jueves, 30 de septiembre de 2010

DIGESTIÓN QUEVEDESCA

Don Francisco de Quevedo y Villegas

Aún digiero las noticias de la huelga general de ayer, veintinueve de septiembre. En medio de esta pesadez indolente de datos y de cifras, al compás de dislates de Gobierno y Sindicatos, me asiste Don Francisco cual sal de frutas.
Por si les sirve, como a mí, ahí va este soneto del genio conceptista:




SIGNIFICA LA INTERESANTE CORRESPONDENCIA DE LA VIDA HUMANA



El ciego lleva a cuestas al tullido:

dígola maña, y caridad la niego;
pues en ojos los pies le paga al ciego
el cojo, sólo para sí impedido.

El mundo en estos dos está entendido,
si a discurrir en sus astucias llego:
pues yo te asisto a ti por tu talego;
tú, en lo que sé, cobrar de mí has querido.

Si tú me das los pies, te doy los ojos:
todo este mundo es trueco interesado,
y despojos se cambian por despojos.



Ciegos, con todos hablo escarmentado:

pues unos somos ciegos y otros cojos,

ande el pie con el ojo remendado.

106 comentarios:

  1. Isabel, te has olvidado de los empresarios, de la banca, de los especuladores... Ya sabes: "Poderoso caballero es don dinero" y "Con dados se hacen condados"
    Además, no creo que en esta historia sean todos iguales.

    Pero en fin, Quevedo y su ingenio enterrará a unos y otros.
    ¡Salud!

    ResponderEliminar
  2. Isabel después de tanto leer sobre la huelga ,ya estaba muy empachada ,pero el soneto parce que aligera la digestión rápidamente.
    gracias por ademas provocarme una sonrisa como poste.
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Mariano, incluye a los que quieras, que Quevedo incluye a todos. Bien sé que no todos son iguales, pero ante "poderoso caballero" muchos se asemejan.
    Salud.

    ResponderEliminar
  4. ¿A que sí, Anusky? Este soneto ayuda, además de accionar los mecanismos de la risa, que siempre deben engrasarse, aún en las peores circunstancias.
    Un besazo.

    ResponderEliminar
  5. La genialidad de Quevedo queda, a veces, escondida en una cierta decepción por las muchas injusticias de que fue víctima.

    ResponderEliminar
  6. María Jesús, yo creo que tú siempre ves esa genialidad, me consta.
    Tan estoico él, tan injustamente tratado en tantas ocasiones...
    Siempre que lo leo, me vuelve a hechizar como el primer día y hoy ha acabado con mi empacho.
    Bicos siempre.

    ResponderEliminar
  7. Impresionante. Lo que se puede inferir es que, de ninguna manera los tiempos pasados fueron mejores. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Curiyú, está visto que, desde que el hombre es hombre, siempre cae en lo mismo.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  9. Buena sal de frutas has elegido!!

    "...todo este mundo es trueco interesado,
    y despojos se cambian por despojos."
    ¿Habrá servido la huelga para algo? yo creo que ha habido un empate técnico, 0-0 ;)

    Besos

    ResponderEliminar
  10. Hola, Mercedes. Como sal de fruta me ha servido este magnífico soneto de Don Francisco.
    Estoy de acuerdo: ellos empate técnico y los españoles de a pie estamos donde estábamos y seguimos en las mismas.
    Un besazo, poeta.

    ResponderEliminar
  11. Quizá ayer no dejamos de ser tullidos ni ciegos, no sólo los sindicatos y el gobierno.
    Muchos fueron, ayer, esclavos del poderoso caballero. Yo fuí a huelga y manifestación. No pertenezco a ningún partido ni sindicato, pero no quise arrepentirme, cuando llegue el momento, de no haber hecho algo.
    Un abrazo.
    Quevedo era rebelde y digno frente al poder.

    ResponderEliminar
  12. Es que ya Quevedo tenía que lidiar con políticos y reyes ineptos y tampoco había sindicatos que lo protegieran.¿Ha cambiado algo?.Pues no.

    ResponderEliminar
  13. Se me olvidaba:un beso para los convalecientes.Muaccccccccc.

    ResponderEliminar
  14. Un cerebro lúcido sombreado por el humor y oscurecido por una época que le quedaba muy pequeña.
    Un fuerte abrazo, querida Isabel

    ResponderEliminar
  15. Buenas noches Isabel, aunque soy tu seguidora desde hace tiempo, vengo del blog de Mari Carmen a saludarte, pues te ha regalado hoy su entrada, me alegro mucho, te lo mereces.
    Un abrazo fuerte amiga, desde mi librillo.

