos...
ResponderEliminarEl lenguaje a veces es ambiguo y lleno de matices difícilmente interpretables, pero cuando alguien dice "no", me cuesta entender que no lo comprendan. Y es cierto que, cuando hay razón para ello, con buenos argumentos podemos tratar de hacer cambiar de opinión al que se niega, pero para tal fin es necesario tener justo eso: buenos argumentos, y que haya razón para ello.
Un abrazo.
a veces hay que insistir, y despues seguro que se lo pasa bien(aunque insistir no es atosigar) .
ResponderEliminarun beso
¡Qué horror, pobre mujer! Odiosas son esas comidas y cenas de Navidad empresarial. Pero bueno, al menos tiene la alternativa a decir "no", cosa que en mi caso es de asistencia obligatoria. Cosas del arbeit...
ResponderEliminarUn beso, guapa!
Grrrr
ResponderEliminarYo tengo que ir también a la cena de mi santo y no me apetece nada de nada de nada y no porque yo sea una friki antisocial como dice él, sino porque si hay algo más tonto que una cena de navidad de trabajo es una cena de navidad del trabajo de tu pareja...el año pasado nos sentaron al lado de dos búlgaros que no probaron bocado porque a los pobres no les gusta la comida de aquí, no se han acostumbrado pero en cambio fuman como carreteros...la que salí echando humo fui yo y este año, pues creo que en el último momento me voy a negar o voy a plantear una disyuntiva malévola tipo "si tengo que ir con esos luego no voy con tu madre"...igual me compensa lo del sábado, jejeje
Muchos besos, Isabel
Grrrr
ResponderEliminarYo tengo que ir también a la cena de mi santo y no me apetece nada de nada de nada y no porque yo sea una friki antisocial como dice él, sino porque si hay algo más tonto que una cena de navidad de trabajo es una cena de navidad del trabajo de tu pareja...el año pasado nos sentaron al lado de dos búlgaros que no probaron bocado porque a los pobres no les gusta la comida de aquí, no se han acostumbrado pero en cambio fuman como carreteros...la que salí echando humo fui yo y este año, pues creo que en el último momento me voy a negar o voy a plantear una disyuntiva malévola tipo "si tengo que ir con esos luego no voy con tu madre"...igual me compensa lo del sábado, jejeje
Muchos besos, Isabel
En todo esto hay un trasfondo y es LA TRISTEZA o también, como decimos por aquí, LA CANSERA.
ResponderEliminarSi sales a la calle, y si no sales también, notas que no es lo mismo que hace unos años. Que la gente no tiene la misma alegría y que esta Nochebuena va a ser menos buena para todos y para otros aún peor.
Con un poco de sensibilidad se nota; hasta en el alumbrado.
Lógicamente todo eso hace que nuestra capacidad de comunicación, y de convivencia se vea alterada igual que el mal tiempo nos afecta en el carácter.
Y la verdad es que ves la que nos está cayendo y, lo que es peor, la que se nos viene encima que...
¿Pa qué quies que vaya?...
¡Tengo una cansera!
La navidad es así, artificiosa y cargada de compromiso. Es una época para desaparecer y esperar que todo pase.
ResponderEliminarEn estas fechas yo me escondo en mi pueblo que aunque también está cargado de la famosa catarsis navideña tengo una gran lumbre con la que me quedo hipnotizado y todo se olvida.
Un fuerte abrazo.
Fumador.
Que horror, asistir a una comida o cena que no te apetece para nada. Supongo que esperaban algo más de esa persona, porque yo tampoco entiendo tanta insistencia. Un no dicho muchas veces es un no reforzado, es un posicionamiento evidente.
ResponderEliminar¡Oh là là! Que bien me encuentro en mi trabajo.
Un abrazo.
¿Por qué no va? No lo entiendo, si es así en plan marido e hijos ;). Besos.
ResponderEliminarSeguro que yo no estaba en esa conversación. No me gusta "comerle el coco" a nadie. Ni que intenten convencerme con continuos argumentos. Creo que yo también me hubiera cambiado de sitio.
ResponderEliminarAfortunadamente las pocas reuniones que tengo en estos días son un par de ellas con la familia y alguna más con amistades. Punto.
Besitos, querida Isabel.
Alguna vez te gusta que te insista, y otra no entiendes que parte del NO no entienden ellos, de todas formas vienen una fechas muy especiales y complicadas.
