Almuerzo de remeros, de Renoir
En una ciudad cercana, comía con un amigo del que hacía mucho tiempo que no disfrutaba en persona. Todo transcurría de una manera plácida y entrañable, con las palabras esenciales y auténticas que usan quienes se quieren desde que son casi niños. El tono de nuestras voces era bajo y confidente, al contrario del griterío del entorno. Nos servían el café tras los postres cuando la algarabía de un nutrido grupo de hombres, que jaleaban a nuestro lado, cesó en su alboroto. Este silencio nos alertó más que el ruido previo y consiguió que captáramos parte de la conversación discreta que se desarrollaba entre dos de ellos, los más próximos a nosotros:
–Me confundí con Juan. Pensé que habíamos trabado auténtica amistad, pero bien me ha demostrado que no es así.
–Juan no es amigo de nadie; sólo tiene conocidos.
–A mí me ha utilizado, ¿qué quieres que te diga?
–Como a todo el mundo, no te extrañes.
–Jugamos juntos al tenis, hicimos barbacoas en su casa o en la mía, nuestras mujeres congeniaron incluso... Parecía que le importaba de veras, que se interesaba por mí de forma altruista, pero...
–No le des vueltas. Existen personas que son así, que van a lo suyo y nada más.
–Todo su interés estaba motivado por lo que pretendía conseguir a cambio.
–Es la táctica del resbalón.
–¿Cómo dices?
–A ese proceder, yo lo llamó “la táctica del resbalón”, porque te echan jaboncillo para que confíes y, luego, hacen que te partas la crisma en él.
–Muy bueno...
–No me explico cómo no te diste cuenta. A Juan se lo ve venir. Peores son los que van de puristas, esos que de forma sibilina te enredan en una apariencia de afecto que no existe, esos que son una soledad andante aferrada al primer humano que les aguanta sus batallitas y su orgullo desmedido.
–¿Hablas por experiencia?
–Quien más, quien menos, tiene sus muertos en el armario.
–Qué estúpido fui. No calé a Juan.
–Siempre hace lo mismo: desaparece, dejas de interesarle. Aunque, en ocasiones, retorna, así que activa todas tus alertas, por si acaso.
–Ya, pero me cuesta admitir que exista gente que cambia tan rápido de sentimientos.
–No te engañes: no generan sentimientos en su interior, sino veleidades narcisistas. Hoy te quiero si me sirves. Mañana no te quiero si no lo haces. Es sencillo.
–Lo que más me fastidia es esta cara de bobo que se me ha quedado. Parece que me he caído de un guindo.
–Es que eres buena gente, chaval, eso ocurre. Están los amigos y están los conocidos. Los primeros persisten en el tiempo mientras que los segundos, no.
–Será.
–Lo es. No le concedas más importancia. Siempre conviene permanecer atento a quien se nos acerca, que no es oro todo lo que reluce.
–En fin... Al menos, me alegro de tu amistad.
–¿Y cómo sabes que soy tu amigo?
–No estás de paso, sino que te perpetúas en mi vida.
–Tampoco es un indicio irrebatible, ya que se cruzan muchos en nuestra existencia en un momento determinado y persisten durante un tiempo, les damos importancia y, luego, se esfuman en los armarios del pasado.
–Eso es verdad.
–Y tanto. Todo ser que llega hasta nosotros tiene un cometido, pero los papeles que se les asignan a cada uno no son iguales, pues mientras unos son primeros actores, otros se quedan en actores de reparto.
–Y Juan no ha llegado ni a figurante.
Mi amigo y yo nos desligamos de la conversación y, sin palabras, nos sonreímos con timidez. Sabíamos muy bien cada uno lo que pensaba el otro: la inmensa suerte que tenemos ambos por el privilegio de gozar de una amistad verdadera.