    ResponderEliminar
  16. Los sonetos de Quevedo tan certeros y tan actuales.
    Bicos

    ResponderEliminar
  17. Claro que sí, Isabel.
    Sucede que seguimos digeriendo todo, sin saberr (pese a los síntomas).
    Kisses!

    ResponderEliminar
  18. Qué agudeza la de este genio, y que valentía e inteligencia derrochaba para denunciar las miserias humanas. Leyéndolo me he dado cuenta, otra vez, de que pasan los siglos y seguimos igual: unos ciegos y otros cojos, y todos nos acercamos al que nos ofrece lo que no tenemos.
    De la huelga, ni palabra, tengo un hartazgo...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Mateo, apoyé esta huelga desde un principio, aun a pesar de que no me gustaron las antelaciones en su convocatoria: tres meses, como si de boda o comunión se tratara. Cuando se está indignado, no se aguanta tanto tiempo.
    Quise que sirviera para algo y, ahora, me sacudo las tontas ilusiones. País éste nuestro...
    Menos mal que nos queda Quevedo, ¿no te parece?
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  20. Ainvara, me río con tu comentario. "No había sindicatos. ¿Ha cambiado algo?. Pues no". Y tienes toda la razón, que los sindicatos viven del Gobierno y los que pían y dan la caea... Me callo, que no me gusta hablar de política, aunque, como ciudadana, estoy sin ilusión ninguna. Tendremos que idear algo los de a pie.
    Gracias por tus buenos deseos. Los convalecientes evolucionan favorablemente. Nos ha llegado el beso.
    Otro grande para ti.

    ResponderEliminar
  21. Virgi querida, era un hombre muy culto y muy resignado Don Francisco. Bebió de las fuentes estoicas.
    Estoy de acuerdo contigo: su época se le quedaba muy pequeña.
    Un besazo.

    ResponderEliminar
  22. Rosario, qué alegría verte de nuevo en este cobijo. Ya habrás observado que me ha emocionado la común amiga Cabopá. No sé si has visto la rosica que le he regalado en agradecimiento: está en la columna lateral; un detalle, porque me faltaban las palabras.
    Tengo que pasarme por tu librillo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  23. Es impresionante lo actualísimos que son, ¿verdad, Dilaida?
    Bicos.

    ResponderEliminar
  24. Ana, lo prometido es deuda. Mencioné a Quevedo en tu última entrada, me animaste con él y aquí está.
    Sigamos con la digestión y ojalá los síntomas de cambio se transformen en hermosas plantas que acaben con la maleza.
    Besos y más besos.

    ResponderEliminar
  25. Mercedes, entiendo tu hartazgo, como el de tantos españoles, que aburriditos y desesperanzados estamos.
    Menos mal que el genio pervive siempre para denunciar lo que nos deshonra. Un lujo el señor Quevedo.
    Besazos.

    ResponderEliminar
  26. Bien escogido este poema satírico.

    Grande Quevedo.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  27. Grande, grande, grande Quevedo y como dicen por el palabrario "que bien traído". La entrada me ha recordado otros versos, los que él le dedicó a Góngora cuando le quitó la casa y luego, además, fue contando que se había arruinado porque la casa olía fatal y:

    "Para perfumarla y desengongorarla d
    de vapores tan crassos
    quemé como pastillas garcilasos
    pues era con tu vaho el aposento
    sombra del sol y tósigo del viento"

    Les vendrían fenomenal también a todos estos bueyes que tenemos para arar...bueno, que nos tienen para que les aremos lo suyo.

    Me encantó la entrada, Isabel. Muchas Gracias. Un beso

    ResponderEliminar
  28. Que acertada estás siempre Isabel, y que grande Quevedo, genio que podía adaptar sus poemas a cualquier época...
    besos

    ResponderEliminar
  29. Mi querida Dama Isabel, ante este desconcierto y descontento entre el pueblo llano que se atrevieron a ocupar el espacio público, vino a demostrar que los plebeyos son tullidos y ciegos a ojos de los caballeros políticos.

    Ciertos poemas no envejecen, y pueden salir a nuestro encuentro para cantarnos con versos la realidad de todos los tiempos.

