martes, 19 de junio de 2012

AMIGOS Y CONOCIDOS

Almuerzo de remeros, de Renoir

En una ciudad cercana, comía con un amigo del que hacía mucho tiempo que no disfrutaba en persona. Todo transcurría de una manera plácida y entrañable, con las palabras esenciales y auténticas que usan quienes se quieren desde que son casi niños. El tono de nuestras voces era bajo y confidente, al contrario del griterío del entorno. Nos servían el café tras los postres cuando la algarabía de un nutrido grupo de hombres, que jaleaban a nuestro lado, cesó en su alboroto. Este silencio nos alertó más que el ruido previo y consiguió que captáramos parte de la conversación discreta que se desarrollaba entre dos de ellos, los más próximos a nosotros:
–Me confundí con Juan. Pensé que habíamos trabado auténtica amistad, pero bien me ha demostrado que no es así.
–Juan no es amigo de nadie; sólo tiene conocidos.
–A mí me ha utilizado, ¿qué quieres que te diga?
–Como a todo el mundo, no te extrañes.
–Jugamos juntos al tenis, hicimos barbacoas en su casa o en la mía, nuestras mujeres congeniaron incluso... Parecía que le importaba de veras, que se interesaba por mí de forma altruista, pero... 
–No le des vueltas. Existen personas que son así, que van a lo suyo y nada más.
–Todo su interés estaba motivado por lo que pretendía conseguir a cambio.
–Es la táctica del resbalón.
–¿Cómo dices?
–A ese proceder, yo lo llamó “la táctica del resbalón”, porque te echan jaboncillo para que confíes y, luego, hacen que te partas la crisma en él.
–Muy bueno... 
–No me explico cómo no te diste cuenta. A Juan se lo ve venir. Peores son los que van de puristas, esos que de forma sibilina te enredan en una apariencia de afecto que no existe, esos que son una soledad andante aferrada al primer humano que les aguanta sus batallitas y su orgullo desmedido.
–¿Hablas por experiencia?
–Quien más, quien menos, tiene sus muertos en el armario.
–Qué estúpido fui. No calé a Juan.
–Siempre hace lo mismo: desaparece, dejas de interesarle. Aunque, en ocasiones, retorna, así que activa todas tus alertas, por si acaso.
–Ya, pero me cuesta admitir que exista gente que cambia tan rápido de sentimientos.
–No te engañes: no generan sentimientos en su interior, sino veleidades narcisistas. Hoy te quiero si me sirves. Mañana no te quiero si no lo haces. Es sencillo.
–Lo que más me fastidia es esta cara de bobo que se me ha quedado. Parece que me he caído de un guindo.
–Es que eres buena gente, chaval, eso ocurre. Están los amigos y están los conocidos. Los primeros persisten en el tiempo mientras que los segundos, no.
–Será.
–Lo es. No le concedas más importancia. Siempre conviene permanecer atento a quien se nos acerca, que no es oro todo lo que reluce.
–En fin... Al menos, me alegro de tu amistad.
–¿Y cómo sabes que soy tu amigo?
–No estás de paso, sino que te perpetúas en mi vida.
–Tampoco es un indicio irrebatible, ya que se cruzan muchos en nuestra existencia en un momento determinado y persisten durante un tiempo, les damos importancia y, luego, se esfuman en los armarios del pasado.
–Eso es verdad.
–Y tanto. Todo ser que llega hasta nosotros tiene un cometido, pero los papeles que se les asignan a cada uno no son iguales, pues mientras unos son primeros actores, otros se quedan en actores de reparto.
–Y Juan no ha llegado ni a figurante.
Mi amigo y yo nos desligamos de la conversación y, sin palabras, nos sonreímos con timidez. Sabíamos muy bien cada uno lo que pensaba el otro: la inmensa suerte que tenemos ambos por el privilegio de gozar de una amistad verdadera.
Desde mi atalaya de diálogos pillados al azar, así ha sido. Más o menos.