ResponderEliminarUn saludo.
Cómo me gusta a mí tomarme un cafecito en un bar por las mañanas de invierno !!!
ResponderEliminarYo que ella me levantaba de la mesa y me iba.
Besotote hermosa,
Pobre mujer !!!
ResponderEliminarQué agobio madre mía y que pesadez aguantar a esos dos Pesados a rabiar, si te dicen que NO a la primera puedes intentarlo una segunda pero ya basta, Buf, que nervios.Un abrazo muy fuerte.
Ah ! se me olvidaba preguntarte si tienes ya preparada la camisa de la casa de la pradera,jijiji.
Que pelmazos. Bueno, supongo que lo harán con buena intención. Este año no iré a la cena por la sencilla razón de que se ha suprimido (afortunadamente).
ResponderEliminarMis compañeros no tienen por que ser mis amigos.
besos
Son tantas las obligaciones que acabamos por atender a consecuencia de la presión laboral, social, familiar, etc...que a veces acaba uno por preguntarse si de verdad hicieramos lo que en realidad apetece cuantas de las actividades que realizamos quedarian sin hacer???, no sé, esta navidad seguro que me tocará alguna cena que no apetece, simplemente en vez de amargarme dándole vueltas a la cabeza iré e intentaré pasármelo lo mejor posible. En ocasiones la vida te da sorpresas y donde menos te lo esperas pasas un rato agradable y viceversa, tal vez sea más cuestión de tu disposión que de otra cosa.
ResponderEliminarSaludos mujer de Murcia que escribe muy bien.
Pobrecilla, si no le apetece, hace bien. Yo, cuando se trata de fiestas, cenas, ..., sólo voy cuando me apetece y por cumplir no lo hago jamás, los que me conocen ya saben que no deben insistir.
ResponderEliminarBicos
Atosigantes y además indirectos e incómodos. Hiciste bien en cambiar de sitio. Un beso
ResponderEliminarHay personas para las que NO significa "veremos"
ResponderEliminarPor dios santo....con lo fàcil que es decir...¡vayanse al ca...ramba! NO entiendo porquè la gente se deja atosigar...que invadan de esa forma su espacio...
ResponderEliminarsaludos
¡Pobre muchacha! a lo mejor la pobrecita no tenía dinero para gastarlo en una cena... ¡la gente quiere intervenir demasiado en la vida de los demás!! Aprovecho para desearte una feliz Navidad. Besos
ResponderEliminarA traves de amigos comunes he venido a recalar en este extraordinario blog. Es un honor conocerla.
ResponderEliminarSi lo tiene a bien, le invito a que se pase por mi blog.
Si me lo permite, la sigo de aqui en adelante.
Un honor.
Mi niña....ya no sólo hay que aprender a saber decir NO sino a mantenernos en el asedio....Este año me he plantado; me niego a vivir una Navidad basada en un consumismo atroz, en escuchar tantos deseos de felicidad no deseados. Y respecto de las comidas y cenas lo he limitado al mínimo, y a las que he acudido y voy a acudir son porque me apetece mucho la interpelación con la gente que va a asistir. Dos comidas...y son más de las que pensaba.
ResponderEliminarDe todas formas hay una gran dosis de falta de respeto cuando se asedia a una persona de esta forma, en mi humilde opinión.
Mil estrellas de fortaleza y alegría
Sherezade
Sí, jajaja, qué pesados algunos, la verdad. Pero yo pienso que cuando alguien insiste tanto en que alguien vaya a tal sitio es porque seguramente a él/ella no le apetece nada, y la perspectiva de tener al asediado le parece consoladora. Que no tiene huevos de no ir ella, vaya!
ResponderEliminarTus diálogos mañaneros, que sé que eres madrugadora como tú sola, son una ventanita a Murcia o a tu corazón, para descubrir lo que ya sabíamos: que la gente es igual en todas partes. Pero qué agradable atestiguarlo frente al café de la desalmada... Muaks.
Es difícil aprender a decir no, y decirlo con contundencia. Y también es difícil aprender a insistir lo justo, saber entrever y no inmiscuirse, hasta atosigar y faltar al respeto, en los motivos de esa persona. En fin, todo está en el justo medio...por eso creo te sentiste incómoda, y te entiendo!!, en ambas partes faltaba una comunicación, no se como decirlo, mas sutil?, mas empática?.