Desde mi atalaya de diálogos pillados al azar, así ha sido. Más o menos.
en la vida uno va construyendo el camino con mucha gente, amigos o conocidos, son parte de toda cadena, nosotros también somos ello y no es malo o bueno, simplemente es parte de la forma en que nos relacionamos
ResponderEliminarmuy buen relato Isa, dejas abierta la puerta a expresar el pensamiento sobre ello, una vez leí que "un amigo es quien está dispuesto a dar la vida por el otro"... por eso siempre digo tengo mucha buena energía con las personas, pero no sé si realmente llegaremos a hacernos amigos así de comprometidos.
besitos y feliz semana
Los coprotagonistas de esta anécdota cuentan su experiencia: el discípulo descubre una verdad de la que el maestro escaldado está de vuelta. O eso parece.
ResponderEliminarNunca había leído una escucha iniciática, Isabel.
Besos.
Me encantan algunas conversaciones pilladas al azar. Algunas son de una expresividad inigualable, otras son geniales. Lástima que no me pueda parar a escribirlas en el momento. O a grabarlas. Creo que eso es imposible.
ResponderEliminarIba a transcribir la última, pero la escuché de la televisión y por respeto no lo puedo hacer. Lo haré la próxima.
Qué bien escribes, Isabel.
Gracias por estar aquí.
Uno de esos tertulianos podía haber sido yo misma. A estas alturas de la vida y yo misma me puse el jaboncillo...¡con decirte que el resbalón me duró una temporada!
ResponderEliminarMejor ponerle humor (ahora, claro, que ha pasado el tiempo y no me quedan señales aparentes) como lindamente y con inteligencia has hecho hoy.
Un abrazo, Isabel, grande, enorme.
Un texto de realismo duro, Isabel.
ResponderEliminarEstuve casado con una Juan y cuando los amigos desaparecían, yo no lograba entenderlo. Hasta que lo entendí, claro.
Un abrazo,
¡Qué bien escribes, amiga!
ResponderEliminarBueno después de estos diálogos al azar, no sé yo...Bueno, sí lo sé soy amiga-conocida y/o conocida-amiga je,je,je...Un poquito de humor es bueno después de una tarde-noche de calor húmedo del desierto...
Besicos, amigos
Besicos, conocidos.
Que buenos éstos diálogos de café, me gustó eso de “la táctica del resbalón” jaja.
ResponderEliminarCreo que en nuestra vida tenemos pocos amigos sinceros y también conocidos sinceros en mayor medida.
Lo peor es cuando te traicionan los primeros, los de toda la vida, se sufre, pero se sale a flote, se aprende, se sanan las heridas y se abre el corazón a nuevas posibilidades.
Hay mucho amor en el aire.
Besos dulce Isabel.
TKM (te quiero mucho)
Hola Isabel, esto de los amigos es un tema que da para mucho que hablar. Personalmente he dado con muchos "juanes" pero afortunadamente aún me queda algún amigo de verdad. Una vez leí en algún sitio "que los amigos de verdad vienen cuando no los llamamos" y yo le añado "los conocidos hay que llamarlos para que vengan".
ResponderEliminarComo siempre es un placer venir a visitarte y leer lo que tan bien escribes y tus historias tan fantásticas.
Un abrazo muy grande,
María Eva.
Te aplaudo Isabel, tú si que sabes plasmar elegantemente estas situaciones cotidianas que tan reales pueden ser, reflejo de la vida misma.
ResponderEliminar¿quien no se ha sentido identificado con tus palabras?...yo desde luego que si.
Todo un lujo leerte....¡eh,eh, que no es jaboncillo!
Besos
Anna J.R.
Lo de la táctica del resbalón bufff, de premio. A la gente le encanta pasar la mano por el lomo, casi de forma instintiva, por pura costumbre. Pero, eso sí, no por un motivo sincero, sino para poder tenerte confiado ya que nunca se sabe si puede interesarles algo de ti, o tenerte con las defensas bajas.
ResponderEliminarMe encantan estas conversaciones. Es algo así como abrir el libro de la vida.
Decía Cicerón en su Amicitia: "...hay que creer que en la amistad no hay peor plaga que la adulación, el halago y la lisonja... la adulación destruye la verdad, sin la cual el concepto de amistad no puede tener sentido...Pero se puede separar al amigo adulador del verdadero...como pueden distinguirse todas las falsificaciones e imitaciones de lo que es auténtico y verdadero".