50 comentarios:

  1. en la vida uno va construyendo el camino con mucha gente, amigos o conocidos, son parte de toda cadena, nosotros también somos ello y no es malo o bueno, simplemente es parte de la forma en que nos relacionamos

    muy buen relato Isa, dejas abierta la puerta a expresar el pensamiento sobre ello, una vez leí que "un amigo es quien está dispuesto a dar la vida por el otro"... por eso siempre digo tengo mucha buena energía con las personas, pero no sé si realmente llegaremos a hacernos amigos así de comprometidos.

    besitos y feliz semana

    ResponderEliminar
  2. Los coprotagonistas de esta anécdota cuentan su experiencia: el discípulo descubre una verdad de la que el maestro escaldado está de vuelta. O eso parece.
    Nunca había leído una escucha iniciática, Isabel.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Me encantan algunas conversaciones pilladas al azar. Algunas son de una expresividad inigualable, otras son geniales. Lástima que no me pueda parar a escribirlas en el momento. O a grabarlas. Creo que eso es imposible.
    Iba a transcribir la última, pero la escuché de la televisión y por respeto no lo puedo hacer. Lo haré la próxima.
    Qué bien escribes, Isabel.
    Gracias por estar aquí.

    ResponderEliminar
  4. Uno de esos tertulianos podía haber sido yo misma. A estas alturas de la vida y yo misma me puse el jaboncillo...¡con decirte que el resbalón me duró una temporada!

    Mejor ponerle humor (ahora, claro, que ha pasado el tiempo y no me quedan señales aparentes) como lindamente y con inteligencia has hecho hoy.

    Un abrazo, Isabel, grande, enorme.

    ResponderEliminar
  5. Un texto de realismo duro, Isabel.

    Estuve casado con una Juan y cuando los amigos desaparecían, yo no lograba entenderlo. Hasta que lo entendí, claro.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  6. ¡Qué bien escribes, amiga!

    Bueno después de estos diálogos al azar, no sé yo...Bueno, sí lo sé soy amiga-conocida y/o conocida-amiga je,je,je...Un poquito de humor es bueno después de una tarde-noche de calor húmedo del desierto...

    Besicos, amigos
    Besicos, conocidos.

    ResponderEliminar
  7. Que buenos éstos diálogos de café, me gustó eso de “la táctica del resbalón” jaja.

    Creo que en nuestra vida tenemos pocos amigos sinceros y también conocidos sinceros en mayor medida.
    Lo peor es cuando te traicionan los primeros, los de toda la vida, se sufre, pero se sale a flote, se aprende, se sanan las heridas y se abre el corazón a nuevas posibilidades.

    Hay mucho amor en el aire.

    Besos dulce Isabel.
    TKM (te quiero mucho)

    ResponderEliminar
  8. Hola Isabel, esto de los amigos es un tema que da para mucho que hablar. Personalmente he dado con muchos "juanes" pero afortunadamente aún me queda algún amigo de verdad. Una vez leí en algún sitio "que los amigos de verdad vienen cuando no los llamamos" y yo le añado "los conocidos hay que llamarlos para que vengan".
    Como siempre es un placer venir a visitarte y leer lo que tan bien escribes y tus historias tan fantásticas.

    Un abrazo muy grande,

    María Eva.

    ResponderEliminar
  9. Te aplaudo Isabel, tú si que sabes plasmar elegantemente estas situaciones cotidianas que tan reales pueden ser, reflejo de la vida misma.

    ¿quien no se ha sentido identificado con tus palabras?...yo desde luego que si.
    Todo un lujo leerte....¡eh,eh, que no es jaboncillo!
    Besos
    Anna J.R.

    ResponderEliminar
  10. Lo de la táctica del resbalón bufff, de premio. A la gente le encanta pasar la mano por el lomo, casi de forma instintiva, por pura costumbre. Pero, eso sí, no por un motivo sincero, sino para poder tenerte confiado ya que nunca se sabe si puede interesarles algo de ti, o tenerte con las defensas bajas.

    Me encantan estas conversaciones. Es algo así como abrir el libro de la vida.

    ResponderEliminar
  11. Decía Cicerón en su Amicitia: "...hay que creer que en la amistad no hay peor plaga que la adulación, el halago y la lisonja... la adulación destruye la verdad, sin la cual el concepto de amistad no puede tener sentido...Pero se puede separar al amigo adulador del verdadero...como pueden distinguirse todas las falsificaciones e imitaciones de lo que es auténtico y verdadero".