ResponderEliminarUn beso muy grande Isabel, siempre me gustan tus reflexiones.
Lo de ir a comidas o a cenas con compañeros, amigos o familia me encanta....
ResponderEliminarLo que no me gusta nada es la cara de felicidad que se les pone a todos los que vas encontrando por la calle, en el comercio...A todos los que te desean felicidad sin conocerte de nada, la frase de estos días mil veces repetida "Feliz Navidad",vaya, como sí tu desearas que así fuera..
Yo llevo ya unos años, bastantes en los que a quien me felicita,le contesto de esta manera, "Felices todos los días"...
En fin que la señora de cuarenta haga lo que le de la gana,pero que sea feliz siempre...o al menos que lo intente o que se lo procuren.
Muchos besicos siempre.
Los compromisos cuestan mucho trabajo...
ResponderEliminarPero a veces no hay más remedio...
Un abrazo fuerte amiga, desde mi librillo.
Me apunto a tu cena, Isabel,
ResponderEliminara esa que se hace porque surge,
porque apetece,
porque están lo que quieren estar,
donde no sobra nadie,
con frescura,
sin imposiciones,
no porque toca,
no porque ... cómo no vas a ir, o peor aún no hay opción hay que ir.
Vamos que las navidades conforme pasan los años se vuelven agridulces, cada vez más agrias que dulces, o amargas, o tristes, o sin color, sin ilusión, vamos que nada que ver a cuando éramos niños.
LOTERIA,
PARTICIPACIONES DE LOTERIA,
ÁRBOL DE NAVIDAD,
COMIDAS DE TRABAJO,
AMIGO INVISIBLE,
COMIDAS DE AMIGOS,
COMPRAS,
DECORACIONES NAVIDEÑAS,
COMIDAS FAMILIARES,
EL BELÉN
REGALOS DE NAVIDAD
MÁS COMPRAS
FIESTAS,
BAILES,
UVAS,
CAVA,
COMPRAS Y MÁS COMPRAS
(suerte los que puedan)
REGALOS DE REYES
QUÉ CANSERA!!!
A todos los que estáis simplificando las navidades y todavía recordáis la magia que tenía en la infancia,
¡FELIZ NAVIDAD TODOS LOS DÍAS!
En verdad te digo que, leyendo, esta mujer me sacó de quicio. Y sólo leyendo. Me imagino que habrá sido de la cabeza de su pobre interlocutora.
ResponderEliminarBeso.
Si aguantó tanto acoso, será que tenía una causa más contundente para negarse.
ResponderEliminarDe todas formas, a mí tampoco me gustan los acosos...
Besos.
Se acabaron para mí los almuerzos de trabajo, ahora los echo de menos!
ResponderEliminarBesitos
Yo tengo el desgraciado sí fácil.
ResponderEliminarO peor aún, si digo que no comienzo con una sarta de excusas inagotables....
Y está bueno decir NO, porque NO quiero...
(A tí sí te quiero!)
Amiga, creo que hay momentos que es bueno "insistir" pero sin transgredir la frontera de la educación y el respeto.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Es que hay que decir que sí (nótese la ironía). Muchas personas insisten tanto que luego terminan incluso enfadadas porque no has dicho que sí. La de veces que nos habrá pasado.
ResponderEliminarAunque sólo sea una conversación transcrita, no sabes el placer que me produce leer tu prosa, Isabel.
Un abrazo.
Jorge Andreu
Cuando la fiesta es general y la navidad es una de ellas, la fiesta asedia con todo su poderío. Y lo mismo uno no tiene ganas de batallas.
ResponderEliminarUn beso, Isabel, nos veremos.
Ah, como me gustan tus transcripciones creativas de café...es que me parece estar viviendo el asedio en propia carne...
ResponderEliminarMe ha hecho recordar cuando de bien pequeña me plantaba y decía que no, que "no me da las ganas", y las broncas que tenía con mis padres...en cambio mi hermano, muy diplomático, decía que sí siempre, y él sí que acababa haciendo lo que le daba la gana...