ResponderEliminarEstas conversaciones son estupendas Isabel, me encantan.
Bicos
Isabel:
ResponderEliminar¡Qué hermosa manera de transmitir tu mensaje!
El truco de los dos ejemplos paradigmáticos, sentados en sillas cercanas (y a las vez extrañas) ha dado una íntima elegancia a la historia. En mi caso, sin desmerecer a los que parlotean, me gustaría estar en la silla del amigo de verdad, aunque sé de antemano que no es mi sitio.
Por razones de fuerza mayor he tenido que alejarme de gente amiga y pude notar que la relación se agotaba: al cesar aquel medio ambiente original que amalgamaba la cotidianeidad de la relación, ésta perdía su frescura y belleza.
Dos árboles podrían ser amigos de toda la vida, dos pájaros, no.
A fuerza de ser autodidacta, un día descubrí, con gran placer, que la mejor manera de expresar un concepto no era transmitirlo crudo, duro; el modo correcto es a través de un continente, una historia, un poema. Y en tu caso particular, Isabel, lo haces de una manera admirable.
Un beso.
Estos diálogos captados sutilmente, pueden hacerte reír, y sin embargo, contienen realidades terribles. Ni hablar, de lo maravillosamente escrito que están . Un abrazo.
ResponderEliminarAy!!! Isabel, como decía mi abuelita "Dígale a una madre lo que es tener un hijo cabezón"
ResponderEliminarA mis años y con todas las experiencias a nivel personal es difícil que no distinga quien es quién, por lo que por esa parte vivo sin preocupaciones.
Pero este tipo de almas trasciende lo personal, y ya los vemos con sus promesas y risitas antes de cada elección y siempre se salen con la suya...
Perdona que me salga un tanto, pero es que allí si que están pintados ja ja ja.
Abrazos querida Escritora!!!
Así y todo, hay gente con la que puedo no hablarme en veinte años y siempre serán mis mejores amigos. Y otros que sé que son esporádicos, pero todos me dejan algo. No sé, será que no creo que la gente se comporta de tal o cual manera por maldad a priori, a veces las circunstancias obligan a bajar el ritmo, tú lo sabes. También uno desaparece en ocasiones y hace daño y se aleja y vuelve; no se puede con todo y sin embargo, el cariño está ahí, terco e inamovible.
ResponderEliminarPero la conversación está impecable y tu forma de escribirlo me resultó tan llevadera que te doy un 10 jajajaja. Un abrazo, querida Isa.
Cuanta realidad hay en tu relato!
ResponderEliminarHay muchos jaunes en esta vida, más que amigos, por eso a los amigos hay que mimarlos y estar por ellos a las verdes y a las maduras...
De todos modos, a mi aún me cuelan goles, confío...y no quiero dejar de hacerlo a pesar de los golpes que pueda recibir, también gano en tranquildad, la desconfianza no es buena amiga.
besos guapa
Magnìfico texto. Enhorabuena.
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Excelente y muy complejo. De una riqueza extraordinaria. Contrariamente a lo que vengo leyendo, ya te adelanto que voy a ponerme del lado de Juan. Ausente a quien dos se permiten poner a caldo sin posibilidad de defensa. Y por supuesto me fío muy poco de ese consejero de vuelta de todo, que parece en en el fondo relamerse de gusto viendo que su compañero de silla acaba de perder un amigo. Que bien descrito ese personaje que por supuesto,ha librado mil contiendas y cree saber todo de la vida y un poco más.
ResponderEliminarPara colmo la conversación es escuchada por otros dos que poco deben tener que contarse cuando andan a conversaciones ajenas.Y cuando finalizan la escucha,sonríen, callan y se mienten una vez más sobre la auténtica naturaleza de su amistad. Bueno, así lo he captado yo. Claro que ya sabes que soy un poco busca vueltas.Igual me he equivocado en todo.