    Un abrazo dulce dama :)

    ResponderEliminar
  30. Cuanta sabiduria tiene este insigne señor...y cuán acertados están sus poemas en cualquier epóca.

    Has estado brillante Isabel...

    ResponderEliminar
  31. No es que Aquevedo se adelante a su tiempo, es que las cosas no han cambiado mucho desde entonces.

    ResponderEliminar
  32. Pues que decir mi querida Isabel... sólo se me viene a la cabeza el refrán de "Ande yo caliente y ríase la gente". Con huelga y sin ella seguimos igual. Desde luego que los versos de Quevedo vienen como anillo al dedo. Hacía tiempo que no leía algo de él. Y mira por donde nos los has traído en un momento en que, tal vez, nos valga para poner la mente en otro lado. En la creatividad por ejemplo. Gracias y te envío un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  33. ¿Que es lo que pasó el 29 S? Yo estuve trabajando y no me enteré de nada. ¡Ah sí! ¿Fue aquello de la Pantoja?

    Bueno, pues referente al soneto del madrileño don Francisco (el la Orden de Santiago) ¿que quieres que te diga? Pues que formó un terceto con el Monstruo y con el Manco que se lo pasaron pipa y sus coetáneos mucho mejor.
    A mi de pequeño me acomplejó un poco don Paco pues con aquel soneto de:

    "Erase un hombre a una nariz pegado
    erase una nariz superlativa
    Una nariz sayón y esquiva..."

    andaba yo por entonces en la creencia, real, de que lo decía por mí que gastaba una buena napia.

    Un abrazo y cuidate

    ResponderEliminar
  34. Y nosotros desde aquí, prefieriendo informarnos por ustedes que por las cadenas internacionales.
    Que todo se tranquilice, queridos amigos.

    Un abrazo desde la Argentina.

    ResponderEliminar
  35. Desde luego que has sido aguda al sacar este soneto de Quevedo, pues viene al pelo en estos tiempos que vivimos, la pena es que ya no hay ningun <Quevedo que cantara las cuarenta en bastos.
    Respecto de la huelga le voy a comentar algo. Yo que hasta hace poco fuí liberado sindical, quede hasta el gorro de los afiliados, que cuando había que dar la cara, te dejaban mas tirao que una colilla. Este es el pais que tenemos. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  36. ¡¡Menuda digestión te has marcado!!
    ¿Qué tal con una copita de orujo..? Es lo mejor para las malas digestiones...
    Besicos.

    ResponderEliminar
  37. Isabel....
    Origial forma de expresar el verdadero trasiego entre politico y oposicion, sindicato y trabajador...
    ¡¡ufff!! que cansino
    incluido el tullido a cuestas...

    ResponderEliminar
  38. A veces pienso, Isabel, que Quevedo fue un visionario y escribió para la eternidad, pero en el fondo creo que lo que es eterno es la condición humana...
    Ayer, hoy y mañana, el ser humano sigue en sus trece, pactos y arreglos, chalaneos y tráfico... tú me das, yo te doy... Tú seguirás siendo ciego y yo no saldré de cojo, pues nos hemso acomodado...
    Un abrazo y espero que todo vaya bien...

    ResponderEliminar
  39. que entega veo en tus palabras!°


    Saludos!°

    ResponderEliminar
  40. Solo me lleva a pensar que en el fondo...fondo, no hems cambiado nada...y si no dime ¿no son completamente vigentes estos versos?


    abrazos

    ResponderEliminar
  41. Maravilloso, amiga Isabel.

    Lo cual demuestra lo poco que cambia el ser humano a lo largo del tiempo...

    Y si: Quevedo es un balsamo. Para el alma.

    Besos....!

    ResponderEliminar
  42. Je, je. Buen soneto para momentos algo delicados. Así es, o ciegos o cojos. Yo me conformo con que consigamos ser tuertos.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  43. Thornton, grande siempre Don Francisco, coincidimos.
    Y sí, de sus poemas satíricos y burlescos.
    Besos, Presi.

    ResponderEliminar
  44. Almalaire, cómo me he reído con los versos del genio que transcribes... Ya sabes los famosas que eran sus trifulcas: "Untaréte los versos con tocino, para que no me los leas, Gongorilla...". Pero qué manía le tenía a Don Luis.
    Ojalá los ciegos y los cojos actuales que dicen regirnos se aplicaran los versos de la entrada, que nosotros ya los hemos pilado, jajaja.
    Besicos.

