lunes, 23 de abril de 2018

ELOGIO DE LA LECTURA


Aprovecho que estamos en un día especial para la literatura, el Día del Libro, para plantear una serie de cuestiones:

1. ¿De verdad somos conscientes de lo que nos beneficia la lectura?
No concibo un día sin leer. Muchos no pasan un día sin ver la televisión, así que nadie se extrañe por mi preferencia por la lectura.
Si caminar es bueno para nuestra salud general y nos damos cuenta cuando lo hacemos de forma cotidiana y continuada, leer es una actividad que nos va a influir en el cerebro y en el corazón. Las lecturas, como las caminatas, se vuelven adictivas: cuanto más las practicamos, más nos gustan.

2. ¿Alguien puede explicarme por qué existen más mujeres lectoras que hombres lectores?
Está demostrado estadísticamente que así es. Lo mismo que sabemos que las mujeres suelen ir más cargadas de faenas que los hombres, pues no solo es el trabajo, sino también la casa, los hijos, las compras… Y muchas aún encuentran tiempo para la lectura, para la magia de la lectura.
Sentado esto, intuyo que el futuro es femenino: el saber siempre acaba imponiéndose.

3. Si existen más mujeres lectoras que hombres lectores, ¿por qué las mujeres escritoras tienen menos presencia mediática que los hombres escritores?
Es un hecho. Basta con comparar noticias de unas y otros.

4. ¿Por qué las mujeres leen tanto literatura escrita por hombres y mujeres y los hombres solo suelen leer literatura escrita por hombres? ¿Por qué aún puede leerse como algo de segunda categoría eso que algunos han denominado como «literatura femenina» con condescendencia?
Si nosotras leemos literatura escrita por hombres, no creo que a ellos les haga ningún mal leer literatura escrita por mujeres. Al fin y al cabo, las mujeres somos la mitad de la humanidad, y de ambas visiones de la existencia hemos de nutrirnos para ser completos.

5. ¿Por qué tenemos la manía de indagar sobre lo autobiográfico en un texto de literatura?
Al responder a un interesante comentario de la entrada anterior, decía que, para mí, escribir sobre uno mismo es algo que, en principio, debería evitarse en el ámbito de la ficción, lo que no obsta que al hacerlo desde nosotros, no podamos evitar reflejarnos de una forma u otra en nuestros escritos (temas elegidos, valores, posiciones vitales, manías, gustos y un largo etcétera).
Pero, claro, todo tiene sus excepciones. Y yo misma me rebato con literaturas tan interesantes como, por ejemplo, la autobiográfica de Lucia Berlin. Por otra parte, si escribimos sobre nosotros mismos, el mero hecho de la escritura ya nos aleja del texto, pues toda realidad se modifica al ser reflejada por escrito. Somos lo que escribimos, aunque no siempre estamos en lo que escribimos.
Otra llamativa excepción sería el blog. Como instrumento de manifestación personal según mi entender, en él cabe de todo, autobiográfico o no.

Por último, aprovechando el día en el que estamos, os dejo un enlace donde podréis encontrar ocho de mis nueve libros, tanto en versiones impresas como electrónicas. ¿Por qué no voy a celebrar como autora mi propio Día del Libro promocionado mi obra?

20 comentarios:

  1. Feliz día del libro, querida Isabel. Muy buenas preguntas y respuestas.

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  2. En mi opinión, flaco favor le hacemos a la literatura cuando, en el afán de compartimentarla, recurrimos a etiquetas tan superadas y absurdas como «literatura varonil» y «literatura femenina».

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    1. Gracias, Manuel, y feliz Día del Libro para ti también.

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    2. Rosa, yo no compartimento ni etiqueto. Precisamente en esta entrada me opongo a eso que muchos tildan con suficiencia condescendiente como «literatura femenina».
      Para mí la literatura no tiene género. Un libro me gusta si lo considero bueno, esté escrito por quien esté escrito.
      Un saludo.

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    3. Estoy de acuerdo con sus últimas palabras, Isabel. No obstante, y sin ánimo alguno de polemizar, es usted quien, en el punto nº 4 de su escrito, ha establecido una diferencia entre literatura masculina y femenina.
      Un saludo y enhorabuena por esos nueve libros.

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    4. Como tampoco era mi intención polemizar al respecto ni establecer categorías literarias (solo ironizaba), y los términos «femenino» y «masculino» suelen dar lugar a muchos equívocos, he cambiado la redacción del punto 4º. Sin el uso de los términos «femenino/a» y «masculino/a», creo que queda patente y claro lo que deseaba indicar.
      Gracias por su intervención, Rosa, pues tampoco a mí me gusta que se ponga en mi boca algo en lo que no creo. La literatura es una, al margen de que esté escrita por hombres o mujeres.
      Un saludo afectuoso.