Sea como fuere, he disfrutado muchísimo de ese formidable juego de espejos deformantes. Precioso Isabel. Un abrazo
Así es todo esto de las relaciones. A veces somos un poco hipócritas con algunas. Los amigos vienen y van.
ResponderEliminarVamos cambiando con el paso de los años, todos, aunque la verdadera amistad no se pierden con aquellas personas que son auténticas. Siempre son muy pocas a lo largo de nuestra existencia, muy pocas...
Un beso Isabel
Los amigos de verdad son pocos. Pero los hay. Pero son muchos los que ponen jabón en sus relaciones.
ResponderEliminarUn diálogo muy sabroso, querida Isabel.
dicen que hay círculos de confianza, que uno puede irse moviendo dentro de ellos y viceversa. yo prefiero tener pocos amigos pero buenos y los conocidos se disfrutan!!!
ResponderEliminarmuy buena la imágen del resbalón!
Tienes mucha suerte con ese oido "de tisico". Es una fuente inacabable de magnificas y enriquecedoras experiencias. Un abrazo
ResponderEliminarLas relaciones se mueven entre la realidad y los deseos y, creo que más o menos cada cual entiende el papel que toca interpretar.
ResponderEliminarTu comentario es o puede ser el primer acto de una pieza teatral en la estamos todos, un parte del gran teatro del mundo. Pensar para sentir.Un abrazo
Me asombra la seguridad de este director de teatro teniendo tan claro el cometido.
ResponderEliminarAbrazos.
Ay Isabel, escribes tan bien que nos haces olvidar que esto ha pasado por la criba de tu inteligencia y de tu pluma. Nos haces creer, nos haces sentir en otra mesa, escuchando esa conversación emergida de ese repentino silencio, pegando la oreja para saber, empatizando, opinando, como si la situación fuera incluso tangible. Y en esas estoy, opinando de este hecho ficticio cargado de realidad. Desde luego, no quiero, bajo ningún concecto ser Juan. NO me importa tanto llevarme el palo, la decepción, aunque eso duele, porque una se puede recuperar, y aun sabiendo que eso puede volver a pasar confiar en que la amistad es posible. Lo que me aterra es imaginarme siendo ese parásito indeseable que se aprovecha de la confianza del otro. Ese, o quienes le rodean y callan mientras ven con cierta complacencia -mientras no sea yo...- cómo se aprovecha de ti. Conviene recordar aquello de que para contar los amigos de los dedos de una mano sobrarían...eso, y que la amistad, como el amor, puede no ser correspondida...
ResponderEliminarAbrazotes
Por eso digo de los días, que son brillantes, aunque mengue el sol por el invierno y solo traiga a medias su boicot al oscuro, su poético gasto que se aúna al nuestro, aunque un día perdido para el astro rey no le haga a menos, y a nosotros, si, un poco...Bello tu escrito, de todos los días, diría, pero no, espléndido....
ResponderEliminarA disfrutar de esa amistad, que eso nunca es fácil y hay que cuidarla.
ResponderEliminar"La táctica del resbalón" jeje, es verdad, hay gente que se dedica a enjabonar y enjabonar... hasta conseguir el porrazo final, o hasta dejarte bien "limpi@".
Un beso Isabel.
Y qué hermosa es la amistad cuando encuentras una verdadera, verdad?.
ResponderEliminarUn gustazo leerte Isabel.
Besos
La amistad auténtica escasea. En esa conversación que cuentas se dicen muchísimas verdades que todos vivimos en algún momento de nuestras vidas.
ResponderEliminarMi querida amiga, muy difícil es conseguir y mantener una amistad verdadera. Creo que ese resbalón al que se alude en la conversación lo hemos tenido, de una manera u otra, muchos. Ese gaerse del guindo nos da la enseñanza a ir precavidos por la vida. Tal vez no debería ser así, pero nos vale para aprender e irle viendo las orejas al lobo. Tal vez por esa experiencia similar que cuentas en tu relato uno vaya siendo confiable pero desconfiada... y así también va aprendiendo a "olfatear" ese tipo de persona que con cierta lisonja pretende atraparte para sacar provecho. Mientras, pienso que hay lecciones de las que uno tiene que sacar un buen aprendizaje.Hago diferencia muy clara entre conocidos y amistades. Las amistades las cuento con los dedos de una mano. Los conocidos son muchos más. Querida Isabel, este relato te ha quedado muy expresivo. Me gusta reflexionar tras leerlo y sacarle esa buena enseñanza que lleva dentro. Tu lenguaje, como siempre, muy personal. Te mando un abrazo fuerte.