    ResponderEliminar
  45. Suso, la fecundidad poética de Quevedo fue espectacular. Casi tiene una poesía para cada situación de la vida. ¡Qué hombre! ¡Qué genio el suyo!
    Besos.

    ResponderEliminar
  46. Encarni, así es, cuántos versos antiguos valen hoy para este "desconcierto y descontento" (qué bien los has calificado.
    Y como entre damas anda el juego, reciba, estimada dama Encarni un beso en la mano.

    ResponderEliminar
  47. Maripaz, si no fuera por los clásicos... Ellos nos enseñan a escribir y a mirar con la lente adecuada.
    Un besazo.

    ResponderEliminar
  48. Tocaya Isabel, absolutamente de acuerdo: desde que el mundo es mundo, así estamos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  49. Ay, Tanci, que los huesos de Quevedo se remueven con el refrán de Góngora que has traído. Si levantara la cabeza Don Francisco... Ah, qué dúo, siempre unidos en la enemistad en la historia de la literatura...
    Con la que nos cae -como indicas-, es más consolador zambullirse en la creatividad, qué duda cabe y, a ser posible y desde ella, denunciar la fea realidad que nos azota y nos descorazona.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  50. Man, me has hecho carcajearme. No veas cómo te lo agradezco. Tu comentario, lleno de sentido del humor, no tiene desperdicio.
    ¿Sabes? A mi hermano (siete años mayor que yo), tremedísimo lector de Quevedo, le dio durante mi infancia por ir recitando la poesía nariguda y yo, sin entender demasiado lo que decía por mis cortos años, me quedaba maravillada de que se pudieran decir tales cosas de una nariz.
    Y anda que cuando la coge con los calvos, ni te cuento. Al mío, de vez en cuando le leo un soneto sobre calvorotas del insigne Don Francisco.
    Ah, y doy fe que no tienes una "nariz sayón y escriba". A mí no me llamó la atención tu nariz, así que eres un exagerado.
    Un besazo, amigo.

    ResponderEliminar
  51. Eme, si tenemos el país tranquilo, demasiado tranquilo para la que nos está cayendo. Con todos los recortes sociales de un gobierno que se autotilda de izquierdas, que es regresivo y, sobre todo, inepto, no me explico cómo aguantamos tanto. Huelga para nada, para más de lo mismo, para ver al gobierno darse palmaditas con los sindicatos mientras los de a pie cada día están más empobrecidos, cuando no parados y sin blanca. Tremenda nuestra regresión, querida Eme, tremenda.
    Un beso que vuele hasta Argentina.

    ResponderEliminar
  52. Curro, ni aunque Quevedo resucitara se darían por aludidos los capitostes, que se pasan por el forro la opinión de la inmensa mayoría. Anda que no he leído razones de peso de intelectuales y gentes afines..., pero como si lloviera y no fuera con ellos. Malo, muy malo es que los gobernantes no escuchen a su pueblo, aunque en el pecado llevan la penitencia.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  53. Pues, mira, Cabopá, aunque no soy de licores fuertes (me chispan corriendo), no estaría mal esa copita de orujo, y si es de café, mejor que mejor. Por la hora temprana, no la tomo, pero apunto la sugerencia para después del telediario y ¿quién sabe?
    Besicos, guapa.

    ResponderEliminar
  54. Anna, mientras la literatura nos dé respuestas, para qué amargarnos con palabras de políticos.
    Un besazo.

    ResponderEliminar
  55. Cuánta razón llevas, querido Antonio, en eso de que la condición humana no cambia y, para colmo, el nuestro siempre ha sido un país de pillos. Hay que ver los que tenemos hoy cebados en las altas instancias.
    Poco a poco, todo va volviendo a su lugar en el aspecto personal. Gracias por tu interés y deseo que tú también te recuperes pronto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  56. Tinta Negra, si estuvieras en España, entenderías. Espero que en Perú os vayan mejor las cosas.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  57. Adelfa, ya ves, absolutamente vigentes, y los escribió Quevedo en el siglo XVII. Porca miseria...
    Un beso.