    Estas conversaciones son estupendas Isabel, me encantan.
    Bicos

    ResponderEliminar
  12. Isabel:
    ¡Qué hermosa manera de transmitir tu mensaje!
    El truco de los dos ejemplos paradigmáticos, sentados en sillas cercanas (y a las vez extrañas) ha dado una íntima elegancia a la historia. En mi caso, sin desmerecer a los que parlotean, me gustaría estar en la silla del amigo de verdad, aunque sé de antemano que no es mi sitio.
    Por razones de fuerza mayor he tenido que alejarme de gente amiga y pude notar que la relación se agotaba: al cesar aquel medio ambiente original que amalgamaba la cotidianeidad de la relación, ésta perdía su frescura y belleza.
    Dos árboles podrían ser amigos de toda la vida, dos pájaros, no.
    A fuerza de ser autodidacta, un día descubrí, con gran placer, que la mejor manera de expresar un concepto no era transmitirlo crudo, duro; el modo correcto es a través de un continente, una historia, un poema. Y en tu caso particular, Isabel, lo haces de una manera admirable.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  13. Estos diálogos captados sutilmente, pueden hacerte reír, y sin embargo, contienen realidades terribles. Ni hablar, de lo maravillosamente escrito que están . Un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Ay!!! Isabel, como decía mi abuelita "Dígale a una madre lo que es tener un hijo cabezón"
    A mis años y con todas las experiencias a nivel personal es difícil que no distinga quien es quién, por lo que por esa parte vivo sin preocupaciones.
    Pero este tipo de almas trasciende lo personal, y ya los vemos con sus promesas y risitas antes de cada elección y siempre se salen con la suya...
    Perdona que me salga un tanto, pero es que allí si que están pintados ja ja ja.
    Abrazos querida Escritora!!!

    ResponderEliminar
  15. Así y todo, hay gente con la que puedo no hablarme en veinte años y siempre serán mis mejores amigos. Y otros que sé que son esporádicos, pero todos me dejan algo. No sé, será que no creo que la gente se comporta de tal o cual manera por maldad a priori, a veces las circunstancias obligan a bajar el ritmo, tú lo sabes. También uno desaparece en ocasiones y hace daño y se aleja y vuelve; no se puede con todo y sin embargo, el cariño está ahí, terco e inamovible.
    Pero la conversación está impecable y tu forma de escribirlo me resultó tan llevadera que te doy un 10 jajajaja. Un abrazo, querida Isa.

    ResponderEliminar
  16. Cuanta realidad hay en tu relato!

    Hay muchos jaunes en esta vida, más que amigos, por eso a los amigos hay que mimarlos y estar por ellos a las verdes y a las maduras...

    De todos modos, a mi aún me cuelan goles, confío...y no quiero dejar de hacerlo a pesar de los golpes que pueda recibir, también gano en tranquildad, la desconfianza no es buena amiga.

    besos guapa

    ResponderEliminar
  17. Magnìfico texto. Enhorabuena.

    un fuerte saludo

    fus

    ResponderEliminar
  18. Excelente y muy complejo. De una riqueza extraordinaria. Contrariamente a lo que vengo leyendo, ya te adelanto que voy a ponerme del lado de Juan. Ausente a quien dos se permiten poner a caldo sin posibilidad de defensa. Y por supuesto me fío muy poco de ese consejero de vuelta de todo, que parece en en el fondo relamerse de gusto viendo que su compañero de silla acaba de perder un amigo. Que bien descrito ese personaje que por supuesto,ha librado mil contiendas y cree saber todo de la vida y un poco más.
    Para colmo la conversación es escuchada por otros dos que poco deben tener que contarse cuando andan a conversaciones ajenas.Y cuando finalizan la escucha,sonríen, callan y se mienten una vez más sobre la auténtica naturaleza de su amistad. Bueno, así lo he captado yo. Claro que ya sabes que soy un poco busca vueltas.Igual me he equivocado en todo.
    Sea como fuere, he disfrutado muchísimo de ese formidable juego de espejos deformantes. Precioso Isabel. Un abrazo

    ResponderEliminar
  19. Así es todo esto de las relaciones. A veces somos un poco hipócritas con algunas. Los amigos vienen y van.