Un abrazo
Inevitablemente el ser humano es un ser social, lo que lo convierte en un ser que tienen que relacionarse con los demás. Ahí está la fina línea de saber elegir entre lo que te apetece y lo que te conviene. Lo que no te apetece pero que a veces, se hace necesario a fin de mantener unas saludacles relaciones. Y esa fina línea también est´´a para aceptar un No como libertad y roma de decisión personal. Uno tiene que balancear y sopesar lo que menos socave nuestra personalidad y nuestra salud psicológica, so pena de que no se nos entienda. Pero con la libertad de ser tú misma en ese momento. Difícil muchas veces, pero practicable la mayoría de ellas para hacerla efectiva y asertiva. Un fuerte abrazo Isabel.
ResponderEliminarUn poco de culpa tiene la acosada. En vez de empequeñecerse y soltar treinta excusas, debería haber sido más contundente.
ResponderEliminarCuando mi compañero me preguntó porque no iba a la comida de navidad, me puse tiesa como un palo en la silla, lo miré fijamente a los ojos, y le solté: porque no me apetece. Fin de la discusión.
Verdaderamente es molesta tanta insistencia y tan poco respeto por una decisión. En realidad, no tendríamos ni por qué dar explicaciones, sino esperar a que los demás acepten nuestra respuesta sin más. En fin, nos falta mucha educación... Un abrazo, querida amiga.
ResponderEliminarLa insisténcia
ResponderEliminares el lenguaje de la perdida.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo no entiendo esto. ¿Por qué forzar o asediar? ¿Por qué aceptar algo con lo que no estamos de acuerdo? ¡Caramba!, como dice Maia “Yo que ella me levantaba de la mesa y me iba”.
ResponderEliminarLo que haya que celebrarse que se celebre como, dónde y cuando se sienta.
Y digo que, si para Dios no existe el tiempo ¿por qué decretar una fecha específica para celebrar la Navidad? Sindudamente, Él no va a molestarse si yo celebrara el nacimiento de su Hijo en el mes de abril. Además, la fecha exacta del nacimiento de Jesús nadie la conoce.
El significado real de la Navidad debería celebrarse en el corazón y en todo momento. Con amor, más que regalos.
Así que podemos desear feliz Navidad ahora mismo o cualquier día del año. Como dice Cabopá: “Felices todos los días”.
Los buenos deseos siempre son bienvenidos. Las fiestas o reuniones, no siempre.
Un besazo y gracias, Isabel, por seguir compartiendo tanto con nosotros.
A mi me gusta quedar con la gente, ir de cena, comida o lo que sea, pero con gente con la que me siento bien. Es cierto que a veces te tienen que animar un poco, pero un poco, no atosigar, creo que ella ya ha dicho claramente que no quiere ir. Felices fiestas Isabel, un abrazo.
ResponderEliminarEstá muy bien el término "asedio",realmente es un atropello por parte de algunos la insistencia en que acudas a estos actos que la mayoría de las veces,por lo menos en mi caso,resultan agotadores,aburridos,interminables...¿no sería más razonable que vaya el que quiera ir y el que no que haga lo que quiera?.
ResponderEliminarHas descrito muy bien lo que ocurre todas las navidades.A ver si este año con eso de la crisis nos dejan disfrutar a cada uno de un merecido descanso.
Abrazo.
Esa sensación de asedio y agobio, con la misma insistencia por parte de, no una pareja, sino de este y aquel y el otro y la amiga del otro y de el de al lado y el de la primera planta y el de la planta más baja y la que hace fotocopias y la que me regala el buen día por la mañana y el que nunca dice nada hasta ese día de incordio y….y…..y….
ResponderEliminarY zanjé el tema hace 32 años. Desde Diciembre del 78 que no voy a ninguna cena navideña, por causas, entre la principal, la del agobio.
Pasada esa navidad del 78, insistieron dos y cuatro veces más, hasta que desfallecieron en el intento.
Otro agobio parecido, o me lo parece a mi, es la insistencia en comprar participaciones de lotería.
No; se acabó. Desde ese mi no en no aceptar papeleta de 3 o 4 o 5 cinco euros en participación del sorteo navideño, han transcurrido 14 años y, por supuesto, ya ni se acercan con el taco participero.
No soy raro, soy diferente.
Insistir en esa medida una pesadez...
ResponderEliminarA buen entendedor pocas palabras bastan...
Observando en una cafetería se descubren estas cosas en las relaciones humanas...la gente no es diferente...
Felices fiestas con salud,salud y salud...