    ResponderEliminar
  58. Sirve. ¡Y tanto que sirve!
    Grandiosos Quevedo y tú.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  59. Estimado amigo Cornelivs, tú que gustas de los clásicos, no me extraña que Quevedo te sirva como bálsamo. A mí, también.
    Como bien sabes por tu amplio elenco de lecturas de la Roma clásica, son muchos los textos aplicables hoy día, y es que el ser humano avanza en progreso, pero su textura íntima parece que se resistiera, como si las pasiones siempre tuvieran que enredarlo, y la pasión de poder es una de las más fuertes y absorbentes.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  60. José Antonio, riamos por no llorar y porque la risa siempre es más revolucionaria que el llanto, mejor motor para los cambios.
    Eso digo, si al menos fuéramos tuertos, jajaja.
    Un beso grande.

    ResponderEliminar
  61. Jose querido, me alegro que te sirva este soneto, no como pañuelo para las lágrimas, sino como trampolín para las risas.
    Gracias, exagerado, y un besazo kilométrico.

    ResponderEliminar
  62. El- me refiero a Quevedo- no era ni cojo, ni ciego; creo que hay mucha gente lúcida y coherente que no necesita ver por los ojos de los demás ni ser llevado a lomos de nadie, personas que-como el escritor-actúan con autonomía e inteligencia.
    Tu nos invitas a reflexionar a través de su soneto y a sonreír con sus palabras.

    Besos

    ResponderEliminar
  63. Isabel, es mejor recurrir a los clásicos en éstos casos. Ya sabemos que un clásico lo es porque no deja nunca de ser contemporáneo.Siempre llego a tu rincón para no usar tranquimazines por kilos.
    La ideología es una falacia desde los años 80 en los que los socialista abrazaron las leyes del mercado. No olvides que Dominique Strauss-Kann director del FMI es socialista.
    Y sí te diré que nos envían mensajes que compramos con dinero para pagarles a los que más tienen.
    Nos dicen "los mercados" y esos que distinguen entre"valor de mercado" y valor de uso" son los que mantienen y pagan a los políticos.
    Hay una especie de socialismo que mantiene al capitalismo. Eso es vender ideología la de la "no se puede hacer otra cosa".Todo es capital, todo es derecha.
    Absolutismos capitalistas, no ilustrados...besos Isabel.

    ResponderEliminar
  64. Ciao bella!

    Entre la huelga de España, el sitio de Ecuador y los secuestros seguidos de muerte aquí ya estoy podrida de mirar noticias.

    Me tengo que dedicar a crear, que eso me reconforta. Hoy me voy al Museo Sívori. Entre arte se está tanto mejor..

    Bacione

    ResponderEliminar
  65. Laura, muchos existen autónomos entre los que somos normales; no tantos en las altas esferas, que favor con favor se paga y hoy por ti y mañana por mí. Las ideas se arrodillan ante estas viles dependencias.
    Un beso y me alegro de haberte hecho sonreír.

    ResponderEliminar
  66. Marcela, si Quevedo y yo te hemos quitado unos kilos de tranquilizantes, bien parida esta entrada y su misión cumple.
    Me gusta, me gusta mucho tu argumentación en esta época de crisis de las ideologías, porque bien cierto es que el mercado es el que manda, el mercado compra y fija las consignas, el mercado... Uf, qué asco. Como bien dices, capitalismo puro y duro y, por supuesto, no ilustrado, incluso uso del "ordeno y mando".
    Protejámonos como mejor podamos de estos tiempos de barbarie, Marcela.
    Besos y más besos.

    ResponderEliminar
  67. Quevedo supo reflejar en este soneto, que, unos a otros, nos necesitamos.

    Seamos realistas, "Poderoso Caballero don Dinero".

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  68. Nina, tú si que sabes y optas por lo conveniente. Si mañana me dejan mis puntos rebeldes, me pienso largar de librerías, cañas, tapas y solecito, que estoy que me subo por las paredes.
    Besazos, querida amiga.

    ResponderEliminar
  69. Kety, por desgracia esa es la realidad de la vida.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  70. Hola Don Francisco es un compañero de viaje inmejorable..sus palabras siguen vigentes a día de hoy.
    Gracias Isabel por tus bellas palbras en mi blogg, sólo son un reflejo de tu generosidad, muy agradecido, pasa buena noche, gracias, besos.

    ResponderEliminar
  71. Magnífica decisión la tuya, querida Isabel, de traernos a Quevedo para más fácil digerir todo lo relativo a la huelga. ¿Habrá vida fuera de la ya famosísima "reforma laboral".
    Como siempre, un placer venir por aquí
    Besos y buen fin de semana

    ResponderEliminar
  72. Genial, Isabel. Muy bien traído ese soneto en este momento en el que ciego y cojo se necesitan mutuamente y, sin embargo, se desprecian. Debería de terciar Góngora y decir aquello de "ande yo caliente...", porque ni los unos ni los otros han de darnos solución a nuestra cuitas.