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  3. Ay, tocaya, queda todavía tanto camino por recorrer, pero estoy segura de que llegaremos, es más, creo que a pesar de que se sigue opinando con clichés antiguos, seguimos recorriendo un camino que muchos envidian.
    Tienes motivos para sentirte orgullosa del recorrido que supone tu escritura. Yo lo celebro contigo. Abrazos.

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    1. Sí, muchos estereotipos obsoletos quedan aún, Isabel, tantos que a veces una se cansa de luchar y le dan ganas de volverse a los cuarteles de invierno. Pero, al final, vence el empuje: no queda más remedio que seguir adelante.
      Gracias por tus animosas palabras.
      Un abrazo.

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  4. El caminar estimula los músculos, la circulación; la lectura estimula las neuronas, nos abre puertas a otros modos de pensar y también actúa sobre las emociones: nos conmueve, nos alegra.
    Las mujeres, somos más soñadoras, nos gustan las buenas historias y, tal vez, es algo que nos ha quedado de generaciones pasadas, cuando las mujeres tenían pocas actividades fuera de la casa y qué mejor refugio que un libro para conocer el mundo.
    Sigue habiendo desigualdad, querida Isabel, también podemos comprobarlo en otras áreas.
    Feliz día, con un fuerte abrazo.

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    1. Anoche estuve en un encuentro con el magnífico escritor español José Mª Merino y dijo lo mismo que tú has apuntado, Mirella: que las mujeres hemos sido siempre las grandes narradoras orales, las transmisoras de la ficción, ficción que implica la memoria del corazón de nuestra especie. ¿Por qué no se nos puede reconocer como narradoras por escrito con idéntico nivel al de los hombres?
      Es cierto también que la desigualdad se da en todos los ámbitos de la vida. Nos queda aún mucho por recorrer.
      Un abrazo.

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  5. Cuanta razón hay en tus palabras Isabel y cuantas preguntas sin respuesta. La literatura no tiene género, es literatura y así se debe seguir reivindicando frente a aquellos que se empeñan en etiquetar lo que no tiene etiquetas, aún queda mucho por andar.

    A mi también me sorprende esa necesidad que parecen tener algunos, de ver autobiográfico un texto que es ficción y en el que el autor puede o no poner características, reflexiones y/o pensamientos que le sean propios. No escribo nunca sobre temas personales ni autobiográficos ni mis protagonistas tienen por qué parecerse a mi y en cambio en muchas ocasiones me lo han preguntado, aunque ahora cada vez menos.
    Un abrazo

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    1. Así es: la literatura no tiene género.
      En cuanto al aspecto autobiográfico, suele ser una pregunta muy común. A la gente le gusta saber si es algo que te ha pasado, has vivido, has pensado… ¿Qué más dará? Lo importante es que lo escrito lo hagan suyo, les emocione. En cualquier caso, como apuntaba por otro comentario, es difícil decir «de este agua no beberé», ya que lo autobiográfico también ha dado grandes obras. Lo esencial es que lo escrito alcance a otros, se universalice.
      Un abrazo, Conxita.

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  6. Tienes toda la razón, Isabel. Lo único que debería primar en la literatura es su contenido, independientemente del nombre que figure en la portada de un libro. Para llegar a aquí muchas mujeres, anteriores a nosotras, se hicieron leer utilizando seudónimos masculinos. Ahora hemos superado esa etapa y las autoras, por fin, se muestran abiertamente para bien o para mal. El paso siguiente es que ocupen su lugar en los libros de texto en la misma medida que los autores, será la manera de que los y las estudiantes tengan referentes de ambos sexos en las aulas. Queda mucho camino por andar, pero caminamos con paso firme. Besos, Isabel.

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    1. A ver si lo conseguimos, Belén. Hoy por hoy, aún se nos ira con condescendencia y es difícil que se nos sitúe al mismo nivel de los hombres. Basta con preguntar a cualquier escritora. Aunque esto también ocurre en todas las actividades en las que interviene la mujer.
      Besos para ti también.

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  7. ¡Feliz Día del Libro!
    Te felicito doblemente por tu nuevo libro que tengo en mis manos y te agradezco enormemente el que me lo hayas enviado.¡Gracias!
    Desde siempre las mujeres somos las grandes olvidadas. Bien es verdad que algo hemos avanzado, pero queda tanto camino por andar...
    Muchos besos querida, Isabel. Siempre es un placer visitarte.

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    1. Gracias a ti por tus palabras, Maripaz.
      Aquí seguimos, amiga, queriendo caminar deprisa sin que nos lo permitan. Ser mujer es estar anhelando continuamente.
      Muchos besos para ti también.

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