    Vamos cambiando con el paso de los años, todos, aunque la verdadera amistad no se pierden con aquellas personas que son auténticas. Siempre son muy pocas a lo largo de nuestra existencia, muy pocas...

    Un beso Isabel

    ResponderEliminar
  20. Los amigos de verdad son pocos. Pero los hay. Pero son muchos los que ponen jabón en sus relaciones.
    Un diálogo muy sabroso, querida Isabel.

    ResponderEliminar
  21. dicen que hay círculos de confianza, que uno puede irse moviendo dentro de ellos y viceversa. yo prefiero tener pocos amigos pero buenos y los conocidos se disfrutan!!!
    muy buena la imágen del resbalón!

    ResponderEliminar
  22. Tienes mucha suerte con ese oido "de tisico". Es una fuente inacabable de magnificas y enriquecedoras experiencias. Un abrazo

    ResponderEliminar
  23. Las relaciones se mueven entre la realidad y los deseos y, creo que más o menos cada cual entiende el papel que toca interpretar.
    Tu comentario es o puede ser el primer acto de una pieza teatral en la estamos todos, un parte del gran teatro del mundo. Pensar para sentir.Un abrazo

    ResponderEliminar
  24. Me asombra la seguridad de este director de teatro teniendo tan claro el cometido.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  25. Ay Isabel, escribes tan bien que nos haces olvidar que esto ha pasado por la criba de tu inteligencia y de tu pluma. Nos haces creer, nos haces sentir en otra mesa, escuchando esa conversación emergida de ese repentino silencio, pegando la oreja para saber, empatizando, opinando, como si la situación fuera incluso tangible. Y en esas estoy, opinando de este hecho ficticio cargado de realidad. Desde luego, no quiero, bajo ningún concecto ser Juan. NO me importa tanto llevarme el palo, la decepción, aunque eso duele, porque una se puede recuperar, y aun sabiendo que eso puede volver a pasar confiar en que la amistad es posible. Lo que me aterra es imaginarme siendo ese parásito indeseable que se aprovecha de la confianza del otro. Ese, o quienes le rodean y callan mientras ven con cierta complacencia -mientras no sea yo...- cómo se aprovecha de ti. Conviene recordar aquello de que para contar los amigos de los dedos de una mano sobrarían...eso, y que la amistad, como el amor, puede no ser correspondida...

    Abrazotes

    ResponderEliminar
  26. Por eso digo de los días, que son brillantes, aunque mengue el sol por el invierno y solo traiga a medias su boicot al oscuro, su poético gasto que se aúna al nuestro, aunque un día perdido para el astro rey no le haga a menos, y a nosotros, si, un poco...Bello tu escrito, de todos los días, diría, pero no, espléndido....

    ResponderEliminar
  27. A disfrutar de esa amistad, que eso nunca es fácil y hay que cuidarla.

    "La táctica del resbalón" jeje, es verdad, hay gente que se dedica a enjabonar y enjabonar... hasta conseguir el porrazo final, o hasta dejarte bien "limpi@".

    Un beso Isabel.

    ResponderEliminar
  28. Y qué hermosa es la amistad cuando encuentras una verdadera, verdad?.
    Un gustazo leerte Isabel.
    Besos

    ResponderEliminar
  29. La amistad auténtica escasea. En esa conversación que cuentas se dicen muchísimas verdades que todos vivimos en algún momento de nuestras vidas.