    ResponderEliminar
  73. ¡Pero qué vedo!
    ¡Un soneto de Quevedo!
    Sí! Por acá también lo necesitamos!!!!
    ¿Me lo puedo llevar a casa?
    Por que ¿en qué parte del mundo no hay indigestión?
    Gracias, Isabel, por la reflexión y la sonrisa.
    Besos espejianos.

    ResponderEliminar
  74. Don Vito, Don Francisco, como Don Antonio, son buenos compañeros de viaje, inmejorables.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  75. Carmen, no sé si habrá vida. De lo que sí estoy segura es que, de haberla, será gris y regresiva, humillante en suma. Y será dispensada por un gobierno que se considera de izquierdas, ¡qué disparate!
    Que tengas tú también un buen fin de semana.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  76. Rodeados de ciegos y cojos estamos, Arobos. Creo que ni Góngora pondrá fin a tantos disparates.
    Tiempos, amigo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  77. Alenka querida, por supuesto que te puedes llevar el soneto para tu casita espejiana. Como apuntas, en todos lo lugares se nos hacen indigestos ciertos tipos y es un buen remedio este soneto contra el mal humor y la pesadez de estómago.
    Besazos mil.

    ResponderEliminar
  78. Siento ser la voz disidente. No soporto a don Francisco cuando se pone chungo. Sólo encuentro su alma en el amor y en la inteligencia filosófica. Y además, que dio escuela a gente muy mezquina.
    Yo, en la huelga, y en la manifestación, y pensando que no tiene una gran utilidad ni resultado, pero que no podemos quedarnos en la torre de... ¿de marfil?... de lo que sea, esperando que nos machaquen desde el FMI y demás gentuza. No, mi pesimismo no me permite ser pesimista.

    ResponderEliminar
  79. Siempre nos quedará Quevedo.

    (Me hiciste gracia al 'usarlo' como sal de frutas)

    Saludos

    ResponderEliminar
  80. El tandem empresario-trabajador quizá deba desprenderse en sus análisis de una excesiva retórica. Tanto de uno y otro lado existe una gran gradación y colorido. Además hemos comprobado que actores alejados del fragor de la batalla tienen, no solo una influencia importante, sino que en buena medida gestionan y provocan conflictos en su beneficio. Pero ¿qué hacer cuando, tras la globalización, estos monstruos devoradores de dignidad quedan fuera del alcance de las urnas y manifestaciones?
    Es cierto que tras la crisis, muchas personas han quedado sin trabajo. También es cierto que una buena parte del tejido empresarial de pequeños y medianos empresarios han visto arruinarse sus empresas y medios de vida.
    El capitalismo se ha refundado en la globalización, puede que necesitemos también una globalización de nuestras aspiraciones y de nuestra solidaridad.

    ResponderEliminar
  81. prefiero, como no, al señor Paco, antes que las noticias de huelgas y politicos
    un saludo tocandome el sombrero con dos dedos y sujetando la espada con la otra mano

    ResponderEliminar
  82. Isabel, Isabel, qué sorpresa la rosa de la amistad. Qué sorpresa inesperada. Te mando un enorme abrazo porque mi mail de urgencia del otro día sé que hizo su efecto: adelante siempre porque en un año y medio lloverá calmo y bien.

    Quevedo me gusta mucho, ¿a quién no? Era malo como un dolor de muelas, indecente a veces, rabioso y violento, ordinario, rencoroso. Pero caray, qué poeta inmenso. Como persona me hubiera caído muy mal. O no. Porque siempre pienso que el verdadero Quevedo, el genuino, el temeroso, el frágil, se escondía en versos arrebatados que disfrazaba de insolencia para poder pasar por este mundo tan agresivo. Mi gran duda es si acabó creyéndose su papel.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  83. Gracias por llegar a convivencia, será una jornada muy especial que entre todos haremos que se llame Convivencia.

    Un abrazo agradecido.

    ResponderEliminar
  84. Hola Isabel,breve visita para agradecerte tu amabilidad en tus coemntarios, pasa buen sábado, gracias, besos.