ResponderEliminarCuando te pones -poque quieres creer- o te ponen -poque quieren que creas- el famoso y acertado jaboncillo y te das el resbalón, te dices: ésta es la última vez. Hasta aquí podíamos llegar. Pero nada, hasta la próxima.
ResponderEliminarPorque, para que no volviera a ocurrir, deberíamos ser otro o dejar de confiar. Y, a cierta edad, ambas cosas son ya difíciles...
Un abrazo grandísimo, Isabel
Y líada con el jaboncillo, envié el comentario sin decir cuánto me gustan tus Conversaciones de café. La cálida atmósfera que recreas. Esa cercanía, que tal parece que estoy ahí, en la mesa de al lado...
ResponderEliminarUna auténtica delicia.
Perdón por el descuido, Isabel.
Un beso.
Creo que la amistad siempre estará sometida a prueba: toda amistad puede fallar. Lo cuentas de modo magnífico: es admirable cuando, en las pruebas más difíciles, la amistad triunfa. Un abrazo, Isabel.
ResponderEliminarQué buenos los diálogos al azar Isabel, diálogos de café-tertulia, pero, ¿qué es mejor, un gran amigo conocido o un gran conocido amigo? me ha encantado. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Feliz tú, Isabel, capturadora de esos instantes. Y agradecidos los que quedamos cautivados por el relato que nos devuelve esos instantes que si no se perderían... Abrazos!
ResponderEliminarEstas "Conversaciones de café" son la vida misma, Isabel. Ahí radica el mérito de tu escritura para contarlas y crearlas.
ResponderEliminarSobre los amigos, la amistad, habría mucho que contar y debatir. Cierto es que aparecen algunos "juanes" en nuestra vida; también algún purista y muchos, muchos amigos que terminan en conocidos.
Puestos a reflexionar habría que mirarnos a nosotros mismos y "ver" qué tipo de amigos somos.
En mi experiencia diré que hay pocos , casi ninguno, amigos de toda o para toda la vida. Conocemos personas interesantes que vienen y van por nuestro trayecto vital en diferentes etapas. Algunos se quedan y permanecen, otros se bajan en alguna estación intermedia y suben otros que ven en ti algo atrayente y en sintonía con ellos.
En fin, terminaré diciendo que las relaciones humanas son muy complejas; que te llevas muchos chascos con ciertas personas, que cometemos errores todos pero que lo importante es asumirlos y reconocerlos.
Me considero buen amigo de mis amigos, (alguna vez también les habré fallado en la opinión de alguno de ellos, supongo), y me duele, me duele mucho cuando con sus actitudes creo que me están fallando. Un poco como esos que mencionas en "se cruzan muchos en nuestra existencia en un momento determinado y persisten durante un tiempo, les damos importancia y, luego, se esfuman en los armarios del pasado."
Isabel ,paisana, decididamente me gustan estas conversaciones de café tuyas.
Y como este blog pertenece a una escritora, voy a terminar mi comentario con dos citas sobre la amistad de dos escritores ya fallecidos.
1) "Un amigo en la vida es mucho. Dos son demasiados. Tres son imposibles. La amistad necesita cierto paralelismo de vida, una comunidad de pensamiento, una emulación de fines" HENRY BROOKS ADAMS.
2) "Creo que la amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso hay que salvarla como sea" ALBERTO MORAVIA.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Hola Isabel: como siempre, llegando la última. Sobre la amistat no acabaríamos nunca de debatir, ni exponer casos i más casos, y ni así daríamos con el quid de la cuestión. Porque las relaciones humanas son siempre muy complejas, y no dependen nunca de la voluntad de uno-a,
ResponderEliminarquizás lo que las favorezca sea al sencilleza de trato, la mirada limpia, y la fidelidad. Un amigo me dijo un dia: busca la sonrisa de un niño, la fidelidad de un perro, i al discreción de un muerto. Haz con ello un hombre y llámale AMIGO.