    ResponderEliminar
  30. Mi querida amiga, muy difícil es conseguir y mantener una amistad verdadera. Creo que ese resbalón al que se alude en la conversación lo hemos tenido, de una manera u otra, muchos. Ese gaerse del guindo nos da la enseñanza a ir precavidos por la vida. Tal vez no debería ser así, pero nos vale para aprender e irle viendo las orejas al lobo. Tal vez por esa experiencia similar que cuentas en tu relato uno vaya siendo confiable pero desconfiada... y así también va aprendiendo a "olfatear" ese tipo de persona que con cierta lisonja pretende atraparte para sacar provecho. Mientras, pienso que hay lecciones de las que uno tiene que sacar un buen aprendizaje.Hago diferencia muy clara entre conocidos y amistades. Las amistades las cuento con los dedos de una mano. Los conocidos son muchos más. Querida Isabel, este relato te ha quedado muy expresivo. Me gusta reflexionar tras leerlo y sacarle esa buena enseñanza que lleva dentro. Tu lenguaje, como siempre, muy personal. Te mando un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
  31. Cuando te pones -poque quieres creer- o te ponen -poque quieren que creas- el famoso y acertado jaboncillo y te das el resbalón, te dices: ésta es la última vez. Hasta aquí podíamos llegar. Pero nada, hasta la próxima.
    Porque, para que no volviera a ocurrir, deberíamos ser otro o dejar de confiar. Y, a cierta edad, ambas cosas son ya difíciles...
    Un abrazo grandísimo, Isabel

    ResponderEliminar
  32. Y líada con el jaboncillo, envié el comentario sin decir cuánto me gustan tus Conversaciones de café. La cálida atmósfera que recreas. Esa cercanía, que tal parece que estoy ahí, en la mesa de al lado...
    Una auténtica delicia.
    Perdón por el descuido, Isabel.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  33. Creo que la amistad siempre estará sometida a prueba: toda amistad puede fallar. Lo cuentas de modo magnífico: es admirable cuando, en las pruebas más difíciles, la amistad triunfa. Un abrazo, Isabel.

    ResponderEliminar
  34. Qué buenos los diálogos al azar Isabel, diálogos de café-tertulia, pero, ¿qué es mejor, un gran amigo conocido o un gran conocido amigo? me ha encantado. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
    http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  35. Feliz tú, Isabel, capturadora de esos instantes. Y agradecidos los que quedamos cautivados por el relato que nos devuelve esos instantes que si no se perderían... Abrazos!

    ResponderEliminar
  36. Estas "Conversaciones de café" son la vida misma, Isabel. Ahí radica el mérito de tu escritura para contarlas y crearlas.

    Sobre los amigos, la amistad, habría mucho que contar y debatir. Cierto es que aparecen algunos "juanes" en nuestra vida; también algún purista y muchos, muchos amigos que terminan en conocidos.

    Puestos a reflexionar habría que mirarnos a nosotros mismos y "ver" qué tipo de amigos somos.

    En mi experiencia diré que hay pocos , casi ninguno, amigos de toda o para toda la vida. Conocemos personas interesantes que vienen y van por nuestro trayecto vital en diferentes etapas. Algunos se quedan y permanecen, otros se bajan en alguna estación intermedia y suben otros que ven en ti algo atrayente y en sintonía con ellos.

    En fin, terminaré diciendo que las relaciones humanas son muy complejas; que te llevas muchos chascos con ciertas personas, que cometemos errores todos pero que lo importante es asumirlos y reconocerlos.

    Me considero buen amigo de mis amigos, (alguna vez también les habré fallado en la opinión de alguno de ellos, supongo), y me duele, me duele mucho cuando con sus actitudes creo que me están fallando. Un poco como esos que mencionas en "se cruzan muchos en nuestra existencia en un momento determinado y persisten durante un tiempo, les damos importancia y, luego, se esfuman en los armarios del pasado."
    Isabel ,paisana, decididamente me gustan estas conversaciones de café tuyas.

    Y como este blog pertenece a una escritora, voy a terminar mi comentario con dos citas sobre la amistad de dos escritores ya fallecidos.

    1) "Un amigo en la vida es mucho. Dos son demasiados. Tres son imposibles. La amistad necesita cierto paralelismo de vida, una comunidad de pensamiento, una emulación de fines" HENRY BROOKS ADAMS.

    2) "Creo que la amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso hay que salvarla como sea" ALBERTO MORAVIA.

    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

    ResponderEliminar
  37. Hola Isabel: como siempre, llegando la última. Sobre la amistat no acabaríamos nunca de debatir, ni exponer casos i más casos, y ni así daríamos con el quid de la cuestión. Porque las relaciones humanas son siempre muy complejas, y no dependen nunca de la voluntad de uno-a,
    quizás lo que las favorezca sea al sencilleza de trato, la mirada limpia, y la fidelidad. Un amigo me dijo un dia: busca la sonrisa de un niño, la fidelidad de un perro, i al discreción de un muerto. Haz con ello un hombre y llámale AMIGO.
    Te vale?. Un beso.