    ResponderEliminar
  85. Qué bien traído Quevedo a este momento, Isabel. ¿Sabes que estos días yo también pensaba en él? En su ironía, en su metafísica, en su aguante.

    Un beso

    ResponderEliminar
  86. Tienes todo el derecho a ser disidente, Clares. Es más, me encanta la disidencia dialogante, como ésta tuya. Entiendo que no te guste el Quevedo burlesco y satírico; a mí, me divierte mucho y me pone de buen humor siempre. Reconozco contigo que su alma estoica y culta da sus frutos más hermosos en otros pastos, pero era hombre inquieto que por todos corría y se alimentaba. Otra cosa bien distinta es la cultivación de lo soez al amparo de la genialidad del sufriente Don Francisco; eso lo saben hacer muy pocos con esmero.
    Me apunto a tu frase: "Mi pesimismo no me permite ser pesimista" y estoy contigo, de hecho la prueba es esta entrada de corte actual, poco habitual en este cobijo, porque también detesto encerrarme en una torre de marfil, y más aún con la que está cayendo.
    Besos pacificadores.

    ResponderEliminar
  87. Luna Negra, es que si no bromeo, no me luce, sobre todo cuando ando preocupada.
    Un saludo afectuoso.

    ResponderEliminar
  88. Quevedo... ¿Será que nada cambia? Sería terrible.

    Besos

    ResponderEliminar
  89. Camino, qué magnífico comentario, cómo desbrozas, amigo.
    No puedo estar más de acuerdo contigo. En el siglo XXI, ya no se puede hablar de proletarios y empresarios como se hacía en el siglo XIX. La realidad es más compleja y menos enfrentada en los distintos estratos sociales. Poco difieren en nuestros días los trabajadores de pequeños empresarios, autónomos que quedan al albur, como los trabajadores, de vaivenes económicos ajenos a ellos.
    Es cierto que hoy se marcha al ritmo de la globalización del planeta y las políticas nacionales de los países desarrollados vienen prescritas desde arriba. Es cierto que impera el capitalismo puro y duro, caiga quien caiga.
    Pero me uno a tu excelente y esperanzadora respuesta: "puede que necesitemos también una globalización de nuestras aspiraciones y de nuestra solidaridad", mas no sólo en el "puede que necesitemos"; la extiendo a "necesitamos también una globalización de nuestras aspiraciones y de nuestra solidaridad".
    Qué cabecica tienes, alma mía. Me dejas admirada.
    Un besazo.

    ResponderEliminar
  90. Alfonso, el señor Paco te ha vestido de época y en él te refugias, como yo, y saludas. Bien servidos vamos, amigo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  91. Estoy contigo, Ramón, con muy malas pulgas en ocasiones, pero qué poeta insigne. Yo creo que, en su alma, era un ser indefenso y frágil, muy sensible, muy estoico él, de una gran inteligencia que sentía humillada.
    En todo caso, de haberlo conocido, bien hubiera procurado caerle en gracia, porque ¡ojo ser diana de su mordacidad!

    Anda, anda, que la rosa es más que merecida, y puedes llevártela si quieres, que este cobijo es libre y tú también. Ya sabes que, de vez en cuando, me entran ventoleras de este tipo.
    Y acabo con besos y cantando aquéllo de "Tiene que llover, tiene que llover, tiene que llover, tiene que llover a cántaros".

    ResponderEliminar
  92. Senovilla, agradecida te estoy yo a ti y a Ángel.
    Efectivamente, creo que va a resultar una jornada mágica.
    Ya he colocado los avisos al principio del blog, para difundir esta idea estupenda y libre.
    Un fuerte abrazo y enhorabuena por la iniciativa.

    ResponderEliminar
  93. Don Vito, gracias por tu presencia y espero que tengas un buen fin de semana.
    Besos machadianos.

    ResponderEliminar
  94. Ataúlfa, que nos inspire ese aguante de Quevedo, esa dignidad que quisieron humillar y no consiguieron nunca. Pudieron encarcelarlo, injuriarlo, pero jamás le vencieron en el pensamiento.
    Abrazos grandes, grandes, gigantes.

    ResponderEliminar
  95. Athena, desde que el hombre pisa la faz de la tierra, las pasiones son las mismas. Vayámonos a los clásicos griegos, sobre todo al teatro griego, a los clásicos romanos, sigamos el recorrido hacia delante... y comprenderemos.
    Como decía Tomás Hobbes: "El hombre es un lobo para el hombre".
    Un beso.