Cada vez me molestan más esos "organizadores" de fiestas de fin de año, de encuentros de ex alumnos, etc etc. Seamos sinceros, esas reuniones siempre terminan resultando un plomazo y sólo la pasan bien uno o dos de la veintena que asiste!!
ResponderEliminarEl que insiste es un pesado y de asedio nada, con decir simplemente NO todo más que solucionado.
Que no, que no, Isabel...
ResponderEliminarQue pese a todo... siempre habrá el calor que desprende un bune puchero, con sus alubias...
O el tiempo, que suplanta a...
Feliz Navidad!
Al final con tanta insistencia por acudir a una cena de este tipo que es muy posible que se acabe convirtiendo en convidado de piedra o algo parecido. No me gustan las imposiciones, pero contra esto deberiamos tener buenas excusas.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Estas fiestas han terminado por agobiarme bastante...no soy nada antisocial, pero me gusta disfrutar de la vida a mi manera. Si nó, los compromisos sociales y demás eventos familiares, terminan por aburirnos.
ResponderEliminarBesos Isabel y Felices Fiestas!
Tienes razón. Esas comidas de fin de año entre compañeros se han convertido, en bastantes casos, en un obligación, no en una reunión festiva que nace del sentimiento de compañerismo o amistad. Son ya un rito anual.
ResponderEliminarEn estas fiestas tan entrañables,
ResponderEliminaren las que vivimos la ilusión y
recordamos a los que ya no están,
con mis mejores deseos de felicidad
deseo pases una feliz Navidad,
junto a tus familiares y amigos.
¡¡FELIZ NAVIDAD!!
Un abrazo.
Creo que he ido aprendiendo a decir que no cuando realmente no me apetece y ya no me suelo encontrar en esas circunstancias porque me conocen.
ResponderEliminarPero me has hecho recordar una ocasión en la que había dicho que sí -forzada- y antes de salir se puso a nevar y se apagó la ciudad. ¡Qué sensación de alivio y placer...!
Gracias por ese recuerdo traído, Isabel.
Isabel, gracias por su visita y comentario.
ResponderEliminarFeliz Navidad para tí y toda tu gente.
Abrazos ;)
Querida Isabel... estoy de acuerdo contigo... a mi tampoco me gustan los asedios... creo que con decir las cosas una vez basta... no me gusta insistir... y no soporto que me insistan... Besin
ResponderEliminarYa estamos con ese oido tan fino que tiene Vd. La verdad es que me dá miedo que algun día la tenga al lado sin saberlo y luego comente alguna de mis burradas que me haya escuchado.
ResponderEliminarLa verdad es que hay mucha gente que son agobiantes y creen que asi se consiguen las cosas, nada mas lejos de la realidad, incluso es peor. Lo que pasa es que no tienen la imaginación y el poder de convicción y se dedican a saltear la intimidad.
Tengo una amiga que si le insisten accede gentilmente y queda con el pesado en un lugar al aire libre. Y no acude, claro. Abrazos.
ResponderEliminarPaso de nuevo para desearte una Feliz Navidad, Isabel. Muchísimos besos y espero seguir leyéndote por mucho tiempo.
ResponderEliminarLa Nochebuena
ResponderEliminarEl año se está despidiendo
para unos con alegrías
y para otros con melancolías
recordando a los ausentes
que no estarán en este día...
abrazando la Nochebuena.
Habrá mesas que serán vestidas de gala
con suculentas y variadas viandas
disputándose entre ellas
quien va a ser la primera
en ser degustada...
En otras por el contrario
serán las lágrimas sus comensales
quienes vayan abriendo la noche
cubriéndola con palabras
de triste soledad
y contenido aburrimiento...
Pero de un modo u otro
la noche continuará su paso
levantando las copas
para brindar por el pasado
el presente y un futuro
que nos aguarda saturado
de proyectos y anhelos diversos
Entre ellos que haya paz
y amor para tod@s
reinando la comprensión
y el entendimiento
a través del dialogo...
Y el más notable
en este instante...
...felicitarte la Nochebuena
y el nacimiento de Jesús.
La que te estima y escribe...
María del Carmen
23-12-10
Entre la cortesía y la sinceridad, aunque son compatibles, casi siempre es preferible decantarse por la sinceridad. Nos evita males mayores.
ResponderEliminarUn abrazo