Te vale?. Un beso.
Conversaciones que responden a vivencias reales, cercanas, las que podríamos vivir cualquiera de nosotros en su barrio, con amigos y vecinos.
ResponderEliminar¡Me encantan!
El tema de la amistad es complicado pero sé que es el sentimientos más puro y hermoso que existe.
Enhorabuena por tus magníficas letras, Isabel.
Cariños varios.
También yo he visto en acción a algunos de esos "conocidos" que se arriman para obtener lo que quieren, a veces simple admiración, y luego dejan a todo el mundo colgado. A esas personas conviene olvidarlas. Y, sin embargo, he comprobado que cuando más se ha confiado en ellas, más difícil resulta de olvidar y de perdonar.
ResponderEliminarMagnífica lección la que hoy nos has brindado. Besos, querida amiga.
Que suerte la mia encontrar este espacio!
ResponderEliminar=) HUMO
Hola, que tengas un excelente fin de semana, ha sido un placer leer tu blog, es excelente. Te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas un poema mío titulado “Muy tarde como para tomar acción”, es un poema sobre un amor que no pudo hacerse realidad.
ResponderEliminarPor tu tierra ando amiga, dorándome bajo la sombrilla y paseando el azul cada día más bonito del mar que cada vez me adormece los sentidos con su ronroneo.
ResponderEliminarUna entrada maravillosa de quien ama la vida desde lo más sencillo que de ella recibe, un beso amiga.
muchas gracias isa por tu huella, abrazo grande y deseo que tengas una excelente semana!!!
ResponderEliminarojo con el sol por allá :)
9 veces y media construí esta pintura en un inmenso puzze.
ResponderEliminarUn abrazo
Existen demasiados "amigos" cuando en realidad son "conocencias". Probablemente por no aprender con atención los consejos de Patronio al Conde Lucanor, relatados por el Infante D. Juan Manuel:
ResponderEliminarCAPITULO XLVIII.- De lo que aconteció a uno que probaba a sus amigos.
Conde Lucanor.
"-Patronio, según mi parecer, yo tengo muchos amigos que me dan a entender que ni por temor de perder los cuerpo ni los que tienen, dejarían de ser lo que me conviniese, os ruego me digáis de que manera podría yo saber si estos amigos mía harían por mí tanto como dicen".
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
Isabel esta lleno de realidad tu relato la amistad verdadera se puede contad fácilmente porque son escasos.
ResponderEliminarSaludos desde Abstracción texto y Reflexión
Hola Isabel.
ResponderEliminarHas conseguido pintar con tus palabras un cuadro de la misma genialidad que el Maestro Renoir.
Es otra forma de hacer arte, que se agradece.
Un abrazo.
Qué hilatura más hermosa, no ya ésta en concreto, que habla de amistades que defraudan, sino la hilatura en general, Isabel, tu tradición de recopilar el mundo que otros dicen. ¡Eres una cazadora de fragmentos de vida! Y una afortunada, claro que sí, por las buenas amistades. Quién no tiene amistades que se esfuman, pero quién no tiene amistades imperecederas...
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo no sé escribir diálogos; soy poco habladora :)
ResponderEliminarÉste tú lo has bordado :)
Y sobre la amistad ¿qué te digo que tú no sepas?... ah, sí, que no necesito tener a mis amigos encima diariamente para saber con quienes puedo contar y ellos de mi, igualmente.
dos abrazos (no, cuatro) ;)
Interpreto que es una conversación que la autora, más o menos, presenció. Para mí tiene mérito saber trasladarla al papel. En esto de los amigos ocurre eso (que solo son conocidos). Pero es lo que hay. Es como la lotería, hay que jugar para que te toque. En fin, que esta claro que sabes pescar conversaciones y hacer con ello un relato reflexivo.
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