    ResponderEliminar
  96. Van llegando muchos a Convivencia, los que dejan el comentario será a los que pueda seguir y comentarles los artículos que publiquen, habrá muchos más que participan y no dejaron el comentario, el blog de Ángel se llegarán a 400, pero no voy a poder seguirlos ni dejarles un comentario, sería un CAOS para mi.

    Gracias por ese boca a boca para con tus lectores, es lo mejor que puede recibir esta iniciativa, un honor recibir a los que se animen para que Convivencia sea realmente especial.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  97. Y más que llegaran, Senovilla. Si el año pasado alcanzásteis los casi 160, hazte a la idea de que este año os metéis en los 400-500, ya verás. Me alegro de veras y entiendo tu agobio. Es imposible que tú y Ángel, los dos solicos, lleguéis a tantos. En lo que pueda, os ayudaré.
    Un beso y ánimos, valiente.

    ResponderEliminar
  98. El casino siempre gana, en política, todos ganan.
    Los cansinos políticos (sindicatos incluidos) nos han mareado con la perdiz de la huelga. Algunos, leyeron a don Francisco Gómez de Quevedo, otros, cuatrocientos años después, ni lo leyeron ni leerán al noble madrileño de nuestro siglo de oro, pero bien saben lo que se valora el oro o el euro.
    (No hay problema en que borres el romance o poema de don Quevedo por su extensión y sabido)

    Madre, yo al oro me humillo,
    Él es mi amante y mi amado,
    Pues de puro enamorado
    Anda continuo amarillo.
    Que pues doblón o sencillo
    Hace todo cuanto quiero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.
    Nace en las Indias honrado,
    Donde el mundo le acompaña;
    Viene a morir en España,
    Y es en Génova enterrado.
    Y pues quien le trae al lado
    Es hermoso, aunque sea fiero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.
    Son sus padres principales,
    Y es de nobles descendiente,
    Porque en las venas de Oriente
    Todas las sangres son Reales.
    Y pues es quien hace iguales
    Al rico y al pordiosero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.
    ¿A quién no le maravilla
    Ver en su gloria, sin tasa,
    Que es lo más ruin de su casa
    Doña Blanca de Castilla?
    Mas pues que su fuerza humilla
    Al cobarde y al guerrero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.
    Es tanta su majestad,
    Aunque son sus duelos hartos,
    Que aun con estar hecho cuartos
    No pierde su calidad.
    Pero pues da autoridad
    Al gañán y al jornalero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.

    ResponderEliminar
  99. Tan lejos tu mundo y el mío y sin embargo se tocan nuestras vidas en una pantalla. Me ha emocionado tu blog, maravilloso, sinceramente, no estoy queriendo adularte: Te encontré en lo de Cornelivs, un gran puente. Un abrazo

    ResponderEliminar
  100. Hay que gritar en favor de los más desfavorecidos. Hacer ver que no nos dormimos, que tenemos ojos para ver toda injustícia almacenada en los altos cargos...
    El día de la huelga no la hicimos porqué somos pensionistas, pero no fuimos a comprar nada por solidaridad con los trabajadores explotados.
    Entre todos debemos hacer un cambio posible, pero tanto abajo como arriba, no solamente unos muchos...

    ResponderEliminar
  101. German, cuánta razón llevas: como en los casinos, los políticos siempre salen ganando.
    Y nada de borrar el magnífico poema. Complementa de maravilla el soneto y el motivo de esta entrada.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  102. Pamela, te quedo muy agradecida por tu comentario. Eleva la moral, te lo aseguro.
    Otros abrazo grande para ti.

    ResponderEliminar
  103. Olga i Carles, absolutamente de acuerdo: ni estamos dormidos ni estamos ciegos.
    Creo, con vosotros, que es hora de que sepan que estamos hartos de que siempre paguen las patochadas del capitalismo los mismos, los más desfavorecidos y no quienes las liaron.
    Besos.

    ResponderEliminar
  104. Que grande Quevedo, me quedo con la ironia con la que hablaba de la vida. Almenos que se vea que somos conscientes de lo que esta pasando que no estamos dormidos. Un abrazo

    ResponderEliminar
  105. Lembranza, eso es lo bueno, que no estamos dormidos, que no somos tontos y somos conscientes de la realidad.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  106. hi, new to the site, thanks.

    ResponderEliminar