    ResponderEliminar
  38. Conversaciones que responden a vivencias reales, cercanas, las que podríamos vivir cualquiera de nosotros en su barrio, con amigos y vecinos.
    ¡Me encantan!
    El tema de la amistad es complicado pero sé que es el sentimientos más puro y hermoso que existe.
    Enhorabuena por tus magníficas letras, Isabel.
    Cariños varios.

    ResponderEliminar
  39. También yo he visto en acción a algunos de esos "conocidos" que se arriman para obtener lo que quieren, a veces simple admiración, y luego dejan a todo el mundo colgado. A esas personas conviene olvidarlas. Y, sin embargo, he comprobado que cuando más se ha confiado en ellas, más difícil resulta de olvidar y de perdonar.
    Magnífica lección la que hoy nos has brindado. Besos, querida amiga.

    ResponderEliminar
  40. Que suerte la mia encontrar este espacio!

    =) HUMO

    ResponderEliminar
  41. Hola, que tengas un excelente fin de semana, ha sido un placer leer tu blog, es excelente. Te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas un poema mío titulado “Muy tarde como para tomar acción”, es un poema sobre un amor que no pudo hacerse realidad.

    ResponderEliminar
  42. Por tu tierra ando amiga, dorándome bajo la sombrilla y paseando el azul cada día más bonito del mar que cada vez me adormece los sentidos con su ronroneo.
    Una entrada maravillosa de quien ama la vida desde lo más sencillo que de ella recibe, un beso amiga.

    ResponderEliminar
  43. muchas gracias isa por tu huella, abrazo grande y deseo que tengas una excelente semana!!!

    ojo con el sol por allá :)

    ResponderEliminar
  44. 9 veces y media construí esta pintura en un inmenso puzze.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  45. Existen demasiados "amigos" cuando en realidad son "conocencias". Probablemente por no aprender con atención los consejos de Patronio al Conde Lucanor, relatados por el Infante D. Juan Manuel:

    CAPITULO XLVIII.- De lo que aconteció a uno que probaba a sus amigos.

    Conde Lucanor.
    "-Patronio, según mi parecer, yo tengo muchos amigos que me dan a entender que ni por temor de perder los cuerpo ni los que tienen, dejarían de ser lo que me conviniese, os ruego me digáis de que manera podría yo saber si estos amigos mía harían por mí tanto como dicen".

    Un fuerte abrazo, querida Isabel.

    ResponderEliminar
  46. Isabel esta lleno de realidad tu relato la amistad verdadera se puede contad fácilmente porque son escasos.

    Saludos desde Abstracción texto y Reflexión

    ResponderEliminar
  47. Hola Isabel.
    Has conseguido pintar con tus palabras un cuadro de la misma genialidad que el Maestro Renoir.
    Es otra forma de hacer arte, que se agradece.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  48. Qué hilatura más hermosa, no ya ésta en concreto, que habla de amistades que defraudan, sino la hilatura en general, Isabel, tu tradición de recopilar el mundo que otros dicen. ¡Eres una cazadora de fragmentos de vida! Y una afortunada, claro que sí, por las buenas amistades. Quién no tiene amistades que se esfuman, pero quién no tiene amistades imperecederas...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  49. Yo no sé escribir diálogos; soy poco habladora :)

    Éste tú lo has bordado :)

    Y sobre la amistad ¿qué te digo que tú no sepas?... ah, sí, que no necesito tener a mis amigos encima diariamente para saber con quienes puedo contar y ellos de mi, igualmente.

    dos abrazos (no, cuatro) ;)

    ResponderEliminar
  50. Interpreto que es una conversación que la autora, más o menos, presenció. Para mí tiene mérito saber trasladarla al papel. En esto de los amigos ocurre eso (que solo son conocidos). Pero es lo que hay. Es como la lotería, hay que jugar para que te toque. En fin, que esta claro que sabes pescar conversaciones y hacer con ello un relato reflexivo.

    ResponderEliminar